La frustrada Banda de Música de Candelaria de 1936

Candelaria-calle Arena     Gracias a la memoria de don Jesús Castellano y a la colaboración del amigo Antonio Fariña Díaz (“Charly”), hemos podido rescatar del olvido el intento fallido de formación de la primera banda de música de Candelaria. La “Agrupación musical” se organizó en mayo de 1936 por iniciativa del destacado músico candelariero don Álvaro González Tejera, después de llevar un año enseñando Solfeo e instrumentos a unos 25 alumnos. La junta directiva, presidida por don Gregorio Rodríguez Delgado, fue la que asumió la compra de los instrumentos a una fábrica de Cataluña. Pero cuando ya los tenían cargados en un barco para enviarlos a Tenerife, quedaron detenidos en el puerto de Barcelona al estallar la Guerra Civil, lo que unido a la movilización militar de los músicos truncó este bello proyecto.

     En 1933, el candelariero don Álvaro González Tejera obtuvo en Madrid el carnet de músico, al superar con éxito el examen de Violín. Poco después abrió una academia musical privada en la calle de la Arena, que primero estuvo situada en la barbería de don Fernando Rodríguez y luego en el Casino (en el solar del actual bar “Las Dos Terrazas”), la cual llegó a tener unos 25 alumnos, a los que enseñaba Solfeo entonado, cobrándoles unas 3 pesetas al mes. Entre ellos se recuerda a don Andrés Tejera Reyes, don Aníbal González Sabina, don Cipriano Castro García, don José Acosta y don Domingo Sosa Castellano. Cuando ya llevaban algún tiempo estudiando música, don Álvaro consiguió tres instrumentos: un saxofón, un clarinete y una trompeta, con los que empezaron a ensayar los tres estudiantes más adelantados, don Andrés Tejera, don Aníbal González y don Cipriano Castro, respectivamente…

     En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Los casinos de Barranco Hondo (Candelaria) en la II República Española (1931-1936)

Barranco Hondo-1962-2     La II República Española (1931-1936) fue un período de gran inquietud social, política y cultural en Canarias, por lo que en todos los pueblos surgieron casinos, así como agrupaciones políticas y sindicales. El municipio de Candelaria no podía ser una excepción, por lo que contó en ese período con seis sociedades culturales y recreativas repartidas por los distintos núcleos de población del municipio.

     En este trabajo nos vamos a centrar en los dos casinos que existieron en esa etapa en Barranco Hondo, el pueblo más alejado del término municipal. Ambos fueron importantes focos de cultura y recreo, pero lamentablemente tuvieron una vida muy corta. El primero fue la Sociedad “Teobaldo Power”, que se fundó a comienzos de 1932 y se mantuvo hasta finales de 1934. Le sucedió la Sociedad “Recreo”, creada a comienzos de 1935, tras la disolución de la anterior, y clausurada por su carácter progresista en septiembre de 1936, en los inicios de la Guerra Civil, al ser considerada contraria al Movimiento.

     Desgraciadamente, conocemos pocos datos de ambas sociedades, pero gracias a la prensa de la época contamos con suficiente información para hacernos una idea de su funcionamiento, así como del revulsivo social, cultural y recreativo que supusieron en la tranquila vida del pueblo de Barranco Hondo, pues durante cuatro años y medio alegraron la vida de los vecinos, a los que sacaron de la rutina laboral, encontrando en ellos el único desahogo a su intenso trabajo en las duras faenas agrícolas, hasta que tropezaron con la intransigencia surgida al estallar la Guerra…

     En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Personajes del Sur (Candelaria): Don Manuel Llarena y Mesa (1843-1899), médico y masón en Santa Cruz de Tenerife y Cuba

Candelaria-panorámica antigua (CFIT)     La carrera de Medicina no era una de las más frecuentes en pleno siglo XIX y menos aún fuera de las principales ciudades del Archipiélago. Por ello, llama la atención que dos hermanos nacidos en un pequeño pueblo de pescadores eligiesen como meta de su vida el aliviar el dolor de los demás, sin distinción de raza ni de clase social, pues ambos desarrollaron gran parte de su labor en la Cuba colonial. Nos referimos a don José y don Manuel Llarena y Mesa, aunque en este trabajo solo nos vamos a ocupar del segundo, mucho menos conocido que el anterior y del que aún tenemos poca información. Tras obtener el título de Lcdo. en Medicina en Madrid, don Manuel se estableció primero en Santa Cruz de Tenerife y luego en la isla de Cuba, donde desarrolló una destacada labor sanitaria. Regresó a Tenerife en 1896 y en la capital de la isla fallecieron dos de sus hijas. Luego volvió a Cuba, donde solo tres años después le sorprendió la muerte.

