San Miguel de Abona: Don Nicanor Hernández García (1849-1887), estudiante de Derecho, Bachiller en Artes, 2º teniente de la Compañía de Milicia Nacional Local, juez municipal y propietario agrícola

San Miguel de Abona destacó en el siglo XIX por ser el municipio del Sur en el que, porcentualmente, un mayor número de vecinos cursaron estudios secundarios y superiores. Uno de ellos fue nuestro biografiado, miembro de una familia acomodada y muy destacada de militares, religiosos y alcaldes, quien comenzó a estudiar Derecho en la ciudad de La Laguna, donde luego obtuvo el título de Bachiller en Artes, gracias al cual fue nombrado elector de diputados a Cortes, como capacidad. Además, fue elegido 2º teniente de la Compañía de la Milicia Nacional local y juez municipal de San Miguel de Abona. Durante toda su vida trabajó como propietario agrícola.

Nació en San Miguel de Abona el 10 de enero de 1849, siendo hijo de don Miguel Hernández Feo y doña Jacinta García Alfonso. Cuatro días después fue bautizado en la iglesia del Arcángel San Miguel por el cura párroco propio don Francisco Guzmán y Cáceres; se le puso por nombre “Nicanor Miguel” y actuó como madrina doña Magdalena García Alfonso, su tía materna…

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Arafo: Don Francisco Rodríguez Rodríguez (1907-1987), maestro nacional, músico, emigrante a Cuba, agricultor, sargento provisional de Artillería, director de coros en Arafo y Breña Alta, director de las bandas de música de Guía de Isora y Arico, fundador de un grupo de teatro y comendador de Alfonso X el Sabio

En su infancia, nuestro biografiado emigró con su familia a Cuba. A su regreso trabajó como agricultor, a la par que se iniciaba en la actividad musical en la Sociedad Filarmónica “Nivaria”. Después de casado, estuvo encargado de una residencia de estudiantes en La Laguna, lo que le permitió cursar los estudios de Magisterio, pues desde su niñez quería ser maestro; por entonces prestó su servicio militar, alcanzando el empleo de cabo de complemento de Artillería. Tras obtener el título de Maestro de Primera Enseñanza regresó a Arafo, donde ejerció como maestro sustituto y profesor de adultos; también continuó como clarinete de la banda “Nivaria”, fue director de un coro de niños y tallador de quintos en el Ayuntamiento. Luego pasó como maestro interino, sucesivamente, a Punta del Hidalgo (La Laguna), Arafo, Arico (donde fue delegado sindical local de Falange) y El Médano (Granadilla de Abona), afiliándose por entonces al S.E.M y al C.N.S. Con motivo de la Guerra Civil fue movilizado y ascendido a sargento provisional de Artillería. Finalizada la contienda bélica ejerció como maestro en La Cisnera (Arico) y El Salto (Granadilla), superando la oposición de acceso al Magisterio. Como maestro propietario provisional fue destinado a Tejina de Guía, período en el que fue nombrado director de la banda de música de Guía de Isora. Luego pasó como maestro a Arico, municipio en el que también asumió el cargo de director fundador de su primera banda de música. Posteriormente se le destinó a La Palma y en esta isla ejerció como maestro en Puntagorda y Breña Alta; en este último municipio fue director de un coro, miembro de la banda de música y fundador de un grupo de teatro. Finalmente, fue trasladado como maestro a San Cristóbal de La Laguna, donde ejerció durante 25 años, hasta su jubilación; con este motivo se le hizo un homenaje, el Ayuntamiento le entregó una placa y se le concedió la Encomienda de Alfonso X el Sabio. Tras su jubilación se estableció en el caserío de El Socorro (Güímar), donde residió hasta su muerte.

Este recordado personaje nació en Arafo el 17 de diciembre de 1907, a las cinco de la madrugada, siendo hijo de don Agustín Rodríguez Batista y doña María Rodríguez Hernández, conocida por “Mariquita”, naturales y vecinos de dicho lugar. Pocas semanas después, el 6 de enero de 1908, fue bautizado en la iglesia de San Juan Degollado por el cura párroco don Hildebrando Reboso y Ayala; se le puso por nombre “Francisco Lázaro Anacleto” y actuó como padrino don Anacleto Martín Hernández, natural de la isla de La Palma. Fue conocido entre sus paisanos por “Pancho” …

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Güímar: Sor Rita de San Francisco de Sales Álvarez de Castro (1772-1817), religiosa de clausura en el Monasterio de Santa Clara de La Laguna

Esta antigua monja güimarera, nacida en el seno de una destacada familia de militares, religiosos, boticarios y políticos locales, ingresó y profesó en el Monasterio de clausura de Santa Clara de San Cristóbal de La Laguna, con el beneplácito de su familia, que le dio la suficiente dote para ello. Allí transcurrió el resto su vida, pues en él falleció y recibió sepultura cuando contaba tan solo 45 años de edad, tras permanecer 20 de ellos en dicha ciudad como religiosa clarisa.

