La jurisdicción de Candelaria según el padrón vecinal de 1779, que incluía al actual municipio de Arafo

Candelaria-Arafo-1779    Desde el siglo XVI hasta el XVIII, la mayor parte del Sureste de Tenerife formaba una única entidad religiosa, militar y política, que incluía a los actuales municipios de Candelaria, Arafo, Güímar y Fasnia. En 1723 se redujo, al segregarse Fasnia para unirse a Arico. Luego, hacia 1770, Candelaria y Arafo se segregaron de Güímar, integrándose bajo una misma Alcaldía. Finalmente, en 1798 se segregó Arafo, quedando el término de Candelaria reducido a sus límites actuales. Por ello, según el “Padron general del vecindario del Lugar de Candelaria, con especificación de sexos, estado y ocupaciones, oficios y ejercicios conforme a Rs. Ordenes, año de 1779”, que se conserva en el archivo de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de La Laguna, fechado el 28 de septiembre de 1779 y firmado por don Bernardo Marrero, alcalde real y notario público eclesiástico de Candelaria: “La juridicion deste Lugr. tendra dos Leguas y media de territorio, por el naciente confina con la mar, por el poniente con la cunbre, por el Norte con la juridicion de la ciudad de la Laguna, y por el Sul, con la juridicion de Guimar”. Por lo tanto, como se aprecia en sus límites, incluía a los actuales términos municipales de Candelaria y Arafo. La población total de la amplio jurisdicción ascendía por entonces a 1.451 habitantes, agrupados en 389 vecinos o familias, que se repartían en siete núcleos de población, que de mayor a menor eran los siguientes: Arafo (136 familias), Candelaria (91 familias), Igueste (73 familias), Barranco Hondo (44 familias), Araya (24 familias), Cuevecitas (14 familias) y Malpaís (5 familias).

    Los hombres de la cabecera municipal se dedicaban, sobre todo, a las actividades relacionadas con el mar, mientras que los del resto de núcleos de población se ocupaban, mayoritariamente, en las labores agrícolas y ganaderas. Por su parte, las mujeres, además de atender las labores de la casa y cuidar de la educación de sus hijos, se dedicaban a la alfarería en Candelaria, aunque también hilaban, y a la artesanía textil (hilar, tejer y coser) en los demás núcleos de medianías. En cuanto a la situación económica, solo una familia vivía bien, a dos les iba razonablemente, a 115 regular y a 5 medio regular, la mayoría de las restantes vivía pobremente. Con respecto a la instrucción, solo 35 personas sabían leer y escribir (30 hombres y 5 mujeres) y 13 tan solo leer (4 hombres y 9 mujeres); además, en todo el término solo existe constancia de que un hombre supiese contar, 5 niños estudiaban y otros 24 acudían a la escuela de Candelaria…

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