Candelaria: Don Gumersindo Delgado (1864-1954), zapatero, sochantre, fiscal municipal, secretario del Juzgado y del Ayuntamiento, alcalde de Candelaria, curandero y pintor

Gumersindo Delgado     Este recordado candelariero comenzó su trayectoria profesional como humilde zapatero, pero luego, gracias a los conocimientos que vertió en él su madre maestra, pudo acceder a los empleos de sochantre de la parroquia, escribiente del Ayuntamiento, secretario del Juzgado municipal, administrador de bienes, secretario del Ayuntamiento de Candelaria en propiedad, empleo que ocupó durante más de dos décadas, y corresponsal del periódico El Liberal de Tenerife. Pero también tuvo una enorme vocación política, fruto de la cual fueron sus cargos como fiscal municipal, interventor y apoderado electoral, y miembro del directorio de la “Junta de Defensa para los intereses generales del valle de Güimar”. Esa intensa actividad motivó su suspensión en la plaza de secretario del Ayuntamiento y su detención por motivos políticos; pocos años después recuperó su plaza de secretario municipal, que luego volvería a perder por los mismos motivos, pero ahora definitivamente, a pesar de lo cual  fue incluido en el Cuerpo de Secretarios de Ayuntamiento de España, como secretario de segunda categoría. Finalmente, fue elegido concejal, aunque no tomó posesión; figuró entre los principales organizadores del Comité local de Acción Popular Agraria; y alcanzó la alcaldía de Candelaria, aunque en este cargo solo permanecería durante poco más de un mes. Además, fue uno de los mayores contribuyentes de Candelaria, accionista de comunidades de aguas, curandero y pintor.

     Nació en Candelaria el 20 de diciembre de 1864, a las siete de la tarde, siendo hijo de la maestra doña Eufrasia Delgado, “industriosa y vecina de este pueblo”. Cinco días después fue bautizado en la iglesia de Santa Ana por el cura párroco propio don Antonio de la Barreda y Payba; se le puso por nombre “Gumersindo Demetrio” y actuó como padrino don Juan José Sabina, siendo testigos don Nicolás Matos y don Isidro Delgado, ministros de dicha parroquia…

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Artículo-GUMERSINDO DELGADO

Candelaria: Fray Manuel Fresneda y Tejera (1799-1867), sacerdote dominico demente

Candelaria-Capilla antigua-fiestas     El religioso al que se dedica este artículo no tuvo tanta suerte como su hermano, fray José Fresneda, quien también fue sacerdote dominico. Fray Manuel profesó en el Convento de Candelaria y luego fue morador del de La Laguna, donde continuó estudios, para luego regresar al de su pueblo natal, después de su ordenación sacerdotal. En esta localidad colaboró con el párroco de Santa Ana, pero muy pronto su salud comenzó a quebrantarse, por lo que fue dejando de aplicar las misas a las que estaba obligado en su convento; ello desembocó en una irreversible demencia que le acompañó el resto de su vida. Al igual que su hermano también sufrió la supresión de los conventos, a causa de la Desamortización, y murió como “presbítero exclaustrado”.

     Nació en Candelaria el 25 de diciembre de 1799, siendo hijo de don Ángel Fresneda González y doña Lucía Texera Pérez. Ese mismo día fue bautizado en la iglesia de Santa Ana por el cura párroco don Agustín Tomás de Torres; se le puso por nombre “Manuel Tomás” y actuó como madrina doña María Texera, su tía materna…

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Artículo-FRAY MANUEL FRESNEDA

La Capilla del Calvario de Barranco Hondo (Candelaria) y la venerada imagen del Santísimo Cristo de la Buena Muerte que la preside

Capilla Calvario-Cristo    El presente artículo está dedicado a uno de los edificios más emblemáticos del pueblo de Barranco Hondo, la Capilla del Calvario, y a la imagen que la preside, el Santísimo Cristo de la Buena Muerte, la más venerada de dicha localidad y titular de su Hermandad. En dicho lugar ya existía en 1860 un Calvario, que tras su destrucción fue reconstruido por el vecindario en 1885; destruido de nuevo, sería reconstruido y transformado en una capilla en otras dos ocasiones, en 1953 y 1986. En cuanto a la antigua imagen del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, llegó a Barranco Hondo a mediados del siglo XIX, procedente de La Laguna; tras mantenerse en una casa particular, pasó a presidir la iglesia de la localidad durante casi un siglo, desde 1867 hasta 1966; luego, tras permanecer durante tres años en la casa parroquial y una vez restaurada, en 1969 fue trasladada a la Capilla del Calvario, que preside desde entonces. En el interior de ésta, además del Cristo que la preside se encuentran las tres cruces del Calvario y las imágenes de la Virgen de la Piedad, el médico y siervo de Dios José Gregorio, Santa Rita, Santa Lucía, la Sagrada Familia y la Virgen de Candelaria.

