Las mejoras en los caminos vecinales de la Villa de Santiago del Teide, según una crónica publicada en El País en 1867

En este artículo nos centramos en la amplia crónica publicada en el periódico grancanario El País en el año 1867, dedicada a la villa tinerfeña de Santiago (luego denominada Santiago del Teide), a pesar de tratarse de un municipio pequeño de otra isla. En ella, se elogiaba a las autoridades municipales por la mejora realizada en el camino vecinal que llegaba a la entrada de la villa desde la parte sur de la isla. Además, el periódico reproducía el escrito enviado por un suscriptor que residía en dicho valle, aunque no era natural del mismo, quien también destacaba la labor realizada por el Ayuntamiento, tanto las mejoras en el aseo y limpieza de la población como en la composición y arreglo de los caminos vecinales. Entre éstos destacaba el ya mencionado de entrada al Valle desde el Sur, ya bastante avanzado, que además de facilitar el acceso al mismo libraba a los transeúntes que lo transitaban de peligros inminentes, sobre todo en el invierno, en que las aguas que discurrían por el barranco podían interrumpir el tránsito por el mismo, así como provocar graves daños, como la ruina de las casas colindantes; para ello se había tenido que rellenar un gran hoyo y construir un muro de sostén que resistiese las posibles avenidas de agua.

Asimismo, el mencionado suscriptor proponía que, una vez culminado dicho camino, se invirtiesen las siguientes prestaciones vecinales en acondicionar el otro camino principal, conocido por el camino “de los Cipreses”, que pasando junto al Valle de Arriba ponía en comunicación a dicha villa con los pueblos del Norte de la isla, pues las aguas invernales también desbordaban el barranco e impedían la comunicación, como le había ocurrido al párroco hacía un par de años, al tener que arriesgar su vida para cruzarlo sobre unos troncos de higuera colocados por los vecinos, con motivo de ir a impartir la Extremaunción a un enfermo, lo que pudo hacer gracias a su juventud; para su acondicionamiento se hacía necesario encajonar los grandes tomaderos que conducían las aguas a los viñedos, construir una pared paralela al cauce del barranco, y, profundizando la corriente, desviar el camino cosa de un metro hacia los terrenos colindantes, para lo cual el actual marqués de San Andrés, principal propietario de la jurisdicción, había ofrecido donar los terrenos que fuesen necesarios. Para que la propuesta se hiciese realidad, tanto el suscriptor como el editorialista del periódico, llamaban la atención del alcalde don Francisco González Barrios y del regidor don Agustín González de Córdoba, responsable de los caminos.

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El municipio de Santiago del Teide en 1906, descrito por el militar y matemático don Juan López Soler

En abril de 1898 el militar y matemático gallego don Juan López Soler (1871-1954), por entonces capitán del Depósito de la Guerra y Comisiones Topográficas, fue destinado a la Capitanía General de Canarias. Durante el año y medio que permaneció en Tenerife fue comisionado para realizar la topografía insular. Este trabajo le permitió redactar en 1906 su libro geográfico la “La isla de Tenerife”; un estudio concienzudo y minucioso sobre la red de caminos y carreteras, las producciones e infraestructuras de la totalidad de los pueblos y comarcas de la isla, sin olvidar otros muchos datos de interés.

En dicho libro, López Soler hizo una de las descripciones más detalladas del municipio de Santiago (aún no se denominaba Santiago del Teide) de las publicadas hasta entonces, incluyendo todo lujo de detalles orográficos y geológicos (picos, roques, montañas, conos volcánicos, coladas de lava), con una llamativa riqueza toponímica; el paisaje vegetal; los caminos; los núcleos de población, con el número de edificios, albergues y habitantes, así como la actividad profesional de éstos y la producción económica del término…

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Santiago del Teide-Guía de Isora: Don Horacio Ricardo Luis de Ávila López (1929-1997), cura ecónomo y primer Hijo Adoptivo de Santiago del Teide, párroco de Chío, Arguayo, Tamaimo, Masca y Puerto Santiago

