La supresión de los actos populares de las Fiestas de San Pedro y Nuestra Señora del Socorro en Güímar, con motivo de acontecimientos extraordinarios

Dado el anuncio oficial, por parte del Ayuntamiento de Güímar, de la supresión de los actos de las Fiestas Patronales 2020 en honor de San Pedro Apóstol y la duda que existe sobre la celebración de la popular Romería de Nuestra Señora del Socorro, en este trabajo vamos a comprobar que no es la primera vez que eso sucede y a recordar en qué ocasiones se tomaron semejantes medidas en el pasado.

Dado que ambas festividades tienen una esencia católica, en ningún momento han dejado de celebrarse los principales actos religiosos, como tampoco ocurrirá este año, lo que sí ha sucedido en varias ocasiones, por lo menos a lo largo del siglo XX, es la supresión de los actos populares (culturales, recreativos y deportivos), con motivo de ciertos acontecimientos extraordinarios. Así, en las Fiestas de San Pedro solo se han suspendido dichos actos en dos ocasiones: la primera en los años 1937 y 1938, con motivo de la Guerra Civil española; y la segunda en 1961, a causa de la enfermedad terminal del obispo güimarero don Domingo Pérez Cáceres. Con respecto a las Fiestas de Ntra. Sra. del Socorro, aunque la festividad se continuó celebrando en la iglesia matriz, la Romería fue suprimida por lo menos dos veces: la primera fue en 1914, con motivo del inicio de la I Guerra Mundial; y la segunda en 1936, a causa del comienzo de la Guerra Civil española; además, en los dos años siguientes, 1937 y 1938, la Virgen sí bajó a su ermita de la playa del Socorro, pero en el mismo día se efectuó la bajada y la subida, sin carácter festivo y como mera rogativa por el final de dicha contienda bélica…

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Arafo: Don Telesforo León Pérez Fariña (1915-1993), agricultor, albañil, músico, cabo de Sanidad, policía armado y empleado de una fábrica de vidrios

Nuestro biografiado se inició en la vida laboral trabajando, sucesivamente, como agricultor, peón de albañil y maestro albañil. Al mismo tiempo, en su adolescencia ingresó en la academia de la Sociedad Filarmónica “Nivaria”, en la que comenzó a tocar el bombardino. Luego prestó su servicio militar en la Compañía de Sanidad Militar de Canarias, donde le sorprendió la Guerra Civil y alcanzó el empleo de cabo. Posteriormente ingresó en la Policía Armada, siendo destinado a Barcelona; allí prestaría durante muchos años sus servicios como fliscorno en la Banda de Música de dicho cuerpo, cuando ésta fue creada en dicha ciudad. Simultáneamente, en sus ratos libres trabajó como albañil y, tras su retiro, lo hizo en una fábrica de vidrios y cristales de la capital catalana, donde residió hasta su muerte.

Nació en Arafo el 18 de agosto de 1915, a las dos de la madrugada, siendo hijo de don Telesforo Pérez Marrero y doña Leoncia Fariña Coello, vecinos de la calle Nueva. El 2 de octubre inmediato fue bautizado en la iglesia de San Juan Degollado por el cura párroco don Hildebrando Reboso Ayala; se le puso por nombre “Telesforo León” y actuó como padrino don Federico Marrero Alberto. Fue conocido por su segundo nombre…

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Güímar: Don Eloy Rodríguez de la Rosa (1934-2018), agricultor, pescador y voz solista de la Rondalla de El Escobonal y del Coro Parroquial de San José, distinguido con la Medalla de Bronce de Güímar

Con motivo del segundo aniversario de su muerte, dedicamos este artículo a un hombre entrañable, cuya vida transcurrió en El Escobonal (Güímar), trabajando en la agricultura y, en menor medida, en la pesca. Pero, sobre todo, es y será recordado porque durante la mayor parte de su existencia alegró a su pueblo y a las islas con los cantos folclóricos de la tierra, como voz solista de la Rondalla de su pueblo natal y del Coro Parroquial de San José. Su inconfundible estilo y su bien ganado prestigio le hicieron merecedor de varios homenajes al final de su vida y de que el Ayuntamiento de Güímar le distinguiese con la Medalla de Bronce del municipio.

