La difícil detención de dos milicianos desertores de Igueste de Candelaria en 1806

Foto 2B-Vista Igueste (Garabote 1939)     El presente artículo, dedicado a un caso concreto que ocurrió en Candelaria en 1806, solo pretende poner de manifiesto la férrea legislación que se aplicaba a los desertores de las Milicias Canarias, los cuales eran perseguidos, detenidos y encarcelados. También se desprende de este caso la dificultad que ofrecía su detención, pues los fugados eran protegidos por familiares y amigos, que en algunos casos también eran detenidos por auxiliarlos.

     En 1806 se vivió uno de los momentos más tensos de la historia de Igueste, al ordenarse la detención de dos milicianos de dicho pueblo, don Lorenzo Batista y don Manuel Núñez, ambos casados y con hijos, que no querían incorporarse a la Columna de Granaderos y Cazadores Provinciales de Tenerife a la que habían sido destinados, huyendo hacia el monte de la localidad. En cumplimiento de lo dispuesto, la partida militar fue a la búsqueda y captura de los desertores, pero como inicialmente no los pudieron capturar detuvieron a las dos hermanas de uno de ellos que los socorrían, las cuales enseguida fueron puestas en libertad. Como comisionado para dicha actuación se nombró a un vecino del mismo pueblo, don Francisco Ángel Pérez, a quien se prometía reconocimiento y premio por su actuación; éste sugirió a sus superiores que también se debía detener a otro hermano que les llevaba el sustento al monte, a la vez que advertía de que los prófugos habían amenazado de muerte tanto a él como a cualquiera que los fuese a apresar, por lo que si se le acercaban tiraría a matar…

     En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Güímar: Don Nicolás Rodríguez Torres (1766-1847), mayordomo de la fábrica parroquial y de la Virgen del Socorro, beneficiado servidor y examinador sinodal del Obispado

Nicolás Rodríguez Torres     El presente artículo está dedicado a uno de los sacerdotes más preparados que Güímar ha dado y, probablemente, el más fiel a su parroquia, pues a pesar de no ostentar la titularidad del Beneficio de San Pedro Apóstol nunca se alejó de su pueblo natal, negándose incluso a aceptar ofrecimientos de otros destinos parroquiales de mayor prestigio, que casi con total seguridad se le ofrecieron. Salvo el de beneficiado titular, ostentó en su parroquia todos los restantes cargos: mayordomo de fábrica (24 años), mayordomo y secretario de la Hermandad del Carmen, hermano mayor y secretario de la Confraternidad del Rosario, mayordomo de la Virgen, Cofradía y ermita de El Socorro (22 años); ejerció en la práctica como teniente del beneficiado e incluso en dos ocasiones estuvo al frente de la parroquia, una como beneficiado interino y otra como beneficiado servidor ecónomo. Además, como reconocimiento a su preparación sacerdotal, se le concedió el título de examinador sinodal del Obispado. Sólo dejó de concurrir diariamente a la iglesia con su muerte, ocurrida a una edad avanzada.

     Nuestro biografiado nació en el barrio de Chacaica (Güímar) el 6 de diciembre de 1766, siendo hijo de don Salvador Rodríguez Adrián y doña Josefa de Torres y Ledesma. El 12 de ese mismo mes fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol por el beneficiado fray Joseph Infante, de la Orden de San Francisco; se le puso por nombre “Nicolás Joseph Bernardo Francisco Phelipe de Santa María de la Concepción” y actuó como padrino el capitán don José Delgado Trinidad…

      En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Artículo-NICOLÁS RODRÍGUEZ TORRES

Granadilla de Abona: Don Antonio Rodríguez Osorio (1857-1892), abogado en ejercicio, concejal interino del Ayuntamiento, elector contribuyente, juez municipal y rico propietario

Granadilla-21.77 (CFIT)     A pesar de crecer en una familia de larga tradición militar, don Antonio no la quiso seguir y obtuvo los títulos de Bachiller y Lcdo. en Derecho Civil y Canónico. Abrió un despacho en su pueblo natal y ejerció como abogado. Además, fue designado concejal interino del Ayuntamiento, cargo que le supuso un proceso por prolongación de funciones, aunque salió absuelto. También fue elector contribuyente, juez municipal de Granadilla y rico propietario. Pero su vida se truncó con tan solo 35 años de edad y recién casado.