Este entrañable sacerdote nortero, cuya dilatada labor ya fue estudiada por el Colectivo Arguayo en la revista “Chinyero”, tras ser ordenado obtuvo como primer nombramiento la parroquia de San Fernando, en la villa de Santiago del Teide, donde permaneció durante 17 años. En ese tiempo se construyeron iglesias y ermitas, se adquirieron imágenes y se creó la parroquia de Santa Ana de Tamaimo, de la que también quedó encargado; también ejerció como párroco de Nuestra Señora de Candelaria de Arguayo y Nuestra Señora de la Concepción de Masca (Buenavista del Norte), así como de Santa Ana de Tamaimo y Nuestra Señora del Carmen de Puerto Santiago, de las que fue fundador. Luego fue nombrado cura ecónomo del vecino pueblo de Chío (Guía de Isora) y a su frente permaneció durante casi 19 años, hasta su jubilación por enfermedad. Mientras regentaba esta segunda parroquia continuó encargado del servicio en la ermita, y posterior parroquia, de Puerto de Santiago, así como de la Urbanización Acantilado de los Gigantes. En reconocimiento a su trayectoria, fue distinguido con el título de Hijo Adoptivo de Santiago del Teide y recibió un homenaje en Chío. Vivió los últimos años de su vida en Tamaimo, en compañía de la familia de su único hermano, don Manuel Ávila López.

Nació en El Palmar (Buenavista del Norte) el 16 de abril de 1929, siendo hijo de don Manuel Luis de Ávila y doña Herminia López. Días después fue bautizado en la iglesia parroquial de Nuestra Señora de los Remedios de dicha villa; se le puso por nombre “Horacio Ricardo”. A lo largo de su vida, su familia simplificó su apellido “Luis de Ávila” por solo “Ávila”. Tuvo un único hermano: don Manuel Ávila López, casado con doña María González Gorrín (“Paquita”) y avecindado con su familia en Tamaimo (Santiago del Teide), con descendencia…

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La incorporación de la imagen de Santa Rita a la iglesia de Tamaimo (Santiago del Teide), la creación de su cofradía y las primeras fiestas en su honor

En este artículo vamos a recordar la entronización de la imagen de Santa Rita de Casia en la ermita de Santa Ana de Tamaimo, cuando aún no había sido elevada a parroquia. Fue donada por una hija de dicho pueblo, doña Aurora Ferrer Guanche, quien vivía en Santa Cruz de Tenerife y también donó un Crucifijo para la sede en dicho pueblo del partido conservador Acción Popular Agraria. La bendición de ambas imágenes se llevó a cabo el 13 de enero de 1935, con la localidad engalanada al efecto; actuaron como padrinos la donante y su hermano don Alfonso, así como doña Ana Ferrer Soto, doña Eduvigis Martín y don Manuel Hidalgo; la efectuó el obispo de la Diócesis, Fray Albino González Menéndez-Reigada, quien también administró el sacramento de la Confirmación a numerosos niños; tras la bendición, se impusieron las medallas a las mujeres afiliadas a la nueva Asociación o Cofradía de Santa Rita, que sería presidida por doña Delfina Ferrer; y doña Aurora ofreció una merienda en la sede del citado partido a los niños participantes, a los que se repartieron estampas y libros.

La primera fiesta en honor de Santa Rita se celebró en Tamaimo en los días 26 y 27 de julio de ese mismo año 1935, aunque unida a la de la patrona Santa Ana, y en ella se celebró la Primera Comunión de los niños de la localidad. En el año siguiente, con motivo del inicio de la Guerra Civil, no tenemos constancia de su celebración, pero sí en 1937 y 1938, en plena contienda bélica, por lo que se aprovechó en ellas para pedir por su finalización. La de ese último año volvió a ser presidida por el obispo Fray Albino, quien impartió de nuevo la Confirmación y bendijo el nuevo cementerio de la localidad. En 1939, Tamaimo celebró las fiestas en honor de Santa Rita de Casia con una mayor alegría y en acción de gracias por la terminación de la contienda bélica; siguió siendo organizada por la donante de la imagen, doña Aurora Ferrer, quien además donó prendas de ropa para los niños más pobres del pueblo. De momento, no sabemos cuando dejó de celebrarse dicha festividad…

