Granadilla de Abona-San Miguel de Abona: Don Nicolás Gómez del Castillo (1776-1860), propietario agrícola, cabo 2º y soldado distinguido de Milicias Provinciales, alcalde de San Miguel, fiel de fechos, teniente de la Milicia Nacional local, segundo mayor contribuyente de dicho pueblo y alcalde de Granadilla

Aunque toda su vida trabajó como propietario agrícola, también siguió una limitada carrera militar como soldado, cabo 2º y soldado distinguido de Milicias; con este último empleo fue propuesto en dos ocasiones para subteniente, pero no obtuvo dicho nombramiento por su enemistad con sus superiores, probablemente por motivos políticos. Aunque era natural de Charco del Pino (Granadilla de Abona), tras contraer matrimonio en San Miguel de Abona se estableció en este pueblo, en el que desempeñó numerosos cargos: alcalde constitucional, comisionado del Ayuntamiento para el Cabildo abierto, fiel de fechos, teniente de la Milicia Nacional local, diputado del Ayuntamiento, alcalde real y escrutador electoral; llegó a ser el segundo mayor contribuyente de dicho municipio. Después de celebrar segundas nupcias se estableció en su pago natal de Charco del Pino, siendo elegido alcalde de Granadilla, aunque renunció a dicho cargo debido a su avanzada edad. Fue un hombre longevo y logró sobrevivir a sus tres esposas.

Nació en el pago de Charco del Pino el 20 de abril de 1776, siendo hijo de don Antonio Gómez del Castillo y doña María Hernández González (o Luis). Ocho días después fue bautizado en la iglesia de San Antonio de Padua de Granadilla por el cura párroco don Francisco Cruz Alayón y Salcedo; se le puso por nombre “Nicolás Antonio” y actuó como padrino el militar don Nicolás Javier Viera y Torres…

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Arico: Don Simón Díaz Curbelo (1790 1853), sacerdote franciscano secularizado, comisario de la Orden Tercera del Puerto de La Orotava, colaborador parroquial en El Tanque y Los Realejos, y cura párroco propio de Arico

Nuestro biografiado profesó en la Orden de San Francisco, en el Convento de San Lorenzo de la villa de La Orotava. Luego pasó al Convento de Juan Bautista de la misma Orden en el entonces Puerto de La Orotava (Puerto de la Cruz) y, como tal religioso franciscano, fue ordenado sacerdote. Permaneció en dicho convento hasta que este fue suprimido, por lo que don Simón quedó exclaustrado y obtuvo la secularización. Como sacerdote secularizado, fue nombrado comisario de la Orden Tercera del Puerto de La Orotava; y, posteriormente, fue destinado a las parroquias de El Tanque y Los Realejos. Finalmente, fue nombrado párroco propio de Arico, permaneciendo al frente de la parroquia de San Juan Bautista durante más de diez años, hasta su muerte.

Nació en la villa de La Orotava el 28 de octubre de 1790, siendo hijo de don José Díaz Borges y Luis, natural de dicha villa, y doña Sebastiana Curbelo, que lo era de Lanzarote. El 3 de noviembre inmediato fue bautizado en la iglesia de San Juan Bautista por el beneficiado servidor don Luis Cabeza y Viera; se le puso por nombre “Simón Domingo Francisco” y actuó como padrino el presbítero don Domingo Estévez Ruiz de Estrada, vecino de la misma villa…

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Las pescaderas o vendedoras de pescado de El Escobonal (Güímar)

En el año 2014, con motivo del Día de la Mujer, el Ayuntamiento de Güímar acordó distinguir a las vendedoras de pescado o pescaderas, unas mujeres muy populares, forjadas por la sal, el polvo del camino y la lucha diaria en la costa, en una dura actividad, que ha ocupado un merecido lugar en la historia de este municipio, pues su vida ha estado ligada al trabajo y a la superación, cimentado en una intensa batalla contra las penurias de la época que les tocó vivir. A este entrañable colectivo se dedica el presente artículo, centrado en las que estuvieron vinculadas a El Escobonal y desarrollaron su labor en El Tablado o El Puertito de Güímar. En otra ocasión nos ocuparemos de las pescaderas establecidas en ese último núcleo.

En la costa de Agache se desarrolló una limitada actividad pesquera desde muy antiguo, pero por lo general complementaria de las tareas agrícolas. Tuvo su máximo desarrollo en el siglo XIX, pues en 1833 ocho familias vivían casi exclusivamente de la pesca, al dedicarse a ella los cabezas de familia, que estaban matriculados como pescadores; de ellos, seis eran vecinos de El Escobonal, uno de La Medida y otro de Lomo de Mena; y a lo largo de dicho siglo se fueron incorporando a la pesca nuevos vecinos de dicha comarca. Éstos faenaban por la costa del sureste insular, entre Candelaria y el Porís de Abona, aunque preferentemente lo hacían en el litoral de Agache y Fasnia. Muchos de estos pescadores comenzaron a habilitar cuevas o a construir pequeñas casas terreras para alojarse durante el tiempo que permanecían en la costa, lo que, junto a los salones construidos para depositar las mercancías que llevaban y traían los antiguos barcos de cabotaje, dio origen a los caseríos de El Tablado, Chimaje, Los Barrancos y La Caleta. Es de suponer que en esa centuria, como en la siguiente, fueron las esposas o las hijas de los pescadores las encargadas de distribuir y vender el pescado por los distintos barrios y núcleos de población de la comarca, de las que enumeramos a 10 escobonaleras del siglo XIX y tres del XX.

Además, a lo largo de la pasada centuria muchos pescadores y pescaderas de El Escobonal se establecieron en El Puertito de Güímar, casi todos ellos miembros de la familia Bethencourt, donde constituyeron el segundo grupo en importancia de dicho colectivo, tras los vecinos de Candelaria allí establecidos. Recordamos en este artículo a 14 pescaderas nacidas en El Escobonal, o casadas con pescadores escobonaleros, que estuvieron avecindadas en dicho caserío de la costa güimarera…

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Granadilla de Abona: Don Agustín González Peraza de Ayala (1680-1746), teniente de Caballos Corazas

Miembro de una ilustre familia de militares y religiosos, nuestro biografiado también siguió la carrera militar, en la que alcanzó el empleo de teniente de Caballos Corazas, en el que permaneció hasta su muerte. Celebró tres matrimonios sucesivos, al enviudar en dos ocasiones, con otras tantas hijas de militares, también de destacadas familias sureñas; y tuvo descendencia de su primer enlace, del que nacieron dos hijas religiosas y un hijo sacerdote.

Nació en Granadilla el 11 de septiembre de 1680, siendo hijo del alférez don Marcos González del Castillo, natural de dicho pueblo, y doña María Peraza de Ayala y Pérez de Guzmán, que lo era de La Victoria de Acentejo. El 28 de octubre inmediato fue bautizado en la iglesia de San Antonio de Padua por el cura párroco Lcdo. don Salvador González; se le puso por nombre “Agustín” y actuó como padrino el citado párroco y doña María García, de dicha vecindad…

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Arafo: Don Dámaso Efraín Flores Pérez (1924-2001), maestro carpintero, cabo 1º de Artillería, operador de cine, músico de una rondalla, un trío, varias orquestas de baile y una banda, barítono de una coral y director-fundador de varias rondallas folclóricas

