Candelaria: Don Juan Antonio Lanzarán González (1804-1883), singular sacerdote, dominico exclaustrado, maestro, capellán del cementerio de Santa Cruz, inventor y padre de familia

Candelaria-Convento-Bannerman (1922)     En todas las épocas han existido religiosos atípicos que han gozado de notable popularidad, ya fuese por estar profundamente vinculados a otras actividades (políticas, literarias, docentes, militares, etc.), como por sus problemas sentimentales y familiares. Este fue el caso de don Juan Antonio Lanzarán González, destacado sacerdote dominico que profesó en el convento de Candelaria y luego estuvo destinado en el de La Laguna, donde ejerció como maestro de la escuela de niños, y del que pasó al de Las Palmas de Gran Canaria. Tras la exclaustración fue destinado a la Villa de Santiago y luego a Santa Cruz de Tenerife, donde ya permanecería el resto de su vida. En la capital de la isla fundó familia y tuvo varios hijos que nunca ocultó, actitud que le costó severas sanciones y su automarginación del clero tinerfeño del siglo XIX, pero supo ser consecuente con sus ideas hasta el final de sus días. Por dicho motivo solo recibió las licencias de celebrar, aunque pudo ejercer con licencia de los beneficiados en las iglesias de Santa Cruz y fue nombrado capellán del cementerio de San Rafael y San Roque. Con motivo de la epidemia de fiebre amarilla que azotó dicha capital desarrolló una destacada labor humanitaria, que mereció la Cruz de tercera clase de la Orden Civil de Beneficencia. Además, se ganó el aprecio de la sociedad tinerfeña por su cultura e inteligencia, que demostró con varias ideas e inventos muy adelantados para su época, tanto en la faceta musical como en el movimiento continuo, tan de moda por entonces.

     Nació en Candelaria el 16 de febrero de 1804, siendo hijo de don Antonio Lanzarán Capitán, natural de la ciudad de Andújar en Jaén, y de doña Jacinta Gerónima González Alonso, que lo era de la citada localidad tinerfeña. Tres días después fue bautizado en la iglesia de Santa Ana por don Agustín Tomás de Torres, párroco propio de la misma; se le puso por nombre “Juan Antonio” y actuó como padrino don Juan Agustín Otazo…

      En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *