En este artículo pretendemos rescatar del injusto olvido la figura de un poeta desaparecido hace 65 años, de un joven escritor, que, a pesar de que vio truncada su vida con tan solo 26 años de edad, víctima de la enfermedad de su época, dejó escrita una importante obra literaria, la mayor parte de ella inédita. Supe de su existencia hace algunos años, gracias a uno de sus sobrinos, el sacerdote don Norberto García Díaz, a quien agradezco la información facilitada para este artículo.
Huérfano de padre, don Juan Horacio Díaz abandonó su Fasnia natal con poco más de dos años para establecerse en Santa Cruz de Tenerife, ciudad en la que transcurrió el resto de su vida. Supo en su propia carne lo que eran las dificultades económicas, pero logró cierta cultura gracias al Asilo Victoria y al apoyo de una noble familia santacrucera, cursando estudios secundarios, musicales y de idiomas. Trabajó en una empresa exportadora, pero, sobre todo, cultivó su afición literaria (poesía, cuento, novela y comedia), llegando a publicar algunos trabajos, aunque la mayor parte de su producción quedó inédita. Los sentimientos íntimos, que dejó traslucir a su obra, reflejan tristeza, soledad, rebeldía ante lo monótono y una frustración en su vida sentimental.
Nació en el barrio de El Rincón de Fasnia el 1 de enero de 1924, a las cuatro de la madrugada, siendo hijo de don Juan Díaz Cruz y doña Laureana Díaz Cruz, ambos naturales de la misma localidad. El 27 de ese mismo mes fue bautizado en la iglesia de San Joaquín por el Cura párroco don Luis Navarro Nóbrega; se le puso por nombre “Juan Horacio Ladislao” y actuaron como padrinos don Domingo Marrero Díaz y doña África Díaz Tejera, solteros y de la misma vecindad…
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