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Peregrinación en el Valle de Santiago del Teide en 1904

En la villa de Santiago, que aún no tenía el nombre oficial de Santiago del Teide, en 1904 el cura párroco y arcipreste de Garachico, don Antonio Verde y León, encabezó una peregrinación con la imagen de San Joaquín, acompañado por los dos niños huérfanos que tenía recogidos en su casa, que fueron sus ayudantes. Se celebró el sábado 16 y el domingo 17 de abril de dicho año, a pesar de que el párroco de dicha villa no pudo ayudarle por estar gravemente enfermo, pero en sus inicios sí contó con la colaboración del párroco de El Tanque, suponemos que al atravesar dicho municipio en el traslado desde Garachico hasta el Valle. Llegaron a la villa de Santiago en la tarde del primer día, en que comenzaron los actos en la iglesia matriz de San Fernando, con repique de campanas y sermón, impartido por el mencionado sacerdote garachiquense; al día siguiente, se celebró misa y se partió con dicha imagen hacia Tamaimo, de donde salió a recibirlos la imagen de Santa Ana, titular de su ermita, acompañada por el alcalde de barrio, los feligreses más piadosos y los numerosos niños de la escuela; la procesión estuvo muy concurrida, pues hasta dicho lugar se acercaron muchos fieles de Arguayo, Chío e incluso Guía de Isora. En la ermita de Tamaimo se celebró otra misa al mediodía y los dos huérfanos emocionaron al público con sus versos. Curiosamente, el sacerdote debió permanecer en el Valle con la imagen durante 15 días, pues durante ese tiempo el paso por la cumbre estuvo cerrado a causa de las continuas lloviznas y los vientos reinantes.

En una carta dirigida al “Excmo. é Iltmo. Sr. Obispo Dr. D. Nicolás Rey Redondo” y publicada en el Boletín Oficial del Obispado de Tenerife el 20 de mayo de 1904, firmada en Garachico el 2 de dicho mes por el párroco y arcipreste de dicha villa y puerto, don Antonio Verde y León, se resumían las dos peregrinaciones que ese sacerdote había organizado con la autorización del prelado: una con la imagen de San Juan Bautista por la villa de Garachico, San Pedro de Daute y la Caleta de Interián; y otra con la de San Joaquín por la villa de Santiago y Tamaimo,…

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La inauguración de las aguas conducidas a Tamaimo (Santiago del Teide) desde la Fuente de Tenerguera (1912)

A pesar de ser el mayor núcleo de población del actual municipio de Santiago del Teide, el pueblo de Tamaimo ha tenido que luchar mucho para lograr que fuese dotado con los servicios más elementales. Tras ser abolido el Señorío del Valle comenzaron los intentos para que los principales servicios pasasen a este pueblo, donde además residían las personas más acomodadas y poderosas del mismo. Así, cuando éstas alcanzaron el poder, a partir de la segunda mitad del siglo XIX se inició el traslado paulatino a dicho pago de los principales servicios municipales: la cartería, en 1868; la escuela pública de niños, en 1903; el Ayuntamiento y el colegio electoral, después de 1910. Por entonces también se promovió la conducción de agua hasta Tamaimo, para el consumo de la población. Tras intensas gestiones y una considerable aportación económica por parte del vecindario, encabezado por los ricos propietarios don Manuel Quintero Delgado y don Antonio González Gorrín, con el apoyo del gobernador civil, don Antonio Eulate y Fery, quien también había autorizado el traslado del Ayuntamiento a esta localidad, las aguas llegaron por fin a Tamaimo en febrero de 1912, desde la fuente de Tenerguera, la más importante del Valle de Santiago, solo dos años después de que la erupción de El Chinyero tuviera en vilo a esta población.

