El “Mirador de Don Martín” en el municipio de Güímar

Uno de los miradores más espectaculares del Sur de Tenerife se sitúa al borde de La Ladera de Güímar, en el punto en el que la Comarca de Agache se asoma al Valle de Güímar para contemplarlo en toda su extensión y belleza, que hoy todos los tinerfeños lo conocen como “Mirador de Don Martín”. Ideado por el rico propietario y político sureño don Martín Rodríguez y Díaz-Llanos, fue construido por el Cabildo de Tenerife en 1954. Tuvo un gran auge en los años cincuenta y sesenta, cuando todo el tráfico del Sur pasaba por la Carretera General, hasta el punto de que junto a él se abrió el Hotel-Parador “Valle de Güímar”, que terminó integrando al Mirador, al ser vendido por el Cabildo al propietario de aquel. Luego, cuando a comienzos de los años setenta se abrió la Autopista del Sur, cayó bruscamente el número de vehículos y visitantes que pasaban por la vía que discurría por las medianías de esta parte de la isla, por lo que decayó el número de clientes de dicho hotel y los visitantes del mirador, hasta motivar el cierre de dicha instalación. No obstante, ha seguido siendo un lugar emblemático de esta parte de la isla, por lo que en varias ocasiones se ha intentado su reapertura total o parcial, pero el mirador aún continúa cerrado al público, no sin cierta polémica.

El origen del nombre del “Mirador de Don Martín” nos lo aclaraba el güimarero Servando Hernández, amigo de la historia local, en un artículo publicado en El Día el domingo 7 de febrero de 1971 que llevaba ese mismo título…

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Dos organizaciones fundadas en la Villa de Adeje durante la II República: la Federación Obrera (1931-1936) y el Sindicato Agrícola (1935-1940)

Como en el resto de los municipios canarios, la II República fue una época de gran agitación social, política y sindical en la villa de Adeje, por lo que se produjo una ebullición de casinos, partidos políticos y sindicatos, de los que nos iremos ocupando en futuros artículos. En esta ocasión nos vamos a centrar en el último aspecto, en la creación de una Federación Obrera (1931-1936) y un Sindicato Agrícola (1935-1940) en dicho municipio.

Ambas surgieron como defensa del jornalero y el pequeño agricultor propietario frente al latifundio dominante, la Casa Fuerte de Adeje, por entonces representada por Fyffes y don José Curbelo y Cía., que solo en las cumbres del municipio poseía 36.000 hectáreas. La de Adeje no fue una de las Federaciones Obreras más activas de la isla y, por lo tanto, no salió mucho en la prensa tinerfeña, pero existe una clara constancia de su lucha por la defensa de la clase obrera, en coordinación con otras semejantes, hasta su disolución tras el golpe militar que inició la Guerra Civil. Por el contrario, el Sindicato Agrícola de esta villa, constituido por pequeños propietarios conservadores, no fue disuelto, por lo que se mantuvo durante y después de dicha contienda bélica…

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La Murga o Filarmónica “Do-Re-Mi” de Güímar en su primera etapa (1935-1936)

Güímar ha tenido en distintas épocas un cierto protagonismo en el carnaval tinerfeño, pues, además de la actual representación de “Las Burras” en el casco y el tradicional entierro de la Sardina en El Escobonal, en este municipio han existido dos murgas adultas, una de las cuales obtuvo en su segunda etapa dos premios en las “Fiestas de Invierno” de Santa Cruz de Tenerife.

En 1930 surgió la primera murga del municipio de Güímar en el barrio de San Juan, a la que se conoció en esta ciudad como la “Banda de Roque” y también se la he mencionado en la bibliografía como la “Murga del Bizco”; se mantuvo hasta 1932 y fue su director Roque García y García. Le siguió la Filarmónica “Do-Re-Mi”, promovida por don Cándido Estévez Ramos y Anselmo Gómez Díaz, que actuó en Güímar en 1935-1936, figurando como director don Zacarías Jorge. En la posguerra, se reorganizó la “Banda de Roque”, bajo la misma dirección, que actuó en distintas localidades del Sureste de la isla hacia 1950. Finalmente, en 1963 se reorganizó la Murga “Do-Re-Mi” por Herold Domingo Díaz Martín, la cual fue premiada en Santa Cruz y pervivió hasta 1968. En este artículo nos vamos a ocupar de la Murga “Do-Re-Mi”, en su primera etapa.

La murga pionera, la “Banda de Roque”, creó escuela en Güímar, pues de sus actuaciones fueron testigos Cándido Estévez Ramos y Anselmo Gómez Díaz, quienes en 1935 decidieron formar con sus amigos otra murga, la “Do-Re-Mi”, nombre ideado por el primero de ellos, probablemente por su gran afición musical al ser un destacado músico de la Banda municipal. Creada con el loable propósito de animar los carnavales güimareros, sus componentes llegaron a vestir trajes confeccionados en tela, no de sacos como era frecuente en otras agrupaciones de la época, pero ridiculizando el uniforme con el que se vestían las bandas de música…

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La “Banda de Roque” (1930-1932, 1950), la primera murga de Güímar

El Carnaval de Güímar contó en el siglo XX con dos murgas, cada una de las cuales vivió dos etapas. Así, en 1930 surgió la primera murga del municipio de Güímar en el barrio de San Juan, a la que se conoció en esta ciudad como la “Banda de Roque”, la cual se mantuvo hasta 1932 bajo la dirección de don Roque García y García. Le siguió la Filarmónica “Do-Re-Mi”, promovida por don Cándido Estévez Ramos y don Anselmo Gómez Díaz, que actuó en Güímar en 1935-1936. En la posguerra, se reorganizó la “Banda de Roque”, con el mismo director, y hacia 1950 animó las “Fiestas de Invierno” en Güímar y otras localidades del Sureste de la isla. Finalmente, en 1963 se reorganizó la Murga “Do-Re-Mi”, que fue premiada en Santa Cruz y pervivió hasta 1968, bajo la dirección de don Domingo Díaz Martín.

Ya en una ocasión anterior nos hicimos eco de la existencia de la primera murga de Güímar, surgida en el barrio de San Juan, que Ramón Guimerá Peña denominó la “Murga del Bizco”, en su libro “75 años dando la murga”, aunque el nombre por el que fue conocida en la ciudad sureña fue siempre la “Banda de Roque”. A ella vamos a dedicar este artículo, profundizando en la fundación y actividad de esta curiosa agrupación musical en sus dos etapas (1930-1932 y 1950), así como en su director, Roque García y García, y sus componentes, para que ocupe el lugar que le corresponde en la memoria histórica de nuestro municipio…

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La Murga “Los Tronco-Polinos” de Barranco Hondo (1982-1985)

La Murga “Los Tronco-Polinos” se formó en Barranco Hondo a finales de 1982 y salió adelante gracias al trabajo y apoyo del pueblo, sin contar con ningún apoyo del Ayuntamiento de Candelaria. Participó en los Carnavales de 1983 y 1984, tanto en el municipio de Candelaria como en Santa Cruz de Tenerife e incluso en otras localidades, como Tacoronte y Puerto de la Cruz. La letra de sus canciones siempre fueron críticas con la labor de las corporaciones municipales de Candelaria, siendo mejor encajadas por unas que por otras, hasta el punto de que esa fue la causa de su disolución a comienzos de 1985.

A finales de 1982, un grupo de amigos de Barranco Hondo (algunos de ellos aficionados a la música, de la cual posteriormente fueron profesionales), decidieron crear una murga, a la que le pusieron por nombre “Los Troncos”, que en el argot popular es sinónimo de bruto, torpe o inculto. Pero en aquellos años estaba muy de moda en España un conjunto musical denominado “Radio-Topolino Orquesta”, por lo que luego decidieron darle a la agrupación un nombre más serio, popular y acorde con los tiempos, por lo que pasaría a ser conocida como Murga “Los Tronco-Polinos”…

