Güímar: Don Fidel Farré y Pujol (1839-1891), Lcdo. en Teología, beneficiado propio, mayordomo de la fábrica parroquial y arcipreste de Güímar, cura encargado de Arafo y Fasnia, mayordomo del Santuario de Candelaria, examinador sinodal del Obispado, misionero en la isla de La Gomera y poeta muy devoto de la Virgen del Socorro

Recordamos hoy a un sacerdote catalán incardinado en la Diócesis Nivariense, que dejó una imborrable huella en la ciudad de Güímar y en toda su comarca. Una vez ordenado en su comunidad natal, se trasladó a Canarias, donde desempeñó inicialmente diversos destinos: coadjutor de la villa de San Sebastián de La Gomera, mayordomo de Ntra. Sra. de las Nieves de dicha parroquia y mayordomo de ánimas de la villa de La Orotava. Luego fue nombrado cura ecónomo de San Pedro de Güímar y arcipreste de su distrito, cargos que luego obtuvo en propiedad y que en total regentó durante 18 años y medio; en ese tiempo estuvo encargado además, en numerosas ocasiones, de las parroquias de Arafo y Fasnia. Como mayordomo de fábrica de la parroquia de San Pedro promovió en ella numerosas obras de mejora. Mientras regentaba dicha parroquia obtuvo el título de Licenciado en Sagrada Teología y fue, además, mayordomo del Santuario de la Virgen de Candelaria, examinador sinodal del Obispado y misionero en la isla de La Gomera. Como profundo devoto de la Virgen del Socorro, fue autor de un “Aviso a los romeros” y unos “Versos a la Virgen del Socorro”, así como de un sermón dedicado a esta venerada imagen.

Nuestro biografiado nació en Sant Llorenç de Morunys (Lleida) el 25 de octubre de 1839, a las cinco y media de la madrugada, siendo hijo de don Segismundo Farré Miró (fabricante de algodón) y doña Rosa Pujol Casas, naturales y vecinos de dicha localidad. Ese mismo día fue bautizado en la iglesia parroquial de San Lorenzo (Obispado de Solsona) por don Mariano Carol, canónigo de la Santa Iglesia Catedral, con licencia del vicario propio don Lorenzo Comellas; se le puso por nombre “Fidel Buenaventura José” y actuaron como padrinos don Fidel Amtich, esposo de doña Antonia Pujol, y doña Josefa Monegal y Farré…

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Arafo: Don Juan Antonio Díaz Rodríguez (1891-1919), músico, ayudante de carpintero, barbero, practicante en Medicina y Cirugía, cofundador y vocal del Comité Republicano de Arafo, fallecido en plena juventud

Nuestro biografiado, cursó los estudios primarios en su Arafo natal y, siguiendo a su padre, ingresó en la Banda de Música “Nivaria”, en la que tocó el fliscorno. En su adolescencia comenzó a trabajar como ayudante en la carpintería paterna y luego como barbero. Posteriormente, atraído por la actividad sanitaria, a la que era aficionada su madre, obtuvo el título de Practicante en Medicina y Cirugía en la Facultad de Medicina de Cádiz. Tras su regreso, ejerció como tal en su pueblo natal, hasta su prematura muerte, a la vez que fue uno de los fundadores del Comité local Republicano, del que fue vocal primero.

Nació en Arafo el 14 de septiembre de 1891, a las diez de la noche, siendo hijo de don Juan Díaz Hernández y doña Rosa Rodríguez Hernández. El 23 de ese mismo mes fue bautizado en la iglesia de San Juan Degollado por el cura ecónomo don José Cruz y Bencomo; se le puso por nombre “Juan Antonio de la Cruz” y actuó como padrino don Juan Antonio Marrero…

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Apuntes para la historia del fútbol en el municipio de Fasnia en los años cincuenta del pasado siglo XX

La tradición deportiva en los pueblos es tan antigua como el ser humano, como herencia en tiempos de paz de las confrontaciones guerreras. En muchos pueblos del Sur de Tenerife, estaba centrada fundamentalmente en la lucha canaria, pero desde el segundo cuarto del siglo XX se fue incorporando con fuerza el “foot ball” o “balompié”, el actual fútbol, que hoy es el deporte rey en gran parte del planeta. En Fasnia, como en toda la isla, el deporte más arraigado y antiguo es la lucha canaria, pues existe constancia de la existencia de excelentes luchadores fasnieros desde la primera mitad del siglo XIX, así como de un bando organizado con el nombre de “Fasnia” desde los años treinta del siglo XX y del actual “Brisas del Teide” desde los años cuarenta. La llegada del fútbol fue muy posterior, pero sin duda ya afloraba en los años cuarenta.

