El Juzgado Municipal y el Registro Civil de Candelaria (1871-1945): jueces, fiscales y secretarios

Juzgado municipal-Candelaria     Hasta mediados del siglo XIX, los alcaldes ejercían como jueces de paz, celebrándose ante ellos los juicios de conciliación; pero en caso de ausencia o enfermedad, lo hacían en su lugar los tenientes de alcalde o los regidores, por orden de antigüedad. En 1856 se creó la figura del juez de paz, independiente de la Alcaldía. En diciembre de 1870 los jueces de paz se transformaron en jueces municipales; y en noviembre de 1945 volvieron a su antigua denominación de jueces de paz.

     En un artículo anterior ya nos ocupamos del primer Juzgado de Paz de Candelaria (1855-1870) y en éste vamos a recordar el Juzgado Municipal que sucedió al anterior. Éste se mantuvo durante 75 años, de 1871 a 1945, asumiendo la competencia del Registro Civil de la localidad, creado también en 1870, al igual que la nueva figura del fiscal municipal. Tuvo su primera sede en Barranco Hondo, de donde pasó a la cabecera municipal. En ese período existieron 10 jueces municipales titulares y 13 fiscales municipales, además de sus correspondientes suplentes, así como 37 secretarios (titulares, interinos, suplentes o accidentales), sin contar a numerosos “acompañados”. Es normal que muchos de los jueces y fiscales que alcanzaron la titularidad fuesen con anterioridad suplentes, pero llama la atención que varios de ellos ostentasen dos de dichos cargos, pues fueron jueces y fiscales, jueces y secretarios o fiscales y secretarios del Juzgado. También resulta llamativo que ninguna mujer desempeñase esos cargos…

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Candelaria: Don Luis Núñez Ramos (1835-1919), sargento 1º de Milicias, comandante de armas de Candelaria y Arafo, jurado judicial, concejal del Ayuntamiento y presidente de una mesa electoral

Luis Núñez Ramos     Nuestro biografiado cursó una modesta carrera militar, en la que fue ascendiendo desde soldado a cabo 1º, sargento 2º y sargento 1º de Milicias; con este último empleo desempeñó el cargo de comandante de armas de Candelaria y Arafo, al ser el militar de mayor graduación residente en ambos municipios. Luego sería jurado judicial, concejal del Ayuntamiento de Candelaria y presidente de la mesa electoral de la Sección segunda de dicho municipio. Toda su vida trabajó en la agricultura, tanto en su pueblo natal como en Santa Cruz de Tenerife, como labrador, jornalero y propietario.

     Nació en el pago de Barranco Hondo el 14 de noviembre de 1835, siendo hijo de don José Antonio Núñez del Castillo y Rodríguez del Castillo y de doña María Jacinta Ramos del Castillo y García, natural de La Victoria. Siete días después fue bautizado en la iglesia de Santa Ana de Candelaria por el presbítero don José Hernández, con licencia del cura párroco propio don Juan Núñez del Castillo; se le puso por nombre “Luis Ramón” y actuó como madrina doña Josefa Núñez, su tía paterna, de la misma naturaleza y vecindad. Creció en el seno de una familia más o menos acomodada y de notable prestigio en el municipio, conocida como “Los Curas”…

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El Beneficio del Valle de Güímar, primera Parroquia comarcal con sede en Candelaria (1539-1630)

Primer Beneficio Güímar     En el presente trabajo vamos a recordar los orígenes parroquiales del Valle de Güímar, con la creación en 1533 del “Medio Beneficio Curado Perpetuo de Güímar”, la primera Parroquia de la comarca, hace casi cinco siglos. A pesar de llevar dicho nombre, esa primera Parroquia comarcal tuvo su primera sede en Candelaria, que por entonces era el pueblo más importante del Valle. A partir de ella, surgieron todas las parroquias que hoy existen en el Sureste de Tenerife, desde Candelaria hasta Fasnia.

    Esa primitiva Parroquia o Beneficio comenzó a regir en 1539, estableciéndose inicialmente en el Santuario de la Virgen, lo que dio lugar a enfrentamientos entre el clero secular y el regular, pues desde hacía nueve años los dominicos estaban a cargo del cuidado de la Virgen. Tras lograrse un convenio con éstos, la parroquia pasó en 1543 a la Cueva de San Blas, donde permaneció hasta 1580, en que se abrió al culto la iglesia de Santa Ana, construida ex profeso para albergar el Beneficio comarcal; y en este templo continuó hasta 1630, en que se trasladó a la iglesia de San Pedro Apóstol de Güímar, tras haber permanecido durante casi un siglo en Candelaria…

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Candelaria: Fray Domingo Rodríguez Hernández (1789-?), presentado dominico, profesor, prior de los conventos de Santa Cruz y Candelaria, sacerdote exclaustrado y emigrante

Candelaria antigua-8     Nuestro biografiado vino al mundo en el mismo año en el que fue destruido por un incendio el Convento de la Orden de Predicadores de Candelaria, en el que, una vez reconstruido, estudiaría y profesaría. Siendo ya religioso dominico, se ordenó de sacerdote y desempeñó numerosos cargos: lector (profesor) en Artes y maestro de estudiantes en el Convento-colegio de La Laguna; prior del Convento dominico de Santa Cruz de Tenerife, en el que también ejerció como lector habitual de Teología, lector para los casos de Conciencia y misionero del Santísimo Rosario; confesor mariano para los conventos de la isla de La Palma; y prior del Convento Real de Candelaria. Ostentaba este último cargo en el momento de su cierre, por lo que se enfrentó con el comisionado del Gobierno que vino a incautarse de sus bienes, al que llamó ladrón. Además, obtuvo el título de Presentado “a título lectionis” y actuó como cura encargado de la parroquia de Santa Ana de Candelaria. Con motivo de la Desamortización fue exclaustrado y obtuvo la secularización. Posteriormente fue destinado a Tegueste, residió en Candelaria y La Orotava, y emigró a América, donde se perdió su pista.

     Nació en Candelaria el 4 de agosto de 1789, siendo hijo de don José Rodríguez Fariña, natural de la misma localidad, y de doña María Lorenza Hernández Montano, que lo era de Arafo. Seis días después fue bautizado en la iglesia de Santa Ana por don Agustín Tomás de Torres, cura teniente del beneficiado; se le puso por nombre “Domingo José” y actuó como padrino don José Vizcaíno, mozo y vecino del citado pueblo de Arafo. Curiosamente, sólo habían transcurrido seis meses desde que la antigua Basílica y el Convento dominico de Candelaria habían sido destruidos por un incendio…

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Artículo-FRAY DOMINGO RODRÍGUEZ HERNÁNDEZ

El Juzgado de Paz de Candelaria en su primera etapa (1855-1870)

Candelaria-panorámica antigua (CFIT)     En Candelaria, al igual que en los restantes municipios de España, hasta mediados del siglo XIX los juicios verbales de faltas se celebraban ante el alcalde de la localidad o el teniente de alcalde en el que aquel delegase, así como ante el alcalde de mar. Pero en 1855, la Legislación española separó la autoridad civil de la judicial, al crear la figura independiente del “Juez de paz”. Afortunadamente, conocemos todos los jueces que ha tenido la jurisdicción de Candelaria desde 1856 hasta hoy, aunque esta figura ha sufrido algunos cambios en este municipio a lo largo del tiempo, pues primero fueron jueces de paz (1856-1870), luego jueces municipales (1871-1945) y de nuevo jueces de paz, desde 1945 hasta el presente. En este artículo solo nos vamos a ocupar del Juzgado de Paz en su primera época, centrándonos en la creación de la figura del juez de paz, en la relación de las personas que desempeñaron dicho cargo en Candelaria, tanto titulares como suplentes, y en los escasos secretarios que conocemos de esa etapa.

    En esta primera etapa (1855-1870) solo existieron ocho jueces de paz titulares, pues aunque en una etapa llegaron a coincidir tres de ellos, otros dos ocuparon el cargo en dos períodos distintos. Los conocemos gracias a que la mayoría de los nombramientos se recogían en el Boletín Oficial de la Provincia de Canarias. El récord de permanencia al frente del Juzgado lo ostentó don Manuel Cruz Marrero, con más de 5 años y medio como juez titular (en dos etapas), seguido por don Juan Agustín del Castillo (4 años consecutivos como titular), don Francisco Martín (3 años como titular y 6 como suplente, en distintas etapas), don Juan Amaro del Castillo (3 años como titular y 1,5 como suplente) y don Juan Rafael Rodríguez (2 años como titular y otros 2 como suplente). Con respecto al lugar de nacimiento, por lo menos uno de los jueces suplentes no nació en el municipio de Candelaria: don Antonio Ramos del Castillo (natural de La Victoria de Acentejo); pero creemos que otro suplente, don Manuel Gil, tampoco era natural de Candelaria. En cuanto a secretarios del Juzgado, de momento solo conocemos dos: don José María de Agreda y don José Pérez Fresneda

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Candelaria-Arico: Don Vicente Rosa Rodríguez Sabina (1735-1813), sacristán mayor, sochantre, notario público eclesiástico, perito medidor y fiel de fechos de los Ayuntamientos y de la Alhóndiga

Vicente Rosa Rodríguez    Este polifacético personaje estuvo estrechamente ligado a las parroquias de Candelaria y Arico, en las que ejerció como notario público eclesiástico; asimismo, en la primera fue redactor de testamentos y sacristán mayor, mientras que en la segunda ocupó el empleo de sochantre-organista. Además, su dominio de la lectura y la escritura le permitió actuar como fiel de fechos (secretario) de los ayuntamientos de ambas localidades. Establecido definitivamente en su pueblo natal, también ejerció en él como perito medidor

     Nació en el lugar de Candelaria el 30 de agosto de 1735, siendo hijo de don Pedro Rodríguez Sabina “El Menor” y de doña Isabel Rodríguez (o González) de Barrios. El cuatro de septiembre inmediato fue bautizado en la iglesia de Santa Ana por fray José Melián, director del Santísimo Rosario y teniente de dicha parroquia; se le puso por nombre “Vicente de la Rosa” y actuó como padrino don Juan Rodríguez Bencomo, vecino del pago de Arafo. Fue conocido indistintamente como “Vicente Rodríguez Sabina” o “Vicente Rosa Rodríguez”…

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Artículo-VICENTE ROSA RODRÍGUEZ SABINA

La difícil detención de dos milicianos desertores de Igueste de Candelaria en 1806

Foto 2B-Vista Igueste (Garabote 1939)     El presente artículo, dedicado a un caso concreto que ocurrió en Candelaria en 1806, solo pretende poner de manifiesto la férrea legislación que se aplicaba a los desertores de las Milicias Canarias, los cuales eran perseguidos, detenidos y encarcelados. También se desprende de este caso la dificultad que ofrecía su detención, pues los fugados eran protegidos por familiares y amigos, que en algunos casos también eran detenidos por auxiliarlos.

     En 1806 se vivió uno de los momentos más tensos de la historia de Igueste, al ordenarse la detención de dos milicianos de dicho pueblo, don Lorenzo Batista y don Manuel Núñez, ambos casados y con hijos, que no querían incorporarse a la Columna de Granaderos y Cazadores Provinciales de Tenerife a la que habían sido destinados, huyendo hacia el monte de la localidad. En cumplimiento de lo dispuesto, la partida militar fue a la búsqueda y captura de los desertores, pero como inicialmente no los pudieron capturar detuvieron a las dos hermanas de uno de ellos que los socorrían, las cuales enseguida fueron puestas en libertad. Como comisionado para dicha actuación se nombró a un vecino del mismo pueblo, don Francisco Ángel Pérez, a quien se prometía reconocimiento y premio por su actuación; éste sugirió a sus superiores que también se debía detener a otro hermano que les llevaba el sustento al monte, a la vez que advertía de que los prófugos habían amenazado de muerte tanto a él como a cualquiera que los fuese a apresar, por lo que si se le acercaban tiraría a matar…

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Candelaria: Don Juan González y González (1885-1938), pescador, emigrante, alguacil y primer guardia municipal de Candelaria

Juan González González     Como la mayoría de sus paisanos del casco de Candelaria, don Juan se dedicó inicialmente a la pesca, para luego emigrar en tres ocasiones a Cuba. Tras su regreso definitivo, obtuvo la plaza de alguacil de la alcaldía y luego pasó a ocupar la de guardia municipal, el primero con el que contó este municipio. Destituido arbitrariamente por el Ayuntamiento, el recurso que presentó le hizo recuperar su plaza, en la que ya permaneció en propiedad hasta su prematura muerte, tras casi once años como responsable del orden público en el municipio.

