Güímar: Don Juan Moriarty y Delgado (1800-1881), brigadier de Caballería, jefe de la escolta de Espartero y diputado a Cortes por Canarias

Juan Moriarty Delgado     Hasta el presente, que sepamos, sólo han sido tres los tinerfeños, nacidos en el Sur de la isla, que han alcanzado el empleo de general de brigada o brigadier de los Ejércitos Nacionales. El más antiguo de ellos es el personaje al que dedicamos este artículo, cuya existencia fue dada a conocer por el destacado investigador don José Hernández Morán, en un artículo publicado en “El Día” el 17 de septiembre de 1970. Don Juan Moriarty y Delgado-Trinidad procedía de una ilustre familia de gran tradición militar y política, pero en ambas facetas llegó a superarlos a todos. Fue teniente de Milicias del Regimiento de Güímar, sub-brigadier de la Guardia de Corps, comandante centurión de Lanceros de la Guardia Real, coronel jefe de la escolta del Regente del Reino (general Espartero, Duque de la Victoria), jefe del Regimiento de Almansa y brigadier de Caballería del Estado Mayor del Ejército. Acompañó a Espartero en la guerra carlista de Navarra, en las batallas de Aragón y en las sublevaciones de Barcelona; participó en dos alzamientos militares, teniendo que exiliarse a Gibraltar a causa del primero, mientras que el segundo supuso la vuelta de Espartero como presidente del Consejo. Por los méritos contraídos en las distintas acciones de guerra fue condecorado con la Cruz de primera clase de la Real y Militar orden de San Fernando, la Gran Cruz de la Real y distinguida Orden Militar de San Hermenegildo y la Cruz de Comendador de Isabel la Católica. Además, fue elegido diputado a Cortes por Canarias, cargo que ostentó durante tres años. Sin duda, ha sido uno de los hijos más ilustres de Güímar de todos los tiempos.

     Nació en Güímar el día 14 de julio de 1800, en la conocida y desaparecida casi en su totalidad “casa del torreón”, frente a la capilla y plaza de San Pedro Arriba; siendo hijo de don Juan Moriarty Díaz, natural de Santa Cruz de La Palma, y de doña Catalina Delgado-Trinidad y Hernández de Arrosa, que lo era del mencionado lugar de Güímar, donde habían contraído matrimonio el 25 de junio de 1797. Al día siguiente recibió el bautismo en la iglesia parroquial matriz del Apóstol San Pedro, de manos de don Andrés O’Ryan, capellán del Regimiento irlandés de Ultonia, con licencia del beneficiado servidor don Florentín Núñez y Torres; se le puso por nombre “Juan Nepomuceno del Santísimo Sacramento Buenaventura María del Carmen” y actuó como padrino su tío materno don Luis Delgado Hernández…

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Artículo-JUAN MORIARTY DELGADO

Granadilla de Abona – Vilaflor de Chasna: Don Francisco Cruz Alayón y Salcedo (1746-1801), párroco de Granadilla, beneficiado de Güímar y de Vilaflor

Francisco Cruz Alayón-iglesias     Natural de La Orotava, el sacerdote al que dedicamos este artículo fue un hombre de recia personalidad y notable prestigio, que desarrolló casi toda su labor pastoral en el Sur de Tenerife, en tres importantes parroquias. Primero fue cura párroco de Granadilla de Abona durante 17 años; luego beneficiado de Güímar y Candelaria otros cuatro años, período en el que se segregaron las parroquias de Santa Ana de Candelaria y San Juan Degollado de Arafo, pese a su oposición; y, finalmente, beneficiado de Vilaflor de Chasna durante los últimos siete años de su vida, en los que también le tocó sufrir la segregación de las parroquias del Arcángel San Miguel de San Miguel de Abona y San Antonio Abad de Arona, a lo que también se opuso férreamente. Mientras regentaba la parroquia de Vilaflor opositó, sin éxito, al curato del Sagrario de la Santa Iglesia Catedral de Las Palmas de Gran Canaria.

     Nuestro biografiado nació en el pago de la Montañeta (La Orotava) el 11 de enero de 1746, siendo hijo de don Antonio de la Cruz Valladares y doña María (Rodríguez) de Alayón Salcedo, naturales y vecinos de dicha villa. Seis días después fue bautizado en la iglesia matriz de Ntra. Sra. de la Concepción por el Lcdo. don Antonio Francisco Clemot, beneficiado servidor de la misma; se le puso por nombre “Francisco José Antonio” y actuó como padrino don José Hernández Escobal, vecino de dicha villa…

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Artículo-FRANCISCO CRUZ ALAYÓN

La ermita de la Santísima Trinidad de Igueste de Candelaria, desde su construcción hasta su elevación a parroquia (1788-1943), y el traslado fugaz a ella de la parroquia de Candelaria

Igueste Candelaria-iglesia     Hasta mediados del siglo XX, los vecinos de Igueste de Candelaria tenían que acudir a la parroquia de Santa Ana de la cabecera municipal para celebrar los distintos sacramentos (bautismos, confirmaciones, matrimonios y entierros) y esa dependencia se mantuvo hasta que se segregó la parroquia de la Santísima Trinidad.

     Previamente, en el último cuarto del siglo XVIII, los vecinos del pago de Igueste habían levantado una ermita, con el fin de recibir la atención espiritual sin necesidad de trasladarse hasta el pueblo de Candelaria; y para el mantenimiento del culto se comprometiesen con limosnas y donativos. Una vez terminada y bendecida, en ella se oficiaban misas los días festivos por los capellanes nombrados para atender el culto, quienes desde esa misma centuria también comenzaron a celebrar en ella algunas bodas, aunque las correspondientes partidas debían ser anotadas en la parroquia de Santa Ana; mientras que para su cuidado se nombraban mayordomos. Como curiosidad, en 1874 el gobernador eclesiástico del Obispado dispuso el traslado de la parroquia de Candelaria a la ermita de Igueste, pues los feligreses del casco no contribuían a los gastos del culto de la iglesia, mientras que sí lo hacían los del citado pago.

    Las distintas hermandades y cofradías de esta parroquia tenían mayordomos en Igueste, encargados de recaudar las limosnas de los miembros que vivían en dicho pago, como ocurrió con la Hermandad del Santísimo Sacramento y la Cofradía de las Ánimas. Asimismo, los iguesteros, como los restantes vecinos de los distintos núcleos de población del término, contribuían a las obras de reforma o mejora de la iglesia parroquial, así como a la adquisición de los necesarios objetos de culto e imágenes, como ocurrió con la de patrona, Santa Ana y la Virgen Niña, elaborada por Miguel Bermejo en 1777…

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Guía de Isora: Don Francisco Mendoza Hernández (1840-1911), maestro de Instrucción Primaria, secretario del Ayuntamiento, jurado judicial e interventor electoral

Guía Isora-doble     Miembro de una modesta familia de agricultores, tras obtener el título de maestro elemental en la Escuela Normal de La Laguna, nuestro biografiado ejerció durante casi dos décadas, con reconocida brillantez, como profesor de Instrucción Primaria de la escuela elemental de niños de Guía de Isora, época en la que ingresó como socio de número en la Sociedad Económica de Amigos del País de Santa Cruz de Tenerife. Luego desarrolló una intensa labor como secretario titular del Ayuntamiento durante otros 20 años. Además, fue designado en varias ocasiones jurado judicial e interventor electoral. Finalmente, volvió a ejercer en su pueblo natal como secretario del Ayuntamiento durante unos 16 años y como maestro de la escuela elemental de niños durante otro año, pero en ambos casos con carácter interino.