La fuente de Tenerguera está situada en el salto del mismo nombre, al oeste del caserío de El Molledo y relativamente cerca del pueblo de Tamaimo. Según el informe militar titulado “Descripción topográfica de la isla de Tenerife”, redactado por el teniente coronel Julio Ardanaz y fechado en La Laguna el 31 de agosto de 1907, dicha fuente o manantial era por entonces la más importante del Valle de Santiago: “No abundando el agua tiene que surtirse de ella en Herjos, cuando es insuficiente la de las fuentes de Tenerguera, la más importante, Tierno, La Guancha y la de Santiago, situadas las tres primeras en las faldas de la montaña de la Cruz de Hijada y la última en el barranco de Vargas”; añadiendo luego sobre la aldea de Tamaimo, que “No teniendo agua para su vecindario se la proporciona de las inmediatas fuentes de Tenerguera y Guama, y en algunos casos del barranco Seco”; y que “Los caseríos del Retamar, El Molledo y la Vera de Tamaimo cuentan con recursos semejantes a los de Tamaimo y Santiago, pero en menor escala; faltos de agua se surten de la fuente de Tenerguera”…

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Santiago del Teide: Doña María Gorrín Lorenzo “María Paloma” (1914-2014), agricultora, ganadera, trabajadora del barro, recolectora de leña, tea y cochinilla, pescadera, panadera, cantadora, bailadora, curandera, verseadora, reconocida maestra caladora y primer Premio Tenerife Rural

Este artículo está dedicado a una mujer del pueblo, que trabajó intensamente durante toda su vida en las labores agrícolas y ganaderas, amasando barro, recogiendo leña y tea, recolectando cochinilla, vendiendo pescado, elaborando y vendiendo pan. A pesar de la dureza de la época que le tocó vivir, tenía un espíritu alegre y desde su niñez lo que más le gustaba era cantar y bailar, llegando a ser una excelente practicante de ambas actividades artísticas. Además, fue una destacada verseadora o poeta popular, así como maestra caladora, que participó en ferias de artesanía e impartió cursillos. También fue una conocida curandera popular y transmisora de las tradiciones locales, siendo entrevistada con frecuencia por periodistas e investigadores de la cultura popular. En reconocimiento a sus méritos, recibió en vida varias distinciones del Ayuntamiento, se dio su nombre a un Certamen de Cuentos Canarios Juveniles y se le concedió el primer Premio Tenerife Rural. Gracias a las numerosas entrevistas que se le hicieron a lo largo de su vida y que se publicaron en distintos medios, hemos podido hilvanar la rica existencia de esta popular santiaguera.

Nació en Arguayo (Santiago del Teide) el 12 de agosto de 1914, a las once de la noche, siendo hija de don Domingo Gorrín González (de nacionalidad cubana) y doña María Lorenzo León, naturales y vecinos de dicho pago. El 13 de septiembre inmediato fue bautizada en la iglesia parroquial de San Fernando por el cura regente don Severino Faja Sunyer; se le puso por nombre “María Clara” y actuó como madrina doña Francisca Gorrín González, natural y vecina de Arguayo, actuando como testigos don Miguel Faja y don Delfino Torres, ministros de dicha parroquia…

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El servicio telefónico en los municipios de Guía de Isora y Santiago del Teide: las primeras estaciones telefónicas

Guía de Isora contaba con estación telegráfica desde 1911, pero aún tardaría más de una década en instalarse en esta localidad una estación o subcentral telefónica. En 1922 se proyectó el tendido de la red telefónica de Garachico a Guía de Isora, que fue subastado a comienzos del año siguiente, lo que facilitaría establecer una subcentral en Guía, así como estaciones telefónicas en Santiago del Teide, Tamaimo, Arguayo, Chío, Chiguergue y Playa de San Juan. La red se finalizó en 1924 y en ese mismo año se pusieron en funcionamiento todas las estaciones mencionadas, tras haber sido nombradas las personas encargadas de su funcionamiento. Pero, de momento, solo hemos localizado la inauguración oficial de la estación principal de Guía de Isora, que tuvo lugar el 12 de agosto de ese año, interviniendo en los actos programados muchas autoridades insulares, que fueron recibidas por todas las locales, así como por la banda de música y gran parte del vecindario, siendo muy bien agasajadas, aunque se les reclamó que agilizasen la comunicación por carretera con dicha localidad, con el fin de salir de su secular aislamiento.

