Como propietario agrícola, nuestro biografiado gozó de una posición económica bastante desahogada, que luego mantuvo toda su descendencia. Pero su mayor prestigio lo alcanzó con la carrera militar, al igual que algunos de sus antepasados, pues fue alférez y luego capitán del Tercio y posterior Regimiento de Milicias del Valle de Güímar, empleo este último con el que llegó a ser el militar de mayor graduación residente por entonces en Arafo, lo que le permitió ser el vecino más prestigioso de dicha localidad en su época. Por ello, probablemente tuvo mucho que ver en la construcción de la ermita de San Juan Degollado en 1678 y, sobre todo, en la reconstrucción de dicha localidad tras su destrucción parcial por las coladas de la erupción volcánica de 1706. También perteneció a todas las Cofradías de la parroquia de Candelaria. Vivió siempre en su pueblo natal, donde dejó una numerosa y destacada sucesión, que se extendió por el Valle de Güímar, constituyéndose en una de las sagas más ilustres del mismo.
Nació en Arafo hacia 1651, siendo hijo de don Juan de Torres Fariña y doña Beatriz Marrero, vecinos de dicho pueblo y casados en la iglesia de San Pedro Apóstol de Güímar en 1642. De momento no hemos podido localizar su partida de bautismo, pero deducimos el año de su nacimiento por los que sí están documentados de sus hermanas. Pero sí sabemos que fue apadrinado por su pariente don Juan Bautista de Guzmán Bencomo, “procurador de Causas y notario de Cruzada” de La Laguna…
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