    Nació en Candelaria el 16 de diciembre de 1843, siendo hijo de don Manuel (Feo) Llarena y Delgado y doña María del Pilar Rodríguez de Mesa y Fariña. Dos días después fue bautizado en la iglesia parroquial de Santa Ana por el párroco propio Juan Núñez del Castillo; se le puso por nombre “Manuel Eusebio” y actuó como madrina María Candelaria Fariña…

     En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Artículo-MANUEL LLARENA Y MESA

La creación de la cartería de Igueste de Candelaria, un logro de don Francisco Garabote García

     En el presente trabajo nos vamos a ocupar de uno de los servicios más demandados por los vecinos de Igueste de Candelaria a comienzos del siglo XX, la creación de una cartería en 1931, cuando ya se llevaba una década solicitando dicho servicio desde la prensa. Ese importante logro que se debió al empresario y político iguestero don Francisco Garabote García, destacada personalidad local, quien no solo presentó la moción para crearla sino que se ofreció para desempeñarla gratuitamente en sus inicios, instalándola en su casa de la Carretera. La cartería tuvo carácter provisional, hasta que en 1933 fue constituida oficialmente como estafeta de correos, asumida por el Estado.

     El municipio de Candelaria cuenta con una cartería en el casco desde el siglo XIX, mientras que este servicio tardó mucho en llegar a los diferentes barrios. El primero que se benefició de ello fue Barranco Hondo, en 1922, pero Igueste, a pesar de ser el pueblo más populoso del municipio tuvo que esperar hasta 1931, como ya hemos indicado.

     El 23 de noviembre de 1921, el corresponsal del periódico El Progreso, que se firmaba “Un Iguestero”, se quejaba de “Las promesas de nuestro Ayuntamiento”, indicando que los caciques que lo integraban solo perseguían engañar a los campesinos en las vísperas de elecciones, a pesar de los abusos que habían cometido: “Segundo. También se nos ha propuesto la creación de una cartería, que tanto beneficio nos reportaría, ya que por ser este pueblo, sobre el cual está gravada la mayor parte de la contribución territorial, por ser el que mayor número de habitantes cuenta en toda la jurisdicción, es razonable se le atienda”. Luego añadía: “No menos justas son las peticiones del poblado de Barranco Hondo, […] que, también, pasando el correo por sus puertas, se lleve la correspondencia a Candelaria, distante de este sus cinco o seis kilómetros”…

     En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Candelaria-Vilaflor de Chasna: Don Juan Rivero (1622-1715), sacristán de la parroquia de Vilaflor y capitán de las Milicias de Abona

Candelaria-ruinas baílica     Este destacado candelariero, de origen guanche y poco conocido, se trasladó en su adolescencia a Vilaflor, donde ejerció inicialmente como sacristán de la importante parroquia de San Pedro Apóstol, en la que luego sería miembro de todas sus hermandades. Contrajo matrimonio en este pueblo adoptivo, donde vivió el resto de su vida y falleció, dejando ilustre sucesión. Había ingresado en las Milicias de Abona, de las que fue primero alférez y luego capitán.

     Nació en Candelaria a comienzos de noviembre de 1622, siendo hijo de don Juan Rivero y doña María Matías, naturales y vecinos de dicho pueblo, de ascendencia guanche. El 6 de dicho mes fue bautizado con óleo y crisma en la iglesia parroquial de Santa Ana por fray Francisco Ayora, de la Orden de Predicadores, con licencia del beneficiado; se le puso por nombre “Juan” y actuaron como padrinos don Francisco Ramos y su esposa…

     En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

La “Parranda La Hoya” de Igueste de Candelaria

13.2002.Agosto.La Hoya-2     El pasado año 2012 se le rindió un homenaje a la “Parranda La Hoya”, entrañable agrupación musical a la que el Ayuntamiento de Candelaria concedió el honor de dar su nombre a una calle de Igueste, como reconocimiento a la destacada labor musical que ha desarrollado durante muchos años, dentro y fuera del municipio, así como a las cualidades humanas y vocacionales de sus veteranos componentes, vinculados a la música desde su juventud. Organizada en el pueblo de Igueste de Candelaria en 1991 y transformada en asociación en 2002, ha actuado en los diferentes núcleos del término municipal y en numerosas localidades de Tenerife, así como en La Gomera y Gran Canaria. Además, han participado en grabaciones musicales y recibido varias distinciones.

     A lo largo del siglo XX fueron varios los grupos u orquestas de cuerda que surgieron en Igueste para alegrar el pueblo por las fiestas y amenizar bailes, tanto en esta localidad como en otros pueblos de la comarca. Actuaban en las plazas, así como en casinos y salones particulares, alegrando la vida de nuestros antepasados, que por entonces no era precisamente fácil. En ocasiones estaban constituidas por tan solo dos miembros e incluso, en más de una ocasión, un único músico llegó a animar un baile…

     En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Artículo-PARRANDA LA HOYA

Candelaria-El Rosario-Adeje-Güímar: Don Luis Ambrosio Fernández del Castillo (1738-1788), sacerdote, beneficiado propio de Adeje y de Güímar-Candelaria

Barranco Hondo-panorámica-iglesia-Mi pueblo       Hasta el momento, en Barranco Hondo solo han nacido tres sacerdotes, miembros de una misma familia, dos hermanos y un sobrino. El primero de ellos, don Luis Ambrosio Fernández del Castillo, fue una destacada personalidad del clero tinerfeño en el siglo XVIII, pues no en vano desempeñó en propiedad dos de los Beneficios parroquiales más antiguos e importantes del Sur de la isla: el de Adeje, durante nueve años, y el de Güímar-Candelaria, durante otros doce años, pero su carrera quedó truncada con su prematuro fallecimiento, ocurrido en Güímar cuando solo contaba 49 años de edad.

     Nació en el pago de Barranco Hondo (probablemente en la “Banda de Allá”, hoy incluida en El Rosario) el 15 de agosto de 1738, siendo hijo de don Asencio Francisco Núñez “El Menor” y doña María de los Ángeles López del Castillo. El 22 de ese mismo mes fue bautizado en la iglesia de Santa Ana de Candelaria por fray Leonardo del Cristo, maestro de novicios habitual de la Orden de Predicadores, por ausencia del teniente servidor de la misma y con licencia de su prelado; se le puso por nombre “Luis Ambrosio” y actuó como padrino don Cristóbal Alfonso y Guillama, clérigo presbítero vecino de La Laguna y capellán de la ermita de El Rosario, jurisdicción de la parroquia de la Concepción de dicha ciudad…

       En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Artículo-LUIS AMBROSIO FERNÁNDEZ DEL CASTILLO

La Sociedad “El Porvenir” de Candelaria (1907-1908), primer casino de este municipio

Candelaria-Santa Ana-antigua    Aunque de momento solo tenemos una información muy escasa, en este trabajo queremos recordar al primer casino constituido en Candelaria, del que ni siquiera se acuerdan los vecinos más mayores. Fundado en 1907, sabemos que, al margen de su actividad recreativa, tuvo una clara vocación política ligada al Partido Conservador de Tenerife, pues varios de sus líderes fueron nombrados miembros honoríficos. Continuaba en funcionamiento al año siguiente, en el que se adhirió a la célebre Asamblea regional de 1908, siendo su presidente don Cristóbal Gutiérrez García.

