La red y la estación telefónica de la Villa de Arico. Inauguración y telefonistas hasta el final de la II República española

Dada su situación geográfica, el servicio telefónico tardó mucho tiempo en llegar al municipio de Arico, como ocurriría con los demás servicios que partían de Santa Cruz de Tenerife. La red telefónica se inauguró en la capital de la provincia en 1895 y llegó a Güímar en 1903; pero, aunque se preveía completar pronto el circuito insular, aún tardaría más de dos décadas para que este servicio llegase a todo el municipio de Arico. No obstante, a principios de agosto de 1905 se autorizó al terrateniente y político don Martín Rodríguez y Díaz-Llanos para que estableciese una línea, por tiempo indeterminado, entre El Río de Arico, El Lomo, Fasnia y el puerto de El Porís de Abona, lugares en los que tenía sus intereses particulares y comerciales. Asimismo, en agosto de 1907 don Ulises Guimerá y Tejera solicitó una línea telefónica que le permitiese poner en comunicación el salón de empaquetado de frutos, que tenía en Granadilla su pariente don Barcino Guimerá Castellano, con otro que poseía en Arico don Celso Díaz Flores, la cual se le concedió el 24 de octubre de ese mismo año.

Por fin, en 1924 llegó la red telefónica al amplio término municipal de Arico, lo que permitió que en dicho año se abriesen estaciones telefónicas en los principales núcleos de población: El Lomo o Villa de Arico, El Río, Arico el Nuevo, El Porís de Abona y Tajao. Asimismo, en ese mismo año se instalaron locutorios telefónicos en los núcleos más pequeños: La Degollada, La Sabinita e Icor; luego, en 1931, se concedió otro a La Cisnera. En este artículo solo nos vamos a centrar en la primera de dichas estaciones, la de la villa capital, y en las primeras telefonistas que trabajaron en ella.

El martes 29 de dicho mes de abril de 1924, se procedió a la inauguración oficial de la red telefónica de Arico y la estación telefónica de esta Villa, emotivo acto que fue descrito por “Un vecino” en una extensa crónica fechada en dicha localidad el 3 de mayo inmediato y publicada en Gaceta de Tenerife tres días después, en la que destacaba la gran fiesta celebrada en El Lomo con tal motivo, con participación de las autoridades locales, los niños de las escuelas y gran parte del vecindario, así como los agasajos a los destacados visitantes que habían sido comisionados para la inauguración, así como la colocación de la primera piedra del edificio que el vecindario iba a construir por suscripción popular para destinarlo a casas consistoriales. Asimismo, el periódico La Prensa también recogió el 11 de mayo la fiesta celebrada en esta Villa, bajo el titular “La inauguración del teléfono en Arico”, en detallada crónica firmada por “Un comisionado”, en la que no faltaban los calificativos rimbombantes, que en parte podrían tacharse de machistas desde la óptica actual, en base a los piropos con los que se refería a las mujeres asistentes al acto. En esa misma fecha se inauguraron las estaciones telefónicas de Fasnia y El Río de Arico…

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Los inicios del folclore canario en El Escobonal (Güímar) y su primera Rondalla

Como ya señalábamos en un artículo anterior, el pueblo de El Escobonal (Güímar), que siempre ha sido famoso por su afición al baile, ha conservado a lo largo del tiempo muchas de las tradiciones de la tierra, en especial las vinculadas a la música folclórica, tan arraigada entre sus habitantes desde hace más de un siglo. En 1924 ya contaba con una parranda organizada, que actuó incluso en las Fiestas de Mayo de Santa Cruz de Tenerife; y en los años cuarenta de ese mismo siglo se formó una Rondalla folclórica, la primera de varias que se han mantenido en dicha localidad hasta la actualidad. De esas primeras agrupaciones nos vamos a ocupar en el presente artículo.