     Nació en Guía de Isora el 20 de octubre de 1840, siendo hijo de don José Mendoza Borges y doña María Hernández González. Cinco días después fue bautizado en la iglesia de Ntra. Sra. de la Luz por el cura propio don José Pérez; se le puso por nombre “Francisco de la Dulce Muerte” y actuó como madrina doña Francisca Hernández, de dicha vecindad…

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Artículo-FRANCISCO MENDOZA HERNÁNDEZ

Arafo: Don Juan Evangelista Marrero Mesa (1830-1913), sargento 2º de Milicias, notario eclesiástico, secretario de la Hermandad del Santísimo Sacramento, regidor síndico y alcalde

Juan Evangelista Marrero Mesa     Este polifacético personaje siguió una modesta carrera militar, que le permitió ascender desde soldado hasta sargento 2º de Milicias y, como tal, actuó como tallador de quintos en el Ayuntamiento de Candelaria. Además, fue secretario interino del Ayuntamiento, notario público eclesiástico, secretario de la Hermandad del Santísimo Sacramento, regidor síndico del Ayuntamiento en dos etapas y alcalde de Arafo (cargo que también desempeñó en otras dos ocasiones con carácter accidental), jurado judicial, interventor electoral y socio fundador del Casino “Unión y Progreso”.

     Nació en Arafo el 27 de diciembre de 1830, siendo hijo de don Isidoro Tomás Marrero Hernández y doña María Antonia de Mesa Marrero. Al día siguiente recibió el bautismo en la iglesia de San Juan Degollado de manos del párroco don Antonio Rodríguez Torres; se le puso por nombre “Juan Evangelista” y actuó como madrina doña María Concepción Delgado.

     Creció en el seno de una modesta familia de agricultores, oficio al que dedicó toda su vida y en el que alcanzó una posición desahogada, pues llegó a figurar como propietario entre los mayores contribuyentes del municipio…

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“Los 5 del Sur” o “Ritmo del Sur” (1959-1970), última orquesta de El Escobonal (Güímar)

Ritmo del Sur-2     Este artículo está dedicado a la última orquesta de baile que existió en El Escobonal, la cual durante su existencia llegó a tener tres nombres sucesivos: “Ritmos del Sur”, “Los 5 del Sur” y “Ritmo del Sur”. Fue fundada en 1959, promovida y dirigida inicialmente por Ambrosio Domínguez “El Panadero”, quien además tocaba la trompeta y en su panadería tenían lugar los ensayos; en sus inicios también formaron de ella tres músicos locales: Octavio Rodríguez (violín y saxofón), Luis de la Rosa (saxofón) y Teodoro Leandro “Efraín” (guitarra).

     Tras la marcha de Ambrosio hacia 1961, la dirección de la orquesta fue asumida por Octavio “El Carpintero”, quien aparte de tocar el bajo estaba encargado de la contratación y en su carpintería se llevarían a cabo los ensayos. Durante un poco tiempo (cuatro o cinco bailes) se integraron en el grupo tres músicos güimareros: Juan Pedro (trompeta), Jerónimo “Momo” (saxo) y Silvestre Expósito (saxo). Como vocalistas actuaron inicialmente varios de los músicos, sobre todo Luis, y luego fueron contratados Agustín (de Barranco Hondo) y Antonio Cordero (de San Isidro). En 1962 se incorporó un músico local, Fortunato Gómez “Nato” (acordeón), quien estuvo de baja al emigrar a Holanda (de 1966 a 1967); en 1965 debutó con su trompeta otro hijo del pueblo, Miguel Rodríguez (hijo de Octavio); y en 1969 cesó Efraín, el batería, que fue reemplazado por Carlos, un joven vecino de La Hidalga (Arafo). Este recordado conjunto musical se disolvió en 1970…

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Candelaria-Fasnia: Don Luis Navarro Nóbrega (1882-1969), párroco propio de Fasnia, coadjutor y ecónomo de varias parroquias tinerfeñas, y capellán del Colegio de San Ildefonso