El recordado personaje que nos ocupa destacó como maestro carpintero y músico, aunque también ejerció alcanzó el empleo de cabo 1º de Artillería y ejerció como operador de cine. En la faceta musical, fue guitarra y bandurria de la Rondalla de Pulso y Púa; caja y bajo de la Agrupación Artístico-Musical “La Candelaria”; bandurria del Trío “La Lira” y la Rondalla “Lo Divino”; barítono de la Coral “María Auxiliadora”; intérprete de piano, acordeón, batería y bajo (guitarra eléctrica) en dos orquestas de Arafo  “La Candelaria” y “Los 5 de Arafo” (de la que también fue director); colaborador esporádico, como pianista, en otras orquestas de dicha villa: “Iris”, “Nivaria”, “Estrella” y “Veracruz”, pero solo cuando dicho instrumento existía en el local de actuación; y director fundador de varias rondallas folclóricas: “Club de la Tercera Edad” de Güímar, “San José” de Barranco Hondo (Candelaria) y “Aires de Arafo” de su villa natal. También fue vocal de la Comisión de las Fiestas Patronales de Arafo durante muchos años.

Nació en Arafo el 11 de diciembre de 1924, a las dos de la mañana, siendo hijo de don Miguel Flores y doña Felicidad Pérez Fariña. El 17 de enero de 1925 fue bautizado en la iglesia de San Juan Degollado por el cura párroco don Hildebrando Reboso Ayala; se le puso por nombre “Dámaso Efraín” y actuaron como padrinos don Eliseo García Coello y doña Concepción García…

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Güímar: Don Nicanor Rivero González (1915-1988), monaguillo, jardinero municipal, encargado de la limpieza pública y del reloj de la iglesia, Medalla del Trabajo, promotor y mayordomo de la imagen del Señor Atado a la Columna y donante de la Virgen Milagrosa para el barrio de San Francisco Javier, donde da nombre a una calle

En el presente año se cumple el 61º aniversario de la llegada a Güímar del Señor Atado a la Columna, que en 1960 se incorporó a la Semana Santa gracias a una de las personas más queridas y recordadas de San Pedro Arriba, don Nicanor Rivero González, quien soñó con tener una imagen procesional en su barrio y lo logró.

Este entrañable güimarero fue en su niñez monaguillo de la parroquia de San Pedro y cuando correspondían a San Pedro Arriba. Tras estar movilizado como soldado en la Guerra Civil, obtuvo una plaza de jardinero municipal, que desempeñó durante 36 años; asimismo estuvo encargado durante más de una década de la vigilancia de la limpieza pública y durante 30 años del funcionamiento del reloj de la iglesia de San Pedro. Como se ha señalado, gracias a su iniciativa se adquirió la imagen del Cristo Atado a la Columna, de la que luego fue mayordomo y organizador de los actos en su honor en el Lunes Santo de Güímar. Asimismo, fue el donante de la imagen de la Virgen Milagrosa para el barrio de San Francisco Javier, que permitió la celebración de las primeras fiestas en el mismo, donde por ello se le dio su nombre a una calle. También fue nombrado miembro de honor de la Banda de Cornetas y Tambores “San Jerónimo” de Taco.

Nació en la calle San Pedro Arriba el 22 de noviembre de 1915, a las once de la noche, siendo hijo de don Nicanor Rivero Ferrera y doña Camila González Delgado, ambos labradores y el padre natural de Arafo. Dos días después fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol por el párroco propio don Vicente Ferrer de la Cruz; se le puso por nombre “Nicanor Félix” y actuaron como padrinos don Gumersindo Pérez y doña Leonor Hernández.

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La Sociedad “Cultural Recreativa” de Igueste de Candelaria (1952-1956)

