Güímar: Don Nicanor Rivero González (1915-1988), monaguillo, jardinero municipal, encargado de la limpieza pública y del reloj de la iglesia, Medalla del Trabajo, promotor y mayordomo de la imagen del Señor Atado a la Columna y donante de la Virgen Milagrosa para el barrio de San Francisco Javier, donde da nombre a una calle

En el presente año se cumple el 61º aniversario de la llegada a Güímar del Señor Atado a la Columna, que en 1960 se incorporó a la Semana Santa gracias a una de las personas más queridas y recordadas de San Pedro Arriba, don Nicanor Rivero González, quien soñó con tener una imagen procesional en su barrio y lo logró.

Este entrañable güimarero fue en su niñez monaguillo de la parroquia de San Pedro y cuando correspondían a San Pedro Arriba. Tras estar movilizado como soldado en la Guerra Civil, obtuvo una plaza de jardinero municipal, que desempeñó durante 36 años; asimismo estuvo encargado durante más de una década de la vigilancia de la limpieza pública y durante 30 años del funcionamiento del reloj de la iglesia de San Pedro. Como se ha señalado, gracias a su iniciativa se adquirió la imagen del Cristo Atado a la Columna, de la que luego fue mayordomo y organizador de los actos en su honor en el Lunes Santo de Güímar. Asimismo, fue el donante de la imagen de la Virgen Milagrosa para el barrio de San Francisco Javier, que permitió la celebración de las primeras fiestas en el mismo, donde por ello se le dio su nombre a una calle. También fue nombrado miembro de honor de la Banda de Cornetas y Tambores “San Jerónimo” de Taco.

Nació en la calle San Pedro Arriba el 22 de noviembre de 1915, a las once de la noche, siendo hijo de don Nicanor Rivero Ferrera y doña Camila González Delgado, ambos labradores y el padre natural de Arafo. Dos días después fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol por el párroco propio don Vicente Ferrer de la Cruz; se le puso por nombre “Nicanor Félix” y actuaron como padrinos don Gumersindo Pérez y doña Leonor Hernández.

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La Sociedad “Cultural Recreativa” de Igueste de Candelaria (1952-1957)

Durante la II República, el pueblo de Igueste de Candelaria contó con dos casinos, las Sociedades de Instrucción y Recreo “Juventud Iguestera” (1928-1936) y “La Buena Unión” (1931). Tras el parón de la Guerra Civil, esta localidad volvió a contar con otros dos casinos, la ya mencionada Sociedad “Juventud Iguestera” en una segunda etapa (1945-1961) y la Sociedad “Cultural Recreativa” (1952-1957), que coexistieron por lo menos durante cuatro años. Todas ellas sirvieron para alegrar la vida a los socios, tras las duras jornadas de trabajo en su mayoría centradas en las labores agrícolas. En este artículo nos vamos a centrar en la última de ellas, cuya sede social estaba en un edificio de la “Curva de Maja”, propiedad del presidente de la comisión organizadora, don Manuel Cabrera Martín. Su reglamento fue redactado en Igueste, aprobado por el subsecretario de la Gobernación y registrado en el Gobierno Civil; tras ser inscrita en el libro de Registro Provincial de Asociaciones, dicha sociedad quedó legalizada una vez elegida y aprobada su primera junta directiva. Su principal actividad fue la celebración de bailes todos los meses, en especial por las principales festividades y con motivo de la boda de los socios.

El 7 de enero de 1952 fue redactado el Reglamento de la Sociedad “Cultural Recreativa” de Igueste de Candelaria, lo que se hizo en dicha localidad por una comisión organizadora, de la que era presidente don Manuel Cabrera Martín y secretario don Francisco Oliva García. Dicho Reglamento contaba con 67 artículos, reunidos en seis capítulos. En el primero de éstos se fijaban los “Objetivos de la Sociedad”, que se resumía en el artículo 1º: “Esta Sociedad tiene por objeto el proporcionar a los señores socios que la forman, las distracciones y recreos morales y de buenas costumbres, no vedados por las leyes, con libros, revistas y prensa, necesario para su cultura”. Luego, sobre su local social se señalaba que: “radicará, en el edificio que hay situado en el paraje conocido por la ‘Curva de Maja’ de Igueste de Candelaria, propiedad de Don Manuel Cabrera y cuyas condiciones quedarán fijadas en el contrato de inquilinato, que previamente se firmará”…

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Fasnia-Güímar: Don Amaro Díaz Rodríguez (1780-1856), militar profesional en la Guerra de la Independencia, retirado con fuero y sueldo, depositario de las limosnas para la construcción de la iglesia de San José en El Escobonal y elector contribuyente

A lo largo de la historia de esta isla ha sido muy frecuente el intercambio humano entre pueblos colindantes, como siempre ha ocurrido entre Fasnia y El Escobonal (Güímar). El personaje del que hoy nos ocupamos es un ejemplo de ello, pues nació y creció en el lugar de Fasnia, en el seno de una familia destacada, pero luego contrajo matrimonio en el pago de El Escobonal, donde vivió el resto de su vida. Siguió la carrera militar y fue movilizado con motivo de la Guerra de la Independencia contra Francia, por lo que estuvo combatiendo en la Península durante algunos años como militar profesional con sueldo; probablemente alcanzó la graduación militar de cabo o sargento, dado su acreditado valor y que sabía leer y escribir, lo que no era muy frecuente en esa época, pero de momento no lo hemos podido confirmar; lo cierto es que obtuvo su retiro con fuero militar y sueldo. Una vez establecido en El Escobonal, en este pueblo actuó como testigo en escrituras de compraventa y en testamentos; también fue uno de los promotores de la construcción de la nueva iglesia de San José, siendo elegido depositario de las limosnas para dicha obra. Además, durante toda su vida se dedicó a las labores agrícolas, primero como jornalero y luego como propietario. Por ello, figuró entre los mayores contribuyentes del municipio de Güímar, lo que le permitió participar en las elecciones para diputados a Cortes y senadores.

Nació en el entonces pago de Fasnia el 16 de noviembre de 1780, siendo hijo de don Amaro Díaz y doña María Inés Rodríguez Perera. Seis días después fue bautizado en la iglesia de San Juan Bautista de Arico, de la que por entonces dependía dicho pago, por el cura párroco don José Hernández de Ara; se le puso por nombre “Amaro Rufino” y actuó como padrino don José Rodríguez. Fueron sus abuelos paternos: don Amaro Díaz y doña Josefa Blas González, naturales y vecinos de Fasnia; y los maternos: don Gaspar Rodríguez, natural de Güímar, y doña Inés Perera, que lo era de Fasnia, donde estaban avecindados…

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Granadilla de Abona: Don Juan Pedro de Frías Bello (1756-1791), subteniente de Milicias, ayudante mayor interino del Regimiento de Abona, alcalde real y propietario agrícola, cuya prometedora carrera militar fue truncada por su prematura muerte

Al igual que muchos de sus antepasados, nuestro biografiado siguió la carrera militar, ingresando como subteniente de Milicias en el Regimiento Provincial de Abona; con dicho empleo actuó como ayudante mayor interino del citado cuerpo. Además, fue elegido alcalde real de Granadilla poco antes de morir y perteneció a las Hermandades del Santísimo Sacramento y Ntra. Sra. del Carmen, así como a la Cofradía de la Santa Misericordia. Pero su prometedora carrera militar y política quedó truncada por su prematura muerte, cuando contaba tan solo 34 años de edad, siete de ellos como oficial de Milicias.

