En la primavera de 1918, siendo vicario capitular en sede vacante de la Diócesis de Tenerife el Dr. don Santiago Beyro y Martín, por fallecimiento del obispo don Nicolás Rey Redondo, se dispuso la celebración de una Misión en las parroquias de San Miguel de Abona, Vilaflor de Chasna y Granadilla de Abona, que fue dirigida por el R. P. Cipriano Montero, del Inmaculado Corazón de María. Cinco años después, en abril de 1923, volviendo a asumir el cargo de vicario capitular de la Diócesis don Santiago Beyro, al estar ahora vacante la titularidad de la misma por traslado del obispo don Gabriel Llompart y Jaume, ordenó que se celebrase otra Santa Misión en tierras chasneras, concretamente en las parroquias de Arona, San Miguel de Abona, Vilaflor de Chasna y Granadilla de Abona. En este trabajo nos vamos a centrar en cómo tuvo lugar dicha Misión en esta última villa.
Con dicho motivo, la iglesia parroquial de San Antonio de Padua de Granadilla, regentada por don Esteban Hernández Ramos, fue convenientemente adornada e iluminada por las noches, siendo presidida por el Cristo de la Misericordia, que se colocó bajo dosel en el altar mayor. Duró doce días y, desde su inicio, asistieron muchos feligreses, tanto del casco como de los distintos núcleos de población del municipio, a los distintos actos llevados a cabo por los dos misioneros, el P. Meléndez y el P. Pallarés, ambos de la Congregación de San Vicente Paúl que tenía su sede en La Orotava; el primero fue el responsable de la Catequesis, mientras que el segundo lo fue de las confesiones, y ambos pronunciaron sermones en todos los actos. Se centró especialmente en los niños, que en elevado número asistieron a la Catequesis, la confesión y la renovación de las promesas del bautismo; asimismo, les enseñaron cánticos y pequeños discursos, que ellos mismos exponían por la noche.
De todos los actos,
destacaron los celebrados en los dos días principales. El primero fue el
domingo 8 de abril y consistió en la Fiesta de los Niños, con la comunión en la
mañana y la procesión de la Virgen del Carmen por la tarde, acompañada por
autoridades, banda de música y un gran número de fieles, en la que los niños
portaron las banderas y gallardetes. El segundo fue el domingo 15 de abril, en
que por la mañana se salió en procesión desde la parroquia hasta la cárcel del
partido, con el fin de llevar la comunión a los presos, a propuesta del juez de
Instrucción don Antonio Losada y Mazorra; a ese emotivo acto asistieron las
autoridades y numeroso público, ofreciéndosele luego un almuerzo a los
reclusos; y por la tarde recorrió las calles la procesión del Santísimo
Sacramento, considerada la más solemne celebrada hasta entonces en la villa,
pues fue acompañada por la banda de música y en su recorrido se colocaron
artísticos descansos, donde cantaron los niños y los Coros Eucarísticos,
mientras que desde las ventanas y los balcones, adornados con colgaduras,
flores y plantas, se arrojaban pétalos a su paso. En total se impartieron más
de 1.660 comuniones y el párroco-arcipreste de Granadilla quedó muy complacido
de esta Misión…
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