Güímar: Doña Fructuosa Bethencourt Yanes (1908-1958), maestra interina de las escuelas de niñas de El Mocanal, Güímar y Chimiche

Nuestra biografiada se trasladó con su familia a Santa Cruz de Tenerife durante su niñez. Cursó la carrera de Magisterio en la Escuela Normal de Maestras de La Laguna y, una vez concluida, desempeñó varios destinos como maestra interina. Inicialmente fue nombrada para la escuela de niñas de Las Hayas en Arure (La Gomera), pero renunció a dicho destino; luego se le adjudicó la escuela de niñas de Tamargada (Vallehermoso), en la misma isla, aunque por permuta pasó a la de El Mocanal (Valverde), en El Hierro, a cuyo frente permaneció durante algo más de tres años y medio. Tras cesar voluntariamente en dicho destino, durante un año prestó el Servicio Social, dependiente de la Delegación local de Auxilio Social de Santa Cruz de Tenerife, en comedores de distintos barrios de dicha capital. Luego volvió a ejercer como maestra interina en una de las escuelas de niñas de la Sección graduada de Güímar, durante casi cuatro meses. Finalmente, desempeñó como sustituta la escuela unitaria de Chimiche, en Granadilla de Abona, durante tres meses. De momento no tenemos constancia de que nuestra biografiada desempeñase otras escuelas, probablemente debido a su precaria salud, que la tuvo apartada de la actividad social durante mucho tiempo y la llevó a la tumba con tan solo 50 años.

Nació en el pago de El Escobonal (Güímar) el 20 de enero de 1908, a las siete de la noche, siendo hija de don Pedro Bethencourt Pérez y doña María Yanes Delgado, de la misma naturaleza. Tres días después fue bautizada en la ermita de San José de dicho pueblo por don José Batista y Cabrera, cura regente de Fasnia, con licencia de don Manuel E. Cortés y Segura, cura ecónomo y arcipreste de Güímar, pero la correspondiente partida fue inscrita en la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol de Güímar; se le puso por nombre “Fructuosa Sebastiana Inés” y actuó como madrina su tía doña Brígida Yanes Delgado, siendo testigos el sacristán don Rafael Hernández Delgado y el futuro sacerdote don Pedro Rodríguez Baute. Curiosamente, su partida no fue inscrita en el Registro Civil de Güímar hasta el 23 de mayo de 1929…

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El artículo “Arona y Los Cristianos”, publicado por el Dr. D. Juan Pablos Abril en 1969

El artículo “Arona y Los Cristianos” fue publicado por el Dr. don Juan Pablos Abril en Diario de Avisos el 17 de marzo de 1969 y reproducido en el mismo periódico el 7 de julio de 1972. En él, su autor comienza hablando del Cristo de la Salud, venerada imagen de la iglesia parroquial de Arona, una reproducción de la cual le fue regalada por don Buenaventura Ordóñez Vellar, alcalde de dicha localidad y también médico, que conservaba en su casa de Cáceres. Luego destaca la amplia panorámica de la costa del municipio que se contempla desde El Calvario del pueblo, con sus distintos núcleos de población y los numerosos conos volcánicos que salpican el paisaje, hasta el entorno de la playa de Los Cristianos. A continuación se centra en la cabecera municipal, en la que a pesar de su pequeñez destaca su encanto y limpieza, la flora urbana, el gran almácigo que figura en el escudo de la localidad, la Iglesia parroquial matriz de San Antonio Abad, sus fiestas patronales y los pagos próximos. Asimismo, auguraba que la autopista en construcción y el futuro aeropuerto del Sur revalorizarían este término “en proporciones desconocidas”, como así ha ocurrido.

