Güímar: Don Nicasio García Díaz (1827-1895), mayordomo de la Virgen del Socorro, director de la banda de música de Güímar, teniente 2º de la Milicia Nacional local, primer teniente de alcalde del Ayuntamiento y notario público eclesiástico de la Parroquia de San Pedro

Este destacado güimarero quedó huérfano muy pronto, casó dos veces y destacó como propietario agrícola, llegando a ser uno de los mayores contribuyentes de Güímar y, como tal, elector para cargos municipales, así como de diputados provinciales, diputados a Cortes y compromisarios para senadores. A lo largo de su vida desempeñó diversos cargos públicos en su pueblo natal: 2º teniente de la Milicia Nacional local, secretario de la Junta o Comisión Pericial de Amillaramiento, hombre bueno en juicios, primer teniente de alcalde, alcalde accidental, presidente de la Comisión local de Instrucción Primaria, regidor o concejal del Ayuntamiento en varias etapas, miembro de la Hermandad del Santísimo Sacramento de la parroquia matriz y notario público eclesiástico. Pero, sobre todo, fue muy conocido como mayordomo de la Virgen y ermita de El Socorro, además de como director de la Banda de Música de dicha localidad. Falleció en su pueblo natal.

Nació en Güímar el 13 de diciembre de 1827, siendo hijo de don Antonio Leandro García y doña Dominga Díaz Núñez. Dos días después fue bautizado en la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol por su tío materno, el entonces Bachiller don Agustín Díaz Núñez, beneficiado de la misma; se le puso por nombre “Nicasio de la Purísima Concepción” y actuó como padrino otro tío materno, el entonces subteniente de Milicias don Modesto Díaz Núñez.

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Las célebres luchadas de las Fiestas de la Virgen del Socorro en Güímar

Al igual que ocurría en las fiestas de agosto en honor de la Virgen de Candelaria, en la segunda mitad del siglo XIX también gozaba de gran celebridad la luchada que tenía lugar anualmente en la playa de Chimisay el 7 de septiembre con motivo de la festividad de la Virgen del Socorro, que primero se celebraba al mediodía y luego en la tarde; en ella se enfrentaban los mejores luchadores del Sur de Tenerife entre sí o contra los del Norte de la isla, aunque luego los encuentros se fueron decantando por enfrentamientos entre los bandos de Güímar y Arafo, dada la rivalidad local y que los vecinos de ambos municipios eran los principales participantes en la Bajada de la Virgen desde la iglesia de San Pedro hasta su ermita costera.

Las crónicas de dicha fiesta recogen la celebración de dicha luchada hasta 1933, casi siempre en el caserío costero, salvo en 1930 en que tuvo lugar en la cabecera municipal, probablemente en la plaza del Ayuntamiento. Tras dos décadas suspendida, en 1953 se rescató, de nuevo en la costa; aunque entre 1958 y 1961 volvió a celebrarse en Güímar, en el campo de deportes del Frente de Juventudes, justo por debajo del Ayuntamiento. Finalmente, se rescató en 2006, ahora como un Torneo “Virgen del Socorro” de carácter triangular, entre los equipos federados del municipio y alguno de fuera, manteniéndose hasta 2011 con alguna interrupción. Tristemente, a partir de esa fecha desapareció del programa, por resultar económicamente deficitario, a causa de la falta de apoyo de los aficionados…

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Vilaflor de Chasna: Don Pedro Tacoronte Fumero (1854-1910), maestro interino, elector contribuyente, secretario suplente del Juzgado, alcalde constitucional, interventor electoral, juez municipal y secretario interino del Ayuntamiento

Nuestro personaje ya destacó como estudiante, al figurar entre los mejores alumnos de la escuela pública de niños de su municipio natal. Luego ejerció como maestro interino de la misma, aunque carecía de titulación académica; por dicho motivo se matriculó en la Escuela Normal de Maestros de La Laguna, pero no consta que obtuviese el correspondiente título. Lo cierto es que, como elector contribuyente, a lo largo de su vida desempeñó algunos de los principales cargos públicos de Vilaflor de Chasna: secretario suplente del Juzgado Municipal, alcalde constitucional, interventor electoral, juez municipal titular, secretario interino del Ayuntamiento en dos etapas, la última hasta su muerte, y juez municipal suplente. Falleció prematuramente, dejando sucesión.

Nació en Vilaflor de Chasna en 1854, siendo hijo de don Domingo Tacoronte Trujillo y doña María del Rosario Fumero y Fumero, naturales y vecinos de dicho pueblo, donde habían contraído matrimonio en 1851. Fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol por el cura párroco propio don José Lorenzo Grillo y Oliva. Fueron sus abuelos paternos: don Fernando Tacoronte Bethencourt, natural de La Escalona y de origen guanche, y doña María Benita Trujillo Rodríguez, de Vilaflor, casados en 1801; y los maternos: don Marcos Fumero Évora y doña María del Carmen Fumero Grillo, ambos de Vilaflor…

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Arafo: Don Eladio Hernández Curbelo (1850-1890), cofundador y director de la Banda de Música “Numancia”, compositor, emigrante a Cuba, recaudador de la contribución territorial, labrador, herrero, propietario agrícola, juez municipal suplente y jurado judicial

Este artículo está dedicado a un destacado músico arafero, que fue uno de los fundadores de la Banda de Música “Numancia”, la primera de Arafo, que dirigió en dos etapas, y también desarrolló una modesta labor como compositor. Profesionalmente fue labrador y herrero; emigró a Cuba, para obtener algunos ahorros y a su regreso ejerció como recaudador de la contribución territorial, nombrado por el Ayuntamiento; y llegó a ser un notable propietario agrícola. Además, ejerció como juez municipal suplente y jurado judicial. Pero su vida se truncó en plena juventud, dejando sucesión.

Nació en Arafo el 17 de febrero de 1850, siendo hijo de don Matías Hernández Baute y doña Luisa Curbelo Pérez. Tres días después recibió el bautismo en la iglesia de San Juan Degollado, de manos del presbítero don Víctor Eusebio Marrero, con licencia del cura párroco don Antonio Rodríguez Torres; se le puso por nombre “Eladio” y actuó como padrino don Marcelino Batista Torres…

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Güímar: Don Nicasio de la Cruz Hernández (1850-1877), propietario agrícola, alférez de Milicias y comandante de armas de Güímar, sumariado por emigrar sin licencia a Venezuela y fallecido prematuramente

Nuestro biografiado ingresó por sorteo como soldado de Milicias en el Batallón Provincial de La Laguna, aunque enseguida pasó a la Sección Ligera Provincial de Abona, donde solicitó el empleo de alférez de Milicias, para lo que tuvo que demostrar su suficiencia ante el jefe de dicho cuerpo, así como ser dotado por su padre con la hipoteca de una finca, para asegurar su decente manutención mientras permaneciese en situación de provincia como oficial. Tras la instrucción de un dilatado expediente logró el preciado ascenso y, poco después, tras quedar agregado con dicho empleo al Batallón de La Laguna como supernumerario, fue nombrado comandante de armas de Güímar, al ser el militar de mayor graduación residente en dicho municipio. Pero permaneció poco tiempo en ese cargo, pues emigró sin licencia para la República de Venezuela, por cuyo motivo se le incoó una sumaria por deserción, que concluyó con su baja en las Milicias. Dos años después de su partida regresó a Güímar, aunque ya gravemente enfermo, por lo que falleció prematuramente en su pueblo natal, con tan solo 26 años de edad.

Nació en el barrio de Los Majuelos de Güímar el 17 de octubre de 1850, siendo hijo del alférez graduado de Milicias don Francisco de la Cruz y Cruz, natural de Santa Cruz de Tenerife pero oriundo de Güímar por ambos padres, y doña Antonia Hernández Benítez, nacida en el pueblo sureño. Tres días después fue bautizado en la iglesia matriz de San Pedro Apóstol por don Agustín Díaz Núñez, Doctor en Sagrada Teología, examinador sinodal, beneficiado curado propio de la misma y vicario juez eclesiástico del partido; se le puso por nombre “Nicasio” y actuó como madrina su prima doña Amalia de la Cruz, de la misma naturaleza y vecindad.

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Fasnia: Don Daniel Oliva Martín (1885-1952), emigrante, maestro albañil, guarda jurado, propietario agrícola, promotor de pozos y galerías, cofundador y vocal del primer Comité Republicano, cabo jefe del distrito del Somatén Armado y concejal síndico del Ayuntamiento republicano, encarcelado tras el inicio de la Guerra Civil

El villero que nos ocupa contrajo matrimonio en su adolescencia y se estableció en el municipio de Fasnia, de donde era natural su esposa. Después de casado emigró dos veces a Cuba y a su regreso trabajó como maestro albañil, guarda jurado particular y propietario agrícola. Pero, sobre todo, se dedicó a promover obras hidráulicas, pues fue promotor del pozo de La Quebrada, que permitió regar la zona costera de dicho municipio; aprovechó el agua de Fuente Vieja y construyó una presa que permitió regar la zona de Los Morales y Cruz del Roque; luego también promovió las galerías de “Tenazo” y “Martiño”, y trabajó en la perforación de otras, tanto en Fasnia como en el resto de la isla. Además, tuvo una intensa vida social y política en dicho municipio sureño, donde fue cofundador y vocal del Comité Republicano, cabo jefe del distrito del Somatén Armado, concejal y regidor síndico del Ayuntamiento de Fasnia, donde desarrolló una intensa labor, pues solicitó y promovió la creación de escuelas, la casa-cuartel de la Guardia Civil, una estafeta de Correos para los barrios de La Sombrera y Sabina Alta y el servicio telefónico para los mismos, etc. Por sus ideas republicanas y progresistas sufrió una dura represión y estuvo encarcelado tras el inicio de la Guerra Civil. Falleció en su municipio adoptivo, donde dejó una amplia sucesión.

Nuestro biografiado nació en la villa de La Orotava en 1885, siendo hijo de don Juan Oliva Villar y doña Benigna Martín Hernández, de la misma naturaleza. En dicha localidad cursó los estudios primarios y residió los primeros años de su vida, hasta su adolescencia, en que se trasladó a Santa Cruz de Tenerife. Fue el mayor de tres hermanos…

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Arona-Adeje: Don Juan García de Frías (1794-1884), sargento 2º de Milicias, síndico personero del Ayuntamiento de Adeje, depositario de los fondos municipales, propietario agrícola y elector contribuyente

Miembro de una destacada familia de militares, descendiente de distinguidos linajes prehispánicos y peninsulares, nuestro biografiado también siguió una modesta carrera militar en el Regimiento Provincial de Abona, en el que ingresó como soldado y fue ascendiendo a cabo 2º, cabo 1º y sargento 2º de Milicias, empleo éste con el que obtuvo su licencia absoluta. Además, asumió diversas responsabilidades públicas en la villa de Adeje, donde había contraído matrimonio y residió la mayor parte de su vida, hasta su muerte, pues fue procurador síndico del Ayuntamiento en dos etapas, depositario de los fondos municipales y elector contribuyente, con derecho a participar en las elecciones de diputados a Cortes, al figurar como propietario entre los mayores contribuyentes de dicha villa.

Nació en el pago de Arona el 23 de febrero de 1794, siendo hijo de don Lorenzo Agustín García Estévez, natural del Realejo Alto, y doña Petra de Frías Domínguez, que lo era del citado pago sureño, vecinos de Las Casitas de Altavista. Cuatro días después fue bautizado en la iglesia matriz de San Pedro Apóstol de Vilaflor de Chasna, de donde por entonces dependía dicho pago, por el beneficiado servidor don Luis Cabeza y Viera; se le puso por nombre “Juan Antonio Abad” y actuó como padrino don José Agustín Domínguez, vecino también de Arona…

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Los primeros cines en la historia del municipio de Candelaria (1919-1940)

A lo largo del siglo XX y durante seis décadas, el municipio de Candelaria llegó a contar con seis cines, cuatro de ellos en la cabecera municipal, dos mudos y dos sonoros, así como de uno en Igueste y otro en Barranco Hondo. También se hacían algunas proyecciones en la Sociedad “Juventud Católica”, pero de imágenes fijas. Tres de dichos cines tuvieron una trayectoria más o menos larga, dos corta y uno efímera. El pionero fue el “Teatro-Cine” de Candelaria (1919-1935), al que siguieron el “Cine La Torre” de Candelaria (1932), el “Cine de Candelaria” (1936-1940), el “Cine Conchita” / “Cine Luisa” de Igueste de Candelaria (1955-1980), el “Cine Candelaria” (1957-1980) y el “Cine” provisional de Barranco Hondo (1962-1964); los tres últimos llegaron a coincidir en el tiempo. Luego, tras un par de décadas sin ninguna sala cinematográfica en funcionamiento, en los albores del siglo XXI abrieron los “Multicines Puntalarga”, que desde 2001 han retomado dicha actividad en este municipio.

En este artículo solo nos vamos a ocupar de los tres primeros cines existentes en este municipio, todos ellos abiertos al público en la cabecera municipal; los dos primeros fueron mudos y estuvieron situados en la calle de la Arena; mientras que el tercero fue sonoro y se ubicó en uno de los salones de don Sixto Machado, en la calle del Pozo. Además, también trataremos de las proyecciones realizadas en los años treinta en la Sociedad “Juventud Católica” de esta misma localidad…

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La célebre luchada de las Fiestas de agosto en honor de la Virgen de Candelaria (Tenerife)

El municipio de Candelaria goza de una notable tradición luchística, vinculada desde el siglo XIX a dos encuentros históricos, el que se celebraba esporádicamente en la Media Montaña de Barranco Hondo y el de la festividad anual de la Virgen de Candelaria, en la explanada anexa a su Santuario. Con posterioridad, en la tercera década del siglo XX, se formaron bandos o equipos aficionados en todos los núcleos de población de este término, algunos de los cuales se comenzaron a federar en los años cuarenta, surgiendo sucesivamente siete clubes: “C.L. Arguama” y “C.L. Roque” de Igueste; “C.D. Mencey” y “C.L. Tinerfe” de Barranco Hondo; “C.L. Cumber” y “C.L. Chaparral” de Las Cuevecitas; y “C.L. Araya” del barrio del mismo nombre.

Durante el resto del siglo XIX y los comienzos del XX la lucha continuó presente en Candelaria gracias al importante encuentro luchístico anual que se celebraba en agosto con motivo de las Fiestas de la Virgen de Candelaria. Tenía lugar en la explanada del Santuario, que por entonces era de arena, sobre todo en el lugar en el que luego se construyó la Fuente de los Peregrinos, y por lo general el 14 de dicho mes. Desgraciadamente, las reseñas periodísticas de estas fiestas solo hacían hincapié en los actos religiosos, por lo que son muy escasas las referencias a los profanos, entre ellos a la luchada. Estas célebres luchadas se continuaron celebrando hasta la segunda mitad de los años cincuenta, en que cesaron con motivo de las obras de terminación de la Basílica, así como de la construcción de la plaza y la fuente anexas.

Afortunadamente, tras cuatro décadas de interrupción, en 1997 el Ayuntamiento de Candelaria volvió a rescatar el tradicional encuentro luchístico de las fiestas en honor de Nuestra Señora de Candelaria, que a partir de entonces se celebra anualmente el 13 de agosto en la Plaza de la Patrona de Canarias, pero ahora con el carácter de luchada institucional, y que atrae a numerosos aficionados a este entrañable deporte autóctono…

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Güímar: Don Juan Rodríguez Mallorquín Bencomo (1686-1733), emigrante a Cuba, capellán, sacerdote, sochantre organista y sacristán mayor de la parroquia de San Pedro Apóstol, reorganizador y mayordomo de la Cofradía de los Remedios

De los numerosos sacerdotes nacidos en el municipio de Güímar varios siguieron la aventura americana y, de ellos, algunos regresaron y otros quedaron para siempre en aquel gran continente, donde ejercieron su labor de apostolado. Hoy vamos a recordar a uno de esos hombres, el único que regresó a su pueblo natal. Don Juan Rodríguez Mallorquín Bencomo emigró a Cuba y en La Habana recibió la primera Tonsura clerical y las Órdenes Menores; de regreso en Güímar, en Las Palmas de Gran Canaria se le confirieron las órdenes mayores hasta el Presbiterado y quedó adscrito a su parroquia natal de San Pedro Apóstol, donde ejerció como capellán, sochantre organista y sacristán mayor, así como reorganizador y mayordomo de la Cofradía de los Remedios.

Nació en Güímar el 21 de junio de 1686, siendo hijo de don Juan Rodríguez Mallorquín Ximénez y doña Catalina Delgado Betancur. El 29 de ese mismo mes fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol por el beneficiado don Bartolomé Pérez Sutil; se le puso por nombre “Joan” y actuó como padrino don Mateo Díaz Perdomo, vecino de la Villa de La Orotava…

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