Descripciones de San Miguel de Abona en el segundo cuarto del siglo XX

En este trabajo queremos recordar cómo era el municipio de San Miguel de Abona en el segundo cuarto del pasado siglo XX, según se desprende de las descripciones incluidas en los siete anuarios o guías (comerciales, profesionales, turísticas o docentes), que conocemos. Unas son muy escuetas y otras más extensas; algunas reúnen datos de gran valor histórico, geográfico, demográfico y económico, mientras otras son exclusivamente geográficas. Las dos más extensas e interesantes que reproducimos, los Anuarios de 1927 y 1948, recogen, además, los nombres de las personas más relevantes del término municipal; así, en ambos se relacionan los profesionales más destacados; el primero incluye también a los que ocupaban los principales cargos y empleos públicos; y, además, en el segundo se mencionan los dos lugares de ocio del municipio. No obstante, las descripciones más pequeñas también aportan datos concretos de gran valor, como la realizada por el maestro José Delgado Marrero.

Con anterioridad, ya nos hemos ocupado en este mismo blog de otras numerosas descripciones de este municipio, publicadas en los siglos XIX y XX…

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La religiosidad y la vida social en el municipio de Granadilla de Abona, según la Santa Misión de 1965

Hace poco más de medio siglo, en 1965, se celebró una Santa Misión en la isla de Tenerife, una vez concluidas las realizadas en las demás islas de la Diócesis Nivariense, y poco después de la recordada peregrinación de la Virgen de Candelaria por esta isla, con el fin de recaudar fondos para el nuevo Seminario Diocesano. Después de un asesoramiento previo, el que por entonces era obispo de esta Diócesis, don Luis Franco Cascón, dispuso que se celebrara dicha Misión empezando por el Sur de la isla y siguiendo un orden geográfico, desde la parroquia de Santiago del Teide hasta la de Barranco Hondo. Tuvo lugar entre la segunda semana de mayo y la segunda de julio, evitando la época de la zafra del tomate, que solía trastocar la vida en el Sur al ocasionar un considerable trasiego de personas, dedicadas en esos meses casi exclusivamente a dicho trabajo, “de día y de noche sin descanso”. Al final de la campaña se tuvo que hacer una ligera variación, para que no coincidieran las fiestas patronales de San Pedro de Güímar con la Santa Misión. Pero resultó interesante el que el Valle de Güímar quedase para el final, con el fin de que la concentración que se planteaba en Candelaria como clausura estuviese más nutrida, como así ocurrió. La dirección de esta campaña misional fue encomendada por el citado prelado de Tenerife a un prestigioso sacerdote jesuita, el padre Sebastián Puerto, director del Centro Misional del Beato Juan de Ávila, en Montilla (Córdoba), a quien acompañarían otros siete padres jesuitas de la Península, más cuatro padres paúles y dos dominicos de Candelaria. Con algo más de un mes de anticipación se desplazó a esta isla el director, con el objetivo de conocer el terreno, tomar contacto con todos los párrocos de cada Arciprestazgo y planear la Santa Misión según las necesidades de cada parroquia, lo que motivó la confección de un estudio sociológico previo en cada una de ellas. La idea que presidió el plan fue “que no quedara ningún grupo de personas, algo notable, sin que llegara a él la gracia de la palabra de Dios”; por ello, dicha misión se extendió a un total de 73 centros, entre parroquias y barrios.

En esa época, el municipio de Granadilla de Abona estaba constituido por numerosos núcleos de población y contaba con dos parroquias. La primera era la de San Antonio de Padua en la cabecera municipal, creada en 1617; tenía categoría de término y una población de hecho de 5.629 habitantes; por entonces, según la descripción de dicha parroquia realizada por el canónigo don José Trujillo Cabrera en su Guía de la Diócesis de Tenerife, se incluían entre sus pagos: El Salto, con la ermita de San Juan Bautista; San Isidro, con la ermita de San Isidro; El Médano, con la ermita de Ntra. Sra. de las Mercedes; Cruz de Tea, sin ermita; y Los Blanquitos, también sin ermita. La segunda parroquia era la de San Luis Rey de Francia en Charco del Pino, creada en 1943; tenía la categoría de entrada y una población de hecho de 3.157 habitantes; se incluían entre sus pagos: El Calvario, sin ermita; Los Abrigos, con la ermita de San Blas; y parte de dos compartidos con la parroquia anterior, San Isidro y El Médano. Curiosamente, otros dos pagos de este municipio estaban incluidos por entonces en la parroquia de San Bartolomé del Río de Arico: Chimiche, con la ermita de la Virgen del Carmen; y Las Vegas, con la ermita dedicada a Ntra. Sra. de la Esperanza.