En sus inicios, las estaciones telefónicas que nos ocupan estuvieron atendidas por las siguientes personas, como celadores, encargados o telefonistas: don Pedro Afonso Martín, celador de la subcentral telefónica de Guía de Isora; doña Efigenia Rodríguez del Pino, telefonista nombrada jefe de la estación telefónica de Guía de Isora; doña Mercedes Torres Díaz, encargada de la estación telefónica de Chío; don José Rivero y Rivero, encargado de la estación telefónica de Playa de San Juan; don José González Forte (1899-1982), encargado de la estación telefónica de Santiago del Teide; don Alfonso Ferrer Guanche, encargado de la estación telefónica de Tamaimo; y doña Obdulia Gorrín Évora, encargada de la estación telefónica de Arguayo…

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Santiago del Teide: Don Ángel Manuel de Castro y Prieto (1719-1793), sochantre y notario público eclesiástico de la parroquia de San Fernando de la villa de Santiago

Nuestro biografiado era natural de El Tanque, aunque oriundo por sus padres de La Gomera, isla en la que se establecería en su juventud y viviría con su familia, durante sus dos primeros matrimonios. Luego se trasladó al valle de Santiago, donde ejerció como como notario público eclesiástico y, sobre todo, como sochantre de la parroquia de San Fernando, empleo en el que permaneció hasta su muerte; pero no asumió el de organista, pues en su época la iglesia carecía de órgano. En esta villa, una vez viudo, celebró terceras nupcias. Es muy probable que, con anterioridad, también desempeñase dichos oficios en La Gomera.

Nació en el lugar de El Tanque el 19 de septiembre de 1719, siendo hijo de don Manuel Antonio de Castro y doña María Fernández Pineda, naturales de la isla de La Gomera y vecinos de dicho lugar. El 26 de ese mismo mes fue bautizado en la iglesia de San Antonio de Padua por el cura párroco propio don Ángel Francisco Rodríguez; se le puso por nombre “Ángel Manuel” y actuó como padrino el alférez don Pedro Doble de Incel…

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Santiago del Teide-Guía de Isora: Don Evaristo Trancho Fernández (1866-1926), sargento de la Guardia Civil, auxiliar de la Recaudación de Hacienda de Guía de Isora y secretario del Ayuntamiento y del Juzgado municipal de la villa de Santiago del Teide

Este artículo está dedicado a un guardia civil peninsular que estuvo destinado en la Comandancia de Canarias como sargento de dicho cuerpo, empleo con el que luego fue destinado a la Comandancia de Ciudad Real, en la que obtuvo su retiro. Luego regresó a Tenerife, donde ejerció como auxiliar de la Recaudación de Hacienda en la zona de Guía de Isora, donde vivió varios años, en los que se comprometió con los intereses locales. Posteriormente fue nombrado secretario del Ayuntamiento constitucional y del Juzgado municipal de Santiago del Teide, empleos que desempeñó durante 12 años; y, como tal, fue cofundador y vocal de la Asociación de Secretarios de Ayuntamientos del Partido de Icod. También fue designado corresponsal en Santiago del Teide del nuevo Consejo Provincial de Agricultura y Ganadería de Canarias. Vivió y falleció en Tamaimo, donde celebró segundas nupcias el día anterior a su muerte.

Nació en Valladolid hacia 1866, siendo hijo de don Crisanto Trancho y doña Vicenta Fernández. Sabemos que contrajo un primer matrimonio antes de establecerse en Santiago del Teide, pero de momento no hemos podido localizar el nombre de su primera esposa, con quien tuvo sucesión, aunque sí el de la segunda…

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