Durante la II República, el pueblo de Igueste de Candelaria contó con dos casinos, las Sociedades de Instrucción y Recreo “Juventud Iguestera” (1928-1936) y “La Buena Unión” (1931). Tras el parón de la Guerra Civil, esta localidad volvió a contar con otros dos casinos, la ya mencionada Sociedad “Juventud Iguestera” en una segunda etapa (1945-1961) y la Sociedad “Cultural Recreativa” (1952-1956), que coexistieron por lo menos durante cuatro años. Todas ellas sirvieron para alegrar la vida a los socios, tras las duras jornadas de trabajo en su mayoría centradas en las labores agrícolas. En este artículo nos vamos a centrar en la última de ellas, cuya sede social estaba en un edificio de la “Curva de Maja”, propiedad del presidente de la comisión organizadora, don Manuel Cabrera Martín. Su reglamento fue redactado en Igueste, aprobado por el subsecretario de la Gobernación y registrado en el Gobierno Civil; tras ser inscrita en el libro de Registro Provincial de Asociaciones, dicha sociedad quedó legalizada una vez elegida y aprobada su primera junta directiva. Su principal actividad fue la celebración de bailes todos los meses, en especial por las principales festividades y con motivo de la boda de los socios.

El 7 de enero de 1952 fue redactado el Reglamento de la Sociedad “Cultural Recreativa” de Igueste de Candelaria, lo que se hizo en dicha localidad por una comisión organizadora, de la que era presidente don Manuel Cabrera Martín y secretario don Francisco Oliva García. Dicho Reglamento contaba con 67 artículos, reunidos en seis capítulos. En el primero de éstos se fijaban los “Objetivos de la Sociedad”, que se resumía en el artículo 1º: “Esta Sociedad tiene por objeto el proporcionar a los señores socios que la forman, las distracciones y recreos morales y de buenas costumbres, no vedados por las leyes, con libros, revistas y prensa, necesario para su cultura”. Luego, sobre su local social se señalaba que: “radicará, en el edificio que hay situado en el paraje conocido por la ‘Curva de Maja’ de Igueste de Candelaria, propiedad de Don Manuel Cabrera y cuyas condiciones quedarán fijadas en el contrato de inquilinato, que previamente se firmará”…

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Fasnia-Güímar: Don Amaro Díaz Rodríguez (1780-1856), militar profesional en la Guerra de la Independencia, retirado con fuero y sueldo, depositario de las limosnas para la construcción de la iglesia de San José en El Escobonal y elector contribuyente

A lo largo de la historia de esta isla ha sido muy frecuente el intercambio humano entre pueblos colindantes, como siempre ha ocurrido entre Fasnia y El Escobonal (Güímar). El personaje del que hoy nos ocupamos es un ejemplo de ello, pues nació y creció en el lugar de Fasnia, en el seno de una familia destacada, pero luego contrajo matrimonio en el pago de El Escobonal, donde vivió el resto de su vida. Siguió la carrera militar y fue movilizado con motivo de la Guerra de la Independencia contra Francia, por lo que estuvo combatiendo en la Península durante algunos años como militar profesional con sueldo; probablemente alcanzó la graduación militar de cabo o sargento, dado su acreditado valor y que sabía leer y escribir, lo que no era muy frecuente en esa época, pero de momento no lo hemos podido confirmar; lo cierto es que obtuvo su retiro con fuero militar y sueldo. Una vez establecido en El Escobonal, en este pueblo actuó como testigo en escrituras de compraventa y en testamentos; también fue uno de los promotores de la construcción de la nueva iglesia de San José, siendo elegido depositario de las limosnas para dicha obra. Además, durante toda su vida se dedicó a las labores agrícolas, primero como jornalero y luego como propietario. Por ello, figuró entre los mayores contribuyentes del municipio de Güímar, lo que le permitió participar en las elecciones para diputados a Cortes y senadores.

Nació en el entonces pago de Fasnia el 16 de noviembre de 1780, siendo hijo de don Amaro Díaz y doña María Inés Rodríguez Perera. Seis días después fue bautizado en la iglesia de San Juan Bautista de Arico, de la que por entonces dependía dicho pago, por el cura párroco don José Hernández de Ara; se le puso por nombre “Amaro Rufino” y actuó como padrino don José Rodríguez. Fueron sus abuelos paternos: don Amaro Díaz y doña Josefa Blas González, naturales y vecinos de Fasnia; y los maternos: don Gaspar Rodríguez, natural de Güímar, y doña Inés Perera, que lo era de Fasnia, donde estaban avecindados…

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Granadilla de Abona: Don Juan Pedro de Frías Bello (1756-1791), subteniente de Milicias, ayudante mayor interino del Regimiento de Abona, alcalde real y propietario agrícola, cuya prometedora carrera militar fue truncada por su prematura muerte

Al igual que muchos de sus antepasados, nuestro biografiado siguió la carrera militar, ingresando como subteniente de Milicias en el Regimiento Provincial de Abona; con dicho empleo actuó como ayudante mayor interino del citado cuerpo. Además, fue elegido alcalde real de Granadilla poco antes de morir y perteneció a las Hermandades del Santísimo Sacramento y Ntra. Sra. del Carmen, así como a la Cofradía de la Santa Misericordia. Pero su prometedora carrera militar y política quedó truncada por su prematura muerte, cuando contaba tan solo 34 años de edad, siete de ellos como oficial de Milicias.

Nació en Granadilla de Abona el 26 de diciembre de 1756, siendo hijo del teniente don Lázaro Sebastián de Frías Bello y doña María Josefa de Torres, de la misma naturaleza. El 3 de enero inmediato fue bautizado en la iglesia de San Antonio de Padua por el cura párroco don Joaquín González Perlaza del Castillo; se le puso por nombre “Juan Pedro de Jesús” y actuó como padrino su abuelo materno, el teniente capitán don Pedro Alejandrino de Torres, natural y vecino de dicho lugar. Fueron sus abuelos paternos: el capitán don Lázaro de Frías Mazuelos y Bello y doña Beatriz González Ruiz del Castillo; y los maternos: el teniente don Pedro Alejandrino de Torres y doña María Mayor…

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Las primeras agrupaciones musicales de Vilaflor de Chasna (1920-1940)

Con casi total seguridad, por lo menos desde el siglo XIX existieron músicos de cuerda en el pueblo de Vilaflor de Chasna que, en solitario o asociados de manera improvisada, pudieron amenizar algunos bailes en la plaza o en las casas particulares del municipio. Así, en septiembre de 1906, con motivo de las fiestas en honor de San Roque y San Agustín, “Hubo bailes muy animados en algunas casas particulares y todo el pueblo se mostraba muy alegre y entusiasmado”, como recogió el periódico El Tiempo el 7 de dicho mes. Asimismo, el 9 de septiembre de 1917, con motivo de las fiestas celebradas por la inauguración de la capilla del Calvario, “A las nueve de la noche vistosos fuegos artificiales; terminados éstos tendrán lugar varios bailes en casas particulares”.

Posteriormente, desde los años veinte del siglo pasado, ya se agruparon para constituir agrupaciones musicales más o menos estables. Por ello, sorprende que un municipio tan pequeño como éste llegase a contar con varias de ellas en los años veinte y treinta del siglo pasado, lo que pudo estar motivado por el propio aislamiento del pueblo y por la indudable afición musical de sus habitantes.

De momento conocemos la existencia de cuatro de estos grupos en dicho período: la “Estudiantina Vilaflorense” (1924-1925), que amenizó veladas musicales, homenajes y bailes; la “Orquesta de Vilaflor” (1928-1930), cuya composición conocemos, que participó en manifestaciones, veladas literario-musicales, verbenas y bailes; el “Trío Vilaflorense” (1929), dirigido por el Sr. Morando, que coincidió en el tiempo con la anterior y que actuó en misas y procesiones; y la “Agrupación Nivaria” (1939), que amenizó tanto paseos o conciertos en la plaza principal como veladas literario-musicales. Todos ellos estaban dotados con instrumentos de cuerda: violines, guitarras y bandurrias, a los que probablemente se sumarían laúdes; además, algunos contaban con cantantes solistas…

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