En la Santa Misión que nos ocupa, se establecieron siete centros misionales en el municipio de Granadilla de Abona: uno en la cabecera municipal y otros seis repartidos en los pagos de El Salto (que también abarcó a los caseríos de Las Palomas, El Draguito, Velázquez y Las Margaritas), Los Blanquitos, El Desierto, Chimiche, San Isidro y El Médano. En la villa de Granadilla tuvo su sede en la iglesia matriz de San Antonio de Padua y en el cine de la localidad; en El Salto se utilizó la ermita de San Juan Bautista, que ya estaba casi concluida; en Los Blanquitos suponemos que se habilitaría un local particular, pues carecía de ermita; en El Desierto se llevó a cabo en un salón habilitado para ello; en Chimiche se centró en la ermita de Ntra. Sra. del Carmen; en San Isidro se utilizó un salón de empaquetado, por ser la ermita muy pequeña; y en El Médano, suponemos que se fijó como sede la ermita de  Ntra. Sra. de las Mercedes, pues no se especifica. A continuación, vamos a analizar como tuvo lugar dicha Misión en este término municipal, tal como fue descrita por los propios misioneros que la llevaron a cabo en cada uno de los centros misionales, lo que nos permite conocer como era por entonces la vida religiosa y social, así como la situación económica y demográfica, en algunos de los núcleos que integraban el término municipal, con datos a veces muy curiosos. Sorprende que no se llevase la Misión a la otra parroquia del municipio, la de Charco del Pino, que por entonces era el segundo núcleo de población del término. Asimismo, llama la atención que en los distintos centros misionales no se mencionasen otros pagos existentes por entonces en el término municipal, como Los Abrigos, Arenas del Mar, Atogo, La Cantera, Castro, Los Cuervos, La Higuerita, La Mareta, Sobre la Fuente, Cruz de Tea, Las Vegas y Vicácaro, cuyos feligreses se supone que acudirían a los centros misionales más cercanos…

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Descripciones de San Miguel de Abona en el primer cuarto del siglo XX

En este trabajo queremos recoger como era el municipio de San Miguel de Abona en el primer cuarto del siglo XX, según la opinión ajena de diversos escritores o viajeros, a través de diez descripciones. Las más extensas e interesantes de ellas que reproducimos son las de Juan López Soler, desde el punto de vista geográfico, así como las de Zumbado y las de los sucesivos anuarios, sobre todo desde el punto de vista humano, pues se relacionan las personas que ocupaban los principales cargos y empleos públicos, así como los oficios más llamativos. Aunque las restantes, más pequeñas, también aportan datos concretos de gran valor. En otro momento nos ocuparemos de otra interesante descripción geográfica de San Miguel, que entraría en el período estudiado, que fue hecha por Ardanaz (1907).

En 1902, Juan María González describió San Miguel en sus Apuntes de Geografía político-militar de las Islas Canarias, destacando su situación, población, instrucción, producciones, pagos y demarcación militar; por entonces pertenecía al partido judicial de La Orotava…

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El artículo “Tierras de Igueste y Candelaria”, publicado en 1949 en la revista “Tenerife Gráfico” por “Doménico”