Posteriormente se ocupa de las parroquias de San Lorenzo Mártir del Valle al que da nombre y Nuestra Señora del Carmen de Los Cristianos, destacando los pagos que dependían de cada una, sobre todo Las Galletas y su ermita, y elogiando al párroco de la localidad. También destaca la variedad de paisajes, los caminos del casco urbano, las zonas boscosas de la zona alta, la vegetación desértica de la costa y los oasis verdes de los cultivos de tomates y plataneras, favorecidos por los canales de agua que iban transformando en fértiles las tierras anteriormente improductivas. Dedica los últimos párrafos a Los Cristianos, haciendo referencias a su hermosa playa de arena blanca, el puerto, el hotel de Reverón, la bahía y sus grandes posibilidades turísticas, apoyadas en el plan de ordenación urbana que daba sus primeros pasos y que según él todos debían apoyar. También señalaba la necesidad de construir los espigones previstos para agrandar la playa e incrementar la extensión de arena, obra que él había apoyado desde su cargo. Asimismo destaca la presencia de bañistas y turistas, los barcos de pesca y la transparencia de las aguas, tan adecuada para la pesca submarina. Concluye apostando con entusiasmo por el desarrollo turístico de Los Cristianos…

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Granadilla de Abona: Don Pedro Venero del Castillo (1745-?), subteniente del Regimiento Provincial de Abona, comisionado para conducir a los reclutas destinados al Batallón de Infantería de Luisiana, teniente de Milicias y emigrante a Cuba, donde estuvo empleado en la Renta del Tabaco

Al igual que muchos de sus familiares, nuestro biografiado siguió la carrera militar. Ingresó como cadete en la 2ª compañía del Regimiento de Milicias Provinciales de Abona, en el que quince años más tarde fue promocionado a subteniente de Bandera, empleo con el que pasó luego a la 6ª compañía del mismo cuerpo y, posteriormente, a la 2ª compañía. Como tal oficial fue comisionado para conducir a Nueva Orleáns a más de un centenar de reclutas, con sus familias, destinados al Batallón de Infantería de Luisiana. Luego se trasladó con licencia a Cuba y residió el resto de su vida en La Habana, donde probablemente murió. Estando ya ausente fue ascendido a teniente de la 7ª compañía del mismo Regimiento de Abona, empleo que dejó vacante al no regresar a Tenerife una vez cumplida la licencia que se le había concedido para permanecer en la Perla del Caribe. En dicha isla estuvo empleado en la Renta del Tabaco de la Real Factoría de Tabaco de La Habana.

Nació en Granadilla de Abona hacia 1745, siendo hijo del capitán don Antonio José Venero del Castillo (o García del Castillo y Venero) y doña Josefa (Lozano) Fonte García del Castillo. Desconocemos con exactitud la fecha de su nacimiento y de su bautismo, por haber desaparecido el libro 3º de bautismos de la parroquia de San Antonio de Padua en el incendio ocurrido en 1805 en casa del presbítero don Francisco Miguel Rodríguez Bello, notario público de dicho pueblo…

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Principales efemérides que se conmemoran en el municipio de Candelaria en 2022, relacionadas con acontecimientos históricos o biográficos

Tras los dos años anómalos que hemos vivido a causa de la pandemia, en este año en que se vuelven a celebrar con normalidad las Fiestas Patronales de Candelaria en honor de Santa Ana, queremos sumarnos a esta celebración recordando los principales aniversarios que se conmemoran en 2022, relacionados con los acontecimientos históricos más curiosos o de mayor trascendencia, así como el nacimiento o la muerte de personajes destacados de este municipio.

A modo de ejemplo, se cumplen los 525 años de la celebración de la primera fiesta de la Purificación o de las Candelas en la Cueva de Achbinico y del culto parroquial en este Valle; los 450 años del inicio de la construcción de la iglesia parroquial de Santa Ana; los 350 años de la construcción y consagración de la primera Basílica de la Virgen de Candelaria; los 325 años del comienzo de la construcción del castillo de San Pedro; los 225 años de la participación de las fortalezas de Candelaria en la defensa de la isla contra los invasores ingleses y del inicio de la reconstrucción del Convento Real de Candelaria; los 150 años del fallecimiento del cuevecitero Agustín Pérez Hernández, sacerdote dominico, profesor, beneficiado propio y arcipreste de Santa Cruz de Tenerife y director de los Establecimientos Provinciales de Beneficencia de dicha capital; los 100 años del regreso de los Dominicos a su Convento de Santa María de Candelaria, con todos los derechos sobre el mismo y el Santuario de la Virgen; los 75 años de la fundación del “C.L. Arguama” de Igueste y del “C.L. Tinerfe” de Barranco Hondo; los 50 años de la inauguración de la nueva casa-cuartel de la Guardia Civil y de la bendición del nuevo templo parroquial de San Andrés Apóstol de Las Cuevecitas; y los 25 años del hermanamiento con el municipio de Candelaria, en la provincia de Pinar del Río (Cuba), de la inauguración del Centro de Salud de Candelaria, de la primera luchada institucional de la Virgen en la plaza de la Patrona y del nombramiento de representante real para esta festividad; etc. etc…

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Arafo: Don Heliodoro Rodríguez Coello (1883‑1938), agricultor, subdirector de la Sociedad Filarmónica “Nivaria”, músico militar de primera, instructor de Boys Scouts, director de seis bandas de música en Cuba, compositor y concejal suplente del Ayuntamiento de Arafo, donde da nombre a una calle

Nuestro biografiado trabajó inicialmente como agricultor, peón asalariado y carrero, pero, sobre todo, es recordado como uno de los músicos más brillantes nacidos en Arafo. Inició su carrera como cornetín de la Banda de Música “Nivaria”; luego emigró a Cuba, donde también trabajó en la agricultura para dedicarse luego a la actividad musical, como director de la Banda Municipal de Camajuaní y como músico militar; alcanzó el empleo de músico de primera (sargento mayor) y, como tal, fue director de la Banda de la Guardia Rural de Santa Clara, así como instructor y director de la Banda Juvenil de los Boys Scouts de dicha ciudad; y también dirigió las bandas municipales de Santa Clara y Esperanza. De regreso a su pueblo natal, trabajó como agricultor y comerciante, además fue designado profesor de la academia y subdirector de la Sociedad Filarmónica “Nivaria”, a la que dirigió en varias ocasiones; además fue elegido vocal del Casino “Unión y Progreso” y nombrado concejal suplente del Ayuntamiento de Arafo. Tras dos años de estancia en Tenerife regresó a Cuba, donde estuvo durante tres meses tocando el cornetín en los cines de La Habana y luego alcanzó la dirección de la Banda Municipal de Morón, a cuyo frente permaneció durante diez años, colocándola a la altura de las mejores de dicha República. En el país que lo acogió como inmigrante divulgó ampliamente sus conocimientos musicales, pero su carrera quedó truncada por su muerte repentina y prematura en La Habana. También despuntó como compositor. Por esa brillante trayectoria, sin duda merece su inclusión en el cuadro de honor de la historia musical de la villa de Arafo, donde da nombre a una calle.

Nuestro biografiado nació en Arafo el 3 de julio de 1883, a las dos de la tarde, siendo hijo de don Santiago Rodríguez Hernández y doña Martina Coello Batista. Dos días después fue bautizado en la iglesia de la Degollación de San Juan Bautista de la localidad por don Manuel Bretillard y Vega, cura párroco servidor de la misma; se le puso por nombre “Eliodoro José” y actuó como padrino don Juan Antonio Marrero Rodríguez, siendo testigos don José García y don José Marrero, de la misma vecindad…

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Vilaflor de Chasna: Don Salvador Rodríguez Quijada (1638-1705), capitán de Milicias, alcalde de Vilaflor y propietario agrícola

Miembro de una familia muy conocida, nuestro biografiado alcanzó el empleo de alférez del Tercio de Milicias de Abona-Adeje, con destino en una compañía de Vilaflor, y luego ascendió a capitán jefe de la compañía de Tamaide, en el mismo Tercio, donde permaneció hasta su muerte. Durante toda su vida trabajó en la agricultura, como uno de los mayores propietarios agrícolas de la localidad, y es probable que también lo hiciese como carpintero, pues éste era el oficio de su padre. Además, dado el prestigio de que gozaba, fue elegido alcalde de la amplia jurisdicción de Vilaflor, que por entonces incluía a los actuales términos de Vilaflor de Chasna, San Miguel de Abona y Arona, así como el pago de Chiñama (hoy integrado en Charco del Pino -Granadilla de Abona-). Asimismo, perteneció a las hermandades del Santísimo Sacramento y del Rosario de la parroquia de San Pedro Apóstol de la capital chasnera, donde transcurrió la mayor parte de su vida.