Luis Navarro Nóbrega     La historia de Candelaria ha girado siempre en torno a la Virgen, circunstancia que ha inclinado a muchos de sus hijos hacia la vida religiosa, ya como frailes dominicos ya como clérigos seculares; así se explica el elevado número de ellos nacidos en la Villa Mariana. En este artículo recordamos a uno de estos sacerdotes, que creció en el seno de una familia ilustre y profundamente creyente. Estudió en el Seminario Diocesano de Tenerife, en La Laguna, donde fue compañero de numerosos sacerdotes tinerfeños. Tras su ordenación cantó su primera Misa en Candelaria y ejerció como coadjutor en La Orotava, de donde pasó como cura ecónomo a Taganana. Luego obtuvo por oposición la parroquia de Fasnia, a cuyo frente estuvo durante 20 años, en dos periodos, interrumpidos por cuatro años que estuvo de cura ecónomo en su Candelaria natal y en La Matanza de Acentejo. Finalmente regentó las parroquias de La Cuesta (La Laguna) y San José, en Santa Cruz de Tenerife, para acabar sus días como capellán del Colegio de San Ildefonso de la propia capital, destino en el que permaneció durante 28 años, período en el que terminó sufriendo una ceguera total.

     Nuestro personaje nació en Candelaria el 16 de octubre de 1882, siendo hijo de don Lucas Navarro Llarena y doña Eloisa Nóbrega y González, natural ésta de la ciudad de La Laguna. Dos días después recibió el bautismo en la iglesia de Santa Ana, de manos del párroco propio don Antonio de la Barreda y Payva; se le puso por nombre “Luis Florentín” y actuó como madrina su tía paterna doña Matilde Navarro, soltera, siendo testigos don Abelardo Nóbrega y don Isidro Delgado…

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Santiago del Teide: Don Francisco González Barrios (1812-1902), mayordomo de la ermita de Santa Ana en Tamaimo, recaudador municipal, juez de paz y alcalde de la villa de Santiago

Santiago-Tamaimo     Miembro de una ilustre familia, el personaje al que dedicamos este artículo pasó toda su vida en la villa de Santiago, concretamente en el pago de Tamaimo, donde fue mayordomo de la ermita de Santa Ana. En dicho valle ejerció además como recaudador municipal, para desempeñar luego los dos cargos de mayor responsabilidad: juez de paz y alcalde.

     Nació en el pago de Tamaimo el 16 de junio de 1812, siendo hijo del entonces capitán don Antonio González Velázquez, natural de El Tanque, y de doña Josefa González Barrios, que lo era de la antedich localidad sureña. Cuatro días después fue bautizado en la iglesia de San Fernando de la villa de Santiago por el cura párroco don Victorino Perdigón; se le puso por nombre “Francisco Antonio José de la Concepción” y actuó como madrina doña Antonia Gorrín…

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Artículo-FRANCISCO GONZÁLEZ BARRIOS

Las propuestas de anexión del municipio de Arafo al de Güímar en el siglo XIX, a causa de sus dificultades económicas

Güímar-Valle-3     El pueblo de Arafo compartió su historia religiosa y municipal con Güímar y Candelaria hasta mediados del siglo XVIII y luego casi exclusivamente con esta última localidad hasta finales de esa misma centuria, en que logró su segregación definitiva (en 1795 en lo religioso y en 1798 en lo civil). Pero en la segunda mitad del siglo XIX se planteó en varias ocasiones la posibilidad de suprimir el término municipal de Arafo, dada la grave situación económica por la que atravesaba el Ayuntamiento, y su anexión al vecino municipio de Güímar.

