Este artículo está dedicado a una mujer del pueblo, que trabajó intensamente durante toda su vida en las labores agrícolas y ganaderas, amasando barro, recogiendo leña y tea, recolectando cochinilla, vendiendo pescado, elaborando y vendiendo pan. A pesar de la dureza de la época que le tocó vivir, tenía un espíritu alegre y desde su niñez lo que más le gustaba era cantar y bailar, llegando a ser una excelente practicante de ambas actividades artísticas. Además, fue una destacada verseadora o poeta popular, así como maestra caladora, que participó en ferias de artesanía e impartió cursillos. También fue una conocida curandera popular y transmisora de las tradiciones locales, siendo entrevistada con frecuencia por periodistas e investigadores de la cultura popular. En reconocimiento a sus méritos, recibió en vida varias distinciones del Ayuntamiento, se dio su nombre a un Certamen de Cuentos Canarios Juveniles y se le concedió el primer Premio Tenerife Rural. Gracias a las numerosas entrevistas que se le hicieron a lo largo de su vida y que se publicaron en distintos medios, hemos podido hilvanar la rica existencia de esta popular santiaguera.
Nació en Arguayo (Santiago del Teide) el 12 de agosto de 1914, a las once de la noche, siendo hija de don Domingo Gorrín González (de nacionalidad cubana) y doña María Lorenzo León, naturales y vecinos de dicho pago. El 13 de septiembre inmediato fue bautizada en la iglesia parroquial de San Fernando por el cura regente don Severino Faja Sunyer; se le puso por nombre “María Clara” y actuó como madrina doña Francisca Gorrín González, natural y vecina de Arguayo, actuando como testigos don Miguel Faja y don Delfino Torres, ministros de dicha parroquia…
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