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La visita de la Virgen de Candelaria a Vilaflor de Chasna en 1964, con motivo de su peregrinación extraordinaria por la isla de Tenerife, promovida para recaudar fondos con destino al nuevo Seminario Diocesano

El año 1964 incluyó una página imborrable en la vida religiosa de Vilaflor de Chasna, al recibir por primera y única vez en su historia la visita de la venerada imagen de la Virgen de Candelaria, Patrona de Canarias, en su peregrinación por todas las parroquias de la isla de Tenerife, con el fin de recaudar fondos para la construcción del nuevo Seminario Diocesano, acontecimiento inolvidable en la historia religiosa de Tenerife que duró casi tres meses y medio, del 16 de octubre de dicho año al 28 de enero de 1965. Para esta peregrinación extraordinaria, la Virgen contó con una artística carroza, construida en Güímar, en los talleres de mecánica y chapa de Tejera y en la carpintería de Pánfilo y Tino; fue diseñada por don Manuel García Campos y patrocinada por doña Edelmira Pérez Campos, viuda de Mansito, junto con Acción Católica y Cáritas de dicha ciudad; y se montó sobre una camioneta “Commer” de seis ruedas, cedida por la empresa Hernández Hermanos, S.L. En todos los pueblos visitados, el fervor de los fieles fue impresionante y el éxito económico se vio desbordado con creces, al recaudarse más de siete millones de pesetas. Durante el recorrido, la Virgen estuvo acompañada por su capellán, cargo que asumió casi siempre el sacerdote dominico fray Juan Fernández Baca, conocido por el “Padre Juan de Candelaria”.

Este municipio fue el sexto de la isla en recibir a la Virgen de Candelaria, tras el paso de ésta por Arafo, Güímar, Fasnia, Arico y Granadilla de Abona. En la tarde del sábado 24 de octubre de 1964 la venerada imagen salió de Chimiche (Granadilla) y, tras parar brevemente en Los Blanquitos y El Desierto, pasó sin detenerse por la villa de Granadilla de Abona, a pesar de la gran cantidad de feligreses que se agolparon a su paso y pretendieron acompañarla a pie, pero se les rogó que desistieran, dado que la carroza tenía que acelerar su marcha. Al llegar al límite con el vecino municipio de Vilaflor de Chasna, la Virgen fue entregada por las autoridades de la primera localidad a las de la segunda, que eran el sacerdote, don Jesús Rodríguez Lorenzo, cura ecónomo de la parroquia de San Pedro Apóstol, y su alcalde, don Ernesto Villavicencio Afonso; todos ellos firmaron el correspondiente impreso de cesión y recepción de la Sagrada Imagen, con el que los segundos se comprometían a su fiel custodia, ante el capellán de la Patrona de Canarias y la mayor parte del vecindario chasnero, que había acudido a su recibimiento, que tuvo lugar al anochecer…

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La fundación de la Banda de Música de Granadilla de Abona (1861), por su primer director don José Reyes Martín

La primera banda de música de su Granadilla de Abona, “La Filarmónica”, que más tarde recibió el nombre de Banda Municipal de Granadilla de Abona, es una de las pocas agrupaciones de este tipo de las que se conoce su fecha fundacional, pues el 15 de julio de 1861 se constituyó una Sociedad Filarmónica, formada inicialmente por 25 granadilleros, que eligieron como presidente, así como director de la banda que se pretendía formar en su seno, a don José Reyes Martín. En origen también tuvo un vínculo militar con la Sección Ligera Provincial de Abona y, tras adquirir los instrumentos necesarios, debutó en público el 28 de septiembre de ese mismo año. Enseguida contó con el beneplácito popular, hasta el punto de que se inició una suscripción para renovar su instrumental, pero la falta de apoyo municipal provocó una crisis, tan solo un año después, que incluso amenazó con su disolución, que afortunadamente no llegó a producirse.