El artículo que nos ocupa, “Tierras de Igueste y Candelaria”, fue publicado por “Doménico” en el nº 18 de Tenerife Gráfico, correspondiente a octubre-noviembre de 1949. En él, su autor demuestra un notable conocimiento de todo el municipio, desde el punto de vista geográfico, histórico y económico, analizando la actividad profesional de sus habitantes y su esperanzador futuro agrícola, gracias al afloramiento de agua en el término. El autor comienza señalando la población del término municipal de Candelaria en esa época y los núcleos de población que lo conforman. Luego se centra en la cabecera municipal, destacando su actividad pesquera y su tradición histórica, incluyendo algunos datos de la cueva de San Blas y la iglesia de Santa Ana, además de mencionar el convento dominico y la Basílica en construcción, con algunos datos de su proyecto, así como la futura transformación de la amplia explanada de arena que estaba delante de ésta, utilizada por entonces como campo de fútbol, en la futura plaza de la Patrona de Canarias. Luego destaca la dura actividad pesquera a la que se dedicaban los hombres, cuya rentabilidad dependía de las condiciones de la mar; y la tradicional alfarería local a la que aún se dedicaban algunas mujeres. Luego describe los terrenos costeros, en gran parte eriales y con escasa productividad, salvo la extensa finca de Punta Larga, donde después de su acondicionamiento se obtenían abundantes cosechas de tomates, plátanos y papas, entre otras. A continuación se centraba en los núcleos de población de las medianías, describiendo los caminos de acceso a los mismos, los campos agrícolas, los pinares, las montañas, el color de la tierra, los terrenos balutos y los principales cultivos. Finalmente, trata de la riqueza en agua del municipio, destacando las galerías y el pozo existentes, su producción y el valor de la misma, concluyendo con la esperanza del progreso que podría tener el término, gracias a sus posibilidades agrícolas.

La revista en la que este artículo fue publicado tuvo un notable prestigio en su época. De ella se conservan 34 números, que vieron la luz entre marzo de 1944 y octubre de 1952, con algunas interrupciones en su aparición, como la comprendida entre enero de 1945 y septiembre de 1946, de junio de 1947 a marzo de 1949 y de julio de 1950 a febrero de 1951. Comenzó teniendo una periodicidad mensual, para luego pasar a bimestral o trimestral. Por lo general, cada número tenía 36 páginas, aunque ocasionalmente alcanzaba 44 y un número extraordinario sobre la obra del Mando Económico en Canarias llegó al centenar de páginas. Comenzó vendiéndose a dos pesetas, que fueron subiendo hasta alcanzar las 5 ptas al final de su trayectoria; además, incluía numerosas propagandas comerciales, que contribuían a su financiación. Fue editada por los periodistas Ángel Agosta Hernández y Juan González Ramírez, que también eran redactores de La Tarde. Su redacción estaba situada en la calle San Martín, nº 60 alto, de Santa Cruz de Tenerife. En ella colaboraron numerosos escritores, fotógrafos y artistas gráficos.

Lo cierto es que, de momento, no podemos asegurar quien fue el autor real de este interesante artículo, que se escondía bajo el seudónimo “Doménico”…

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Informe sobre la Parroquia de San Juan Degollado de Arafo en 1942

Este artículo está dedicado a un interesante informe redactado por el recordado cura párroco de Arafo, don Hildebrando Reboso Ayala, para conocer la situación de dicho municipio en 1942, solo tres años después del final de la Guerra Civil. Aunque enfocado desde el punto de vista religioso, también aporta algunos datos sobre la vida social del vecindario, pues dicho sacerdote conocía perfectamente a sus feligreses, dado que ya llevaba 39 años al frente de la parroquia de San Juan Degollado, aunque en ella continuaría otros 12 años, hasta que su enfermedad le impidió continuar. Como curiosidad, el 22 de febrero de dicho año 1942 giró una visita a esta parroquia el “Iltmo. Sr. Obispo de esta Diócesis Dr Don Fray Albino González y Menéndez Reigada”, la cual fue la tercera y última que hizo al pueblo; en ella confirmó a 276 personas, de las que 60 no habían sido bautizadas en este pueblo. En ese mismo año se celebraron en la parroquia de Arafo un total de 61 bautismos, 34 entierros y 23 matrimonios.

Con el fin de conocer lo más exactamente posible el estado de esta Diócesis, el 15 de septiembre de 1942 el obispo Fray Albino González Menéndez-Reigada publicó una circular, en virtud de la cual encarecía a todos los curas párrocos y encargados de las distintas parroquias, que contestasen a las preguntas que comprendía el cuestionario que se adjuntaba a dicha circular. El párroco de Arafo, don Hildebrando Reboso Ayala, contestó a los 15 puntos del mismo el 7 de octubre de ese mismo año, con lo que podemos conocer en detalle cuál era por entonces la situación de su parroquia: el número de feligreses; los ingresos por misas; el estado de la iglesia y su protección; la asistencia de los fieles a la misa y la comunión; el cumplimiento por su feligresía de los demás sacramentos (Bautismo, Matrimonio -con interesantes detalles de la vida matrimonial- y Extramaunción); la preparación para la primera Comunión; la enseñanza del Catecismo y la explicación del Evangelio; y las cofradías o asociaciones existentes en la parroquia (la Cofradía del Santísimo Sacramento y el centro masculino de Acción Católica)…

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Descripciones del municipio de Fasnia en el segundo cuarto del siglo XX

En este trabajo vamos a hacer un repaso por diez descripciones que conocemos del municipio de Fasnia, correspondientes al segundo cuarto del pasado siglo XX. Unas son muy escuetas y otras más extensas; algunas reúnen datos de gran valor histórico, geográfico, demográfico y económico; otras son exclusivamente geográficas; y varias recogen, además, los nombres de las personas más relevantes del término municipal, tanto por sus cargos públicos como por sus profesiones o potencial económico. Las más extensas e interesantes de ellas que reproducimos son las correspondientes a los Anuarios de 1927 y 1948, sobre todo desde el punto de vista humano, pues se relacionan las personas que ocupaban los principales cargos y empleos públicos, así como los oficios más llamativos. No obstante, otras más pequeñas también aportan datos concretos de gran valor, como las de José Delgado Marrero y fray Albino González Menéndez-Reigada. Con anterioridad ya nos hemos ocupado en este mismo blog de numerosas descripciones de este municipio publicadas en el siglo XIX y algunas del XX.

En un Anuario del comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración del año 1927, se incluyeron algunos datos generales del municipio de Fasnia (población, distancia, fiestas, producción e industria), así como una interesante relación de las personas que ocupaban los principales cargos y empleos públicos del Ayuntamiento (alcalde y secretario) y Juzgado municipal (juez, fiscal y secretario), más el párroco, los maestros y el administrador de correos. Además, se añadía una completa lista de las personas que desempeñaban los principales oficios o actividades económicas del municipio (propietarios de abacerías, maestros albañiles, albardero, agentes de auto-camiones de transportes, empresarios de automóviles, barberos, propietarios de cafés, carpinteros, comadrona, confiteros, cuberos toneleros, farmacéuticos, propietarios de fondas, exportadores de frutas, propietarios de molinos de gofio, herreros, hojalatero, médico, modistas, panaderos, propietarios, exportadores de quesos, taberneros, comerciantes de tejidos, cosecheros de vinos y zapateros). También se relacionaban los núcleos de población que conformaban el término municipal, fuera del casco, con su categoría, población y, en el caso de La Zarza, la existencia de escuelas nacionales, con sus maestros…

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El artículo “Arona y Los Cristianos”, publicado por el Dr. D. Juan Pablos Abril en 1969

El artículo “Arona y Los Cristianos” fue publicado por el Dr. don Juan Pablos Abril en Diario de Avisos el 17 de marzo de 1969 y reproducido en el mismo periódico el 7 de julio de 1972. En él, su autor comienza hablando del Cristo de la Salud, venerada imagen de la iglesia parroquial de Arona, una reproducción de la cual le fue regalada por don Buenaventura Ordóñez Vellar, alcalde de dicha localidad y también médico, que conservaba en su casa de Cáceres. Luego destaca la amplia panorámica de la costa del municipio que se contempla desde El Calvario del pueblo, con sus distintos núcleos de población y los numerosos conos volcánicos que salpican el paisaje, hasta el entorno de la playa de Los Cristianos. A continuación se centra en la cabecera municipal, en la que a pesar de su pequeñez destaca su encanto y limpieza, la flora urbana, el gran almácigo que figura en el escudo de la localidad, la Iglesia parroquial matriz de San Antonio Abad, sus fiestas patronales y los pagos próximos. Asimismo, auguraba que la autopista en construcción y el futuro aeropuerto del Sur revalorizarían este término “en proporciones desconocidas”, como así ha ocurrido.

Posteriormente se ocupa de las parroquias de San Lorenzo Mártir del Valle al que da nombre y Nuestra Señora del Carmen de Los Cristianos, destacando los pagos que dependían de cada una, sobre todo Las Galletas y su ermita, y elogiando al párroco de la localidad. También destaca la variedad de paisajes, los caminos del casco urbano, las zonas boscosas de la zona alta, la vegetación desértica de la costa y los oasis verdes de los cultivos de tomates y plataneras, favorecidos por los canales de agua que iban transformando en fértiles las tierras anteriormente improductivas. Dedica los últimos párrafos a Los Cristianos, haciendo referencias a su hermosa playa de arena blanca, el puerto, el hotel de Reverón, la bahía y sus grandes posibilidades turísticas, apoyadas en el plan de ordenación urbana que daba sus primeros pasos y que según él todos debían apoyar. También señalaba la necesidad de construir los espigones previstos para agrandar la playa e incrementar la extensión de arena, obra que él había apoyado desde su cargo. Asimismo destaca la presencia de bañistas y turistas, los barcos de pesca y la transparencia de las aguas, tan adecuada para la pesca submarina. Concluye apostando con entusiasmo por el desarrollo turístico de Los Cristianos…

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Las antiguas dependencias de la parroquia de San Joaquín de Fasnia, su descripción y la del término municipal a mediados del siglo XIX, por el Dr. Agustín Díaz Núñez

El sacerdote güimarero don Agustín Díaz Núñez, que fue beneficiado propio de Güímar y vicario-arcipreste del Sur de Tenerife, trabajó intensamente en los archivos parroquiales y dio a la luz cuatro publicaciones, en dos de las cuales se ocupó de la parroquia y del término municipal de Fasnia, en sendos capítulos. En este artículo nos vamos a centrar en esas reseñas históricas, con sus respectivas descripciones, ambas de mediados del siglo XIX, una de 1850 y otra de 1865.

En su libro “Noticia de la Iglesia parroquial matriz del Apóstol San Pedro, Beneficio curado y Vicaría foránea de Güímar”, publicado en 1850, don Agustín estudió las distintas parroquias de su Vicaría, destacando en la de Fasnia cómo se produjo la segregación parroquial y recalcando, sobre todo, su dependencia de Güímar, que era una de sus mayores obsesiones, apoyándose en el expediente elaborado para declararla como hijuela de esa parroquia; solo al final señala sus límites. En 1865, poco antes de su muerte, el mismo Dr. Díaz Núñez, en su interesante libro “Memoria cronológica del establecimiento, propagación y permanencia de la religión Católica Apostólica Romana en Islas Canarias”, reiteró nuevamente los argumentos en que se apoyó para lograr la confirmación de la matriz y mantener las prerrogativas del Beneficio de Güímar sobre la parroquia de Fasnia, aunque todavía más documentados; para ello, analizó nuevamente, de forma exhaustiva, la antigua dependencia de la jurisdicción y el pleito por ella entre las parroquias de Arico y Güímar, la elevación de su ermita a parroquia y el reconocimiento de la de Güímar como matriz; luego describió la parroquia de San Joaquín, así como los aspectos generales de toda su jurisdicción: el templo parroquial, los pagos, los servicios públicos, la producción del término y sus límites.

El autor, don Agustín Díaz Núñez (1796-1866), fue una de las personalidades más influyentes del clero tinerfeño de su época. Fue Bachiller, Licenciado y Doctor en Sagrada Teología, examinador sinodal, juez en las oposiciones a parroquias vacantes, orador sagrado y escritor. Desempeñó los cargos de capellán y confesor de monjas del Monasterio de Santa Catalina de Sena de La Laguna, mayordomo de fábrica y beneficiado curado propio de la parroquia de San Pedro Apóstol de su Güímar natal, comisionado en pleitos ante el Tribunal de Espolios y Vacantes del Obispado, primer vicario eclesiástico del Sur de Tenerife, luego transformado en el primer arcipreste juez eclesiástico de Güímar y su partido, miembro de la Junta Municipal de Sanidad y de la Junta Municipal de Beneficencia, vocal-secretario de la Comisión Local de Instrucción Primaria, cofundador de la primera banda de música de dicha localidad y mayordomo de la Virgen del Socorro. Publicó cuatro otras religiosas, dos de carácter histórico y de considerable extensión e interés, que ya hemos mencionado, y otras dos más modestas, aunque no por ello menos valiosas, una oración fúnebre y una novena. Después de su muerte, el Ayuntamiento de su villa natal dio su nombre a la calle en la que nació y vivió, en reconocimiento a sus excepcionales méritos personales…

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Santiago del Teide y Masca en 1929, según el artículo “Por la isla / Lugares de Tenerife, abandonados” del periodista, maestro, sindicalista y político de izquierdas don Florencio Sosa Acevedo

El 3 de agosto de 1929, el periodista don Florencio Sosa Acevedo publicó en La Prensa un artículo sobre “Lugares de Tenerife, abandonados”, en el que, saliendo de Buenavista del Norte, se fue deteniendo en la descripción de El Palmar, Masca, Valle de Santiago, Teno Alto y Punta de Teno, en todos los cuales lamentaba su aislamiento y su estado de abandono, la falta de buenas comunicaciones, la tardía dotación de escuelas, la incompleta red telefónica, etc. En este artículo vamos a estudiar el análisis que hizo de la situación social en el pago de Masca y en el término municipal de Santiago del Teide, en los que también destacaba lo mal comunicados que estaban y la lucha vecinal por irlos dotando de los servicios básicos: carreteras de acceso, escuelas, locutorios telefónicos, etc.

El autor de este interesante artículo, don Florencio Sosa Acevedo, nacido en el Puerto de la Cruz y fallecido en Sevilla, era una de las personalidades más destacadas de Tenerife en su época. Fue seminarista, maestro, periodista y librero; secretario y presidente de la Sociedad de Instrucción y Recreo “Valle de Taoro” del barrio de La Dehesa; miembro del Partido Socialista y luego del Partido Comunista; alcalde del Puerto de la Cruz; sindicalista y líder del movimiento obrero; diputado a Cortes por el Frente Popular; miembro de la Comisión Gestora del Museo del Prado y del “Frente Antifascista de Canarias”; representante por Canarias y responsable de relaciones con las autoridades republicanas de la dirección clandestina del PCE; y miembro del Comité de Evacuación que negoció la salida de refugiados del puerto de Alicante. Por su actividad sindical, en 1934 estuvo desterrado durante unos meses en El Hierro y después de la Guerra Civil fue detenido, juzgado y condenado a muerte, pasando cuatro años en prisión. Luego se estableció en Alicante, alejado de la vida política y sindical, volcado en una empresa de comercialización de frutos de Canarias en la Península…

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Los sonetos dedicados a los núcleos de población de Agache (Güímar) por el poeta don Arístides Hernández Mora

En el año 1971, el prestigioso poeta güimarero don Arístides Hernández Mora publicó un bello poemario titulado “Al soplo vario del tiempo”, el único que vio la luz durante su vida, todo compuesto por sonetos, agrupados en nueve bloques: “Caprichos y temas varios”, “Campestres”, “Playeras”, “Amatorias y subjetivas”, “Familiares”, “Recordaciones”, “Mundo pequeño”, “Motivos del mar y de la costa”, y “Barrios de Güímar”. En ese último bloque incluyó un soneto dedicado al conjunto del municipio y otros 12 a los distintos barrios que por entonces constituían el municipio, entre ellos Pájara, La Medida, Lomo de Mena y El Escobonal. Todos ellos fueron escritos en 1961 y de su lectura se desprende el amor que el poeta demostró a todo el municipio y a cada uno de sus barrios.

Atendiendo a una propuesta del médico don Javier Hernández Pérez, hijo del citado poeta, la cual fue asumida por la Comisión Municipal de Honores y Distinciones, el Ayuntamiento de Güímar decidió colocar una serie de mosaicos con los bellos sonetos dedicados a los distintos barrios en lugares céntricos de los mismos, elegidos de acuerdo con los vecinos, con el fin de que contribuyesen a incrementar su patrimonio estético y cultural. Con respecto a los que nos ocupa, en 2016 se colocó el de El Escobonal y en 2018 los de Lomo de Mena, La Medida y Pájara. Fueron inaugurados por los familiares del poeta, ante la alcaldesa de Güímar, doña Carmen Luisa Castro Dorta, así como numerosos concejales, miembros de la Comisión de Honores y Distinciones y vecinos de los barrios; y en todos los actos el cronista oficial hizo el análisis crítico de cada soneto y procedió a la lectura del mismo…

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