Nació en Granadilla de Abona el 26 de diciembre de 1756, siendo hijo del teniente don Lázaro Sebastián de Frías Bello y doña María Josefa de Torres, de la misma naturaleza. El 3 de enero inmediato fue bautizado en la iglesia de San Antonio de Padua por el cura párroco don Joaquín González Perlaza del Castillo; se le puso por nombre “Juan Pedro de Jesús” y actuó como padrino su abuelo materno, el teniente capitán don Pedro Alejandrino de Torres, natural y vecino de dicho lugar. Fueron sus abuelos paternos: el capitán don Lázaro de Frías Mazuelos y Bello y doña Beatriz González Ruiz del Castillo; y los maternos: el teniente don Pedro Alejandrino de Torres y doña María Mayor…

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Las primeras agrupaciones musicales de Vilaflor de Chasna (1920-1940)

Con casi total seguridad, por lo menos desde el siglo XIX existieron músicos de cuerda en el pueblo de Vilaflor de Chasna que, en solitario o asociados de manera improvisada, pudieron amenizar algunos bailes en la plaza o en las casas particulares del municipio. Así, en septiembre de 1906, con motivo de las fiestas en honor de San Roque y San Agustín, “Hubo bailes muy animados en algunas casas particulares y todo el pueblo se mostraba muy alegre y entusiasmado”, como recogió el periódico El Tiempo el 7 de dicho mes. Asimismo, el 9 de septiembre de 1917, con motivo de las fiestas celebradas por la inauguración de la capilla del Calvario, “A las nueve de la noche vistosos fuegos artificiales; terminados éstos tendrán lugar varios bailes en casas particulares”.

Posteriormente, desde los años veinte del siglo pasado, ya se agruparon para constituir agrupaciones musicales más o menos estables. Por ello, sorprende que un municipio tan pequeño como éste llegase a contar con varias de ellas en los años veinte y treinta del siglo pasado, lo que pudo estar motivado por el propio aislamiento del pueblo y por la indudable afición musical de sus habitantes.

De momento conocemos la existencia de cuatro de estos grupos en dicho período: la “Estudiantina Vilaflorense” (1924-1925), que amenizó veladas musicales, homenajes y bailes; la “Orquesta de Vilaflor” (1928-1930), cuya composición conocemos, que participó en manifestaciones, veladas literario-musicales, verbenas y bailes; el “Trío Vilaflorense” (1929), dirigido por el Sr. Morando, que coincidió en el tiempo con la anterior y que actuó en misas y procesiones; y la “Agrupación Nivaria” (1939), que amenizó tanto paseos o conciertos en la plaza principal como veladas literario-musicales. Todos ellos estaban dotados con instrumentos de cuerda: violines, guitarras y bandurrias, a los que probablemente se sumarían laúdes; además, algunos contaban con cantantes solistas…

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Arafo: Don Juan de Torres Marrero Ximénez (1799-?), capellán, clérigo tonsurado, propietario agrícola y posible emigrante

Uno de los clérigos araferos que truncaron su carrera eclesiástica para fundar una familia fue don Juan de Torres Marrero, quien tras solicitar y obtener una capellanía fue ordenado de Prima Tonsura, pero que no pasó de clérigo tonsurado al renunciar a los hábitos para contraer matrimonio, por lo que perdió dicha capellanía. A partir de entonces, se dedicó a trabajar en sus propiedades agrícolas, como un vecino más de la localidad. No obstante, continuó siendo distinguido por sus paisanos con el uso del “Don”, como una de las principales personalidades de dicho pueblo. Desgraciadamente, de momento se pierde su pista en plena juventud, por lo que probablemente emigró.

Nació en Arafo el 23 de julio de 1799, siendo hijo de don Pedro de Torres Marrero, natural de dicho pueblo, y su segunda esposa doña Antonia Ximénez de Torres, que lo era de Güímar. Dos días después fue bautizado en la iglesia de San Juan Degollado por el cura párroco don Antonio Rodríguez Torres; se le puso el nombre de “Juan” y actuó como madrina doña Teresa de Torres…

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Arona-Granadilla de Abona: Don Juan Domínguez Aponte (1840-1909), sargento 2º de Milicias, tallador de quintos, emigrante a América, propietario agrícola, miembro de la Junta de Repartimiento de Contribuciones e interventor electoral

Este hijo de Arona siguió una modesta carrera militar, en la que ascendió sucesivamente desde soldado a cabo 2º, cabo 1º y sargento 2º de Milicias, siempre en la Sección Ligera Provincial de Abona; como cabo 2º estuvo movilizado durante un año en el Batallón Provisional de Canarias, de guarnición en Santa Cruz de Tenerife, al que volvió siendo ya sargento; con este último empleo también actuó como tallador de quintos en el Ayuntamiento de Arona. Al margen de su actividad militar, durante toda su vida se dedicó a las labores agrícolas, primero como jornalero, luego como labrador y, finalmente, como propietario contribuyente. También emigró a América y, tras su regreso, se instaló en Charco del Pino (Granadilla de Abona), donde ejerció como miembro de la Junta Pericial de Repartimiento de Contribuciones del Ayuntamiento de Granadilla y actuó como interventor electoral.

Nació en Arona el 26 de abril de 1840, siendo hijo de don José Domínguez Aponte y doña (María) Antonia Felicia Aponte García. El 1 de mayo inmediato fue bautizado en la iglesia de San Antonio Abad por el cura párroco propio don Miguel Rodríguez Guillama; se le puso por nombre “Juan Francisco Vital” y actuaron como padrinos don Juan Bautista Escoffier y doña Ceferina Brioso…

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Adeje: Don Pedro José de las Casas Pérez (1896-1963), practicante, maestro interino, Doctor en Medicina, médico titular e Hijo Adoptivo de Puntagorda y de la villa de Adeje, jefe local de Unión Patriótica, cabo jefe del Somatén Armado, concejal, consejero del Cabildo de La Palma y pionero de los Rayos X en el Sur de Tenerife

El culto palmero que nos ocupa obtuvo inicialmente en Cádiz el título de Practicante en Cirugía Menor y Obstetricia y, mientras estudiaba Medicina en la misma ciudad, ejerció como maestro interino en Fuencaliente, Santa Cruz de La Palma y Puntagorda. Tras concluir la carrera, ejerció durante siete años como médico titular e inspector municipal de Sanidad en Puntagorda, donde también fue jefe local de Unión Patriótica, cabo jefe del distrito del Somatén Armado y concejal del Ayuntamiento, siendo nombrado Hijo Adoptivo de dicho municipio tras su cese; por entonces también fue consejero del Cabildo Insular de La Palma. Luego se estableció en la villa de Adeje, donde también fue médico titular, abrió una clínica y destacó como pionero de los rayos X en toda la comarca; además, ejerció como presidente del Consejo local de Primera Enseñanza, presidente de las comunidades de explotación de aguas “Vera de La Lajita” y “Lomo Quicio” y accionista de otras, impulsor del aprovechamiento de las aguas del barranco del Infierno y promotor del Colegio de Segunda Enseñanza “Santa Rita de Cassia”; como reconocimiento a su labor se le concedió un voto de gracias, se le nombró Hijo Adoptivo de Adeje, se dio su nombre a una calle y fue nombrado Presidente Honorario del Club “Sporting Águila”. Obtuvo el título de Doctor en Medicina y dos de sus hijos también ejercieron esa carrera con brillantez.

Nació en Santa Cruz de La Palma el 30 de diciembre de 1896, siendo hijo del maestro, periodista y cronista don Pedro José de las Casas Pestana y de la maestra doña Rita Pérez González. Recibió el bautismo en la iglesia del Salvador de dicha ciudad y se le puso por nombre “Pedro José”. Fue el menor de cuatro hermanos…

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Granadilla de Abona – Arico: Don Marcos González Peraza del Castillo (1681-1766), propietario agrícola, capitán de Milicias y fundador de una capellanía

Miembro de una destacada familia sureña, nuestro biografiado descendía de menceyes guanches, de conquistadores españoles y de colonos portugueses. Vivió siempre del cuidado de sus amplias propiedades agrícolas, pero, al igual que muchos de sus parientes, siguió una larga carrera militar durante más de 55 años, en la que por lo menos ostentó los empleos de teniente y capitán de Milicias, siempre en una de las compañías de Granadilla del Regimiento de Adeje-Abona y hasta su muerte. Junto con su esposa, fundó una capellanía a favor de su hijo Marcos, quien se ordenaría de presbítero. También participó en el litigio fronterizo entre Vilaflor y Granadilla, por la jurisdicción de los pagos o valles de Cherjo, Charco del Pino y Chiñama.

Nació en el “Lugar de Granadilla” el 7 de agosto de 1681, siendo hijo del entonces alférez don Pedro García del Castillo, natural del mismo pueblo, y doña Gabriela Peraza y Ayala, que lo era de Tacoronte, ambos “labradores”. El 24 de ese mismo mes fue bautizado en la iglesia parroquial de San Antonio de Padua por el Bachiller don Salvador González, cura párroco de la misma; se le puso por nombre “Marcos” y actuaron como padrinos el capitán don Diego García del Castillo, mozo e hijo de don Mateo Bello y doña Catalina García, difuntos y vecinos de Chasna, y doña Brígida Pérez, también moza e hija del alférez don Lucas de las Casas y doña Isabel González…

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Candelaria: Fray Lucas Guerra Carrillo (1919-2000), sacerdote dominico, Doctor en Derecho Canónico y Sagrada Teología, lector, maestro de novicios, juez sinodal y prior en Andalucía, misionero en África, director del Coro y de la emisora “La Voz de Candelaria”, superior de los dominicos, cura de Santa Ana y Malpaís

El religioso palentino que nos ocupa profesó en la Orden de Predicadores y cursó la carrera eclesiástica en Almagro y Salamanca; tras ser ordenado sacerdote se licenció en Derecho Canónico en Roma, donde cursó un Máster de Procesos de Orientación y Formación Religiosa; luego obtuvo los títulos de Doctor en Derecho Canónico y en Sagrada Teología. Fue lector (profesor) y luego maestro de novicios y de estudiantes dominicos en los Estudios Generales de Granada y Córdoba, así como juez sinodal y consejero de Acción Católica en la Archidiócesis de Granada; también fue prior del Real Convento de Santo Domingo “Scala Coeli” de Córdoba. Desarrolló una intensa labor misionera en África, concretamente en la República del Congo, en dos etapas (la segunda de ellas cuando se denominaba Zaire), y en la República Centroafricana, aprendiendo las lenguas locales y ejerciendo como superior. Estuvo destinado en el Convento Real de Candelaria en tres etapas; en la primera, durante un par de años, fue director del coro de la Basílica y de la emisora “La Voz de Candelaria”; en la segunda, de cinco años, ejerció como superior en funciones de los Dominicos y cura encargado de la parroquia de Santa Ana; y en la tercera, de 16 años, fue cura párroco de Malpaís; además, en todas ellas actuó como predicador, confesor y consejero.

Nuestro biografiado nació en Palenzuela (Palencia) el 28 de julio de 1919, siendo hijo de don Clemente Guerra y doña Felisa Carrillo, y fue bautizado en la iglesia parroquial de San Juan Bautista. Ingresó en la Orden de Predicadores, donde el 9 de diciembre de 1940 hizo su profesión religiosa. Estudió Filosofía en Almagro y Salamanca, de 1940 a 1943; luego cursó Teología, de 1943 a 1947. Por entonces, el 31 de octubre de 1944 firmó la renuncia de bienes en Salamanca y el 16 de diciembre de 1945 fue ordenado sacerdote. En el curso 1946-47 se examinó de Lector en el Convento de San Jacinto de Sevilla. En 1948 se licenció en Derecho Canónico en Roma e hizo un Máster en los Procesos de Orientación y Formación Religiosa. Finalmente, obtuvo los títulos de Doctor en Derecho Canónico y en Sagrada Teología…

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