Las campañas de prensa pro cementerios de don Esteban Coello Pestano y la construcción del cementerio “San José” en Barranco Hondo de Candelaria (1946)

2. Barranco Hondo     Como ya hemos señalado en otros trabajos, los vecinos de Barranco Hondo, como los de todo el término municipal de Candelaria, han sido enterrados desde 1497 en distintos lugares de la cabecera municipal: primero en la cueva-ermita de San Blas y luego en la iglesia de Santa Ana y la capilla del convento dominico, además de en otros lugares no habituales. Posteriormente lo hicieron en los distintos campos santos habilitados en dicha villa: el primer “Cementerio provisional de Santa Ana” (1828 y 1835-1843), el “Cementerio del Convento” (1843-1918), situado en las ruinas de la Basílica de Candelaria, y, finalmente, en el cementerio “Santa Sabina” de Candelaria (1918-), que fueron los únicos existentes en su época en todo el municipio hasta la construcción de los de Barranco Hondo e Igueste.

    La considerable distancia que separa a los mencionados pueblos de Barranco Hondo e Igueste de la cabecera municipal de Candelaria, así como los malos caminos que en el pasado había que transitar para el traslado de los cadáveres al lugar de enterramiento, hizo que la construcción de cementerios en estos barrios fuese una necesidad imperiosa y una constante reivindicación de los vecinos durante largo tiempo. Desde la prensa fue, sobre todo, don Esteban Coello Pestano, corresponsal del diario Hoy y de otros periódicos, el que desde Igueste demandó reiteradamente la necesidad de que se construyesen sendas necrópolis en ambos barrios, servicio imprescindible a causa de la distancia a la que se encontraban de la cabecera municipal. Pero muchos años tuvieron que pasar, hasta mediados del siglo XX, para que se inauguraran los cementerios de “San José” en Barranco Hondo, en el año 1946, y de “San Francisco” en Igueste de Candelaria, en 1951, con lo que cesó el largo traslado de los fallecidos en ambas localidades hasta el camposanto de la Villa Mariana…

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