Guía de Isora: Don Miguel de Vargas (1674-1757), teniente de Milicias, que renunció al ascenso a capitán, mayordomo de las ermitas de Guía y Chío

Chío-1     Miembro de una destacada familia de Chío, nuestro biografiado tuvo un fuerte compromiso religioso, pues en su juventud fue mayordomo de la ermita de Ntra. Sra. de la Luz de Guía y en su madurez lo fue de la ermita de San Juan Bautista de su pago natal, al igual que lo había sido su padre. Además, siguió una notable carrera militar, pues fue nombrado alférez de la compañía de Milicias de Isora y luego ascendió a teniente capitán de la compañía de Chío; en este destino renunció a su ascenso a capitán, pues ya estaba a punto de cumplir los 80 años, aunque continuó ocupando su plaza tres años más, hasta su muerte.

     Nació en el pago de Chío el 5 de abril de 1674, siendo hijo don Lázaro de Vargas y doña María Márquez, bautizados en Icod pero vecinos de dicho pago. El 20 de agosto de ese mismo año fue bautizado en la iglesia de San Marcos de Icod de los Vinos por el beneficiado Lcdo. don Pedro González Borges; se le puso por nombre “Miguel” y actuó como padrino don Marcos Martín, “habiendole echado el agua el dicho padrino por aber nasido en partes remotas”…

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Artículo-MIGUEL DE VARGAS

Las agrupaciones políticas de Vilaflor de Chasna en el primer tercio del siglo XX y su eclosión en la II República (1931-1936)

Vilaflor-18     El primer partido constituido en Vilaflor del que tenemos noticias fue el Comité Republicano, fundado en 1913, y en 1928 ya existía un comité de Unión Patriótica, vinculado a la Dictadura de Primo de Rivera. Pero fue en la II República cuando se produjo una eclosión política, al fundarse cuatro agrupaciones o comités locales, dos en 1933: Partido Republicano Radical Socialista y Acción Popular Agraria; y dos en 1936: Unión Republicana e Izquierda Socialista. Ninguno de ellos ha llegado hasta el presente, pues todos fueron disueltos al comienzo de la Guerra Civil.

     En los albores del siglo XX dominaba en este municipio la ideología liberal, pues según informaba la prensa tinerfeña, en las elecciones municipales celebradas el domingo 12 de diciembre de 1909, en Vilaflor no hubo elección, por haberse proclamado como concejales los tres candidatos liberales presentados, con arreglo al artículo 29; dichos concejales eran fieles al partido del diputado liberal tinerfeño don Félix Benítez de Lugo y Rodríguez. En 1913 se constituyó en Vilaflor la primera agrupación política local que conocemos, un Comité Republicano, que quedó compuesto por los siguientes miembros: presidente, don Camilo Hernández; tesorero, don Juan Díaz Rodríguez; secretario, don Fulgencio Hernández; vocales: don Emeterio Martín, don Luis Cano y don Agustín Fumero Melián…

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Artículo-AGRUPACIONES POLÍTICAS VILAFLOR-II REPÚBLICA

Granadilla de Abona: Fray Nicolás Peraza y Ayala (1732-1822), predicador general franciscano, guardián y presidente en los conventos de Garachico, Buenavista y Granadilla

Granadilla-convento     Oriundo de Granadilla de Abona, con una larga tradición familiar de militares y eclesiásticos, nuestro biografiado optó por la segunda posibilidad y profesó en el convento franciscano de Granadilla. Tras ordenarse sacerdote obtuvo el título de Predicador General y la licencia como confesor de monjas. Además, ostentó los principales cargos en varios conventos de la Orden Seráfica de San Francisco en Tenerife, pues fue presidente del de Garachico, así como guardián y presidente tanto en el de Buenavista del Norte como en el de Granadilla de Abona. En esta última localidad se secularizó, al ser suprimido el convento con motivo de la desamortización, y en ella falleció poco después.

     Nuestro biografiado nació en Icod de los Vinos el 24 de octubre de 1732, siendo hijo de don Isidro (González) Peraza de Ayala del Castillo, natural de Granadilla de Abona, y de doña (María) Gracia (Afonso) de Miranda y Socas, que lo era de Icod. El 2 de noviembre inmediato fue bautizado en la iglesia de San Marcos por el presbítero don Juan Estévez de la Guardia, con licencia del beneficiado rector don Pedro Rodríguez Camejo; se le puso por nombre “Nicolás” y actuó como padrino el presbítero don Miguel de Vargas…

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Artículo-FRAY NICOLÁS PERAZA DE AYALA

Pleito por la negativa de los vecinos de Arafo y Candelaria a cumplir sus obligaciones parroquiales en la iglesia de San Pedro Apóstol de Güímar (1633-1643)

Candelaria-Güímar-iglesias     El Beneficio o Parroquia comarcal de Güímar fue creado en 1533, al segregarse de la parroquia matriz de Ntra. Sra. de la Concepción de La Laguna. Comenzó a regir en 1539 y desde entonces tuvo su sede principal en Candelaria, primero en el Santuario de la Virgen, luego en la Cueva de San Blas y finalmente en la iglesia de Santa Ana, construida para ese fin, aunque la ermita de San Juan de Güímar de Arriba también sirvió como ayuda de Parroquia. Su jurisdicción abarcaba toda la comarca, desde el actual término de Candelaria hasta el de Fasnia, ambos incluidos. Pero el 24 de abril de 1630, dicha Parroquia fue trasladada a la iglesia de San Pedro Apóstol de Güímar por el obispo don Cristóbal de la Cámara y Murga, quien dispuso que todos los feligreses “acudan a la dicha yglesia y Parrochia [donde] tienen obligacion, opprimiendoles a ello si fuere necessario”; esta decisión estuvo motivada porque, en esa época, en este pueblo ya estaba concentrado el mayor vecindario y potencial económico de la comarca y, además, la ermita del barrio de San Juan se había derruido un año antes a causa de un temporal. Por ello, en adelante en la iglesia de Santa Ana solo se celebraría Misa algunos días del año, pero no el resto de los Sacramentos.

     Los vecinos de Arafo y Candelaria se resistieron a acudir a Güímar y, para intentar retener su parroquia, el 26 de mayo de dicho año los más pudientes de ambos pueblos otorgaron diversas escrituras en las que imponían tributos a favor de la fábrica parroquial de Santa Ana, con los que cubrir los gastos del aceite de la lámpara del Santísimo Sacramento, requisito exigido para poder crear o mantener una parroquia. Pero como no consiguieron detener el traslado, en 1633 iniciaron un largo pleito, que sostuvieron durante una década con el beneficiado de San Pedro. A pesar de recibir tres sentencias favorables al traslado, emitidas en 1633, 1638 y 1639 por los obispos de Canaria, don Cristóbal de la Cámara y Murga y don Francisco Sánchez de Villanueva, así como por el provisor y vicario general de la misma Diócesis, don Luis Ruiz de Alarcón, los vecinos de Arafo continuaron resistiéndose a acudir a la iglesia de San Pedro y, siempre unidos a los de Candelaria, acudieron al provisor del Arzobispado de Sevilla, quien en 1641 dispuso que volviese a establecerse la parroquia en la iglesia de Santa Ana, por lo que se exoneraba al vecindario de ambos pueblos de acudir a Güímar para cumplir con sus obligaciones cristianas. Pero pasaron dos años sin que dicha sentencia se hiciese efectiva, por lo que en 1643 los citados vecinos obtuvieron un mandamiento de ejecución de la misma, que presentaron ante el obispo de Canarias, quien acató dicha sentencia y ordenó al beneficiado de Güímar que cumpliese lo dispuesto. Así se vino a resolver el pleito, al crearse en la iglesia de Santa Ana, en ese mismo año 1643, una ayuda de parroquia (o parroquia aneja) dependiente de la de Güímar y con jurisdicción sobre Arafo. No obstante, a pesar de la solicitud de dichos vecinos, la parroquia principal del Beneficio se siguió manteniendo en Güímar…

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Candelaria: Don Juan Chico Núñez (1846-1916). Las hazañas de un célebre luchador de Araya de Candelaria, considerado el mejor puntal de Tenerife en su época

   El municipio de Candelaria siempre ha tenido un elevado protagonismo en la historia de la lucha canaria en Tenerife, que arrancó con la célebre Luchada de la Media Montaña, en la costa de Barranco Hondo, y continuó con las recordadas luchadas celebradas en Candelaria en el mes de agosto, con motivo de la festividad de la Patrona de Canarias. Los primeros luchadores destacados de este municipio, que ya destacaban en el citado “Partido del Sur” o “Bando del Sur” en el último tercio del siglo XIX, correspondían a dos familias: los “Chicos”, naturales y vecinos de Araya, y los “Higueras”, que lo eran de Igueste.

      Junto a sus hermanos, nuestro biografiado fue uno de los primeros puntales de lucha canaria nacido en el municipio de Candelaria. Pero sus cualidades deportivas y sus hazañas rebasaron las fronteras locales, dado que llegó a ser considerado el mejor luchador de Tenerife en su época, lo que demostró en diversas luchadas en las que capitaneó al bando del Sur o la selección de Tenerife, algunos de los cuales le dieron más de un disgusto. Así, en un encuentro celebrado en El Tablero a finales de los años setenta del siglo XIX, entre los bandos del Norte y del Sur de la isla, el capitán de este último, don Juan Chico, inició una pelea al sufrir las trampas del “Ovejero” y la fenomenal contienda tuvo que ser disuelta por la Guardia Provincial, que detuvo y encarceló al puntal de Araya. Pero pocos días después se celebró otra luchada en el patio del ex-convento de San Francisco de Santa Cruz, entre una selección de Tenerife y otra de Fuerteventura; y, al ir perdiendo la tinerfeña a manos del puntal majorero, el cabo Sicilia, los responsables de ésta lograron que el gobernador civil permitiese salir de la cárcel a don Juan Chico, quien incorporado al encuentro logró derribar al citado luchador, dando el triunfo a los tinerfeños, lo que le valió el reconocimiento insular y su posterior indulto.

     Al margen de la actividad luchística, don Juan fue propietario agrícola, elector contribuyente, interventor electoral, jurado judicial y adjunto del Juzgado Municipal de Candelaria, así como adjunto y presidente suplente de la mesa electoral de la 1ª Sección del mismo municipio…

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Güímar: Don Marcial García Pérez (1848-1935), sargento 1º de Infantería, auxiliar de 1ª clase del Cuerpo de Administración Militar, maestro particular de El Escobonal, portavoz y asesor de sus paisanos y propietario agrícola

    Atraído por la carrera militar, don Marcial ingresó como soldado voluntario en las Milicias Canarias, en las que ascendió a cabo 2º y cabo 1º. Tras obtener su licencia absoluta, se dedicó a la agricultura en su pueblo natal, pero atraído por su vocación, solicitó su reincorporación al Ejército como soldado sustituto, ascendiendo rápidamente a cabo 1º, sargento 2º y sargento 1º de Milicias; con este último empleo desempeñó el cometido de brigada del Batallón de La Gomera y el de tallador de quintos en el Ayuntamiento de Güímar; luego fue declarado sargento 1º de Infantería. Posteriormente solicitó su pase al Cuerpo Auxiliar de Administración Militar, donde fue ascendiendo desde auxiliar de 4ª clase hasta auxiliar de 1ª clase; por entonces solicitó sin éxito el empleo de alférez y fue nombrado apoderado del Ayuntamiento de Güímar en la capital de la provincia. Tras su retiro se estableció en su pueblo natal de El Escobonal, donde ejerció como propietario agrícola y maestro particular. Además, fue portavoz y asesor de sus paisanos, vocal de la Junta Municipal del Censo Electoral, jurado judicial, presidente suplente de mesa electoral, socio del Casino de Güímar e impulsor de la Sociedad-Casino “El Progreso” de El Escobonal.