Por ello, cuando el programa de las fiestas patronales en honor de San Joaquín recogía que el domingo 17 de agosto de 1941, día principal, a las cuatro de la tarde se celebrarían “espectáculos deportivos a cargo de los flechas y otros elementos del Frente de Juventudes”, sin duda se incluía en ellos la lucha y el fútbol. Pero este deporte tardó en organizarse, pues en 1948 se celebró un campeonato de fútbol en el Sur de Tenerife, en el que participaron diez equipos: “Güímar”, “Arico” (de Arico el Nuevo), “Granadilla”, “San Francisco” (también de Granadilla), “Unión Vilaflorense”, “San Miguel”, “Marino” (de Los Cristianos), “I’Gara” (de Cabo Blanco), “Atlético Arona” y “Águila” (de Adeje). Por lo que en Fasnia este deporte aún no estaba consolidado y no pudo participar en el mismo.

Gracias al semanario deportivo Aire libre de Santa Cruz de Tenerife, podemos conocer los albores del fútbol en este municipio de Fasnia en los años cincuenta, tanto la existencia de equipos infantiles y juveniles, como el empeño de los aficionados de los núcleos de población de Fasnia y La Zarza para poder contar con sendos campos de fútbol en condiciones. En esa década, este municipio contó con dos equipos, que inicialmente eran juveniles, el “C.D. Fasnia” y el “C.D. La Zarza”; además, en este último barrio se formaron luego el “Infantil Zarza” y el “Nuevo Club La Zarza” (o “N.C. Zarza”), que sustituyó al primero del mismo nombre. Como era lógico, los enfrentamientos más frecuentes eran entre los equipos del municipio, aunque también celebraron encuentros contra los del vecino término de Arico…

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Vilaflor de Chasna: Don Pedro García del Castillo (1699-1745), alférez de Milicias y propietario agrícola

Miembro de una larga saga de militares chasneros, nuestro biografiado también se integró en el Regimiento de Milicias Abona y Adeje con el empleo de alférez de la Compañía de Chiñama, en el que permaneció hasta su prematura muerte. Además, fue un notable propietario agrícola y ganadero, con una desahogada situación económica, gracias a la cual pudo ser admitido como oficial de Milicias, en lo que también influyó el ser hijo, nieto, bisnieto y tataranieto de capitanes.

Nació en Vilaflor el 25 de febrero de 1699, siendo hijo del entonces alférez don José García del Castillo y doña Beatriz Borges de Quijada, vecinos de dicho lugar. El 8 de marzo inmediato fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol por el beneficiado servidor don Juan García de Calzadilla; se le puso por nombre “Pedro” y actuó como padrino don Pedro Rodríguez Quijada, clérigo de menores órdenes y capellán, vecino de dicho lugar…

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Guía de Isora: Don Eduardo Domínguez Sopranis (1822-1866), sochantre y organista de la parroquia de Guía de Isora, notario público eclesiástico de la misma y del Arciprestazgo de Daute, fallecido prematuramente

Miembro de una destacada familia icodense, a pesar de contar con un padre y un hermano mayor que eran oficiales de las Milicias Canarias, nuestro biografiado se vio influenciado por un padrino sacerdote, quien lo orientó hacia empleos relacionados con la iglesia. Así, fue nombrado sochantre y organista de la parroquia del vecino municipio de Guía de Isora, empleo que ejerció durante 19 años, hasta su prematura muerte. Simultáneamente, gracias a que sabía leer y escribir con corrección, en dos etapas asumió también el empleo de notario público eclesiástico de la misma parroquia, la segunda de ellas con un título que le permitía actuar como tal en todo el Arciprestazgo de Daute.

Nació en Icod de los Vinos el 13 de octubre de 1822, siendo hijo del propietario y teniente de Milicias Provinciales don Nicolás (González) Domínguez, de la misma naturaleza pero oriundo de El Tanque, y doña Teresa Sopranis y Gutiérrez, que lo era de la primera localidad. Seis días después fue bautizado en la iglesia parroquial de San Marcos por el presbítero don José Sopranis de Montesdeoca, con licencia del beneficiado don José María Ferrer Gómez; se le puso por nombre “Eduardo Francisco de Asís” y actuó como padrino el cura párroco de la villa de Santiago don Domingo Magdaleno Quintero…

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Granadilla de Abona-Güímar: Don Antonio Casanova Trujillo (1896-1930), guardia municipal interino de Santa Cruz de Tenerife, guardia municipal de Güímar en propiedad, inspector de la Guardia Municipal, agente ejecutivo de Pósitos y guardia urbano de primera, fallecido en plena juventud

De origen humilde, nuestro biografiado emigró muy joven para mejorar su fortuna, por lo que fue declarado prófugo del Ejército, presentándose a su regreso a las autoridades militares. Tras cumplir con sus obligaciones militares solicitó y obtuvo una plaza de guardia municipal de segunda interino en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife. Pero renunció a ésta al obtener una plaza de guardia municipal en propiedad en el Ayuntamiento de Güímar, donde con posterioridad fue nombrado, sucesivamente, inspector de la Guardia Municipal, agente ejecutivo de Pósitos y guardia urbano de 1ª en propiedad, empleo este último en el que le sorprendió la muerte en plena juventud y aún soltero.

Nació en la calle del Pino de Granadilla de Abona el 10 de junio de 1896, a las dos de la tarde, siendo hijo de doña Felicia Casanova Trujillo. El 7 de julio inmediato fue bautizado en la iglesia de San Antonio de Padua por el cura ecónomo don Juan Evangelista Pérez; se le puso por nombre “Antonio” y actuó como padrino don Juan Manzano, casado, natural y vecino de dicha localidad, siendo testigos don Pedro y don Isidro Álvarez Marrero, ministros de la parroquia…

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Las mejoras en los caminos vecinales de la Villa de Santiago del Teide, según una crónica publicada en El País en 1867

En este artículo nos centramos en la amplia crónica publicada en el periódico grancanario El País en el año 1867, dedicada a la villa tinerfeña de Santiago (luego denominada Santiago del Teide), a pesar de tratarse de un municipio pequeño de otra isla. En ella, se elogiaba a las autoridades municipales por la mejora realizada en el camino vecinal que llegaba a la entrada de la villa desde la parte sur de la isla. Además, el periódico reproducía el escrito enviado por un suscriptor que residía en dicho valle, aunque no era natural del mismo, quien también destacaba la labor realizada por el Ayuntamiento, tanto las mejoras en el aseo y limpieza de la población como en la composición y arreglo de los caminos vecinales. Entre éstos destacaba el ya mencionado de entrada al Valle desde el Sur, ya bastante avanzado, que además de facilitar el acceso al mismo libraba a los transeúntes que lo transitaban de peligros inminentes, sobre todo en el invierno, en que las aguas que discurrían por el barranco podían interrumpir el tránsito por el mismo, así como provocar graves daños, como la ruina de las casas colindantes; para ello se había tenido que rellenar un gran hoyo y construir un muro de sostén que resistiese las posibles avenidas de agua.

Asimismo, el mencionado suscriptor proponía que, una vez culminado dicho camino, se invirtiesen las siguientes prestaciones vecinales en acondicionar el otro camino principal, conocido por el camino “de los Cipreses”, que pasando junto al Valle de Arriba ponía en comunicación a dicha villa con los pueblos del Norte de la isla, pues las aguas invernales también desbordaban el barranco e impedían la comunicación, como le había ocurrido al párroco hacía un par de años, al tener que arriesgar su vida para cruzarlo sobre unos troncos de higuera colocados por los vecinos, con motivo de ir a impartir la Extremaunción a un enfermo, lo que pudo hacer gracias a su juventud; para su acondicionamiento se hacía necesario encajonar los grandes tomaderos que conducían las aguas a los viñedos, construir una pared paralela al cauce del barranco, y, profundizando la corriente, desviar el camino cosa de un metro hacia los terrenos colindantes, para lo cual el actual marqués de San Andrés, principal propietario de la jurisdicción, había ofrecido donar los terrenos que fuesen necesarios. Para que la propuesta se hiciese realidad, tanto el suscriptor como el editorialista del periódico, llamaban la atención del alcalde don Francisco González Barrios y del regidor don Agustín González de Córdoba, responsable de los caminos.

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Güímar: Don Pedro Alejandro Ramos Castro (1780-1831), tambor mayor profesional del Regimiento de Milicias Provinciales de Güímar

Nuestro biografiado continuó la profesión paterna e ingresó como tambor sencillo de “sueldo continuo” en una compañía del Regimiento de Milicias Provinciales de Güímar. Luego, tras la muerte de su padre, ascendió a tambor mayor de dicho cuerpo, empleo profesional con graduación y sueldo equivalente a un sargento 1º de Milicias, que formaba parte de la plana mayor; permaneció en él hasta su prematura muerte, a pesar de que no sabía escribir. Celebró dos enlaces y tuvo una amplia sucesión, continuando dos de sus hijos en el empleo de tambor militar.

Nació en Güímar el 26 de noviembre de 1780, siendo hijo del tambor mayor de Milicias don Andrés Agustín Ramos, natural del lugar de Tacoronte, y doña Antonia de Castro Márquez, que lo era del pueblo sureño. El 2 de diciembre inmediato fue bautizado en la iglesia de San Pedro por el beneficiado propio don Luis Ambrosio Fernández del Castillo; se le puso por nombre “Pedro Alejandro” y actuó como padrino don Martín de Aguiar, vecino de dicho lugar pero natural de Gran Canaria en la Villa de Guía…

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Adeje: Don José Antonio Hernández Montesino (1725-1772), factor de la Casa Fuerte, alcalde de ausencias y alcalde mayor de Adeje, cadete, subteniente y teniente capitán de Milicias

Miembro de una familia estrechamente vinculada al Marquesado de Adeje, nuestro biografiado fue nombrado factor de la Casa Fuerte, cargo bien remunerado, en función de la productividad obtenida, equivalente a un capataz encargado del cuidado de todo lo que albergaba la misma, que llevaba aparejado el de alcalde de ausencias de dicha villa. Luego fue nombrado alcalde mayor de Adeje, también nombrado por el administrador del Marqués y Conde de la Gomera. Posteriormente, al igual que varios ascendientes y descendientes, siguió la carrera militar, en la que ingresó como cadete, para ascender luego a subteniente y, finalmente, a teniente del Regimiento de Milicias Provinciales de Abona y Adeje. Pero su interesante trayectoria fue truncada por una prematura muerte.

Nació en el pago de Taucho (Adeje) el 21 de diciembre de 1725, siendo hijo del teniente capitán don José Hernández Montesino, natural de San Pedro de Daute (Garachico), y doña Mariana Francisca Hernández, que lo era de El Tanque y ambos vecinos de dicho pago. El 27 de ese mismo mes fue bautizado en la iglesia parroquial de Santa Úrsula de la villa de Adeje por el beneficiado propio don Melchor Alfonso Montesdeoca; se le puso por nombre “José Antonio” y actuó como padrino don Gaspar Alonso, vecino de El Tanque…

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Fundación y trayectoria de la Agrupación Socialista de Candelaria durante la II República (1931-1936)

Durante la II República española, el período democrático más parecido al actual que ha vivido este país, que en Canarias se extendió desde 1931 hasta 1936, el municipio de Candelaria sufrió una espectacular efervescencia política, social, cultural y deportiva. En sus inicios se fundó la Agrupación Socialista de Candelaria, a la que vamos a dedicar el presente artículo; fue el primer partido constituido en esta etapa, que se sumaba al Partido Republicano Tinerfeño, ya existente con anterioridad, y en años posteriores irían surgiendo otros.

El 15 de abril de 1931 se celebró en Candelaria con entusiasmo la proclamación el día anterior de la II República española, con la paralización del trabajo y una manifestación que recorrió las calles principales, enarbolando banderas tricolor. El 10 de junio inmediato se constituyó en esta localidad la primera Corporación municipal de esta etapa republicana, que había resultado elegida el mes anterior y que quedó constituida por siete republicanos y cuatro monárquicos, por lo tanto, sin presencia socialista. Por entonces, el afloramiento de agua en las galerías de este término había producido un rápido desarrollo agrícola, que atrajo hacia el municipio a un flujo de mano de obra jornalera desde distintos rincones de las islas, para trabajar sobre todo en el cultivo del tomate. Pero las condiciones no eran demasiado justas y los trabajadores eran explotados por los empresarios, como se desprende de un artículo publicado en La Tarde el 11 de dicho mes, titulado “El caciquismo en Candelaria”. Esa fue la chispa que motivó a un grupo de vecinos a fundar la “Agrupación Socialista Tinerfeña de Candelaria”, cuya comisión organizadora, compuesta por don Arturo Expósito Torres, don Francisco García Hernández, don Honorio García Navarro y don Adolfo Castellano Sabina, se reunió el 17 de dicho mes de junio para redactar el Reglamento por el que se habría de regir…

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