Nació en la villa de La Orotava hacia 1638, siendo hijo del carpintero don Salvador Rodríguez Quijada, natural de Vilaflor, y doña María Magdalena (González) Borges, vecina de dicha villa, donde habían contraído matrimonio en el año 1633. Fueron sus abuelos paternos: don Salvador Rodríguez y doña Beatriz Quijada, vecinos de Vilaflor; y los maternos: don Bartolomé González Piñero y doña Juana Borges, que lo eran de La Orotava…

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Fasnia-Güímar-Arico: Don Juan Cabrera Alvarado (1878-1948), carpintero de ribera, agricultor, tonelero, relojero, vocal del Comité Republicano de Fasnia, presidente de comunidades de explotación de aguas y maestro de carpinteros

Este hijo de Fuerteventura se estableció en su juventud en Santa Cruz de Tenerife, donde aprendió el oficio de carpintero de ribera, que luego desarrolló en la costa de Fasnia y Arico, donde construyó por lo menos siete barcos: “San Blas”, “Virgen de Abona”, “San Pedro de Abona”, “Amelia”, “La Paloma”, “La Merced” y un yate. Asimismo, como maestro carpintero también ejerció en La Zarza y El Escobonal, donde se estableció con su familia. Simultáneamente, trabajó como agricultor, tonelero y relojero. Además, desempeñó algunos cargos, pues fue vocal del Comité Republicano de Fasnia y presidente de las comunidades de explotación de aguas «Barquito de la Quebrada» y “Los Cazadores” de dicho municipio. Casado en La Zarza, tuvo una amplia sucesión, transmitiendo a siete de sus hijos el oficio de carpintero.

Nació en el caserío de El Membrillo en Betancuria (Fuerteventura) el 4 de abril de 1878, siendo hijo de don Antonio Cabrera Pérez, jornalero natural de dicho lugar, y doña María San Diego Alvarado, que lo era de Pájara (Fuerteventura). Cuatro días después fue inscrito en el Registro Civil de dicho municipio y luego fue bautizado en la iglesia matriz de Santa María de Betancuria. Fueron sus abuelos paternos: don Juan Cabrera, natural de Betancuria, y doña Paola Pérez, ambos domiciliados en la Vega de Río Palmas; y los maternos: don José Alvarado y doña María del Pino Rodríguez, ambos naturales de Pájara…

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La Parroquia de San Juan Bautista de Araya de Candelaria (1977-2022) y sus anteriores dependencias parroquiales

En un artículo anterior ya nos ocupamos de la primera capilla particular existente en Araya de Candelaria, su compra por los vecinos, su ampliación y conversión en ermita, su trayectoria y sus primeras fiestas. En esta ocasión nos vamos a centrar en los compromisos de los arayeros con la parroquia de Santa Ana de Candelaria, de la que dependieron durante más de cuatro siglos; su dependencia durante diez años de la nueva parroquia de San Andrés de Las Cuevecitas; la demolición de la antigua ermita de San Juan Bautista y la construcción de la iglesia actual; la elevación de ésta a parroquia; la construcción de la plaza; las vicisitudes parroquiales; las imágenes; las fiestas; y la relación de sus párrocos.

Antes de que contar con parroquia propia, los vecinos de Araya dependieron desde el siglo XVI hasta el XX de la parroquia de Santa Ana de Candelaria, única existente en todo el término municipal. Luego, a partir de 1967, pasaron a depender de la parroquia de San Andrés de Las Cuevecitas durante diez años, hasta que en 1977 comenzó a regir la de San Juan Bautista de Araya. Simultáneamente, en 1975 se demolió la antigua ermita de este barrio y se construyó la actual iglesia de San Juan, abierta al culto ese mismo año. En 1977 se construyó la plaza anexa. En esta localidad se celebran tres fiestas: las patronales, en honor de San Juan Bautista, en torno al 24 de junio; la de Santa Rita, el último fin de semana de octubre; y la romería de San Isidro Labrador y Santa María de la Cabeza, en el monte de Los Brezos, el último domingo de mayo.

