Arico-Arafo: Don José Benito Díaz García (1951-1978), soldado de Infantería de Marina, pescador, albañil y policía armado asesinado por ETA

José Benito Díaz García     En estos días se ha cumplido el 39 aniversario del asesinato de un policía armado tinerfeño a manos de la banda terrorista ETA, don José Benito Díaz García. Con este motivo, queremos recordar la corta existencia de este infortunado sureño, natural del Porís de Abona (Arico) y establecido en Arafo tras contraer matrimonio con una vecina de dicha villa. Dedicado inicialmente a la pesca y luego a la construcción, como albañil por cuenta propia, prestó su servicio militar como soldado en Infantería de Marina de la Armada Española. Después de casado solicitó su ingreso en la Policía Armada y, tras ser aceptado, pasó a la Academia Especial de Policía Armada de Madrid. Al salir de ésta fue destinada al cuartel de Basauri, pero cuando solo habían pasado 15 días desde que abandonó la capital de España, mientras se desplazaba en un land-rover para prestar su primer servicio en Bilbao, fue ametrallado por ETA, al igual que otros dos compañeros que murieron en el acto; permaneció 12 días en el Hospital Civil de Basurto, debatiéndose entre la vida y la muerte, hasta que dejó de existir, cuando contaba tan solo 27 años de edad. Su cadáver fue trasladado a Tenerife y su sepelio, emotivo y solemne, tuvo lugar en la villa de Arafo, donde recibió sepultura.

     Nació en el Porís de Abona (Arico) el 4 de abril de 1951, a las seis de la madrugada, siendo hijo de don (Ramón) Andrés Díaz Rodríguez y doña María del Carmen Adoración García Díaz, conocida por “Dora”. El 3 de junio inmediato fue bautizado en la iglesia de Ntra. Sra. de la Luz de Arico el Nuevo por el cura encargado don Jorge Hernández Rodríguez; se le puso por nombre “José Benito” y actuaron como padrinos don Juan García Rodríguez y doña Adelaida Díaz Rodríguez…

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Artículo-JOSÉ BENITO DÍAZ GARCÍA

Güímar: Don Nicolás Núñez de Acosta (1749-1824), capitán de Milicias, hermano mayor y depositario de cajón de la Hermandad del Rosario del Convento dominico de Güímar, y sobrestante 1º de la fábrica de cigarros de la Beneficencia de la Factoría de Tabacos de La Habana

Nicolás Núñez de Acosta     Hijo de militar y miembro de una ilustre familia, don Nicolás también siguió la carrera de las armas en el Regimiento Provincial de Güímar, en el que ingresó como subteniente, para ascender luego a teniente y capitán de Milicias, empleo con el que obtuvo su retiro. Además, tuvo un notable compromiso religioso, pues fue hermano mayor y depositario de la Hermandad del Rosario del Convento dominico de dicha localidad. Tras su retiro emigró a América, donde permaneció durante casi tres décadas y hasta su muerte, que se produjo en La Habana, donde había alcanzado la plaza de sobrestante 1º de la fábrica de cigarros de la Beneficencia de la Factoría de Tabacos de la capital cubana.

     Nació en el pueblo de Güímar el 10 de septiembre de 1749, siendo hijo de don Luis (Díaz) Núñez, natural del mismo pueblo y por entonces alférez de Milicias, y doña Inés Tomasa de Acosta, que lo era de La Laguna. Cuatro días después fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol por el beneficiado servidor don Juan Alonso Ximénez; se le puso por nombre “Nicolás” y actuó como padrino don Francisco Díaz Núñez, natural y vecino del mismo lugar…

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Artículo-NICOLÁS NÚÑEZ DE ACOSTA

Candelaria: Don Juan José Márquez Correa (1964-2015), “Chito”, fundador, subdirector y jefe de la Sección Naval de la Cruz Roja del Mar, cabo condecorado de la Armada, vigilante de Caza y del Centro de Salud de Candelaria, donde da nombre a una calle

Juan José Márquez Correa-Chito     Este artículo está dedicado a un entrañable candelariero, que en su juventud trabajó como pescador y marinero. Simultáneamente fue fundador, subdirector, patrón y jefe de la Sección Naval de la Cruz Roja del Mar de Candelaria. Prestó su servicio militar en la Armada, en el que obtuvo el empleo de cabo y fue condecorado. Luego ejerció como vigilante de Caza del Cabildo y de seguridad en varias empresas, así como en el Centro de Salud de Candelaria, donde se ganó el cariño de todo el mundo. Como deportista, fue portero del club de fútbol “Los Ángeles” de Güímar y un buen luchador en varios equipos de la isla; también practicó la lucha libre, la halterofilia, el tiro al plato y la colombofilia. Fue un indudable amante de los animales, que criaba, y llegó a tratar con éxito sus enfermedades. Tuvo numerosos amigos, gracias a su espíritu alegre, su buen humor y su compañerismo. Fue distinguido en vida con el premio “Afable del Turismo por méritos propios” y después de muerto con la nominación de una calle.

     Hijo de don Pastor Márquez Vera y doña Juana Correa Plasencia, aunque sus padres vivían en Candelaria nuestro homenajeado nació en Las Galletas (Arona) el 28 de marzo de 1964, pues allí lo trajo al mundo su abuela materna, doña María Plasencia Morales, prestigiosa partera de dicha localidad. Fue bautizado en la iglesia de Santa Ana de la Villa Mariana; se le puso por nombre “Juan José” y actuaron como padrinos don Domingo Sánchez y su esposa, doña Fela, naturales de Gran Canaria, pero que por entonces trabajaban en el Sur de Tenerife. Fue confirmado en el mismo templo por el obispo don Luis Franco Cascón, siendo apadrinado por don Francisco Silverio Fariña Nóbrega, conocido por “Paco”…

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Artículo-JUAN JOSÉ MÁRQUEZ CORREA-CHITO

Los vecinos de Fasnia fallecidos con motivo de la Guerra Civil y la Cruz de los Caídos construida en su memoria

Fasnia-muertos guerra     Como ya he señalado en otras ocasiones, la Guerra Civil Española fue una tragedia colectiva para este país en su conjunto, pero sin duda lo fue aún más para las pequeñas localidades que perdieron a numerosos hijos y, sobre todo, para aquellas familias que tuvieron que ver como sus hijos, en algunos casos casi unos niños, eran movilizados a la fuerza y llevados al frente para combatir en un enfrentamiento absurdo entre paisanos, solo por tener ideas diferentes. En Canarias, la primera región que quedó incorporada al bando franquista por iniciarse aquí el alzamiento, todos los jóvenes fueron obligados a alistarse en el Ejército Nacional, en la mayoría de los casos en contra de su voluntad y en muchos en el lado opuesto a sus ideas políticas, para sufrir en esos años de enfrentamiento un trauma psicológico que les dejaría marcados para el resto de su vida. Pero un porcentaje no pequeño dejó su vida en el frente, o sufrieron heridas graves que les ocasionaron secuelas permanentes; incluso algunos enfermaron durante la Guerra y, aunque regresaron a su tierra, murieron a consecuencia de ello. Sin duda, esos jóvenes también fueron víctimas del franquismo, del golpe militar que acabó con la II República Española, tras una cruenta guerra que duró casi tres años. A ellos vamos a dedicar este artículo y en otra ocasión nos ocuparemos de los represaliados por los vencedores de la Guerra y el régimen dictatorial que le siguió.

     Según recordaba un ex-combatiente del Bando Nacional, durante la Guerra Civil española “hubo unos tres caídos de Fasnia y unos cinco o seis de La Zarza”. Pero, en realidad, en esa triste contienda bélica murieron un total de 18 vecinos o hijos del municipio de Fasnia: un alférez (vecino temporal de la localidad, donde no tenía familia), 3 cabos y 14 soldados. De ellos, 14 eran naturales del propio municipio (4 de Fasnia, 5 de La Zarza, 3 de Sabina Alta y 2 de La Sombrera) y cuatro habían nacido fuera (uno en El Escobonal, otro en Arico, un tercero en Santa Cruz de Tenerife y un cuarto en La Laguna). La mayoría murieron en acciones de guerra o de las heridas sufridas en ellas, pero tres fallecieron a consecuencia de enfermedades contraídas en el frente. El primer caído fue don Rafael de la Loma Miesu, a comienzos de agosto de 1937, y el último don Pedro González Pérez, el 3 de febrero de 1939. Los más jóvenes fueron don José Manuel Díaz Delgado, don Alberto Díaz Díaz y don Juan Díaz Frías, que contaban tan solo 19 años, mientras que el de mayor edad fue el mencionado don Pedro González Pérez, de casi 27 años.

     Tras finalizar la triste contienda bélica, a raíz de una disposición del Gobierno de la nación, se acordó colocar en Fasnia una Cruz de los Caídos, para recordar a todos los fasnieros fallecidos en el Bando Nacional durante la Guerra Civil. Así, en la sesión celebrada el 22 de octubre de 1939 el Ayuntamiento Pleno acordó erigir un monumento a los Caídos en el frente. Éste consistió en un pequeño templete adosado a la fachada de la iglesia de San Joaquín, en el que se colocó una cruz latina en madera y, clavado en la fachada de la iglesia, un pequeño cuadro, en el que figuraba la “ Relación de los que dieron generosamente su vida por la Patria, en el pasado Glorioso Movimiento Nacional”. Dicho templete también serviría de escenario para algunos actos públicos, sobre todo para impartir desde él sus discursos las distintas autoridades que visitaban el pueblo. Fue demolido en 1967, con motivo de las obras de reforma del templo parroquial. Por ese motivo, la cruz se adosó a la torre del campanario de la iglesia de San Joaquín, en la fachada lateral derecha. Estaba coloreada en tonos negros y era de grandes dimensiones; por su parte, el cuadro con la relación de los caídos se guardó en el interior de la iglesia de San Joaquín, conservándose en el coro, aunque muy deteriorado. En la última reforma del templo, se eliminó dicha cruz del lateral de la torre…

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