Granadilla de Abona: Don José Álvarez de Frías (1766-1836), sargento 1º de Milicias, instructor y comandante accidental de su Compañía, propuesto para oficial, perpetuado en el Ejército y propietario agrícola

De origen modesto, nuestro biografiado seguiría una larga carrera militar en el Regimiento Provincial de Abona, en el que entró a servir como soldado, ascendiendo luego a cabo 2º, cabo 1º, sargento 2º y sargento 1º. Como sargento 2º pasó a prestar sus servicios durante unos tres meses en el Batallón de Infantería de Canarias, de guarnición en Santa Cruz de Tenerife; y como sargento 1º lo hizo durante siete meses en la Columna de Granaderos Provinciales, de guarnición en la misma plaza. Luego estuvo encargado de la instrucción de su Compañía, de la que se hizo cargo en varias ocasiones como comandante accidental. En razón a sus méritos fue propuesto para el ascenso a oficial, aunque no se hizo efectivo, y se le concedió la perpetuación en el Ejército. Tras más de tres décadas de carrera militar, en la que no participó en ninguna campaña ni acción de guerra, debió retirarse con el fuero entero militar. Además, durante toda su vida estuvo al cuidado de sus propiedades agrícolas.

Nació en Granadilla de Abona hacia 1766, siendo hijo de don José Álvarez Baso y doña Antonia de Frías. Fue bautizado en la iglesia de San Antonio de Padua de dicha localidad, pero de momento no hemos podido localizar su partida de bautismo…

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Güímar: Don Hipólito Díaz Campos “Polo el Abogado” (1901-1986), cantante folclórico, bailador y director de baile de la Rondalla de El Escobonal, emigrante a Cuba, jornalero, agricultor y levantador de piedra

Miembro de una modesta familia de agricultores, nuestro biografiado emigró a Cuba, donde trabajó en la caña de azúcar; a su regreso ejerció como jornalero en una finca de Arico y luego dedicó el resto de su vida a la agricultura, en los terrenos de su propiedad. Además, desde joven aprendió a cantar y bailar los aires de la tierra, llegando a formar parte de la primera Rondalla de El Escobonal; posteriormente formó parte de la nueva Agrupación de Coros y Danzas del mismo pueblo, como cantante solista y director de baile, por lo que recibiría un homenaje póstumo en El Tablado. También destacó como levantador de piedra.

Nuestro biografiado nació en el Lomo de la Vera de El Escobonal el 29 de enero de 1901, a las doce de la noche, siendo hijo de don Santiago Díaz Rodríguez y doña Dominga Campos Pérez. El 1 de febrero inmediato fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol de Güímar por don Rafael Tiburcio Rodríguez, cura ecónomo de dicha parroquia y arcipreste del partido; se le puso por nombre “Hipólito” y actuó como madrina doña María Magdalena Marrero, siendo testigos don Rafael Hernández Delgado y don Fernando Delgado. Por su facilidad de palabra, fue conocido entre sus paisanos como “Polo el Abogado”…

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Arona-Vilaflor de Chasna: Don Lázaro Domínguez Villarreal (1638-1697), alférez de Milicias, propietario agrícola y ganadero, de linaje aborigen

Miembro de una destacada familia aronera de claro linaje aborigen (tanto de Tenerife como de Gran Canaria), vinculada sobre todo a las Milicias Canarias por muchos de sus ascendientes y descendientes, nuestro biografiado también siguió la carrera militar hasta alcanzar el empleo de alférez de las Milicias de Adeje-Abona. Simultáneamente, durante toda su vida se dedicó al cuidado de las considerables propiedades agrícolas y ganaderas que poseía en la amplia jurisdicción de la antigua Chasna.

Nació probablemente en el pago de Arona el 26 de julio de 1638, siendo hijo del alférez don Juan Gaspar y doña María Domínguez Villarreal, propietarios agrícolas. El 15 de agosto inmediato fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol de Vilaflor de Chasna por el cura párroco Br. don Alonso Perera; se le puso por nombre “Lázaro” y actuó padrino don Pedro García del Castillo…

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El fútbol en Candelaria en los años veinte del siglo XX: los orígenes del “Candela F. C.”

Es de sobra conocido que Candelaria ha tenido una larga tradición luchística, con excelentes individualidades y equipos en casi todos los núcleos de población del municipio; pero no todos saben que además cuenta con una tradición futbolística que ya es casi centenaria.

Al margen de los primeros equipos formados en los núcleos de Igueste y Barranco Hondo, de los que ya nos hemos ocupado con anterioridad, en el casco del municipio se contó inicialmente con el “Achbinico”, el cual ya existía hacia 1923, al que sucedió el histórico “Candela”, que ya competía en 1924 y aún continúa manteniendo la afición por el fútbol en Candelaria. Pero en la misma cabecera municipal también existieron otros equipos más efímeros, como el “Libertad Fútbol Club”, fundado en 1932; el “Atlético Candelaria Club de Fútbol”, cuyo reglamento fue aprobado en 1942; y el “C. D. Céntimo”, que ya jugaba en 1942.

En este artículo nos vamos a centrar en los orígenes del “Candela F.C.”, el histórico club candelariero, en el período comprendido entre 1924 y 1930, del que gracias a la prensa conocemos algunos de los primeros partidos disputados y el primer torneo que organizó, así como varias de sus alineaciones…

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Arafo: Don Felipe Marrero Rodríguez (1842-1905), sanitario aficionado y altruista, hermano mayor del Santísimo Sacramento, elector contribuyente, fiscal municipal, mayordomo de la fábrica parroquial, cuarto mayor contribuyente de Arafo, propietario rico y caritativo

Fue uno de los propietarios agrícolas más ricos de Arafo, llegando a ser el cuarto mayor contribuyente del municipio, por lo que figuró en la lista de los electores contribuyentes de dicho término, con derecho a participar en la elección de compromisarios para senadores. En su localidad natal fue designado para el cargo de juez municipal, pero del que no llegó a tomar posesión, aunque sí asumió el de fiscal municipal durante muchos años; además, estuvo muy vinculado a la parroquia de San Juan Degollado, en la que fue hermano mayor de la Hermandad del Santísimo Sacramento y mayordomo de la fábrica parroquial. Pero, sobre todo, es recordado por su actividad sanitaria altruista, pues se inició en dicha labor con un tío en La Laguna, donde adquirió ciertos conocimientos de enfermería, que complementó con una amplia biblioteca sobre dichos temas, por lo que dedicó gran parte de su vida a poner inyecciones, sacar muelas y hacer las primeras curas a los paisanos que necesitaban sus servicios; asimismo, el médico lagunero oriundo de Arafo don Manuel Pestano le proporcionó recetas firmadas, para que administrara los medicamentos que creyera convenientes a sus pacientes, pues confiaba plenamente en su criterio. Su labor socio-sanitaria en el municipio fue enorme, pues visitaba los hogares más humildes, donde atendía a los más necesitados sin recibir ningún tipo de gratificación e incluso les dejaba dinero debajo de la almohada o alimentos que traía de su propia casa, como gallinas, huevos y leche; por todo ello fue considerado el “padre del pueblo de Arafo”, de modo que su sepelio constituyó una sincera manifestación de duelo popular.

Nació en Arafo el 6 de octubre de 1842, siendo hijo de don Luis Marrero de Torres y doña Joaquina Rodríguez Díaz. Al día siguiente fue bautizado en la iglesia de San Juan Degollado por su tío el presbítero don Víctor Eusebio Marrero, con licencia del cura propio don Antonio Rodríguez Torres; se le puso por nombre “Felipe Fernando” y actuó como padrino don Agustín Hernández del Castillo…

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Güímar: Fray Gregorio de San Diego González Bencomo (1649-1708), sacerdote franciscano, superior provincial de su Orden, lector de Tercia, discreto y presidente del Monasterio de La Laguna, definidor, cronista de la Provincia de San Diego de Canarias, comisario calificador del Santo Oficio, custodio y guardián del Convento de Las Palmas

Nuestro biografiado profesó en el Convento franciscano de San Miguel de las Victorias de San Cristóbal de La Laguna, donde, tras ordenarse de presbítero, desempeñó los cargos de lector de Tercia, discreto y presidente. Por entonces también actuó como cronista de la Provincia de San Diego de Canarias, censor de publicaciones religiosas y definidor o miembro del Definitorio de su Orden en las islas. Luego fue nombrado custodio o superior de los conventos franciscanos de Gran Canaria y luego guardián o prelado ordinario del Convento de Las Palmas. Además, obtuvo los títulos de comisario y calificador del Santo Oficio de la Inquisición. Posteriormente fue elegido superior provincial de su Orden en el archipiélago, máxima responsabilidad en la que permaneció durante un trienio. Finalmente, pretendió ser ministro del Santo Oficio, lo que parece que no obtuvo. Falleció en el Convento franciscano de La Laguna.

Nació en Güímar en enero de 1649, siendo hijo de don Matías González y doña Juana Díaz. El 31 de dicho mes fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol por el beneficiado don Juan Díaz de Lugo; se le puso por nombre “Gregorio” y actuaron como padrinos don Gabriel Pérez y doña Beatriz González, vecinos de dicho lugar…

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Vilaflor de Chasna: Don Juan García del Castillo (1696-1747), alférez de Milicias, propietario agrícola y ganadero

Miembro de una destacada familia sureña, al igual que su padre y un tío paterno, nuestro biografiado también siguió la carrera militar en el Regimiento de Milicias de Adeje-Abona, en el que alcanzó el empleo de alférez de la Compañía de Tamaide, en el que permaneció hasta su prematura muerte. Además, durante toda su vida estuvo al cuidado de las propiedades agrícolas y ganaderas que heredó de sus padres, recibió por dotes matrimoniales y fue adquiriendo a lo largo de su existencia, tanto en la jurisdicción de Adeje como en la de Vilaflor de Chasna, sobre todo en el pago de Trevejos, en el que nació, y en el de Jama, en el que vivió.

Nació en la jurisdicción de Vilaflor de Chasna el 10 de enero de 1696, siendo hijo del alférez don José García del Castillo y Bello, natural de la villa de Adeje, y doña María Rodríguez, que lo era de Vilaflor, y ambos vecinos de Trevejos en el pago de Los Quemados (Vilaflor). El 26 de dicho mes fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol por el beneficiado servidor Br. don Domingo Perdigón; se le puso por nombre “Juan” y actuaron como padrinos su tío el capitán don Julián García y su esposa doña Ana García, vecinos de dicho lugar…

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La religiosidad y la vida social en el municipio de Granadilla de Abona, según la Santa Misión de 1965

Hace poco más de medio siglo, en 1965, se celebró una Santa Misión en la isla de Tenerife, una vez concluidas las realizadas en las demás islas de la Diócesis Nivariense, y poco después de la recordada peregrinación de la Virgen de Candelaria por esta isla, con el fin de recaudar fondos para el nuevo Seminario Diocesano. Después de un asesoramiento previo, el que por entonces era obispo de esta Diócesis, don Luis Franco Cascón, dispuso que se celebrara dicha Misión empezando por el Sur de la isla y siguiendo un orden geográfico, desde la parroquia de Santiago del Teide hasta la de Barranco Hondo. Tuvo lugar entre la segunda semana de mayo y la segunda de julio, evitando la época de la zafra del tomate, que solía trastocar la vida en el Sur al ocasionar un considerable trasiego de personas, dedicadas en esos meses casi exclusivamente a dicho trabajo, “de día y de noche sin descanso”. Al final de la campaña se tuvo que hacer una ligera variación, para que no coincidieran las fiestas patronales de San Pedro de Güímar con la Santa Misión. Pero resultó interesante el que el Valle de Güímar quedase para el final, con el fin de que la concentración que se planteaba en Candelaria como clausura estuviese más nutrida, como así ocurrió. La dirección de esta campaña misional fue encomendada por el citado prelado de Tenerife a un prestigioso sacerdote jesuita, el padre Sebastián Puerto, director del Centro Misional del Beato Juan de Ávila, en Montilla (Córdoba), a quien acompañarían otros siete padres jesuitas de la Península, más cuatro padres paúles y dos dominicos de Candelaria. Con algo más de un mes de anticipación se desplazó a esta isla el director, con el objetivo de conocer el terreno, tomar contacto con todos los párrocos de cada Arciprestazgo y planear la Santa Misión según las necesidades de cada parroquia, lo que motivó la confección de un estudio sociológico previo en cada una de ellas. La idea que presidió el plan fue “que no quedara ningún grupo de personas, algo notable, sin que llegara a él la gracia de la palabra de Dios”; por ello, dicha misión se extendió a un total de 73 centros, entre parroquias y barrios.