El revulsivo para su formación quizás habría que buscarlo en las actuaciones de la Banda de Música de Güímar en junio de 1860, al amenizar las fiestas patronales de Granadilla de Abona en honor de San Antonio de Padua, cuya crónica anónima fue publicada en el periódico El Guanche el 6 de julio inmediato, remitida desde La Orotava por “un hijo del pueblo”; en ella se hacía la primera descripción más o menos detallada de esta banda de música, que estaba compuesta por treinta miembros y dirigida por el mencionado músico lagunero don José Darmanin, así como la impresión causada en la sociedad granadillera…

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La visita del obispo Fray Albino González Menéndez-Reigada a la villa de Adeje (1926) y el posterior homenaje al prelado con la nominación de una calle (1927)

Del 9 al 11 de noviembre de 1926, el obispo de la Diócesis Nivariense, Fray Albino González Menéndez-Reigada, efectuó una visita pastoral a la villa de Adeje, dentro de la realizada a todo el Sur de Tenerife, en la que se puso de manifiesto el entusiasmo vivido por la feligresía local. Tal fue así que, como reconocimiento a su cercanía y a las gestiones que llevaba a cabo ante el Gobierno en favor de esta parte de la isla, en febrero del año siguiente el Ayuntamiento acordó dar el nombre de dicho prelado a la conocida hasta entonces como calle del Norte y que el rótulo o lápida correspondiente fuese sufragado por una suscripción popular, creando para ello una comisión organizadora. El domingo 15 de abril de dicho año 1927 se llevó a cabo el homenaje público en la villa sureña, con un ambicioso programa de actos, al que asistió una representación del obispo y del gobernador civil, así como el alcalde y el resto de las autoridades locales. Han pasado los años y en la actualidad, el nombre del obispo Fray Albino ha desaparecido del callejero municipal de Adeje.

Durante una minuciosa visita al Sur de Tenerife, el 9 de noviembre de 1926 el obispo Fray Albino llegó a Adeje en visita pastoral, procedente de Guía de Isora y a bordo del vapor “Isora”. Desembarcó en El Puertito, donde fue recibido por las autoridades locales, y de allí subió hasta la villa a lomos de un caballo; en La Atalaya le esperaban un grupo de señoritas a caballo, una de las cuales le dirigió unas palabras de bienvenida, y luego le entregaron ramos de flores; tras las palabras de agradecimiento continuó la comitiva hasta Los Olivos, donde lo esperaban los niños de las escuelas, con sus maestros al frente; frente al cuartel de la Guardia Civil le esperaba la Banda de Música, que los acompañó hasta la entrada del pueblo, donde fue recibido con una salve de cañonazos de la Casa Fuerte; ahí se descabalgó el prelado, que continuó hasta la iglesia parroquial bajo palio; y en el arco colocado ante la puerta del templo, otra señorita recitó una poesía. Tras la entrada al templo inició la visita pastoral a éste y luego pasó a la casa parroquial, ambos edificios perfectamente adornados; en este último, un grupo de niños interpretó cánticos religiosos. En la noche de ese día y en la del siguiente predicó el obispo en la iglesia, completamente llena de feligreses, y en la del segundo día una comparsa femenina le ofreció una serenata. El día 11, tras decir misa, fue despedido por las autoridades, hermandades, niños de las escuelas y Banda de Música, para continuar su visita pastoral por Arona, a donde le acompañaron las autoridades y algunas personalidades locales, así como dicha banda…

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La peregrinación del Sur de Tenerife a Nuestra Señora de Abona, en El Lomo de Arico, en el año 1904

Con motivo de la celebración del Quincuagésimo aniversario del dogma de la Inmaculada Concepción, en la Diócesis de Tenerife se dispuso la celebración de peregrinaciones a las imágenes de la Virgen de más devoción en cada comarca de la isla. Dos de ellas se organizaron en el Sur de esta isla: una en el Valle de Güímar hacia la imagen de la Virgen del Socorro, venerada en la iglesia de San Pedro Apóstol de Güímar; y otra desde los municipios situados más al Sur hacia la Virgen de Abona, que se venera en la iglesia parroquial de Arico, en el pueblo de El Lomo. En este artículo nos vamos a ocupar de esta última, que se efectuó en los días 7 y 8 de septiembre de 1904, con una asistencia masiva de peregrinos desde los municipios de Adeje, Arona, San Miguel de Abona, Vilaflor de Chasna y Granadilla de Abona.