     Esta desconocida sociedad fue fundada en mayo de 1907, en que se redactó su reglamento, el cual fue remitido al Gobierno Civil, tal como recogió el periódico El Progreso el 18 de ese mismo mes: “Para su aprobación ha sido presentado en el Gobierno civil el reglamento que ha de regir en el nuevo Casino fundado en Candelaria, titulado El Porvenir”. El 30 de ese mismo mes fue inaugurado y se eligió su junta directiva; además, se hicieron varios nombramientos honoríficos entre políticos afines, tal como recogió La Opinión, el 3 de junio inmediato: “En Candelaria, el día 30 del mes último, se celebró la inauguración de una sociedad que se titula El Porvenir. / Presidente honorario fue nombrado el joven marqués de Casalaiglesia, y socios de mérito, el señor Santos y Ecay, el médico D. José Llarena y el diputado provincial señor Fragoso”…

      En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Candelaria: Don Pedro Rodríguez del Castillo (1773-1840), teniente de Milicias, comandante de armas, alcalde en dos ocasiones e interventor del Pósito de Candelaria

Foto 2A-Vista Igueste     Aunque sólo alcanzó el modesto empleo de teniente de Milicias, éste fue suficiente para que don Pedro Rodríguez del Castillo poseyese la mayor graduación militar del municipio de Candelaria en su época, por lo que desempeñó la Comandancia de Armas de la jurisdicción. Hijo de subteniente, también pasará a la historia local como el militar más prestigioso nacido en Igueste en los siglos XVIII y XIX. Al margen de su actividad castrense, ocupó la Alcaldía de Candelaria en dos ocasiones, una como alcalde constitucional y otra como alcalde real; además, fue interventor del Pósito de dicho término, así como un honrado y próspero propietario agrícola.

     Nuestro biografiado nació en el entonces pago de Igueste el día 22 de abril de 1773, siendo hijo de don Agustín Rodríguez del Castillo y doña Rosalía Ramos del Castillo. El 29 de ese mismo mes fue bautizado en la iglesia parroquial de Santa Ana de Candelaria por el teniente de beneficiado fray Tomás Núñez, predicador general de la Orden de Predicadores; se le puso por nombre “Pedro” y actuó como padrino su tío paterno don Andrés Rodríguez del Castillo.

     En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Artículo-PEDRO RODRÍGUEZ DEL CASTILLO

El “Cementerio del Convento” de Candelaria (1843-1918)

Candelaria-Ruinas basílica-cementerio      En un trabajo anterior ya estudiamos en detalle los antiguos lugares de enterramiento que existieron en Candelaria: la cueva-ermita de San Blas, la iglesia de Santa Ana y la capilla del Convento, además de otros lugares no habituales, así como el primer cementerio provisional de Santa Ana, que estuvo en funcionamiento en 1828 y de 1835 a 1843 (aunque con posterioridad volvió a ser utilizado esporádicamente con motivo de algunas epidemias).

      En el presente artículo nos vamos a ocupar del recordado “Cementerio del Convento”, que cubrió la demanda de enterramientos de todo el municipio de Candelaria durante 75 años y medio, del 30 de junio de 1843 al 19 de diciembre de 1918. Curiosamente, este cementerio se habilitó porque el cementerio provisional existente con anterioridad no reunía los requisitos mínimos de higiene y seguridad, pero parecidos argumentos serían utilizados luego para construir un nuevo cementerio y clausurar el situado en el solar de la Basílica, debido a su mala ubicación y a su total saturación. El tercer y último recinto (el actual) fue edificado por la Parroquia, por lo que quiso mantener su propiedad, a lo que se negó el Ayuntamiento, lo que dio lugar a una seria polémica, que incluso trascendió con fuerza a la prensa, y a que el nuevo cementerio tras su construcción permaneciese durante cinco años sin ser utilizado, hasta que el elevado número de fallecidos por la epidemia de gripe española obligó a buscar un acuerdo. Definitivamente, la Villa de Candelaria no tuvo suerte con sus primeros cementerios.

     Dada la mala ubicación y el mal estado de construcción y conservación del cementerio provisional de Candelaria, durante los ocho años en que estuvo en funcionamiento ininterrumpido (1835-1843) se intentó trasladar a un lugar más conveniente. Por ello, en 1838 el Ayuntamiento de Candelaria solicitó permiso a las autoridades provinciales para trasladar este cementerio a la fábrica de la inacabada segunda basílica de la Patrona del Archipiélago, cuyas obras habían quedado paralizadas en 1817, cuando ya estaban levantadas las paredes y columnas…

      En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo: