Como en casi todos los pueblos del Sur de Tenerife, en Candelaria la enseñanza pública organizada no se implantó hasta bien entrado el siglo XIX. Pero esta localidad tuvo una ventaja sobre otras localidades, la existencia de un convento dominico en el que los religiosos más preparados impartían por caridad clases a los niños candelarieros, hasta el punto de que la educación impartida en dicho centro hizo que los marinos de este pueblo fuesen de los más instruidos de su época.
En el presente artículo nos vamos a centrar en la llegada de la educación pública al pueblo de Igueste de Candelaria en el siglo XIX, con notable tardanza, teniendo en cuenta que este núcleo era el más poblado de todo el municipio en el siglo XIX. Según un padrón vecinal que se conserva en la Real Sociedad Económica de Amigos del País de La Laguna, fechado en 1779, dicho lugar estaba compuesto por 73 familias y un total de 256 habitantes; ya constituía el segundo núcleo de población del actual término municipal y su calle principal era la del Tanquillo. La situación educativa era por entonces dramática, pues sólo dos mujeres sabían leer, mientras que tres hombres sabían leer y escribir; para colmo de males, sólo dos niños acudían a la escuela de Candelaria. La situación no mejoraría demasiado en las décadas siguientes, pues era considerable la distancia que separaba a dicho pago de la única escuela que existía en el municipio, que como se ha indicado estaba en el convento. Luego, hacia 1840, se crearía una escuela incompleta de niños en la cabecera municipal, pero el problema seguía siendo el mismo.
Atendiendo a las reiteradas peticiones de los vecinos, el 22 de febrero de 1864 el Ayuntamiento de Candelaria acordó por fin la creación de una escuela incompleta en el pago de Igueste, por contar ya con 900 almas, así como por la gran distancia que lo separaba de la cabecera municipal y los barrancos intransitables que cruzaba el camino, que “en invierno imposibilita a los niños acudir a la escuela”; dicha propuesta ya había sido discutida dos décadas atrás, pero entonces no había cuajado…
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