     Nació en Granadilla de Abona el 4 de noviembre de 1857, siendo hijo de don Antonio Rodríguez Bello, natural de Arico, y de doña Bibiana Osorio y Peraza, que lo era de la primera localidad. Tres días después fue bautizado en la iglesia parroquial de San Antonio de Padua por el cura servidor, Br. don Juan Pedro de Frías y Peraza, con licencia del párroco propio don Francisco Rodríguez Méndez; se le puso por nombre “Antonio Carlos María de los Dolores” y actuó como padrino su tío materno, don Antonio Osorio…

     En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Artículo-ANTONIO RODRÍGUEZ OSORIO

Los jueces de paz de Arafo en su primera etapa (1855-1870)

Arafo-Calle principal     En Arafo, al igual que en los restantes municipios de España, hasta mediados del siglo XIX los juicios verbales de faltas se celebraban ante el alcalde de la localidad o el teniente de alcalde en el que aquel delegase. Pero en 1855, la Legislación española separó la autoridad civil de la judicial, al crear la figura independiente del “Juez de paz”. Afortunadamente, conocemos todos los jueces que ha tenido la jurisdicción de Arafo desde 1856 hasta hoy, aunque esta figura ha sufrido algunos cambios en este municipio a lo largo del tiempo, pues primero fueron jueces de paz (1856-1870), luego jueces municipales (1871-1945) y de nuevo jueces de paz, desde 1945 hasta el presente. En este artículo solo nos vamos a ocupar de los primeros.

     En esta primera etapa (1855-1870) solo existieron tres jueces de paz titulares, pues uno se mantuvo en el cargo durante casi todo ese período. El récord de permanencia al frente del Juzgado lo ostentó don Esteban González Perdigón, con 13 años consecutivos, seguido por don Francisco Marrero Fariña (2 años como titular, más 8 y medio como suplente) y  don Esteban Pérez Delgado (2 años como titular y otros 2 como suplente). Con respecto al lugar de nacimiento, solo uno de esos jueces no nació en el municipio de Arafo, aunque era oriundo de él: don Francisco Marrero Fariña (natural de Candelaria). Además, el juez suplente don José Bonifacio Benítez tampoco creemos que fuese natural de Arafo…

     En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Adeje: Don Manuel Bello Ángel (1867-1952), guardia provincial, sargento 2º de Infantería, sochantre-organista de la parroquia y alcalde constitucional de la villa

Adeje-4     Nuestro biografiado comenzó su servicio militar como soldado y luego actuó durante un par de meses como guardia provincial; tras ascender a cabo y cabo 1º, alcanzó el empleo de sargento 2º de Infantería, empleo con el que pasó a la reserva; en función de su empleo, participó durante varios años en las operaciones de alistamiento del Ayuntamiento, como tallador de quintos. Trabajó durante la mayor parte de su vida como sochantre-organista de la parroquia y también atendió algunas propiedades agrícolas. Además, ejerció como primer teniente de alcalde del Ayuntamiento y, como tal, actuó en varias ocasiones como alcalde accidental; luego fue elegido alcalde constitucional de la villa de Adeje. También salió sorteado para participar en los juicios con jurado que habrían de celebrarse en el partido judicial de La Orotava.

     Conocido también por don Manuel Bello y Bello (o Bello Castellano), nació en la villa de Adeje el 2 de marzo de 1867, siendo hijo de don Manuel Bello Castellano y doña Jerónima (Bello) Ángel Socas (o García). En ese mismo mes fue bautizado en la iglesia de Santa Úrsula, pero desconocemos la fecha exacta por haber desaparecido la hoja de su partida, aunque sí figura relacionado en el índice del correspondiente tomo de bautismos. Afortunadamente, la fecha de su nacimiento figura en sus filiaciones militares…

     En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Artículo-MANUEL BELLO ÁNGEL

Güímar: Don Ildefonso Díaz Delgado (1805-1890), primer teniente de alcalde y regidor del Ayuntamiento, mayor contribuyente de la comarca de Agache e interventor electoral

Casas de Ildefonso    Miembro de una familia destacada, nuestro biografiado adquirió numerosas propiedades agrícolas, que le permitieron figurar entre los mayores propietarios del municipio de Güímar. Gracias a ello pudo ser elegido perito repartidor de contribuciones, regidor y primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Güímar, alcanzando un poder político que nunca había ostentado un hijo de la comarca de Agache. Además, alcanzó el derecho a elegir diputados provinciales, diputados a Cortes y compromisarios para la elección de senadores. También actuó como interventor electoral y dio nombre a las “Casas de Ildefonso”, caserío en el que había nacido y vivió hasta su muerte.

     Nació en el pago de La Medida el 22 de enero de 1805, siendo hijo de don Felipe Mateo Díaz Ximénez de Aday y doña Antonia Delgado de Castro. Tres días después fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol de Güímar por el beneficiado propio don Florentín Núñez y Torres; se le puso por nombre “Ildefonso Vicente” y actuó como madrina doña María Rodríguez de Ledesma. Pasó su infancia y juventud en la localidad natal, pero hacia 1833 residía con sus padres y su hermano Tomás en Lomo de Mena…

     En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Artículo-ILDEFONSO DÍAZ DELGADO

El artículo “Desde mi retiro” (1929), dedicado a Vilaflor por don Diego Crosa y Costa (“Crosita”)

Vilaflor-11     En este trabajo, escrito en Vilaflor de 1929, Crosita comienza explicando que llegó a dicho pueblo como un turista anónimo, hasta que el escritor cubano y corresponsal de La Prensa en tierras chasneras, don Manuel Rodríguez Escalona, se hizo eco de su presencia en una entrevista. Luego se centra en el doctor noruego Holomboe, en cuya casa de salud se hospedaba, destacando el amor de este médico por Vilaflor y la gran labor sanitaria que allí desarrollaba, por la que se había ganado el afecto de todos los habitantes de la localidad. A continuación describe una de las antiguas casas canarias que caracterizan la arquitectura local y el encuentro con una artesana que le explica como se inició la tradición de los originales “encajes de Vilaflor”. Gran parte del artículo está dedicado al cautivador paisaje del pueblo más alto de Tenerife: su atmósfera diáfana, la mejora de las comunicaciones, su clima curativo, su altitud, sus huertas abancaladas y su entorno natural, que compara con el de otros lugares de Tenerife, pero inclinándose a su favor, al poseer unos valores que lo hacen único: sus pinares, sus casas, su iglesia con los cipreses que la custodian, sus almendros, El Sombrerito, el manantial de sus aguas medicinales, etc. Concluye recordando como pudo ser el lugar en época guanche, con un pinar mucho más extenso, cuya tala lamenta; para recordar luego la célebre frase del conquistador que dio nombre a la localidad, al admirar a una bella moza aborigen; y concluye destacando como el pueblo se había convertido en una célebre estación sanitaria, en la que todos los enfermos encuentran la salud.

    El autor, don Diego Crosa y Costa (1869-1942), más conocido por el seudónimo “Crosita, fue un hombre polifacético: poeta, periodista, músico, autor de teatro, actor, dramaturgo, dibujante, caricaturista y pintor. Nacido y fallecido en Santa Cruz de Tenerife, poseía una especial sensibilidad y un profundo cariño hacia todo lo relacionado con su tierra. Notables fueron sus caricaturas de destacados personajes de la vida social, política y cultural de Canarias. En su obra gráfica, la arquitectura tradicional es casi siempre la principal protagonista. Su obra teatral se desenvuelve dentro del costumbrismo isleño. Escribió algunos de los mejores romances y coplas de la literatura canaria y muchas de sus folías son ya piezas imprescindibles de nuestro acervo folclórico tradicional. En su poesía transmitía su sentido del humor, que era original, ingenioso, y cargado de crítica social y política. Fue un personaje singular, de alegre y festiva personalidad, hombre ocurrente y con gran sentido del humor, un auténtico bohemio…

     En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Descripción-VILAFLOR-CROSITA

Candelaria: Don Juan González y González (1885-1938), pescador, emigrante, alguacil y primer guardia municipal de Candelaria

Juan González González     Como la mayoría de sus paisanos del casco de Candelaria, don Juan se dedicó inicialmente a la pesca, para luego emigrar en tres ocasiones a Cuba. Tras su regreso definitivo, obtuvo la plaza de alguacil de la alcaldía y luego pasó a ocupar la de guardia municipal, el primero con el que contó este municipio. Destituido arbitrariamente por el Ayuntamiento, el recurso que presentó le hizo recuperar su plaza, en la que ya permaneció en propiedad hasta su prematura muerte, tras casi once años como responsable del orden público en el municipio.