    En el siglo XX, el cuidado de esta Capilla estuvo a cargo de don Francisco Mesa Hernández, hasta su fallecimiento a finales de los años setenta. Le sucedió doña Obdulia González Delgado, quien asumió dicha responsabilidad hasta el año 2000, en que murió. En ese último año, el pequeño templo quedó a cargo de dos vecinas: doña Matilde Rodríguez Trujillo y doña Carmen Rosa Salazar Martín; la primera cesó al enfermar, mientras que la segunda continúa hasta el presente en dicha labor, con la ayuda de doña María Dolores Ruiz Núñez (conocida por Juana)…

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Candelaria: Don Andrés Oliva Núñez (1911-1990), sargento de la Policía Armada con sueldo de brigada y presidente de la Asociación de Cabezas de Familia de Igueste

Andrés Oliva Núñez     Este artículo está dedicado a un hombre de pueblo de origen modesto, quien tras cursar los estudios primarios comenzó a trabajar con su familia en la agricultura, hasta que pasó a prestar su servicio militar, que hizo como soldado de Infantería. Una vez licenciado, en la II República fue uno de los organizadores del comité local de Acción Popular Agraria en Igueste y vocal de la junta directiva de la Sociedad “Juventud Iguestera”. Tras el comienzo de la Guerra Civil se alistó voluntariamente como artillero 2º y alcanzó el empleo de cabo de Artillería, con el que luego pasó a Zapadores. Una vez concluida la contienda bélica, ingresó en el cuerpo de la Policía Armada, en el que ascendió a sargento y se le premió con el sueldo de brigada, situación en la que obtuvo el retiro; también obtuvo el diploma de socorrista de la Cruz Roja Española. Con posterioridad, al constituirse la Asociación de Cabezas de Familia de Igueste de Candelaria, fue elegido como su primer presidente y al frente de ella logró algunas mejoras para su pueblo natal.

     Nació en el pago de Igueste el 21 de junio de 1911, a las diez de la noche, siendo hijo de don Antonio Oliva Barrios y doña Josefa Núñez Padrón. Al día siguiente fue inscrito en el Registro Civil de Candelaria por el vecino don Francisco García Hernández, natural de Tacoronte, ante el juez municipal don Juan Reyes Fariña y el secretario del Juzgado don Félix González y González, actuando como testigos don Domingo Trujillo y don Ángel Sabina, de la misma vecindad. Dos días después fue bautizado en la iglesia de Santa Ana de Candelaria por el cura párroco don José Trujillo y Trujillo; se le puso por nombre “Andrés Luis” y actuó como madrina su tía materna doña Carmen Núñez Padrón, natural y vecina del mencionado pago…

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Artículo-ANDRÉS OLIVA NÚÑEZ

Candelaria: Don Buenaventura Pérez Pérez (1930-1997), funcionario de Embajada, contable, traductor, poeta, colaborador periodístico, escritor experto en toponimia guanche y lucha canaria

Buenaventura Pérez Pérez     Establecido en Santa Cruz de Tenerife, pero estrechamente ligado a su villa natal, don Buenaventura Pérez adquirió de manera autodidacta una vasta formación cultural. Gracias a su dominio del inglés obtuvo una plaza de funcionario en la Embajada de España en Monrovia, desde donde comenzó a colaborar en el periódico La Tarde. De regreso a la capital tinerfeña, trabajó como contable y traductor de inglés en empresas exportadoras. Además, hizo sus pinitos como poeta, fue un profundo investigador de la toponimia guanche, tema sobre el que publicó dos libros, y un profundo apasionado de la lucha canaria, deporte por el que sentía una gran afición que le llevó a ser secretario fundador del “Santa Cruz C.L.”. Sobre este último tema colaboraba en la prensa con interesantes artículos de opinión, algunos de los cuales fueron premiados, e incluso tenía una columna habitual denominada “Prisma luchístico”. Diez años después de su muerte, su familia editó una recopilación de sus artículos periodísticos y poemas en el libro titulado “Remembranza isleña”.

     Nació en Candelaria el 2 de diciembre de 1930, a las dos de la tarde, siendo hijo de don Buenaventura Pérez Rivero y doña Ángela Pérez Nóbrega, vecinos de dicha villa en la calle de La Arena. El 6 de abril de 1931 fue bautizado en la iglesia de Santa Ana por el cura ecónomo fray Ángel Marina; se le puso por nombre “Buenaventura Eusebio” y actuó como madrina doña María Delgado Expósito, de la misma vecindad. Fue conocido entre sus amigos por “Ventura”…

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Artículo-BUENAVENTURA PÉREZ PÉREZ

El cementerio “San Francisco” de Igueste de Candelaria (1951)

Cementerio Igueste     Como ya hemos señalado en otros trabajos, los vecinos de Igueste de Candelaria, como los de todo el término municipal, se han enterrado desde 1497 en distintos lugares de la cabecera municipal; primero en la cueva-ermita de San Blas, la iglesia de Santa Ana y la capilla del convento dominico, además de otros lugares no habituales, y luego en los distintos campos santos habilitados en dicha villa: en el primer “Cementerio provisional de Santa Ana” (1828 y 1835-1843), en el “Cementerio del Convento” (1843-1918), situado en las ruinas de la primera Basílica de Candelaria, y en el cementerio “Santa Sabina” de Candelaria (1918-1951), únicos existentes en su época en todo el municipio.

     La considerable distancia que separa a los pueblos de Igueste y Barranco Hondo del casco de Candelaria, así como los malos caminos que en el pasado había que transitar para el traslado de los cadáveres, hicieron que la construcción de cementerios en estos barrios fuese una necesidad imperiosa y una constante reivindicación de los vecinos durante largo tiempo, sobre todo mediante intensas campañas en la prensa capitaneadas por don Esteban Coello Pestano. Pero muchos años tuvieron que pasar, hasta mediados del siglo XX, para que se inaugurara el cementerio de “San José” en Barranco Hondo, en el año 1946. Luego, las gestiones municipales se volcaron en la construcción de otro cementerio en Igueste de Candelaria, que se bendijo en 1951 con el nombre de “San Francisco”, con lo que cesó el largo traslado de los fallecidos en esta localidad hasta el campo santo de la Villa Mariana. En esa misma década se construyó la capilla de este cementerio, que en 1985 fue remozada y decorada con un bello tríptico donado por el pintor local don Dimas Coello Morales…

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Candelaria: Fray Ramón Fernández Álvarez (1895-1960), cura ecónomo de Candelaria y El Escobonal, párroco de Igueste y Barranco Hondo, y superior de los dominicos

Ramón Fernández Álvarez     Nacido en Asturias, el religioso al que dedicamos este artículo profesó en el Colegio de los Dominicos de Almagro (Ciudad Real) y estudió Teología en Salamanca, hasta su ordenación sacerdotal; luego desarrolló su labor en los conventos dominicos de Jerez de la Frontera (Cádiz) y Sevilla. Pero, sobre todo, durante 34 años estuvo vinculado al Convento de Ntra. Sra. de Candelaria, como guardián y capellán de la Virgen. Además, fue consiliario de la Juventud Católica de Candelaria y somatenista, mostrando su oposición pública al Régimen Republicano, lo que ocasionó las quejas del Ayuntamiento. Ejerció en varias ocasiones como cura ecónomo de Candelaria y en una estuvo encargado de Arafo; luego fue designado cura ecónomo de El Escobonal (Güímar), donde permaneció durante cinco años, en los que sufrió la destrucción de la iglesia parroquial en un voraz incendio; y durante una corta etapa también estuvo encargado de la parroquia de Fasnia. Finalmente, fue designado cura ecónomo de Igueste y encargado de Barranco Hondo, permaneciendo 14 años al frente de ambas parroquias, hasta su muerte. Además, llegó a ser elegido superior de los dominicos de Candelaria, en cuyo convento falleció. Pasadas tres décadas desde su muerte, sus restos fueron trasladados al cementerio de Igueste de Candelaria, localidad de la que fue su primer párroco efectivo y el que más tiempo ha estado al frente de su parroquia. El “Padre Ramón” aún es recordado en todas las localidades en las que desarrolló su labor pastoral por su espíritu caritativo, siempre volcado con los más pobres.

     Nuestro biografiado nació en Campomanes (Asturias) el 5 de diciembre de 1895, hijo de don Manuel Fernández y doña Amalia Álvarez. En 1912, a los 16 años de edad, ingresó en el Convento y Colegio de los Padres Dominicos de Almagro (Ciudad Real), en el que en 1916 vistió el hábito dominico y, finalizado el noviciado, hizo su profesión solemne en la Orden de Predicadores. En 1920 fue enviado a Salamanca a estudiar Teología y, finalizados dichos estudios, en 1924 fue ordenado sacerdote. Inicialmente ejerció su ministerio en los conventos dominicos de Jerez de la Frontera (Cádiz) y Sevilla. En 1926 fue destinado al Convento Real de Nuestra Señora de Candelaria, en el que residió durante 34 años, desarrollando una dilatada labor de apostolado y de propaganda de la devoción a la excelsa Patrona del Archipiélago…

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Candelaria: Don Domingo Torres Oliva (1914-2006), agricultor, sargento provisional de Infantería, guardia civil, comerciante y directivo de sociedades

Domingo Torres Oliva     El presente artículo está dedicado a un modesto agricultor, que a base de tesón logró alcanzar un cierto relieve en su pueblo natal y del que el año pasado se cumplió el primer centenario de su nacimiento. Mientras prestaba su servicio militar fue movilizado con motivo de la Guerra Civil, marchando al frente como cabo de Infantería; al final de la contienda bélica ya había ascendido a sargento provisional. Con dicho empleo volvió a ser movilizado con motivo de la II Guerra Mundial y, mientras prestaba sus servicios en Granadilla de Abona, pasó a la Guardia Civil como guardia 2º de Infantería, siendo destinado a la Comandancia de Fronteras en Badajoz; pero la escasez de sueldo le hizo abandonar dicho cuerpo, en el que solo había permanecido durante seis meses. Después de su retiro, rechazó reincorporarse al Ejército como militar profesional y trabajó como comerciante, pues primero puso una venta de Igueste y luego un bar en La Cuesta. Además, desempeñó diversos cargos en su municipio natal: secretario de la Sociedad Deportiva “Igueste C.F.”, presidente de la Asociación de Vecinos de Igueste de Candelaria y vocal del Club de la Tercera Edad de Candelaria. Como curiosidad, también tenía cierta afición poética, hasta el punto de obtener un primer premio en un concurso insular de coplas.

     Nació en Igueste de Candelaria el 27 de enero de 1914, siendo hijo de don Domingo Torres Rodríguez y doña María Oliva Pestano. El 15 de febrero inmediato fue bautizado en la iglesia de Santa Ana de Candelaria por el cura ecónomo don José Trujillo y Trujillo; se le puso por nombre “Domingo” y actuaron como padrinos don Claudio del Castillo Ramos y doña Florentina Pestano García, naturales y vecinos del mismo pueblo. El 31 de diciembre de 1926 fue confirmado en el mismo templo por el obispo Fray Albino González Menéndez-Reigada…

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Artículo-DOMINGO TORRES OLIVA

Datos para la historia de la parroquia de San Antonio de Padua de Malpaís de Candelaria

     Desde 1533, los vecinos que se fueron estableciendo en la zona del Malpaís de Candelaria pasaron a depender de la parroquia o beneficio del Valle de Güímar, que comenzó a regir en 1539 con primera sede en el santuario de la Virgen de Candelaria; pero en 1543 pasó a la cueva de San Blas y en 1580 a la nueva iglesia de Santa Ana de la misma localidad. En 1630 la parroquia comarcal fue trasladada a la iglesia de San Pedro de Güímar, pero ante la oposición vecinal en 1643 se creó una ayuda de parroquia en la antigua iglesia de Santa Ana, dependiente de Güímar y con jurisdicción sobre Arafo, y así continuó hasta que en 1795 logró su total independencia, al tiempo que se segregaba la parroquia de Arafo. En esa iglesia de Santa Ana de Candelaria continuaron cumpliendo sus obligaciones parroquiales los vecinos de Malpaís hasta la segunda mitad del siglo XX. Por ello, desde el siglo XVI muchos vecinos de este núcleo pertenecieron a la Hermandad del Santísimo Sacramento de la parroquia de Santa Ana e incluso, entre 1920 y 1960, algunos ocuparon cargos directivos en ella, como los de cobradores o postulantes en dicho barrio y el vecino de Las Cuevecitas.

