En la tarde del 24 de marzo de 1962 se produjo un trágico naufragio en el litoral del Sur de Tenerife, en este caso frente a la Punta de Abona en la costa de Arico, al volcar por un golpe de mar y hundirse rápidamente el motovelero “Joven Genoveva”. Fallecieron tres de sus cuatro tripulantes, a pesar de que se habían lanzado al agua con salvavidas, pero el mal estado de la mar y la oscuridad del anochecer hizo que se separaran, lo que dificultó su salvación. Curiosamente, el marinero-motorista que logró salvar la vida poseía una pierna ortopédica, que se quitó al caer al mar, pero como sabía nadar muy bien trató de ayudar sin éxito a uno de sus compañeros, al que cedió su salvavidas; logró alcanzar la costa, arrastrándose luego hasta el faro de Abona, donde fue socorrido por el farero y su familia. El barco se dirigía a Santa Cruz de La Palma cargado de refrescos o bebidas carbónicas, carga valorada en 300.000 pesetas, mientras que la embarcación estaba valorada en 600.000 pesetas.
Este barco fue construido, matriculado y botado al mar en el puerto de Santa Cruz de La Palma a mediados de los años cincuenta, siendo propiedad de don Sebastián Díaz, quien lo vendió en 1960 a don Sebastián Calderón, otro armador de dicha capital. Se trataba de una balandra o motovelero, de 35 toneladas, con motor sueco de gasoil de 70 caballos…
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