En los años veinte del siglo pasado, ya existía en El Escobonal una parranda folclórica consolidada, que llegó a actuar en la “Gran Fiesta Regional” que se celebró en la plaza de toros de Santa Cruz de Tenerife el jueves 1 de mayo de 1924, a partir de las cuatro de la tarde, organizada por la Juventud Republicana con motivo de las Fiestas Patronales de dicha capital. En ese importante evento se incluyó: una trilla con yuntas, carreras de “barcos”, los “guanches” de Candelaria, las danzas de cintas (incluida la de Güímar), diversas parrandas, exhibición de juego del palo y lucha canaria, así como bailes y cantos del país; también se instalaron ventorrillos, se reprodujo una casa canaria y un molino de viento. No fue una fiesta gratuita, pues las entradas oscilaron entre 1,50 pesetas de la “media entrada de sol” y las 30 pesetas de los palcos.

La primera Rondalla organizada en El Escobonal se formó en los albores de los años cuarenta de ese mismo siglo XX. Fue una de las pioneras de la isla y llegó a ser considerada como una de las mejores, a pesar de que sólo se mantuvo durante esa década, teniendo en la cantante Josefina Marrero uno de sus más firmes valores. Esta agrupación comenzó ensayando en casa de Federico Marrero, para hacerlo luego en el sótano de Mario Delgado y, finalmente, en el Casino situado en el salón de Arsenio Pérez, en la fonda. Se formó con los buenos tocadores procedentes de las antiguas orquestas de baile, junto con los bailadores que habían heredado de sus antepasados un estilo excelente y peculiar, así como las voces más representativas de la comarca. Fue la agrupación más nutrida que ha tenido el municipio de Güímar, pues llegó a contar con 42 tocadores y unas 20 parejas de baile…

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La Sociedad de educación y recreo “Centro Instructivo Atlántida” de la Villa de Arico (1924-1936)

Gracias al trabajo y al tesón del ariquero, que sabe mucho de lucha desesperada, incluso contra las propias condiciones geográficas y climáticas del territorio, se constituyeron en el municipio de Arico varios casinos o sociedades de recreo, que pervivieron hasta el final de la II República en los diferentes núcleos de población: Arico el Nuevo (“Círculo Agrícola”), El Lomo o Villa de Arico (“Centro Instructivo Atlántida”), Arico el Viejo (“Centro Republicano”), La Sabinita (“Unión y Libertad”), El Bueno (“La Unión del Bueno” y “Círculo de Amistad 25 de Julio”) y El Río de Arico (con otros dos casinos). Teniendo en cuenta que su finalidad era desconectar a los vecinos de las duras faenas agrícolas y ganaderas, en estas sociedades se celebraban sobre todo bailes, pero se abrían para que sus socios pasasen el rato con los juegos de mesa y con la lectura de periódicos, revistas o libros, por lo que solían contar con una modesta biblioteca; además, es muy probable que en ellos se llevasen a cabo otros actos culturales, como obras de teatro o recitales de música y poesía, como ocurrió con la mayoría de las sociedades de este tipo en esa época.

En esta ocasión vamos a centrarnos exclusivamente en la Sociedad de educación y recreo “Centro Instructivo Atlántida” de la Villa de Arico. Fundado en 1924 este casino se mantuvo en funcionamiento hasta 1936, en que, al igual que las demás sociedades del municipio, fue disuelto al inicio de la Guerra Civil. En su doce años de existencia, tuvo una intensa actividad, centrada sobre todo en los bailes, pero en ella también se impartían conferencias, se celebraban mítines y se reunía la junta general de una comunidad de explotación de aguas subterráneas. Asimismo, dada su finalidad inicial, es probable que en ella se celebrasen otros actos culturales y educativos. Además, existe constancia de que al final de su trayectoria contó en su seno con un equipo de fútbol aficionado…

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La visita de la Virgen de Candelaria a San Miguel de Abona en 1964, en su peregrinación por la isla de Tenerife

En 1964, la venerada imagen de la Virgen de Candelaria llegó por primera y única vez en la historia al municipio de San Miguel de Abona, con motivo de la Peregrinación que realizó por toda la isla de Tenerife para recaudar fondos con destino a la construcción del nuevo Seminario Diocesano en La Laguna, acontecimiento inolvidable en la historia religiosa de esta isla que duró casi tres meses y medio, del 16 de octubre de dicho año al 28 de enero de 1965. Para esta peregrinación extraordinaria, la imagen de la Virgen contó con una artística carroza, construida en Güímar, en los talleres de mecánica y chapa de Tejera y en la carpintería de Pánfilo y Tino; fue diseñada por don Manuel García Campos y patrocinada por doña Edelmira Pérez Campos, viuda de Mansito, junto con Acción Católica y Cáritas de dicha ciudad; y se montó sobre una camioneta “Commer” de seis ruedas, cedida por la empresa Hernández Hermanos, S.L. En todos los municipios visitados, el fervor de los fieles fue impresionante y el éxito económico se vio desbordado con creces, al recaudar más de siete millones de pesetas.

Procedente de Charco del Pino, en el municipio de Granadilla de Abona, la Virgen visitó San Miguel de Abona, a donde llegó el martes 27 de octubre de 1964, permaneciendo 24 horas en este pueblo; y al día siguiente salió para el Valle de San Lorenzo (Arona). El pueblo se engalanó con esmero para recibir a la imagen de la Candelaria y, a lo largo de su permanencia, se llevó a cabo un apretado programa de actos. Por entonces, este municipio estaba constituido por cinco núcleos de población: San Miguel (cabecera municipal), Aldea Blanca, Las Zocas, El Roque y El Frontón. Contaba en ese año con una única parroquia, San Miguel Arcángel, segregada de la de San Pedro de Vilaflor en 1796, que reunía una población de hecho de 3.150 habitantes y estaba atendida por el cura ecónomo don Miguel González Díaz…

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La parroquia de San José de Barranco Hondo (Candelaria) [1943-2022]

Como ya relatamos en un artículo anterior, a mediados del siglo XIX se despertó en los vecinos de Barranco Hondo el deseo de tener una ermita propia, con lo que se ahorrarían los traslados a otros templos alejados para asistir a misa, que solo se limitarían a la celebración de Sacramentos. Así, en 1849, cuando el pueblo contaba con 78 familias (unos 340 habitantes), elevaron un escrito al vicario capitular y gobernador eclesiástico de la Diócesis en sede vacante, para exponerle las graves dificultades que tenían para poder atender sus necesidades espirituales debido a la carencia de un templo, manifestándoles su deseo de construir una ermita bajo la advocación de San José, así como su intención de responsabilizarse de los gastos que aquella edificación generara. Tras obtener la preceptiva licencia, comenzó a construirse y se terminó en 1860; pero después de siete años de litigio, fue bendecida en 1867 y se abrió al culto. A finales de esa centuria, se estableció en ella la Hermandad del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y la Cofradía de las Ánimas.

Transcurridas más de ocho décadas desde la construcción de la ermita, dado el incremento de población que había experimentado el pueblo de Barranco Hondo y el vecino de Igueste de Candelaria, con el fin de atender mejor a las necesidades espirituales de sus vecindarios, desde el Obispado de Tenerife se pensó en la necesidad de crear sendas parroquias en ambas localidades, tal como le comunicó el deán de Tenerife, don Domingo Pérez Cáceres, al párroco-arcipreste de Güímar, don Matías Batista Díaz, el 11 de mayo de 1943. Una vez cumplidos todos los trámites, y atendiendo al informe favorable del arcipreste, las ermitas de San José de Barranco Hondo y de la Santísima Trinidad de Igueste fueron elevadas a parroquias, segregadas de la de Santa Ana de Candelaria, en el arreglo parroquial efectuado el 15 de noviembre de dicho año 1943, por decreto dado en San Cristóbal de La Laguna por Fray Albino González Menéndez-Reigada, VII Obispo de Tenerife; y comenzaron a regir el 1 de enero de 1944.

Desde entonces, la iglesia parroquial de Barranco Hondo ha sido reformada en 1961 y 1966; se la ha dotado con casa y salón parroquial, nueva sacristía y torre con reloj; se han adquirido nuevas imágenes y se han restaurado las más antiguas; se han construido las capillas del Cristo de Limpias y San Antonio; y se han continuado celebrando sus fiestas. En los más de 78 años y medio de existencia de esta parroquia de San José, ha sido visitada por cinco obispos; y han estado al frente de ella un total de 20 sacerdotes, todos ellos dominicos y la mayoría párrocos también de Igueste de Candelaria (salvo Fr. Rafael Tejera y Fr. Antonio Quintanilla, que lo han sido en exclusiva de este pueblo), pero ninguno ha nacido en el término municipal de Candelaria. El récord de permanencia lo ostenta Fr. Ramón Fernández Álvarez (15 años), seguido por Fr. Francisco García Martín (11 años y medio, en dos etapas), Fr. Daniel López Mirón (casi 11 años, en dos etapas), Fr. Rafael Antonio Tejera Parrilla (casi 7 años) y Fr. José Polanco Estalayo (6 años y medio)…

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El municipio de Arafo, su parroquia y su vida religiosa en 1965, según el canónigo don José Trujillo Cabrera y dos misioneros jesuitas

Contamos con una somera descripción del municipio de Arafo en 1965, centrada sobre todo en su dotación parroquial y en la religiosidad de su feligresía, gracias a dos destacados acontecimientos: la publicación del libro Guía de la Diócesis de Tenerife del canónigo don José Trujillo Cabrera, en el que se recogían interesantes datos de la única parroquia existente por entonces en esta localidad; y la celebración de una Santa Misión, que tuvo su sede en la cabecera municipal. El término municipal de Arafo lo constituían por entonces solo tres núcleos de población: Arafo (cabecera municipal y parroquial), La Hidalga y Playa de Lima. Contaba en ese año con una única parroquia, la de San Juan Degollado, a cuyo frente se encontraba el cura ecónomo don Vicente Jorge Dorta, quien también atendía una ermita existente en dicha jurisdicción y otra en construcción. La jurisdicción contaba por entonces con 3.343 habitantes de hecho.

El canónigo gomero José Trujillo Cabrera recogió, en su interesante libro Guía de la Diócesis de Tenerife, publicado en 1965, una sucinta información general de la parroquia de “La Degollación de San Juan Bautista” de Arafo, en la que mencionaba el número de feligreses (3,283), su categoría (entrada) y el número de escuelas (10 nacionales y una parroquial); su casa rectoral con huerto y teléfono (número 3); Hermandad del Santísimo Sacramento; Cofradías de la Virgen del Carmen y María Auxiliadora; Acción Católica y Cáritas parroquial; salones parroquiales (dos); y sus fiestas patronales (el último domingo de agosto). Luego hizo una breve reseña histórica, en la que destacó la construcción y bendición de la primitiva ermita, así como la creación de la parroquia y la ampliación de la iglesia. También señaló los principales bienes artísticos que albergaba el templo parroquial (pintura, escultura y orfebrería). A continuación se detuvo en enumerar los dos pagos del término (La Hidalga y Playa de Lima), con sus habitantes, distancia a la parroquia, escuelas y ermitas (una en fase inicial de construcción -San Andrés- y otra ya existente -San Juanito-).

A comienzos del verano de ese mismo año 1965 se celebró una Misión en Arafo. Al igual que en el resto de los pueblos del Sur, el resultado de ésta se recogió en el Boletín Oficial del Obispado y, según dicha crónica, todos los actos se centraron en la cabecera municipal, con la colaboración del párroco. En esta localidad, la Santa Misión corrió a cargo de los padres jesuitas Martínez y Maldonado, quienes tuvieron un buen recibimiento. Según su crónica, para atraer a los hombres los actos se celebraron en la plaza, con bastante éxito, sobre todo en tres momentos: la visita de la Virgen del Socorro, el Vía Crucis y el sermón del perdón de las injurias; la tónica general fue positiva, hasta el punto de ser considerada extraordinaria, fundamentalmente entre los jóvenes, pues la predicación llegó a todo el pueblo y tuvo una clausura solemne; no obstante, los hombres, especialmente los casados, no mostraron interés por la confesión…

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La electrificación e instalación del alumbrado público en El Escobonal y demás núcleos de la comarca de Agache (Güímar)

En artículos anteriores nos hemos ocupado de muchos temas históricos y personajes destacados, tanto de El Escobonal como del resto de la comarca de Agache, en el municipio de Güímar. En esta ocasión, antes de centrarnos en el tema elegido, creemos conveniente recordar que, a lo largo del siglo XX (desde 1911 hasta 1967), dicho pueblo se fue dotando de los servicios públicos básicos: escuela mixta (1911), cartería (1912), escuelas unitarias de niños y niñas (1919), cementerio (1919), locutorio telefónico (1923), parroquia (1929), taxi (1931), nuevas escuelas de ambos sexos (1931), centralita telefónica (1933), plaza pavimentada y acondicionada (1937), pista hasta El Tablado (1941), depósitos de agua para el consumo (1948), plaza de practicante (1955), agrupación escolar (1963) y red de distribución de agua potable (1964).

En este artículo continuamos informando de esa lenta dotación de servicios en Agache, centrándonos en la electrificación y el alumbrado público. Éste se solicitó por primera vez en 1936 por un concejal de El Escobonal, pero no se logró que fuese una realidad hasta 1967, en que culminó la electrificación de todos los núcleos de medianías de la comarca y se procedió a su inauguración, por lo que ya se ha cumplido el 55 aniversario de dicho acontecimiento histórico.

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Distinciones municipales concedidas por el Ayuntamiento de Vilaflor de Chasna durante la Dictadura franquista (1936-1975)

Aunque el Ayuntamiento de Vilaflor de Chasna nunca ha sido muy pródigo en la concesión de honores y distinciones, durante la Dictadura franquista se aprobaron muchas más que en toda la historia municipal anterior. A pesar de que tras el golpe de estado que inició la Guerra Civil se acordó mantener los nombres tradicionales de las calles y las plazas del municipio, en las décadas posteriores se concedieron por lo menos diez distinciones para siete personas y una imagen religiosa, siendo probable que aún falte alguna que por el momento no hayamos podido localizar.

En 1936 se nombró Hijo Adoptivo al general don Francisco Franco Bahamonde; en 1943 se concedió la misma distinción al secretario del Ayuntamiento don Manuel Fernández López; en 1947 también se nombró Hijo Adoptivo el nuevo obispo tinerfeño don Domingo Pérez Cáceres y se dio su nombre a la plaza principal de la localidad; pocos años después se nominó una calle con el nombre del ingeniero forestal don Francisco Ortuño Medina; en 1961 se nombró Hijo Predilecto al Hermano Pedro, cuyo nombre también se dio a una avenida; en ese mismo año se nombró Alcaldesa Perpetua a la Virgen de Abona, Patrona del Sur de Nivaria; y en 1962 se concedió el título de Cronista Oficial de Vilaflor, primero al abogado don Jesús Hernández Acosta y luego al maestro y poeta don Emeterio Gutiérrez Albelo, probablemente por renuncia del anterior…

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La Cofradía de las Ánimas Benditas de la parroquia de San Joaquín de Fasnia (1796-1836)

La parroquia de San Joaquín de Fasnia fue erigida por auto del obispo don Antonio Tavira y Almazán fechado el 29 de enero de 1796; comenzó a regir el 19 de marzo de dicho año y tuvo su primera sede en la Iglesia Vieja, que hoy se encuentra en ruinas. En el decreto de mandatos dado por dicho prelado el 13 de ese último mes, se dispuso que se creasen en estas parroquia dos Hermandades: la del Santísimo Sacramento y la de la Misericordia. Si bien sí se creó la primera, no ocurrió lo mismo con la segunda, que fue sustituida por una Cofradía de Ánimas. No obstante, sí se crearía por entonces una Hermandad del Santísimo Rosario.

Como ya nos hemos ocupado con anterioridad de las dos Hermandades mencionadas, en este artículo nos vamos a centrar en la Cofradía de las Ánimas Benditas, que se mantuvo en esta parroquia por lo menos desde 1796 hasta 1836. Tenía como cometido la compasión por aquellos que se habían quedado a mitad de camino entre el Cielo y el Infierno, en el Purgatorio, encargando misas y plegarias, tanto para sus miembros como para los que no tuviesen capacidad económica suficiente para dejar misas por su alma, con el fin de liberarlas y que pudiesen alcanzar la Gloria Eterna, dejando de vagar en pena. Los rezos y oficios comenzaban tras una llamada con un toque especial de campana, el toque de Ánimas, una hora después del Ángelus vespertino. La cofradía aseguraba un número determinado de misas a cada cofrade que muriese y los cirios o velas en su entierro. Asumía además un oficio de aniversario, que se fijaría a comienzos de noviembre, así como la celebración de misas de sufragios generales por los difuntos todos los lunes de cada semana, en el altar de Ánimas que existía en la parroquia, aunque luego, por falta de limosnas, esas misas se reducirían a una al mes; la Cofradía debía pagar tanto los gastos del párroco como de la cera utilizada en esos oficios y a todos ellos estaban obligados a asistir los cofrades. Sus componentes también salían a las calles y a las casas por cuadrillas a pedir limosnas, sobre todo los días anteriores al de los Difuntos y durante noviembre, con el fin de cubrir sus gastos, haciendo oraciones por quien se lo solicitase o cantando algunas canciones, a modo de “rancho de ánimas”. También obtenían ingresos por participar sus cofrades portando velas en los velatorios y entierros, o por amortajar a los difuntos, para con esto dar buen entierro a otros pobres cuyas familias no pudiesen costearlo. Se comprometía así esta Cofradía a pagar el amortajamiento al indigente, así como al campanero y al enterrador, y de celebrar una o dos misas por la intención de aquella alma…

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La Murga “Los Criticados” de Igueste de Candelaria (1969-1972), pionera del municipio y primera mixta del Carnaval tinerfeño

El municipio de Candelaria ha tenido una notable tradición carnavalera, pues además de la conocida y premiada comparsa “Tropicana”, así como de la infantil del mismo nombre, la batucada “Almagec” y otras agrupaciones locales musicales o coreográficas, ha contado en su historia con numerosas murgas: “Los Criticados” de Igueste de Candelaria (1969-1972); “Los Troncopolinos” de Barranco Hondo (1980-1984); “Los Metropolinos” (1987-1989, 1992), de carácter infantil; “Los Apalancados” (1995-1996); “Los Sangarriangas” (2007-2011); “Los Piratas” (2011-2012), infantil; “Los Troyanos” (2013); “Los Disimulados” (2018-2019), infantil; y “Los Arremangados” (2018-2022); salvo las dos primeras, todas las demás con sede en la cabecera municipal. En este artículo nos vamos a centrar en la primera de estas agrupaciones.

En 1969 surgió en Igueste de Candelaria la murga pionera del municipio, “Los Criticados”, por iniciativa de don Juan Higueras y doña Amelia Garabote. También fue la primera que incorporó en sus filas a componentes femeninos, por cuyo atrevimiento fueron muy criticados cuando aún estaban en fase de organización y ensayo, de ahí el nombre que eligieron. En ese primer año actuaron exclusivamente en Igueste; al año siguiente se desplazaron a la cabecera municipal, donde criticaron la labor del Ayuntamiento; en 1971 participaron oficialmente en las entonces “Fiestas de Invierno” de Santa Cruz de Tenerife, aunque fueron descalificados en el concurso por presentarse al mismo una vez comenzado, dadas las dificultades para el desplazamiento desde su pueblo hasta la capital; y en 1972 se disolvieron, tras participar un año más en dichas fiestas. La historia de esta murga, que ocupa un lugar destacado en la historia del carnaval tinerfeño, fue rescatada por el historiador Ramón Guimerá Peña, del que hemos extraído la mayor parte de la información utilizada para este artículo. Sin duda, la existencia de esta agrupación debe ser recordada y reconocida…

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