     Pero a medida que el núcleo de Malpaís fue creciendo, se despertó en el vecindario el deseo de tener su propia identidad religiosa. Por ello, decidieron organizar unas fiestas locales y, curiosamente, la primera se celebró en honor de San Juan Bautista y la Virgen Milagrosa; para ello, a San Juan se le construyó un altar, al que los vecinos le llevaban frutos y flores. Hacia 1951, los dominicos y los vecinos de Malpaís de Candelaria adquirieron una vieja bodega, con tejado a dos aguas, propiedad de una familia de la Villa Mariana; la adecentaron y convirtieron en una ermita dedicada a San Antonio de Padua, colocando una cruz en la cima del tejado, sobre su fachada, y una espadaña con una campana en un lateral de la misma. Durante varios años sólo se abría por la festividad de San Antonio, pero como carecía de imagen titular se subía en procesión una imagen de dicho Santo que se veneraba en la iglesia de Santa Ana, a donde regresaba pocos días después a lomos de un camello…

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Candelaria-Güímar: Doña María del Pilar Nóbrega Navarro (1882-1951), maestra de Primera Enseñanza, directora de escuelas graduadas y una de las dos primeras concejalas del Ayuntamiento de Güímar

Pilar Nóbrega Navarro     Nacida en Candelaria, en su niñez doña María del Pilar Nóbrega Navarro se estableció en Güímar, al hacerse cargo su padre de la secretaría del Ayuntamiento. Cursó estudios en la Escuela Normal de Maestras de La Laguna y obtuvo el título de Maestra elemental de Primera Enseñanza. Ejerció como interina en las escuelas unitarias de niñas de San Andrés (Santa Cruz de Tenerife) y Villa Abajo (La Laguna). En los años que siguieron impartió clases particulares y, tras superar las oposiciones, regentó en propiedad varias escuelas: la unitaria de San Juan de la Rambla, la de San Andrés, en la capital, y la unitaria nº 2 de Güímar, donde ejerció durante 11 años, fue presidenta fundadora de la Mutualidad Escolar “Ntra. Sra. del Socorro” y vocal de la Junta Local de Primera Enseñanza. Después de casada pasó por concurso de traslado a varios colegios de Santa Cruz de Tenerife: primero a la Sección Graduada “José Antonio”, del barrio Salamanca, a cuya directiva perteneció; luego a la Sección Graduada “Fray Albino”, en Sergio Orbaneja, colegio del que fue nombrada directora; y, finalmente, a la Escuela Graduada “San Fernando”, del barrio Duggi, donde fue nombrada directora interina, cargo en el que permanecería hasta su muerte, ocurrida en dicha capital. También fue vocal de la Asociación de Maestros Nacionales del Partido judicial de Santa Cruz, de la Asociación Provincial Federativa del Magisterio y de la Junta Provincial de Protección a los huérfanos del Magisterio. Su gran labor como maestra y como directora, en los centros en los que ejerció durante su dilatada vida profesional, fue premiada con cinco votos de gracia. Pero, además, merece ocupar un lugar de honor en la historia de la isla, en especial de Güímar, por la curiosa circunstancia de ser una de las dos primeras mujeres que accedieron al puesto de concejal de su Ayuntamiento.

     Nuestra biografiada nació en Candelaria el 10 de septiembre de 1882, a las ocho de la noche, siendo hija de don Abelardo Nóbrega y González, natural de la ciudad de La Laguna, y de doña Enriqueta Navarro y Llarena, que lo era de dicha villa. Una semana después recibió el bautismo en la iglesia de Santa Ana, de manos del párroco propio don Antonio de la Barreda y Payva; se le puso por nombre “María del Pilar” y actuó como padrino su tío don Germán Navarro…

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Artículo-PILAR NÓBREGA NAVARRO