     Este destacado agachero nació en El Escobonal (Güímar) el 8 de julio de 1848, siendo hijo de don Francisco García Marrero y doña Inés Pérez Castro, naturales y vecinos de dicho pago. Tres días después fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol de Güímar, por el beneficiado propio Dr. don Agustín Díaz Núñez, actuando como madrina doña Bárbara Rodríguez, natural y vecina del mismo pago…

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Arico: Don Zoylo Pablo de Herrera y Cruz (1776-1837), capellán de La Orotava y párroco propio de Arico durante 29 años

Arico-iglesia-San Juan     Miembro de una destacada familia orotavense de gran vocación religiosa, nuestro biografiado siguió la tradición familiar y también cursó la carrera eclesiástica. Tras su ordenación, quedó adscrito como capellán a la parroquia de Ntra. Sra. de la Concepción de su villa natal, desde donde colaboró con su hermano Luis, por entonces párroco de Arona, en la adquisición de dos imágenes para la Parroquia de San Antonio Abad que hoy figuran entre las más veneradas en esa localidad sureña: el Cristo de la Salud y la Virgen de los Dolores. Luego fue nombrado cura párroco propio de San Juan Bautista de Arico, así como mayordomo de fábrica de dicha parroquia, a cuyo frente permaneció durante 29 años, hasta su muerte.

     Nació en la Villa de La Orotava el 27 de junio de 1776, siendo hijo de don Antonio Ignacio Martín González de Herrera y García de la Cruz y doña Antonia Rafaela de la Cruz Alayón y Borges Valladares, naturales y vecinos de dicha villa, pero la madre oriunda de Arico. Tres días después fue bautizado en la iglesia del Señor San Nicolás Obispo del Monasterio de religiosas dominicas de dicha villa, que servía de parroquia durante la reedificación del templo parroquial de la Concepción, por el presbítero don José Hernández de Ara, con licencia del Dr. don Francisco Domingo Román y Lugo, examinador sinodal del Obispado y beneficiado rector de la iglesia matriz de Ntra. Sra. de la Concepción; se le puso por nombre “Zoylo Pablo Ignacio Domingo Antonio” y actuó como padrino su pariente el Lcdo. don Pablo Alayón y Salcedo, presbítero…

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Artículo-ZOYLO PABLO HERRERA CRUZ

Crónica de sucesos: Los despeñados en Igueste de Candelaria (1853-1935). Las tristes consecuencias de vivir entre barrancos

Igueste de Candelaria     La orografía del lugar en el que se nace o se vive puede llegar a marcar la existencia de las personas e incluso el devenir de toda una comunidad. Igueste de Candelaria, un pueblo con una belleza paisajística de postal, está enclavado en el extremo norte del Valle de Güímar y dentro a su vez de otro pequeño valle, delimitado por el profundo barranco de Araca y otros más pequeños, como los de El Fuerte y El Madroño; muy cerca se encuentra el impresionante barranco de Chacorche, además de los acantilados que bordean la zona agrícola de La Mesa, así como los que se sitúan por debajo de Pasacola y continúan por la cuesta de Las Tablas. Sus habitantes han tenido que superar el problema que supone vivir entre barrancos y cerca de acantilados de considerable altura, sobre todo en una época en la que el vecindario estaba dedicado casi exclusivamente a la agricultura y al pastoreo, motivo por el cual niños, jóvenes y mayores tenían que aventurarse por caminos y veredas de difícil tránsito, para buscar el sustento en las huertas alejadas, así como para recoger leña, forraje para el ganado o el agua necesaria para el hogar, en las diversas fuentes. Más antiguamente, fue la recolección de orchilla la que se cobró muchas vidas en la isla y, por lo menos, una de ellas en esta localidad.