     Nació en Candelaria el 4 de agosto de 1885, a las diez de la mañana, siendo hijo de don Antonio González Marrero y doña Elisa González. Seis días después fue bautizado en la iglesia de Santa Ana por el beneficiado propio don Antonio de la Barreda y Payva; se le puso por nombre “Juan Esteban” y actuó como padrino don Manuel Hernández Marrero, siendo testigos don Isidro Delgado y don Francisco Asís Delgado, naturales y vecinos de la misma población…

     En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Artículo-JUAN GONZÁLEZ GONZÁLEZ

Fasnia: Doña Evarista González Tejera (1894-1976), “Sor María Teresa”, religiosa temporal de las Misioneras de Nazaret y profesora auxiliar del Colegio “Santo Domingo” de Güímar

     Atraída desde muy joven por la vida religiosa, al crecer en una familia muy creyente, en plena juventud fue presidenta fundadora de la Congregación de Hijas de María de la parroquia de San Joaquín de Fasnia. Dedicó la mayor parte de su vida a atender a su hermano sacerdote, don Celso González Tejera, al que acompañó en sus distintos destinos parroquiales. No obstante, su vocación religiosa la llevó a ingresar como postulante en las Misioneras de la Santa Casa de Nazaret, en la que luego fue admitida como novicia con el nombre de “Sor María Teresa” e hizo su primera profesión en el colegio “Santo Domingo” de Güímar, que regentaban dichas religiosas, en el que ejerció como profesora auxiliar. Pero antes de hacer su profesión perpetua fue dispensada de los votos temporales, por enfermedad, y abandonó dicha Orden, tras haber permanecido en ella durante tres años.

     Nuestra biografiada nació en Fasnia el 5 de noviembre de 1894, a las seis de la mañana, siendo hija de don Juan González Cruz y doña Tomasa Tejera Chico. El 17 de ese mismo mes fue bautizada en la iglesia de San Joaquín por el cura ecónomo don Domingo Elías Estévez; actuó como madrina doña María de la Concepción Marrero Díaz, natural y vecina del mismo pueblo. Fue la menor de siete hermanos, siendo los restantes: doña Antonia, doña Dominga, don José, don Celso, don Manuel y don Elías González Tejera

     En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Las agrupaciones políticas de San Miguel de Abona en la II República (1931-1936)

Partidos republicanos-San Miguel     La proclamación de la II República, el 14 de abril de 1931, dio paso a una de las épocas de mayor intensidad política que ha vivido España en toda su historia. En todos los municipios se fueron creando agrupaciones de los principales partidos políticos, así como federaciones obreras, que animaron la vida política como no había ocurrido hasta entonces. También proliferaron las sociedades culturales y recreativas, muchas de ellas vinculadas a los distintos partidos.

     En San Miguel de Abona se constituyeron en esta etapa republicana seis comités o agrupaciones políticas: el Comité local del Partido Republicano Tinerfeño (1931-1936), la Agrupación local del Partido Republicano Socialista (1933-1936), el Comité local de Acción Popular Agraria de San Miguel (1934-1936), la Agrupación Local del Partido Unión Republicana de San Miguel (1936), la Agrupación municipal de San Miguel del Partido de Izquierda Republicana (1936) y la Agrupación Socialista de San Miguel (1936), además de una Federación Obrera. Asimismo, durante la República este municipio contó con tres alcaldes: don Casiano Alfonso Hernández (1931-1936), del Partido Republicano Tinerfeño, don José Bello Feo (1936), de Acción Popular Agraria, y don Miguel Toledo Gómez (1936), del Frente Popular. Con respecto a las elecciones generales celebradas en San Miguel en esos años, el Partido Republicano Tinerfeño se mantuvo en cabeza en las de 1931 y 1933, y se descalabró completamente en 1936, pues no obtuvo ni un solo voto, ganando dos de los candidatos del Frente Popular (de Unión Republicana e Izquierda Republicana)…

     En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Artículo-AGRUPACIONES POLÍTICAS-SAN MIGUEL-II REPÚBLICA