
Con casi total seguridad, por lo menos desde el siglo XIX existieron músicos de cuerda en el pueblo de Vilaflor de Chasna que, en solitario o asociados de manera improvisada, pudieron amenizar algunos bailes en la plaza o en las casas particulares del municipio. Así, en septiembre de 1906, con motivo de las fiestas en honor de San Roque y San Agustín, “Hubo bailes muy animados en algunas casas particulares y todo el pueblo se mostraba muy alegre y entusiasmado”, como recogió el periódico El Tiempo el 7 de dicho mes. Asimismo, el 9 de septiembre de 1917, con motivo de las fiestas celebradas por la inauguración de la capilla del Calvario, “A las nueve de la noche vistosos fuegos artificiales; terminados éstos tendrán lugar varios bailes en casas particulares”.
Posteriormente, desde los años veinte del siglo pasado, ya se agruparon para constituir agrupaciones musicales más o menos estables. Por ello, sorprende que un municipio tan pequeño como éste llegase a contar con varias de ellas en los años veinte y treinta del siglo pasado, lo que pudo estar motivado por el propio aislamiento del pueblo y por la indudable afición musical de sus habitantes.
De momento conocemos la existencia de cuatro de estos grupos en dicho período: la “Estudiantina Vilaflorense” (1924-1925), que amenizó veladas musicales, homenajes y bailes; la “Orquesta de Vilaflor” (1928-1930), cuya composición conocemos, que participó en manifestaciones, veladas literario-musicales, verbenas y bailes; el “Trío Vilaflorense” (1929), dirigido por el Sr. Morando, que coincidió en el tiempo con la anterior y que actuó en misas y procesiones; y la “Agrupación Nivaria” (1939), que amenizó tanto paseos o conciertos en la plaza principal como veladas literario-musicales. Todos ellos estaban dotados con instrumentos de cuerda: violines, guitarras y bandurrias, a los que probablemente se sumarían laúdes; además, algunos contaban con cantantes solistas…
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