     Nació en Candelaria el 4 de agosto de 1885, a las diez de la mañana, siendo hijo de don Antonio González Marrero y doña Elisa González. Seis días después fue bautizado en la iglesia de Santa Ana por el beneficiado propio don Antonio de la Barreda y Payva; se le puso por nombre “Juan Esteban” y actuó como padrino don Manuel Hernández Marrero, siendo testigos don Isidro Delgado y don Francisco Asís Delgado, naturales y vecinos de la misma población…

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Artículo-JUAN GONZÁLEZ GONZÁLEZ

El tradicional Baile de Magos y Pescadores de las Fiestas Patronales en honor de Santa Ana en la Villa de Candelaria

Baile de magos-programa 2012     En Candelaria siempre ha existido una gran afición por el folclore canario y los bailes de magos. Como ejemplo de ello, en abril de 1936 ya se celebró un “baile típico regional” en el cine, que por entonces regentaba don Ángel Alonso Medina, y el 23 de mayo de 1953 se hizo otro en el Casino de la localidad.

     Con motivo de las fiestas de Santa Ana, estos bailes se comenzaron a celebrar en los años cuarenta en los salones de don Sixto Machado. Luego, en los años cincuenta y sesenta se celebraban en el Cine de Candelaria. En 1960 y 1974, el baile de magos aún no figuraba en el programa de las fiestas patronales, pero en ese último año, el día 25 a las diez de la noche, la plaza de Santa Ana acogió una “Gran Fiesta de Exaltación Regional, en la que actuarán, entre otros, el Trío “Acaymo” y el Grupo Folklórico de San Andrés”. Poco después, en 1976, el baile de magos ya se incluía en el programa como un número destacado de las fiestas, que se celebraba en la mencionada plaza, donde ha permanecido hasta el presente: “Martes, 27.- 22,00. – Verbena típica regional en la plaza de Santa Ana, amenizada por la orquesta “Columbia” de Barranco Hondo de Candelaria. Actuará asimismo en dicha fiesta el grupo folklórico de la Sección Femenina de Tegueste”. Desde entonces, nunca ha dejado de figurar en la programación de las fiestas de Santa Ana, como uno de sus principales actos, celebrado siempre en dicho recinto y hasta “altas horas de la madrugada” o “hasta el amanecer”.

     En 1976, este acto se anunciaba en el programa como “Verbena típica regional”; en 1980, como “Gran Baile típico regional”; y en 1984, como “Gran Baile típico canario”. En 1987 ya se le daba el carácter “tradicional” y el nombre de “Gran baile de magos y de pescadores”; de 1989 a 1999 se mantuvo casi igual, con la eliminación de una preposición, como “Gran Baile de Magos y Pescadores”; en 2000 se incluyó solo como “Baile de Magos”; a partir de 2001, como “Baile de Magos y Pescadores”; a partir de 2008, como “Cena romera y Baile popular de Magos y Pescadores”; y desde 2013 hasta el presente se ha vuelto a denominar “Baile de Magos y Pescadores”…

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Artículo-BAILE DE MAGOS Y PESCADORES

Candelaria: Fray Andrés Manuel Delgado (1736-1822), fraile lego dominico

Foto 4A-Convento de Candelaria     Hasta el momento, solo conocemos a tres arayeros que hayan seguido la vida religiosa. El más antiguo fue fray Andrés Manuel Delgado, fraile lego dominico. Los dos más recientes, de los que ya nos hemos ocupado en sendos artículos, han sido: la religiosa dominica misionera sor María Candelaria Torres Ramos y el sacerdote don José Antonio Baute Chico. Este artículo está dedicado al primero de ellos, quien profesó en el Convento dominico de Candelaria, en el que permaneció como hermano converso durante casi toda su larga vida, salvo una corta estancia en el Convento dominico de Güímar y el último año, en que se vio obligado a abandonar el Convento Real y secularizarse, a causa de su clausura con motivo de la primera desamortización.

     Nuestro biografiado nació en el pago de Araya el 28 de noviembre de 1736, siendo hijo de don Luis Manuel Delgado Díaz (o Díaz Delgado) y doña Catalina Hernández Rodríguez. El 1 de diciembre inmediato fue bautizado en la iglesia de Santa Ana de Candelaria por fray Miguel de Salas, por ausencia del teniente servidor fray José Melián, y actuó como padrino don Francisco Agustín de Valladares, vecino de La Orotava. Al igual que su padre, a lo largo de su vida usó a veces el Díaz como primer apellido…

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Artículo-FRAY ANDRÉS MANUEL DELGADO