Como la mayoría de sus paisanos del casco de Candelaria, don Juan se dedicó inicialmente a la pesca, para luego emigrar en tres ocasiones a Cuba. Tras su regreso definitivo, obtuvo la plaza de alguacil de la alcaldía y luego pasó a ocupar la de guardia municipal, el primero con el que contó este municipio. Destituido arbitrariamente por el Ayuntamiento, el recurso que presentó le hizo recuperar su plaza, en la que ya permaneció en propiedad hasta su prematura muerte, tras casi once años como responsable del orden público en el municipio.
Nació en Candelaria el 4 de agosto de 1885, a las diez de la mañana, siendo hijo de don Antonio González Marrero y doña Elisa González. Seis días después fue bautizado en la iglesia de Santa Ana por el beneficiado propio don Antonio de la Barreda y Payva; se le puso por nombre “Juan Esteban” y actuó como padrino don Manuel Hernández Marrero, siendo testigos don Isidro Delgado y don Francisco Asís Delgado, naturales y vecinos de la misma población…
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