Nació en La Corujera de El Escobonal (Güímar) el 24 de octubre de 1934, siendo hijo de don Eloy Rodríguez Frías y doña Ángela de la Rosa García, naturales del mismo pueblo. El 2 de febrero de 1935 fue bautizado en el Santuario de la Virgen de Candelaria e inscrito en la parroquia de Santa Ana de dicha villa; se le puso por nombre “Blas Eloy” y actuó como padrino don Juan Rosa…

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Granadilla de Abona-Vilaflor de Chasna: Don José Álvarez de Ledesma (1765-1848), cadete de Milicias, escribano público de Vilaflor, Los Realejos y Puerto de la Cruz, y secretario del Ayuntamiento portuense y de la Junta local de Sanidad, famoso por sus convicciones realistas y su fanatismo religioso

Miembro de una destacada familia de militares y escribanos públicos, nuestro biografiado inició la carrera militar en el Regimiento Provincial de Abona, aunque no pasó de cadete de Milicias. Luego, al igual que muchos de sus antepasados y familiares, fue nombrado escribano público, oficio que desempeñó en Vilaflor, Los Realejos y Puerto de la Cruz. En esta última localidad también ejerció simultáneamente como secretario del Ayuntamiento y fue muy conocido por sus convicciones realistas, que motivaron su cese en la secretaría durante los períodos constitucionales, y por su fanatismo religioso, que le llevó a oponerse al uso de la vacuna contra la viruela.

Nació en la villa de La Orotava el 25 de enero de 1765, siendo hijo de don Cristóbal Álvarez de Ledesma y Estrada y doña Agustina de Curras y Abreu, naturales y vecinos de la misma villa. El 31 de dicho mes fue bautizado en la iglesia parroquial matriz de Ntra. Sra. de la Concepción por el presbítero don Antonio Cosme del Álamo, con licencia del Dr. don Francisco Domingo Román y Lugo, beneficiado rector de la misma y examinador sinodal del Obispado; se le puso por nombre “José Cristóbal Domingo” y actuó como padrino don Domingo Estévez, vecino de dicha villa…

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Candelaria: Don Francisco Rodríguez Izquierdo (?-1575), rico propietario agrícola, ganadero y colmenero, y primer capitán de Infantería del Valle de Güímar, de origen guanche

Se sabe con certeza que la población inicial de la actual villa de Candelaria era mayoritariamente de origen guanche, pues muchos de los antiguos pobladores de la isla que sobrevivieron a la conquista se establecieron en dicho lugar, agrupados en torno a la Virgen. Por ello, durante el siglo XVI la mayoría de los alcaldes y alguaciles, así como de los jefes y oficiales de Milicias del Valle de Güímar, eran descendientes de guanches, como ocurrió con el personaje al que está dedicado este trabajo.

El guanche don Francisco Rodríguez Izquierdo, cuya vida transcurrió en el pueblo de Candelaria, llegó a ser un destacado propietario agrícola y ganadero, pues llegó a poseer extensos terrenos agrícolas en Igueste, con una notable producción cerealística, además de centenares de cabras, ovejas, cochinos, vacas y asnos, y más de un centenar de colmenas, así como casas, corrales, solares y cuevas en Candelaria y La Laguna. A pesar de ser analfabeto, su innata inteligencia y su desahogada posición económica permitió su nombramiento como capitán jefe de la única compañía de Infantería del Valle de Güímar, a cuyo frente permaneció hasta su muerte, sucediéndole en dicho empleo uno de sus diez hijos, don Pedro Rodríguez.

Nuestro biografiado nació en Candelaria en los albores del siglo XVI, poco después del final de la conquista, y era de origen guanche, aunque de momento desconocemos los nombres de sus padres. Siempre vivió en dicho pueblo, donde contrajo matrimonio hacia 1524 con doña Francisca Martín, natural de la misma isla e hija de los guanches don Francisco de Tacoronte (o Fernández) y doña Leonor Afonso…

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Principales descripciones de Santiago del Teide en el último cuarto del siglo XIX

En el presente trabajo se incluye una decena de descripciones del municipio de Santiago del Teide, por lo general de extensión bastante limitada, salvo tres de ellas, todas del último cuarto del siglo XIX. En el conjunto de estas referencias bibliográficas se destacan diversos aspectos: situación en el contexto insular; altitud, relieve, límites o distancias a otras localidades; población; existencia de ayuntamiento, parroquia y escuelas; caminos o barrancos del término; cargos públicos y comerciantes; existencia de puerto; y recursos económicos existentes. No obstante, es evidente que todas no profundizan por igual y algunas solo inciden en algunos de estos datos.

A pesar de la limitada información que ofrecen estas descripciones, todas incluyen datos de interés para conocer algunas características de este municipio en la época estudiada, cuando aún se llamaba sólo Santiago o Santiago de Tenerife. Las que recoge el Anuario en sus distintas ediciones relacionan los pagos o barrios principales e incluyen una interesante relación de los personajes que ocupaban los cargos principales o asumían las principales actividades económicas. La de Millares destaca su antiguo carácter de villa de Señorío, su puerto y su iglesia parroquial. La de Stone, la más larga, llama la atención por la profusión de detalles sobre las costumbres locales, haciendo hincapié en la pobreza del término, la falta de agua y la importancia en la alimentación del gofio y los higos picos, que explica con bastante detalle. La de Ardanaz se centra en el relieve o topografía del término, así como en las principales vías de comunicación, su interés militar y la disponibilidad de alojamiento para las tropas. Edwardes, además de lamentar la empinada subida del camino por la ladera de Tamaimo, señala, al igual que había hecho Olivia Stone, la pobreza del pueblo y la curiosidad que los turistas despertaban en el vecindario. La de Vernau destaca, sobre todo, la comunicación por mar con La Gomera. La de Puerta Canseco es la más breve, pero incide en la existencia de escuela. Y la última, la de Arribas, hace una corta pero completa descripción, destaca su iglesia y su hijo más ilustre, recogiendo una graciosa anécdota relacionada con un personaje popular. Como curiosidad, ninguna menciona al vecino caserío de Masca, que pertenecía a la parroquia de Santiago, aunque dependía del ayuntamiento de Buenavista.

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Vilaflor de Chasna-San Miguel de Abona: Don José Antonio Rodríguez Feo (1745-1826), rico propietario agrícola, síndico personero y alcalde de Vilaflor, mayordomo de la ermita de San Miguel, impulsor de la independencia parroquial y municipal de San Miguel y primer alcalde real de este pueblo

Queremos recordar en este trabajo a un destacado chasnero, de ilustre familia y rico propietario agrícola, que fue síndico personero y alcalde de la amplia jurisdicción de Vilaflor de Chasna, cuando abarcaba a toda la comarca de Abona. Se estableció en el entonces pago de San Miguel, donde contrajo dos matrimonios y falleció, siendo el tronco en dicha localidad de la familia Feo, una de las más destacadas del Sur de Tenerife. En este pueblo que lo adoptó fue, además, mayordomo de la ermita del Arcángel San Miguel, impulsor de la independencia parroquial y municipal del pueblo que lo adoptó, así como primer alcalde real del mismo.

Nuestro biografiado nació en Vilaflor el 28 de febrero de 1745, siendo hijo del capitán don Lucas Agustín Feo y doña Catalina (González Salguero) Ramos. El 2 de marzo inmediato fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol por don Antonio García del Castillo, con licencia del Dr. don Salvador Xavier López; se le puso por nombre “José Antonio” y actuó como padrino el teniente capitán don José Hernández Montesino, vecino de la villa de Adeje.

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Fasnia: Don Adrián Marrero Coello (1842-1879), agricultor, soldado condecorado y sustituto de Milicias y guardia provincial de 1ª clase, fallecido en plena juventud

Dedicado desde su adolescencia a la agricultura, nuestro biografiado fue alistado en las Milicias Canarias con su reemplazo, como soldado de la Sección Ligera Provincial de Abona, pero enseguida fue movilizado para prestar sus servicios en el Batallón Ligero Provisional de Canarias, de guarnición en Santa Cruz de Tenerife, situación en la que fue condecorado con la Cruz de Plata del Mérito Militar sencilla. Tras obtener la licencia absoluta por cumplido, volvió a ingresar en las Milicias como soldado sustituto del Batallón Ligero Provincial de La Laguna, aunque continuó movilizado en la guarnición de Santa Cruz de Tenerife, donde contrajo matrimonio en dos ocasiones, tras enviudar. Por entonces solicitó y obtuvo su ingreso en la compañía de Guardias Provinciales, de nueva creación, que asumía en Canarias el mismo papel que la Guardia Civil en la Península, y en ella prestó sus servicios durante más de dos años y medio como guardia provincial de 2ª y 1ª clase, en los Puestos de Las Palmas y Guía de Gran Canaria. En ese último le sorprendió la muerte en plena juventud, aún en servicio activo.

Nació en la aldea de Sabina Alta (Fasnia) el 8 de septiembre de 1842, siendo hijo de don Hilario Marrero Ramos y doña Isabel Patricia Coello Marrero. Cuatro días después fue bautizado en la iglesia de San Joaquín de Fasnia por el cura párroco propietario don José García Sosa; se le puso por nombre “Adrián José” y actuó como madrina doña Catalina Coello, de la misma vecindad…

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Güímar: Don Domingo Tejera y Delgado-Trinidad (1855-1918), emigrante, comerciante, cajero, propietario de una fábrica de gofio, directivo de sociedades, representante de Industrias Extranjeras, 2º vicepresidente de la Asociación Canaria de Cuba, miembro del Comité de Defensa de Tenerife en Cuba y activista contra la división provincial

Miembro de una destacada familia güimarera, nuestro biografiado emigró a Cuba, donde sobresalió como comerciante, siendo propietario de la “Fábrica de Gofio La Lucha” de La Habana y cajero de la “Nueva Fábrica de Hielo”. Además, desempeñó diversos cargos, pues fue consiliario (consejero o vocal) del “Centro Canario”, vicetesorero y contador de la “Sociedad Canaria de Beneficencia y Protección Agrícola”, contador de la Sociedad “Unión y Ahorro” de La Habana, representante de “Industrias Extranjeras”, vocal de la “Asociación de Depósitos del Centro Gallego” de La Habana, presidente de la sección de Protección Agrícola y vicepresidente general de la “Asociación Canaria de Cuba”, miembro del “Comité de Defensa de Tenerife” en la isla de Cuba y activista contra la división provincial, desarrollando intensas campañas desde la prensa.

Nació en el caserío de Aguerche, en los altos de El Escobonal (Güímar), el 13 de noviembre de 1855, siendo el menor de los hijos de don Vicente Tejera de Castro, natural de Santa Cruz de Tenerife y oriundo por su padre de Güímar, y doña Juana Delgado-Trinidad y Delgado-Trinidad, de ilustre familia güimarera. Tres días después fue bautizado en la iglesia parroquial matriz del Apóstol San Pedro de Güímar por el Doctor don Agustín Díaz Núñez, beneficiado propio de la misma; se la puso por nombre “Domingo Gavino Bernardo Diego” y actuó como madrina doña María Magdalena Rodríguez…

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Santa Misión en Granadilla de Abona en 1923

En la primavera de 1918, siendo vicario capitular en sede vacante de la Diócesis de Tenerife el Dr. don Santiago Beyro y Martín, por fallecimiento del obispo don Nicolás Rey Redondo, se dispuso la celebración de una Misión en las parroquias de San Miguel de Abona, Vilaflor de Chasna y Granadilla de Abona, que fue dirigida por el R. P. Cipriano Montero, del Inmaculado Corazón de María. Cinco años después, en abril de 1923, volviendo a asumir el cargo de vicario capitular de la Diócesis don Santiago Beyro, al estar ahora vacante la titularidad de la misma por traslado del obispo don Gabriel Llompart y Jaume, ordenó que se celebrase otra Santa Misión en tierras chasneras, concretamente en las parroquias de Arona, San Miguel de Abona, Vilaflor de Chasna y Granadilla de Abona. En este trabajo nos vamos a centrar en cómo tuvo lugar dicha Misión en esta última villa.

Con dicho motivo, la iglesia parroquial de San Antonio de Padua de Granadilla, regentada por don Esteban Hernández Ramos, fue convenientemente adornada e iluminada por las noches, siendo presidida por el Cristo de la Misericordia, que se colocó bajo dosel en el altar mayor. Duró doce días y, desde su inicio, asistieron muchos feligreses, tanto del casco como de los distintos núcleos de población del municipio, a los distintos actos llevados a cabo por los dos misioneros, el P. Meléndez y el P. Pallarés, ambos de la Congregación de San Vicente Paúl que tenía su sede en La Orotava; el primero fue el responsable de la Catequesis, mientras que el segundo lo fue de las confesiones, y ambos pronunciaron sermones en todos los actos. Se centró especialmente en los niños, que en elevado número asistieron a la Catequesis, la confesión y la renovación de las promesas del bautismo; asimismo, les enseñaron cánticos y pequeños discursos, que ellos mismos exponían por la noche.

De todos los actos, destacaron los celebrados en los dos días principales. El primero fue el domingo 8 de abril y consistió en la Fiesta de los Niños, con la comunión en la mañana y la procesión de la Virgen del Carmen por la tarde, acompañada por autoridades, banda de música y un gran número de fieles, en la que los niños portaron las banderas y gallardetes. El segundo fue el domingo 15 de abril, en que por la mañana se salió en procesión desde la parroquia hasta la cárcel del partido, con el fin de llevar la comunión a los presos, a propuesta del juez de Instrucción don Antonio Losada y Mazorra; a ese emotivo acto asistieron las autoridades y numeroso público, ofreciéndosele luego un almuerzo a los reclusos; y por la tarde recorrió las calles la procesión del Santísimo Sacramento, considerada la más solemne celebrada hasta entonces en la villa, pues fue acompañada por la banda de música y en su recorrido se colocaron artísticos descansos, donde cantaron los niños y los Coros Eucarísticos, mientras que desde las ventanas y los balcones, adornados con colgaduras, flores y plantas, se arrojaban pétalos a su paso. En total se impartieron más de 1.660 comuniones y el párroco-arcipreste de Granadilla quedó muy complacido de esta Misión…

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