     Aunque hemos localizado algún accidente anterior, en el transcurso del periodo que hemos estudiado con más profundidad, de 1853 a 1935, hemos documentado hasta el momento 18 accidentes en Igueste, en los que se despeñaron otras tantas personas de las más diversas edades (niños, jóvenes, adultos y ancianos), todas menos una avecindadas en este pueblo, de las cuales murieron 11 y 7 resultaron heridas de diversa consideración, casi todas ellas conducidas a Santa Cruz de Tenerife (por tierra o mar) para practicarle la autopsia o curarle sus heridas…

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Güímar: Don Francisco Gutiérrez Hernández (1904-1932), médico brillante con un futuro truncado

Güímar antigua-3     Dedicamos este artículo a un médico prácticamente desconocido, uno de los primeros güimareros que obtuvo dicho título. Miembro de una ilustre familia, nació en el mismo año en que murió el primer médico natural de Güímar, don Cándido Rodríguez González (1848-1904). Siguiendo el ejemplo de éste, don Francisco Gutiérrez Hernández obtuvo primero el título de Bachiller y luego cursó con brillantez la carrera de médico en la Facultad de Medicina de Cádiz. Durante el período de prácticas estuvo al frente del Gabinete de Radioterapia en el Hospital Mora de dicha ciudad y luego amplió sus estudios en Madrid, pensionado por su Facultad. De regreso a la isla, ingresó en el Colegio Oficial de Médicos de Santa Cruz de Tenerife y abrió su consulta en Güímar, pero sólo pudo ejercer durante un año y medio, al sorprenderle la muerte repentinamente, cuando solo contaba 28 años de edad.

     Nuestro biografiado nació en la calle San Pedro Abajo de Güímar el 12 de enero de 1904, a las seis de la tarde, siendo hijo del entonces capitán don Waldo Gutiérrez Marrero y de doña América Hernández Mora. El 21 de febrero inmediato fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol por el cura propio don Luis Díaz y Luis; se le puso por nombre “Francisco Antonio Benito Pascual” y actuaron como padrinos sus tíos don Juan Gutiérrez Marrero, natural de Santa Cruz, y doña Hortensia Gutiérrez Marrero, que lo era de la Villa sureña…

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Artículo-FRANCISCO GUTIÉRREZ HERNÁNDEZ

Santiago del Teide: Don Fernando del Hoyo-Solórzano y Ortiz de Caraveo (1623-1704), maestre de campo de Milicias, primer Señor de la Villa y patrono fundador de su iglesia

Casa Patio con señores     De los seis Señores del Valle de Santiago, los tres que estuvieron más estrechamente ligados a esta Villa sureña fueron: don Fernando (I Señor) y don Juan José (V Señor), que fallecieron en su casa del Valle, y don Fernando del Hoyo Solórzano (VI y último Señor), que nació en dicha mansión. Los restantes vivieron allí esporádicamente, mientras tenían como residencia principal las casas de sus haciendas en Taco (Buenavista) o Garachico; pero a pesar de ello, la bella casa solariega de Santiago del Teide, la “Casa del Patio”, siempre estuvo bien atendida. En este artículo nos vamos a ocupar del primer Señor de la Villa de Santiago, don Fernando del Hoyo Solórzano y Ortiz de Caraveo, maestre de campo de Milicias, patrono de la ermita de San Juan Bautista de Taco (Buenavista), prioste de la Vera Cruz de Garachico, fundador y patrono de la iglesia de San Fernando y, sin ninguna duda, el hombre más ilustre y poderoso de los que han vivido en dicho valle.

     Nuestro biografiado nació en la jurisdicción de Buenavista (en la hacienda familiar de Taco o en la del Valle de Santiago) en agosto de 1623, siendo hijo del capitán don Juan del Hoyo Calderón y doña Jerónima Mas Ortiz de Caraveo. El 22 de dicho mes recibió el bautismo en la iglesia parroquial de los Remedios de dicha localidad, siendo apadrinado por don García del Hoyo Calderón, mayorazgo de la línea principal de su familia. Fue el único varón de cuatro hermanos…

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