Por auto del obispo don Antonio Tavira y Almazán, de fecha 17 de octubre de 1795, se creó la parroquia de San Juan Degollado de Arafo y se le señaló por sede la primitiva ermita del siglo XVII, que los vecinos habían ampliado en el transcurso de los años. El 24 de ese mismo mes se nombró el primer párroco en la persona del sacerdote güimarero don Antonio Rodríguez Torres; el 8 de noviembre se celebró la función de colocación, con lo que dicha parroquia comenzó a regir; y el 3 de diciembre inmediato el citado obispo emitió el decreto de mandatos que debían regular la vida parroquial. La segregación directa se produjo de Santa Ana de Candelaria, pero como ésta sólo había sido hasta entonces una parroquia auxiliar de la de San Pedro de Güímar, la separación última se efectuó de esta parroquia, a la que desde entonces se consideró como su matriz.
La obligación de crear la Hermandad del Santísimo Sacramento se incluyó en el citado decreto de mandatos, que el obispo Tavira dictó tras la erección de la parroquia. En cumplimiento del mismo, pocos meses después se redactaron sus constituciones, que fueron aprobadas por dicho obispo en 1796. Desde entonces se ocupó de solemnizar y organizar las principales festividades religiosas, así como del mantenimiento del templo y de la cera votiva. Tenía el privilegio de festejar la Custodia tres veces al año (Año Nuevo, Pascua de Resurrección y Corpus), además de la adoración que hacían los domingos terceros y el Día de la Ascención. Según sus estatutos, tenían el deber de asistir en comunidad y con estandarte a los entierros de los hermanos fallecidos, tras encomendarles previamente sus almas en la iglesia, con oficios de difuntos. La Hermandad reformó sus estatutos en 1837 y 1854; se reorganizó en 1855; redactó nuevos reglamentos en 1864 y 1874; se refundó en 1874; y cesó en sus actividades en 1957…
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