Principales efemérides que se conmemoran en Güímar en 2022, relacionadas con acontecimientos históricos o biográficos

Tras los dos años anómalos que hemos vivido a causa de la pandemia, en el actual queremos colaborar de nuevo con las Fiestas Patronales de Güímar en honor de San Pedro Apóstol, recordando los principales aniversarios que se conmemoran en 2022, relacionados con los acontecimientos históricos más curiosos o de mayor trascendencia, así como el nacimiento o la muerte de personajes destacados de este municipio.

A modo de ejemplo, se cumplen los 525 años del culto parroquial en este Valle; los 150 años del comienzo de la representación de la “Ceremonia de los guanches” en la Fiesta de El Socorro; los 75 años de la consagración del sacerdote güimarero Domingo Pérez Cáceres como VIII obispo de la Diócesis Nivariense y de su nombramiento como Hijo Predilecto de la provincia, así como del fallecimiento de Waldo Gutiérrez Marrero, vicepresidente del Cabildo de Tenerife y general de brigada de Infantería; los 50 años de la inauguración de la plaza y monumento dedicados al obispo Pérez Cáceres; los 25 años del comienzo de las clases en la Escuela de Música de Güímar, de la apertura al público del Parque Etnográfico “Pirámides de Güímar” y de la fundación del Centro de Mayores “Virgen del Rosario” del barrio de Fátima; etc. etc…

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Guía de Isora-Arona: Don Antonio Reyes Pérez (1913-1972), bachiller, maestro nacional, sargento de Infantería, miembro de la Junta Municipal de Educación Primaria y 2º teniente de alcalde de Arona, presidente de la Comisión Municipal de Educación y Sanidad y secretario provincial del Sindicato Español del Magisterio (S.E.M.)

Pensionado por el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, nuestro biografiado obtuvo el título de Bachiller en dicha capital y luego, también subvencionado cursó la carrera de Magisterio en La Laguna. Realizó las prácticas como maestro en Valleseco y Santiago del Teide; luego fue nombrado propietario provisional en la escuela de Los Baldíos (La Laguna). Pero tras el inicio de la Guerra Civil, don Antonio fue movilizado como Soldado en el Destacamento de Infantería del Sur de Tenerife, donde fue aspirante a alférez de complemento y luego alcanzó el empleo de sargento de Infantería. Volviendo a su carrera docente, ejerció como maestro nacional de Santa Cruz de Tenerife, donde fue sustituido por enfermo; se afilió al Sindicato Español del Magisterio (S.E.M.); pasó por traslado a la escuela de niños de Arona, donde también fue representante del S.E.M. en la Junta Municipal de Educación Primaria, 2º teniente de alcalde de su Ayuntamiento y presidente de la Comisión Municipal de Educación y Sanidad; a continuación pasó como maestro nacional a la escuela parroquial de La Candelaria en La Cuesta (La Laguna), donde también estuvo a cargo de un centro de alfabetización. Finalmente, volvió a ejercer en Santa Cruz de Tenerife, primero en la Sección Graduada “Fray Albino” y luego en el Reformatorio de Menores. Además, fue candidato a vocal de la Junta Provincial de la Mutualidad Nacional de Enseñanza Primaria y secretario provincial del Sindicato Español del Magisterio (S.E.M.).

Nació en Guía de Isora el 25 de abril de 1913, a las diez de la mañana, siendo hijo del albañil don Francisco Reyes Delgado y doña Clorinda Pérez Ferrer, vecinos del pago de Guisios. Cuatro días después fue bautizado en la iglesia de Ntra. Sra. de la Luz por el cura párroco don José Serret y Sitjá; se le puso por nombre “Antonio” y actuó como padrino su tío don Luis Pérez Ferrer…

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Güímar: Don Domingo Campos Díaz (1900-1986), comerciante, presidente de la Sociedad “Juventud Guanarteme”, subcabo del distrito del Somatén Armado, campeón de tiro, organizador del equipo de fútbol “Unión Santa Catalina”, campeón nacional de pesca deportiva, delegado de la Federación de Lucha Canaria de Las Palmas, director de un sexteto de cuerdas y cofundador de una rondalla folclórica

Asentado desde su juventud en el barrio de Guanarteme de Las Palmas de Gran Canaria, durante muchos años trabajó como empresario de dos cafeterías o cafés-bares, una de ellas en dicho barrio y otra junto al Muelle Grande, bautizada “El Teide”. Asimismo, en la actividad social fue presidente de la popular Sociedad “Juventud Guanarteme”; somatenista, subcabo del distrito del Somatén Armado y campeón de tiro del mismo; jurado judicial; y falangista. También tuvo una intensa actividad deportiva como jugador y organizador del equipo de fútbol “Unión Santa Catalina”, que llegó a ser campeón insular de Segunda categoría; organizador de carreras pedestres; socio del Club Deportivo Pesquero Canario, campeón insular y nacional de pesca deportiva, distinguido con un Diploma Federativo al Mérito extraordinario; delegado de la Federación de Lucha Canaria de Las Palmas y presidente del jurado en los encuentros. Además, en la faceta musical fue director del sexteto de cuerdas “Plantación” y cofundador de la rondalla folclórica del “Real Club Victoria”, que obtuvo el primer Premio en un certamen insular.

Nació en el pago de El Escobonal (Güímar) el 26 de diciembre de 1900, a las tres de la madrugada, siendo hijo de don Juan Campos Yanes y su segunda esposa doña Elvira Díaz Yanes. El 7 de enero de 1901 fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol de Güímar por don Rafael T. Rodríguez, cura ecónomo de dicha parroquia y arcipreste del partido; se le puso por nombre “Domingo Juan” y actuó como padrino su tío don Domingo Campos Yanes, siendo testigos don Rafael Hernández Delgado y don Fernando Delgado, de dicha vecindad…

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Arafo: Don Juan de Torres Marrero y Bencomo (1651-1736), propietario agrícola, alférez y capitán de Milicias y vecino más prestigioso de Arafo en su época

Como propietario agrícola, nuestro biografiado gozó de una posición económica bastante desahogada, que luego mantuvo toda su descendencia. Pero su mayor prestigio lo alcanzó con la carrera militar, al igual que algunos de sus antepasados, pues fue alférez y luego capitán del Tercio y posterior Regimiento de Milicias del Valle de Güímar, empleo este último con el que llegó a ser el militar de mayor graduación residente por entonces en Arafo, lo que le permitió ser el vecino más prestigioso de dicha localidad en su época. Por ello, probablemente tuvo mucho que ver en la construcción de la ermita de San Juan Degollado en 1678 y, sobre todo, en la reconstrucción de dicha localidad tras su destrucción parcial por las coladas de la erupción volcánica de 1706. También perteneció a todas las Cofradías de la parroquia de Candelaria. Vivió siempre en su pueblo natal, donde dejó una numerosa y destacada sucesión, que se extendió por el Valle de Güímar, constituyéndose en una de las sagas más ilustres del mismo.

Nació en Arafo hacia 1651, siendo hijo de don Juan de Torres Fariña y doña Beatriz Marrero, vecinos de dicho pueblo y casados en la iglesia de San Pedro Apóstol de Güímar en 1642. De momento no hemos podido localizar su partida de bautismo, pero deducimos el año de su nacimiento por los que sí están documentados de sus hermanas. Pero sí sabemos que fue apadrinado por su pariente don Juan Bautista de Guzmán Bencomo, “procurador de Causas y notario de Cruzada” de La Laguna…

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Las antiguas dependencias de la parroquia de San Joaquín de Fasnia, su descripción y la del término municipal a mediados del siglo XIX, por el Dr. Agustín Díaz Núñez

El sacerdote güimarero don Agustín Díaz Núñez, que fue beneficiado propio de Güímar y vicario-arcipreste del Sur de Tenerife, trabajó intensamente en los archivos parroquiales y dio a la luz cuatro publicaciones, en dos de las cuales se ocupó de la parroquia y del término municipal de Fasnia, en sendos capítulos. En este artículo nos vamos a centrar en esas reseñas históricas, con sus respectivas descripciones, ambas de mediados del siglo XIX, una de 1850 y otra de 1865.

En su libro “Noticia de la Iglesia parroquial matriz del Apóstol San Pedro, Beneficio curado y Vicaría foránea de Güímar”, publicado en 1850, don Agustín estudió las distintas parroquias de su Vicaría, destacando en la de Fasnia cómo se produjo la segregación parroquial y recalcando, sobre todo, su dependencia de Güímar, que era una de sus mayores obsesiones, apoyándose en el expediente elaborado para declararla como hijuela de esa parroquia; solo al final señala sus límites. En 1865, poco antes de su muerte, el mismo Dr. Díaz Núñez, en su interesante libro “Memoria cronológica del establecimiento, propagación y permanencia de la religión Católica Apostólica Romana en Islas Canarias”, reiteró nuevamente los argumentos en que se apoyó para lograr la confirmación de la matriz y mantener las prerrogativas del Beneficio de Güímar sobre la parroquia de Fasnia, aunque todavía más documentados; para ello, analizó nuevamente, de forma exhaustiva, la antigua dependencia de la jurisdicción y el pleito por ella entre las parroquias de Arico y Güímar, la elevación de su ermita a parroquia y el reconocimiento de la de Güímar como matriz; luego describió la parroquia de San Joaquín, así como los aspectos generales de toda su jurisdicción: el templo parroquial, los pagos, los servicios públicos, la producción del término y sus límites.

El autor, don Agustín Díaz Núñez (1796-1866), fue una de las personalidades más influyentes del clero tinerfeño de su época. Fue Bachiller, Licenciado y Doctor en Sagrada Teología, examinador sinodal, juez en las oposiciones a parroquias vacantes, orador sagrado y escritor. Desempeñó los cargos de capellán y confesor de monjas del Monasterio de Santa Catalina de Sena de La Laguna, mayordomo de fábrica y beneficiado curado propio de la parroquia de San Pedro Apóstol de su Güímar natal, comisionado en pleitos ante el Tribunal de Espolios y Vacantes del Obispado, primer vicario eclesiástico del Sur de Tenerife, luego transformado en el primer arcipreste juez eclesiástico de Güímar y su partido, miembro de la Junta Municipal de Sanidad y de la Junta Municipal de Beneficencia, vocal-secretario de la Comisión Local de Instrucción Primaria, cofundador de la primera banda de música de dicha localidad y mayordomo de la Virgen del Socorro. Publicó cuatro otras religiosas, dos de carácter histórico y de considerable extensión e interés, que ya hemos mencionado, y otras dos más modestas, aunque no por ello menos valiosas, una oración fúnebre y una novena. Después de su muerte, el Ayuntamiento de su villa natal dio su nombre a la calle en la que nació y vivió, en reconocimiento a sus excepcionales méritos personales…

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Güímar-Candelaria: Fray Antonio Abad Cruz (1760-1843), sacerdote, lector, predicador general y presentado de la Orden de Predicadores, destacado orador y prior de los conventos dominicos de Güímar, Santa Cruz de Tenerife y Candelaria

Muchos fueron los religiosos que pasaron por los Conventos dominicos de Candelaria y Güímar durante los siglos de su existencia. Algunos sólo permanecieron en ellos unos cortos períodos, pero otros prolongaron su estancia durante varias décadas, incluso hasta su muerte o hasta la extinción de dichas comunidades. Este fue el caso del gomero fray Antonio Abad Cruz, quien ingresó en la orden dominica en el convento de Hermigua, su pueblo natal, en el que profesó. Tras ordenarse de presbítero, pasó a Tenerife, donde transcurrió el resto de su vida. Inicialmente perteneció a la comunidad dominica de Candelaria durante 10 años, en los que desempeñó los cargos de depositario y director del Santísimo Rosario. Pasó luego al Convento de Güímar, donde residió otros 13 años, cuatro de ellos como prior; en esta localidad recibió el título de Predicador General y actuó como notario público. Posteriormente se trasladó, también como prior, al Convento de la Consolación de Santa Cruz de Tenerife, en el que además se le nombró misionero del Santísimo Rosario y lector “para los casos de conciencia”; en ese período recibió el título de Presentado de su Orden. Durante su secularización, con motivo de la primera Desamortización de los conventos, residió en la capital y en Güímar y, tras ella, se reintegró a la Orden de Predicadores y fue morador del Convento de esta última localidad, así como prior y lector del de Candelaria durante seis años. Después de la segunda Desamortización y de su secularización definitiva se estableció en Güímar, donde falleció.

Nació en el valle de Hermigua (La Gomera) hacia 1760, siendo hijo de don Gaspar de la Cruz Rodríguez y doña Antonia de la Cámara y Noda, naturales y vecinos de dicho lugar; recibió el bautismo en la iglesia parroquial de Ntra. Sra. de la Encarnación y se le puso por nombre “Antonio Abad” …

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Arona-Vilaflor de Chasna: Don José Perera de Sarabia (1677-1734), escribano público de Vilaflor de Chasna y tronco de una destacada familia

Natural de La Victoria de Acentejo, nuestro biografiado se estableció en Vilaflor de Chasna al ser nombrado escribano público de la extensa comarca de Abona-Adeje, que abarcaba por entonces a los actuales municipios de Vilaflor de Chasna, Adeje, Arona, San Miguel de Abona, Granadilla de Abona y Arico; y ejerció dicho empleo durante 24 años, hasta su muerte. Contrajo matrimonio en Vilaflor con doña María Matías Borges, miembro de una destacada familia local de militares, alcaldes y propietarios agrícolas; fijaron su residencia en el Valle de San Lorenzo, donde ambos fallecieron. Gozaron de una desahogada posición económica y dejaron una descendencia que daría lugar a una de las sagas más distinguidas del actual municipio de Arona.

Nació en La Victoria hacia 1677, siendo hijo de don Juan Simón Pérez Morcón y doña Victoria de los Santos Perera de Sarabia, casados en dicho pueblo el 10 de mayo de 1672. Recibió el bautismo en la iglesia de Ntra. Sra. de la Encarnación de dicho lugar. Fue el tercero de cinco hermanos, siendo los restantes: doña Juana Díaz de los Santos, casada en 1704 con don Agustín Ferrera Rodríguez, natural de La Orotava y oriundo de El Hierro por su padre, con sucesión; doña María; don Juan; y don Simón. Fueron sus abuelos paternos: don Simón Pérez Morcón y doña Juana Díaz, naturales de La Victoria, donde contrajeron matrimonio el 3 de octubre de 1644; y los maternos: don Juan Perera, natural de Madeira, y doña Juana Sarabia, nieta del asturiano don Juan de Sarabia, casados en La Victoria el 3 de noviembre de 1632…

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Candelaria: Don Adolfo Rodríguez Castro (1911-1951), electricista, soldado de Ingenieros, actor aficionado, vocal del Casino de Candelaria y cabo 1º de la Guardia Civil, fallecido en plena juventud

Tras cursar los estudios primarios, nuestro biografiado comenzó a trabajar como electricista en la planta eléctrica de su padre, que suministraba el alumbrado del pueblo de Candelaria. Luego prestó el servicio militar como soldado de Ingenieros en Santa Cruz de Tenerife. Después de licenciado continuó dedicado a su profesión, a la vez que se integró en la vida social de su localidad natal, pues actuó como actor aficionado en una velada celebrada en el Cine local y fue elegido vocal del Casino de Candelaria. Tras el inicio de la Guerra Civil, se incorporó como guardia 2º de Infantería al cuerpo de la Guardia Civil, aunque no estuvo en el frente, sino destinado en los puestos de Hermigua y Santa Cruz de Tenerife, en este último adscrito a la plana mayor del Tercio. Luego, tras los exámenes correspondientes, se le declaró apto para el ascenso a cabo y continuó destinado en el Puesto de Santa Cruz, pasando a prestar sus servicios a la Oficina de Información del Tercio. Una vez superado el correspondiente curso ascendió a cabo de la Guardia Civil y fue destinado a la Sección de Tenerife; por entonces contrajo matrimonio en la capital tinerfeña. Luego ascendió por antigüedad a cabo 1º y, como tal, quedó adscrito al Servicio de Información del Tercio en la Comandancia de Tenerife, destino en el que le sorprendió la muerte cuando aún no había cumplido los 40 años de edad, más de 15 de ellos en la Guardia Civil. Se truncaba así la que podía haber sido una destacada carrera militar.

Nació en Candelaria el 11 de noviembre de 1911, siendo hijo de don Víctor Rodríguez Cruz y doña María Candelaria Castro Fariña. El 31 de marzo de 1912 fue bautizado en la iglesia de Ntra. Sra. de Santa Ana por el cura párroco don José Trujillo y Trujillo; se le puso por nombre “Adolfo Martín” y actuó como padrino don Esteban Higuera, de la misma naturaleza y vecindad…

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Santiago del Teide y Masca en 1929, según el artículo “Por la isla / Lugares de Tenerife, abandonados” del periodista, maestro, sindicalista y político de izquierdas don Florencio Sosa Acevedo

El 3 de agosto de 1929, el periodista don Florencio Sosa Acevedo publicó en La Prensa un artículo sobre “Lugares de Tenerife, abandonados”, en el que, saliendo de Buenavista del Norte, se fue deteniendo en la descripción de El Palmar, Masca, Valle de Santiago, Teno Alto y Punta de Teno, en todos los cuales lamentaba su aislamiento y su estado de abandono, la falta de buenas comunicaciones, la tardía dotación de escuelas, la incompleta red telefónica, etc. En este artículo vamos a estudiar el análisis que hizo de la situación social en el pago de Masca y en el término municipal de Santiago del Teide, en los que también destacaba lo mal comunicados que estaban y la lucha vecinal por irlos dotando de los servicios básicos: carreteras de acceso, escuelas, locutorios telefónicos, etc.

El autor de este interesante artículo, don Florencio Sosa Acevedo, nacido en el Puerto de la Cruz y fallecido en Sevilla, era una de las personalidades más destacadas de Tenerife en su época. Fue seminarista, maestro, periodista y librero; secretario y presidente de la Sociedad de Instrucción y Recreo “Valle de Taoro” del barrio de La Dehesa; miembro del Partido Socialista y luego del Partido Comunista; alcalde del Puerto de la Cruz; sindicalista y líder del movimiento obrero; diputado a Cortes por el Frente Popular; miembro de la Comisión Gestora del Museo del Prado y del “Frente Antifascista de Canarias”; representante por Canarias y responsable de relaciones con las autoridades republicanas de la dirección clandestina del PCE; y miembro del Comité de Evacuación que negoció la salida de refugiados del puerto de Alicante. Por su actividad sindical, en 1934 estuvo desterrado durante unos meses en El Hierro y después de la Guerra Civil fue detenido, juzgado y condenado a muerte, pasando cuatro años en prisión. Luego se estableció en Alicante, alejado de la vida política y sindical, volcado en una empresa de comercialización de frutos de Canarias en la Península…

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