En sus 45 años de existencia, han estado al frente de esta parroquia un total de ocho sacerdotes, más otros que solo se han encargados de ella temporalmente, y todos ellos también han sido párrocos de otros núcleos del municipio. El récord de permanencia lo ostenta Fr. Alfredo Turrado Carracedo, quien desarrolló aquí su labor pastoral durante casi 21 años y, para recordarla, se colocó una lápida de mármol en el interior del templo; le siguen Fr. Gregorio Ramos Domínguez, quien ya lleva casi 12 años como titular, y Fr. Alexis González de León, quien estuvo al frente de ella durante 8 años…

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Granadilla de Abona: Don Marcos González del Castillo y García (1646-1714), alférez de Milicias de ascendencia guanche y portuguesa, alcalde de Granadilla, copatrono del Convento franciscano, propietario agrícola y tronco de la familia Peraza de Ayala del Sur de Tenerife

De ilustre ascendencia guanche y portuguesa, nuestro biografiado se dedicó durante toda su vida al cuidado de sus extensas propiedades agrícolas, como el resto de sus familiares. Además, como muchos de ellos siguió la carrera militar y alcanzó el empleo de alférez de Milicias, en el que permaneció hasta su muerte. También fue alcalde real de Granadilla en dos ocasiones y copatrono del Convento franciscano de dicha localidad. Con su esposa, doña María Peraza de Ayala y Pérez de Guzmán, natural de La Victoria de Acentejo, constituyó el tronco de la destacada familia Peraza de Ayala del Sur de Tenerife.

Nació en Granadilla de Abona en agosto de 1646, perteneciente a “la familia González García y Rodríguez” de dicho lugar, pues era hijo del capitán don Marcos González del Castillo y doña María García del Castillo. El 26 de dicho mes fue bautizado en la iglesia parroquial de San Antonio de Padua de dicho lugar…

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San Miguel de Abona-Granadilla de Abona: Don Eduardo Estévez Tacoronte (1897-1968), farmacéutico, subdelegado de Farmacia del partido e inspector farmacéutico, miembro fundador del “Orfeón La Paz” de La Laguna, masón, juez municipal, cofundador y presidente de la Agrupación local de Izquierda Republicana, encarcelado al inicio de la Guerra Civil

Miembro de una destacada familia sureña, a los 12 años se estableció con sus padres en La Laguna, donde hizo el Bachillerato; por entonces mostró su apoyo a los aliados en la I Guerra Mundial, participó en las fiestas de San Miguel de Abona y fue uno de los miembros fundadores del “Orfeón La Paz” de La Laguna. Luego cursó la carrera de Farmacia en la Universidad de Santiago de Compostela, donde contrajo matrimonio. Tras su regreso, abrió la primera farmacia de San Miguel y en esta etapa también fue subdelegado de Farmacia del partido, somatenista, bibliotecario del “Club San Miguel”, masón, juez municipal y cofundador y presidente de la Agrupación local de Izquierda Republicana, lo que motivó su detención y encarcelamiento al inicio de la Guerra Civil. Una vez en libertad abrió de nuevo su farmacia, pero ahora en Granadilla de Abona, a cuyo frente estuvo hasta su muerte, alejado de la vida política y social; por entonces fue inspector farmacéutico de Granadilla-Vilaflor.

Nació en San Miguel de Abona el 20 de mayo de 1897, siendo hijo de don Julián Estévez Pérez y doña Adelaida Tacoronte y Hernández, naturales y vecinos de dicha localidad. Diez días después fue bautizado en la iglesia parroquial del Arcángel San Miguel por el cura párroco don Manuel Hernández Reyes; se le puso por nombre “Eduardo Bernardino” y actuaron como padrinos don Evaristo Gómez y su esposa doña María Feo Hernández…

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