En esa época, el municipio de Granadilla de Abona estaba constituido por numerosos núcleos de población y contaba con dos parroquias. La primera era la de San Antonio de Padua en la cabecera municipal, creada en 1617; tenía categoría de término y una población de hecho de 5.629 habitantes; por entonces, según la descripción de dicha parroquia realizada por el canónigo don José Trujillo Cabrera en su Guía de la Diócesis de Tenerife, se incluían entre sus pagos: El Salto, con la ermita de San Juan Bautista; San Isidro, con la ermita de San Isidro; El Médano, con la ermita de Ntra. Sra. de las Mercedes; Cruz de Tea, sin ermita; y Los Blanquitos, también sin ermita. La segunda parroquia era la de San Luis Rey de Francia en Charco del Pino, creada en 1943; tenía la categoría de entrada y una población de hecho de 3.157 habitantes; se incluían entre sus pagos: El Calvario, sin ermita; Los Abrigos, con la ermita de San Blas; y parte de dos compartidos con la parroquia anterior, San Isidro y El Médano. Curiosamente, otros dos pagos de este municipio estaban incluidos por entonces en la parroquia de San Bartolomé del Río de Arico: Chimiche, con la ermita de la Virgen del Carmen; y Las Vegas, con la ermita dedicada a Ntra. Sra. de la Esperanza.

En la Santa Misión que nos ocupa, se establecieron siete centros misionales en el municipio de Granadilla de Abona: uno en la cabecera municipal y otros seis repartidos en los pagos de El Salto (que también abarcó a los caseríos de Las Palomas, El Draguito, Velázquez y Las Margaritas), Los Blanquitos, El Desierto, Chimiche, San Isidro y El Médano. En la villa de Granadilla tuvo su sede en la iglesia matriz de San Antonio de Padua y en el cine de la localidad; en El Salto se utilizó la ermita de San Juan Bautista, que ya estaba casi concluida; en Los Blanquitos suponemos que se habilitaría un local particular, pues carecía de ermita; en El Desierto se llevó a cabo en un salón habilitado para ello; en Chimiche se centró en la ermita de Ntra. Sra. del Carmen; en San Isidro se utilizó un salón de empaquetado, por ser la ermita muy pequeña; y en El Médano, suponemos que se fijó como sede la ermita de  Ntra. Sra. de las Mercedes, pues no se especifica. A continuación, vamos a analizar como tuvo lugar dicha Misión en este término municipal, tal como fue descrita por los propios misioneros que la llevaron a cabo en cada uno de los centros misionales, lo que nos permite conocer como era por entonces la vida religiosa y social, así como la situación económica y demográfica, en algunos de los núcleos que integraban el término municipal, con datos a veces muy curiosos. Sorprende que no se llevase la Misión a la otra parroquia del municipio, la de Charco del Pino, que por entonces era el segundo núcleo de población del término. Asimismo, llama la atención que en los distintos centros misionales no se mencionasen otros pagos existentes por entonces en el término municipal, como Los Abrigos, Arenas del Mar, Atogo, La Cantera, Castro, Los Cuervos, La Higuerita, La Mareta, Sobre la Fuente, Cruz de Tea, Las Vegas y Vicácaro, cuyos feligreses se supone que acudirían a los centros misionales más cercanos…

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Fasnia: Don Hilario Pérez Tejera (1907-1986), sargento provisional y de complemento de Artillería, guardia civil y guardia municipal de San Andrés y Sauces

Nuestro biografiado fue un modesto personaje de Fasnia, que se inició en las labores agrícolas para luego establecerse en Santa Cruz de Tenerife, donde se dedicó a la extracción de arena de una playa, a la par que fue elegido tesorero de la Sociedad de Recreo del barrio de La Alegría. Prestó su servicio militar obligatorio como soldado de Artillería y, una vez licenciado, volvió a ser movilizado con motivo de la Guerra Civil, siendo destinado al Ejército del Norte de África, en el que ascendió a sargento provisional de Artillería. Después de finalizada la contienda bélico ingresó en la Guardia Civil, pero permaneció en dicho cuerpo menos de dos años, debido a que su escaso sueldo no le daba para mantener a su familia. Reingresó en el Ejército, en el que continuaría hasta obtener su retiro como sargento de complemento de Artillería. Finalmente, obtuvo el destino civil de guardia municipal de San Andrés y Sauces, plaza que ocupó hasta su jubilación.

Nació en el pago de Sabina Alta (Fasnia) el 20 de diciembre de 1907, a las cuatro y cuarto de la tarde, siendo hijo de don Hilario Pérez González y doña Francisca Tejera Pérez. El 2 de enero inmediato fue bautizado en la iglesia de San Joaquín de Fasnia por el cura regente don José Batista y Cabrera; se le puso por nombre “Hilario Domingo” y actuaron como padrinos don Enrique Hernández Tejera y doña Domitila Tejera Pérez, casados…

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