Nació en Güímar el 29 de octubre de 1772, siendo hija de don Nicolás Álvarez Pérez y doña Inés Rosalía de Castro Díaz. El 3 de noviembre inmediato recibió el bautismo en la iglesia de San Pedro Apóstol de manos del beneficiado don José Fernández Camillón; se le puso por nombre “Rita Narcisa de la Bienvenida” y actuó como madrina doña Rita Rossa. Creció en el seno de una familia numerosa, pues fue la novena de diez hermanos…

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Las antiguas fiestas patronales de Fasnia en honor de San Joaquín, celebradas hace más de un siglo

Las fiestas patronales del municipio de Fasnia son las dedicadas a San Joaquín, titular de su antigua ermita y luego de su parroquia, que se celebran tradicionalmente el tercer domingo de agosto. Son tan antiguas como la presencia de esta imagen en Fasnia, desde que se construyó la primera ermita en su honor a mediados del siglo XVII, antes de 1665. En esa primera etapa, era el mayordomo de la ermita de San Joaquín el encargado de su mantenimiento y de organizar la festividad anual del Patrono, en colaboración con el capellán encargado de celebrar en ella las misas en los días de fiesta. Dicho templo había sido dotado por la güimarera doña María Rodríguez de Guasa, quien murió soltera, dejando a la ermita dos fanegadas de tierra que poseía en el Lomo del Santo (en la Montaña de Fasnia y junto al camino real) y en la Fuente Nueva; dichas fincas tierras fueron dadas en tributo a lo largo del siglo XVIII, para con su renta cubrir los gastos de mantenimiento, las celebraciones de misas y su función anual.

Tras la segregación de la parroquia de San Joaquín en 1796, continuó sirviendo de parroquia la vieja iglesia, hasta que en 1800 se bendijo el nuevo templo parroquial en su ubicación actual. En esta nueva etapa, los gastos de las fiestas patronales, sobre todo la misa solemne y la procesión, tuvieron que ser asumidos por los feligreses de la misma. Así, entre las distintas contribuciones eclesiásticas con que estaban gravados los vecinos de Fasnia, en 1805 debían contribuir al cura párroco con “400 reales para la fiesta del patrón San Joaquín”, según recogía la Estadística de Escolar y Serrano.

Inicialmente las fiestas se limitaban a los actos religiosos: misa y procesión. Como curiosidad, en 1841 el párroco beneficiado de Güímar presidió por primera vez la función del patrono San Joaquín; en 1843 la festividad fue aplazada y se produjeron diversos incidentes, al negarse a reconocer el nuevo párroco de Fasnia las prerrogativas del beneficiado de Güímar; desde finales del siglo XIX tuvo que asistir a la fiesta la Guardia Provincial y luego la Guardia Civil, para mantener el orden público; en 1906 se produjo un nuevo aplazamiento de la fiesta de San Joaquín, lo que ocasionó nuevos incidentes; en 1910 las fiestas, organizadas por don Martín Esquivel Díaz, destacaron por sus adornos; en 1911 ya hay constancia de que se celebraron actos populares; en 1917 la iglesia llegó a tal estado de ruina que el alcalde prohibió la celebración de oficios religiosos e, incluso, se suprimió la fiesta anual en honor de San Joaquín; y en 1918 se desplomó la  iglesia con motivo de un fuerte temporal, por lo que, previo acondicionamiento, durante 15 años sirvió como iglesia provisional la reducida sacristía…

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El “Homenaje al árbol” celebrado en Guía de Isora en 1921, en el marco de las fiestas patronales

En el año 1915 se celebró una “Fiesta del árbol” en Guía de Isora, de la que ya nos ocupamos en un artículo anterior. Seis años más tarde se organizó otro “Homenaje al árbol”, en el marco de las Fiestas Patronales del mes de septiembre y como uno de sus principales actos, junto a una exposición artística regional y a la bendición de la torre de la iglesia parroquial, hace justo 101 años.

Considerado el acto más culto de los incluidos en el programa en las fiestas patronales de 1921, se celebró el 18 de septiembre, a partir de las cuatro de la tarde, y en él destacaron las intervenciones de don Francisco Arroyo, administrador de Correos de dicha localidad; don Manuel Gandarias Blanco, juez de primera instancia e instrucción de Santa Cruz de Tenerife; y don Heraclio Sánchez Rodríguez, canónigo magistral de la Catedral de La Laguna y profesor de Derecho Canónico en la Universidad de dicha ciudad, quien por la mañana había procedido a la bendición de la torre de la iglesia. Además, los inquietos isoranos don Francisco Alonso Ferrer y don Manuel González Jordán leyeron sendos trabajos de otros dos personajes: don Manuel Álvarez Hernández, natural igualmente de Guía de Isora, periodista, docente, líder republicano y activista social; y don Francisco González Díaz, periodista y escritor grancanario, considerado el “Apóstol del árbol” y el promotor en las islas de la “Fiesta del árbol” en Canarias. Asimismo, las cultas jóvenes isoranas doña Agustina Borges Coello y doña Rogelia Alonso Delgado leyeron sendos poemas de dos poetas laguneros: don Mateo Alonso del Castillo, prestigioso periodista y profesor de enseñanza media y superior; y don Manuel García Pérez, maestro nacional y también periodista. También intervino la banda de música de Guía de Isora, dirigida por don Manuel Reverón González, y un coro de jóvenes, que inicialmente iba a ser de niños. A dicho acto asistieron las autoridades locales, encabezadas por el alcalde don Abelardo González y González, los presidentes de las sociedades locales, los maestros y los niños de ambos sexos de las escuelas, públicas y privadas. Probablemente tuvo mucho que ver en la organización la Sociedad de recreo e instrucción “Amigos del Arte” de dicha localidad…

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Candelaria: Don Néstor Castro Bello (1961-2021), recordado “Guanche de la piedra” de la Ceremonia de Candelaria, cocinero profesional, curandero popular y colaborador de las fiestas de Malpaís

Nuestro biografiado, desaparecido hace solo un año, será recordado, sobre todo, por representar al “Guanche de la piedra” durante 19 años en la tradicional Ceremonia de la Virgen de Candelaria, a la que también han estado y están vinculados su abuelo, sus padres, sus hermanos, su hijo y sus sobrinos; con anterioridad había actuado como “Rey” durante un par de años y desde niño formó parte de los “guanches”, con sus zaleas, por lo que llegó a ser uno de los miembros más emblemáticos de este colectivo. En su adolescencia cursó estudios en el Instituto de Formación Profesional “Virgen de la Candelaria” de Santa Cruz de Tenerife, en el que hizo la especialidad de Hostelería en la rama de Cocina, lo que le permitió trabajar toda su vida como cocinero. Prestó el servicio militar como soldado de Infantería, sobre todo en la cocina de su Regimiento. Colaboró intensamente con las fiestas de San Antonio de Padua de su barrio natal de Malpaís, donde también perteneció a la Agrupación Juvenil de Teatro “13 de Junio”. Además, destacó como curandero, gozando de gran popularidad en toda la isla. Desgraciadamente, tanto él como su esposa fallecieron prematuramente.

Nuestro biografiado nació en Malpaís de Candelaria el 7 de octubre de 1961, siendo hijo de don Elías Mariano Castro Pestano y doña Eva Margarita Bello Pérez. El 22 de ese mismo mes fue bautizado en la ermita de San Antonio de Padua de dicho barrio por el cura delegado fray Jesús Delgado; se le puso por nombre “Néstor Javier” y actuaron como padrinos don Adolfo Alonso Castro y doña Felipa Emigra Núñez Bello. La partida de bautismo fue anotada en la parroquia de Santa Ana de Candelaria…

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Candelaria: Don Lorenzo de Barrios Álvarez (1814-1901), regidor y concejal del Ayuntamiento, segundo teniente de la Milicia Nacional local, primer teniente de alcalde y alcalde accidental, mayordomo de la Virgen de Candelaria, propietario agrícola y elector contribuyente

Nuestro biografiado formó parte de una familia que destacó en las Milicias, la política local y la vida parroquial. Toda su vida trabajó como propietario agrícola, pero el prestigio de que gozó entre sus paisanos y su fuerte compromiso social hizo que lo eligieran para desempeñar distintos cargos públicos en Candelaria: regidor del Ayuntamiento, segundo teniente de la Milicia Nacional local, primer teniente de alcalde y alcalde accidental, mayordomo de la Virgen de Candelaria, elector contribuyente y de nuevo concejal del Ayuntamiento. Vivió siempre en el pago de Igueste, donde dejó una amplia sucesión.

Nació en el pago de Igueste el 14 de mayo de 1814, siendo hijo de don Domingo Bonifacio de Barrios Rodríguez Portugués, de la misma naturaleza, y doña María Cecilia Álvarez Machado y Rodríguez, nacida en la ciudad de La Laguna. Cinco días después fue bautizado en la iglesia de Santa Ana de Candelaria por el cura párroco don José Román Roche; se le puso por nombre “Lorenzo de la Ascención” y actuó como padrino don Domingo José Coello. En ese mismo parto nació su hermana gemela “Gregoria Antonia”…

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Güímar: Doña Fructuosa Bethencourt Yanes (1908-1958), maestra interina de las escuelas de niñas de El Mocanal, Güímar y Chimiche

Nuestra biografiada se trasladó con su familia a Santa Cruz de Tenerife durante su niñez. Cursó la carrera de Magisterio en la Escuela Normal de Maestras de La Laguna y, una vez concluida, desempeñó varios destinos como maestra interina. Inicialmente fue nombrada para la escuela de niñas de Las Hayas en Arure (La Gomera), pero renunció a dicho destino; luego se le adjudicó la escuela de niñas de Tamargada (Vallehermoso), en la misma isla, aunque por permuta pasó a la de El Mocanal (Valverde), en El Hierro, a cuyo frente permaneció durante algo más de tres años y medio. Tras cesar voluntariamente en dicho destino, durante un año prestó el Servicio Social, dependiente de la Delegación local de Auxilio Social de Santa Cruz de Tenerife, en comedores de distintos barrios de dicha capital. Luego volvió a ejercer como maestra interina en una de las escuelas de niñas de la Sección graduada de Güímar, durante casi cuatro meses. Finalmente, desempeñó como sustituta la escuela unitaria de Chimiche, en Granadilla de Abona, durante tres meses. De momento no tenemos constancia de que nuestra biografiada desempeñase otras escuelas, probablemente debido a su precaria salud, que la tuvo apartada de la actividad social durante mucho tiempo y la llevó a la tumba con tan solo 50 años.

Nació en el pago de El Escobonal (Güímar) el 20 de enero de 1908, a las siete de la noche, siendo hija de don Pedro Bethencourt Pérez y doña María Yanes Delgado, de la misma naturaleza. Tres días después fue bautizada en la ermita de San José de dicho pueblo por don José Batista y Cabrera, cura regente de Fasnia, con licencia de don Manuel E. Cortés y Segura, cura ecónomo y arcipreste de Güímar, pero la correspondiente partida fue inscrita en la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol de Güímar; se le puso por nombre “Fructuosa Sebastiana Inés” y actuó como madrina su tía doña Brígida Yanes Delgado, siendo testigos el sacristán don Rafael Hernández Delgado y el futuro sacerdote don Pedro Rodríguez Baute. Curiosamente, su partida no fue inscrita en el Registro Civil de Güímar hasta el 23 de mayo de 1929…

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El artículo “Arona y Los Cristianos”, publicado por el Dr. D. Juan Pablos Abril en 1969

El artículo “Arona y Los Cristianos” fue publicado por el Dr. don Juan Pablos Abril en Diario de Avisos el 17 de marzo de 1969 y reproducido en el mismo periódico el 7 de julio de 1972. En él, su autor comienza hablando del Cristo de la Salud, venerada imagen de la iglesia parroquial de Arona, una reproducción de la cual le fue regalada por don Buenaventura Ordóñez Vellar, alcalde de dicha localidad y también médico, que conservaba en su casa de Cáceres. Luego destaca la amplia panorámica de la costa del municipio que se contempla desde El Calvario del pueblo, con sus distintos núcleos de población y los numerosos conos volcánicos que salpican el paisaje, hasta el entorno de la playa de Los Cristianos. A continuación se centra en la cabecera municipal, en la que a pesar de su pequeñez destaca su encanto y limpieza, la flora urbana, el gran almácigo que figura en el escudo de la localidad, la Iglesia parroquial matriz de San Antonio Abad, sus fiestas patronales y los pagos próximos. Asimismo, auguraba que la autopista en construcción y el futuro aeropuerto del Sur revalorizarían este término “en proporciones desconocidas”, como así ha ocurrido.

Posteriormente se ocupa de las parroquias de San Lorenzo Mártir del Valle al que da nombre y Nuestra Señora del Carmen de Los Cristianos, destacando los pagos que dependían de cada una, sobre todo Las Galletas y su ermita, y elogiando al párroco de la localidad. También destaca la variedad de paisajes, los caminos del casco urbano, las zonas boscosas de la zona alta, la vegetación desértica de la costa y los oasis verdes de los cultivos de tomates y plataneras, favorecidos por los canales de agua que iban transformando en fértiles las tierras anteriormente improductivas. Dedica los últimos párrafos a Los Cristianos, haciendo referencias a su hermosa playa de arena blanca, el puerto, el hotel de Reverón, la bahía y sus grandes posibilidades turísticas, apoyadas en el plan de ordenación urbana que daba sus primeros pasos y que según él todos debían apoyar. También señalaba la necesidad de construir los espigones previstos para agrandar la playa e incrementar la extensión de arena, obra que él había apoyado desde su cargo. Asimismo destaca la presencia de bañistas y turistas, los barcos de pesca y la transparencia de las aguas, tan adecuada para la pesca submarina. Concluye apostando con entusiasmo por el desarrollo turístico de Los Cristianos…

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