     El 26 de octubre de 1848, el titular del Gobierno político de la provincia firmó una circular en la que instaba a los municipios más pequeños, con poca población preparada para llevar un Ayuntamiento o con escasos recursos económicos para cubrir los gastos del personal, a que solicitasen su supresión y la agregación a otro, con el fin de constituir un distrito municipal capaz de cumplir las obligaciones que le imponía la ley. El 2 de mayo de 1854, El Noticioso de Canarias se ocupaba del intento de algunos vecinos de Güímar  por anexionarse Arafo, pero lo cierto es que por entonces no pasó nada. La prolongación de los problemas económicos de Arafo y sus incumplimientos económicos, hizo que el 14 de abril de 1866 El Insular plantease de nuevo la conveniencia de agregar el distrito municipal de Arafo al de Güímar, pues no podía atender sus compromisos, como el pago a los maestros.

     La caótica situación municipal española y la necesidad de mejorar el estado financiero de los ayuntamientos, motivó que el Gobierno central se plantease la posibilidad de reestructurar dichas instituciones, a través de una Real Orden promulgada el 23 de octubre de 1867, que fue recogida en la circular nº 189 del gobernador civil de la provincia de Canarias, firmada en Santa Cruz el 24 de diciembre de dicho año y publicada en el Boletín Oficial de la Provincia del 27 del mismo mes, “referente á la supresión, conservación y agregación de distritos municipales de estas Islas”. Entre otras cuestiones, debían informar al Gobierno Civil de la conveniencia de ser anexionados a otro municipio y en ese caso a cual, o de lo contrario, debían exponer sus razones para que se les agregase uno suprimido y también los recursos de que disponían para poder cubrir sus presupuestos. Con motivo de dicha circular, el municipio de Arafo sufrió el más grave intento de alteración de sus límites, al plantearse seriamente la posible fusión de los términos de Güímar y Arafo. Pero ante tal posibilidad, la corporación municipal arafera se opuso de forma tajante a la agregación a otro término, tal como manifestó en la sesión celebrada el 6 de enero de 1868. Por su parte, como respuesta a dicha circular, el Ayuntamiento de Güímar acordó, en sesión ordinaria celebrada el 12 del mismo mes, en primer lugar defender su distrito por ser el núcleo central y más poblado del Valle, considerando inoportuna la agregación a otro municipio y la pérdida de sus prerrogativas municipales; y en segundo lugar proponer al gobernador civil la anexión al mismo del pueblo de Arafo, que pasaría a ser un barrio más. Pero esta pretensión de variar la configuración territorial y administrativa de ambos municipios fue tan solo una propuesta que, como las anteriores, quedó en papel mojado, pues nunca se llevó a cabo y ambos pueblos han seguido manteniendo su integridad municipal…

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Fasnia: Don Guillermo Díaz González (1878-1938), notario eclesiástico, sochantre-organista, vicepresidente del Comité Conservador, juez municipal suplente y concejal del Ayuntamiento

Fasnia-Rincón 1933-9     El polifacético personaje al que dedicamos este artículo desarrolló toda su activad en el pueblo de Fasnia, en el que había nacido y donde, al margen de dedicarse a la agricultura y la ganadería, ejerció los empleos de sochantre-organista y notario público eclesiástico de la parroquia de San Joaquín. Además, ocupó diversos cargos en dicho municipio: jurado judicial, vicepresidente del Comité Conservador, juez municipal suplente, concejal del Ayuntamiento y somatenista.

    Nació en Fasnia el 13 de enero de 1878, siendo hijo de don Juan Antonio Díaz Delgado y doña Dominga González Delgado, labradores. Cinco días después fue bautizado en la iglesia de San Joaquín por el “párroco curado propio y rector” don Basilio José Acosta Valladares; se le puso por nombre “Guillermo Leoncio Benito” y actuó como padrino el Lcdo. en Jurisprudencia don Martín Rodríguez Peraza, natural de Granadilla y vecino de Arico, siendo testigo don Juan Antonio Viera Delgado, sacristán de dicha parroquia…

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Artículo-GUILLERMO DÍAZ GONZÁLEZ