El 12 de agosto de 1904, el diario La Opinión adelantó el programa previsto para la peregrinación del Sur de Tenerife hacia el pueblo de El Lomo de Arico, para encontrarse con Nuestra Señora de Abona en la iglesia de San Juan Bautista, el día de su festividad, 8 de septiembre. Según dicho programa, tendría lugar un solemne triduo en cada una de las cinco parroquias participantes, con misa cantada, sermón, exposición de su Divina Majestad, Rosario, confesiones y comunión general; en ellos predicarían los párrocos, el teniente arcipreste de Granadilla y un misionero del Inmaculado Corazón de María; el día 7 se efectuaría la peregrinación desde Arona, uniéndosele a lo largo del camino las parroquias de Vilaflor, San Miguel y Granadilla, para llegar a Arico por la tarde, siendo recibidos por los feligreses de este pueblo, encabezados por su párroco con cruz alzada, rezos y cánticos religiosos; a continuación tendrían lugar maitines, laudes, sermón y procesión, prolongándose durante la noche las confesiones; el día principal de la Virgen se sucedieron misa de comunión, tercia y misa cantada, ambas con sermón, procesión y sermón de despedida por el párroco de Arico…

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Excursiones entre el Norte de Tenerife y Guía de Isora, pasando por Santiago del Teide, tras la apertura de la carretera entre ambos municipios en 1932

Gracias a la apertura de la Carretera entre Icod de los Vinos y Guía de Isora, que contribuyó a cerrar el anillo insular, en 1932 se pusieron de moda las excursiones desde distintos municipios del Norte de Tenerife al de Guía de Isora, en el Suroeste de la isla, pasando forzosamente por la villa de Santiago del Teide, que también quedaba comunicada gracias a dicha vía. Así, tenemos constancia de las llevadas a cabo por vecinos de Icod de los Vinos, La Guancha, Los Silos, Garachico, San Juan de la Rambla y La Orotava, algunas de ellas con motivo de los desplazamientos de bandas de música para actuar en Guía, siempre acompañadas por numerosos vecinos, mientras que otras fueron con escolares; a ellas habría que sumar dos desde la capital de la isla, una de artistas que iban a actuar a dicha localidad y otra de motociclistas. Asimismo, también se efectuaron otras dos en sentido inverso, una a La Guancha y otra de escolares a Puerto de la Cruz, a la que también se sumaron los de Santiago del Teide.

Ello se debió a la apertura de la carretera de enlace entre el Puerto de San Marcos (Icod de los Vinos) a Guía de Isora, aunque la construcción del 5º trozo se subastó el 10 de noviembre de 1931; y el 16 de enero de 1932 se le concedió una prórroga de seis meses al contratista del trozo 3º, don Juan Fernández Oliva, por la Comisión Ejecutiva de la Junta Administrativa de Obras Públicas y aún se tramitaba el expediente de expropiación de las fincas ocupadas por las obras del trozo 1º de la misma. En abril de 1932, se informaba desde Icod de la terminación de dicha Carretera, aún de tierra, pero que ya permitía la comunicación entre ambos municipios y el acercamiento de los vecinos del Norte a la redescubierta localidad sureña: “Han sido varios los excursionistas de esta población y pueblos limítrofes, que han marchado a Guía de Isora, con motivo de la terminación de la pista que desde el Valle de Santiago enlaza con la carretera de Chío. Todos estos excursionistas regresan satisfechos de los múltiples agasajos dispensados por los vecinos del simpático y progresivo pueblo de Guía de Isora”. No obstante, el 16 de junio de ese mismo año, la Junta Administrativa de Obras Públicas “acordó quedar enterada de una orden de la Dirección general de Caminos aprobando el acta del replanteo definitivo de las obras del trozo quinto de la carretera de tercer orden del Puerto de San Marcos, en Icod, a Guía de Isora”; y en agosto se estaban asfaltando los dos primeros kilómetros del segundo trozo, en el término municipal de Icod.

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