Arafo: Don Juan de Torres Marrero y Bencomo (1651-1736), propietario agrícola, alférez y capitán de Milicias y vecino más prestigioso de Arafo en su época

Como propietario agrícola, nuestro biografiado gozó de una posición económica bastante desahogada, que luego mantuvo toda su descendencia. Pero su mayor prestigio lo alcanzó con la carrera militar, al igual que algunos de sus antepasados, pues fue alférez y luego capitán del Tercio y posterior Regimiento de Milicias del Valle de Güímar, empleo este último con el que llegó a ser el militar de mayor graduación residente por entonces en Arafo, lo que le permitió ser el vecino más prestigioso de dicha localidad en su época. Por ello, probablemente tuvo mucho que ver en la construcción de la ermita de San Juan Degollado en 1678 y, sobre todo, en la reconstrucción de dicha localidad tras su destrucción parcial por las coladas de la erupción volcánica de 1706. También perteneció a todas las Cofradías de la parroquia de Candelaria. Vivió siempre en su pueblo natal, donde dejó una numerosa y destacada sucesión, que se extendió por el Valle de Güímar, constituyéndose en una de las sagas más ilustres del mismo.

Nació en Arafo hacia 1651, siendo hijo de don Juan de Torres Fariña y doña Beatriz Marrero, vecinos de dicho pueblo y casados en la iglesia de San Pedro Apóstol de Güímar en 1642. De momento no hemos podido localizar su partida de bautismo, pero deducimos el año de su nacimiento por los que sí están documentados de sus hermanas. Pero sí sabemos que fue apadrinado por su pariente don Juan Bautista de Guzmán Bencomo, “procurador de Causas y notario de Cruzada” de La Laguna…

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Las antiguas dependencias de la parroquia de San Joaquín de Fasnia, su descripción y la del término municipal a mediados del siglo XIX, por el Dr. Agustín Díaz Núñez

El sacerdote güimarero don Agustín Díaz Núñez, que fue beneficiado propio de Güímar y vicario-arcipreste del Sur de Tenerife, trabajó intensamente en los archivos parroquiales y dio a la luz cuatro publicaciones, en dos de las cuales se ocupó de la parroquia y del término municipal de Fasnia, en sendos capítulos. En este artículo nos vamos a centrar en esas reseñas históricas, con sus respectivas descripciones, ambas de mediados del siglo XIX, una de 1850 y otra de 1865.

En su libro “Noticia de la Iglesia parroquial matriz del Apóstol San Pedro, Beneficio curado y Vicaría foránea de Güímar”, publicado en 1850, don Agustín estudió las distintas parroquias de su Vicaría, destacando en la de Fasnia cómo se produjo la segregación parroquial y recalcando, sobre todo, su dependencia de Güímar, que era una de sus mayores obsesiones, apoyándose en el expediente elaborado para declararla como hijuela de esa parroquia; solo al final señala sus límites. En 1865, poco antes de su muerte, el mismo Dr. Díaz Núñez, en su interesante libro “Memoria cronológica del establecimiento, propagación y permanencia de la religión Católica Apostólica Romana en Islas Canarias”, reiteró nuevamente los argumentos en que se apoyó para lograr la confirmación de la matriz y mantener las prerrogativas del Beneficio de Güímar sobre la parroquia de Fasnia, aunque todavía más documentados; para ello, analizó nuevamente, de forma exhaustiva, la antigua dependencia de la jurisdicción y el pleito por ella entre las parroquias de Arico y Güímar, la elevación de su ermita a parroquia y el reconocimiento de la de Güímar como matriz; luego describió la parroquia de San Joaquín, así como los aspectos generales de toda su jurisdicción: el templo parroquial, los pagos, los servicios públicos, la producción del término y sus límites.

El autor, don Agustín Díaz Núñez (1796-1866), fue una de las personalidades más influyentes del clero tinerfeño de su época. Fue Bachiller, Licenciado y Doctor en Sagrada Teología, examinador sinodal, juez en las oposiciones a parroquias vacantes, orador sagrado y escritor. Desempeñó los cargos de capellán y confesor de monjas del Monasterio de Santa Catalina de Sena de La Laguna, mayordomo de fábrica y beneficiado curado propio de la parroquia de San Pedro Apóstol de su Güímar natal, comisionado en pleitos ante el Tribunal de Espolios y Vacantes del Obispado, primer vicario eclesiástico del Sur de Tenerife, luego transformado en el primer arcipreste juez eclesiástico de Güímar y su partido, miembro de la Junta Municipal de Sanidad y de la Junta Municipal de Beneficencia, vocal-secretario de la Comisión Local de Instrucción Primaria, cofundador de la primera banda de música de dicha localidad y mayordomo de la Virgen del Socorro. Publicó cuatro otras religiosas, dos de carácter histórico y de considerable extensión e interés, que ya hemos mencionado, y otras dos más modestas, aunque no por ello menos valiosas, una oración fúnebre y una novena. Después de su muerte, el Ayuntamiento de su villa natal dio su nombre a la calle en la que nació y vivió, en reconocimiento a sus excepcionales méritos personales…

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Güímar-Candelaria: Fray Antonio Abad Cruz (1760-1843), sacerdote, lector, predicador general y presentado de la Orden de Predicadores, destacado orador y prior de los conventos dominicos de Güímar, Santa Cruz de Tenerife y Candelaria

Muchos fueron los religiosos que pasaron por los Conventos dominicos de Candelaria y Güímar durante los siglos de su existencia. Algunos sólo permanecieron en ellos unos cortos períodos, pero otros prolongaron su estancia durante varias décadas, incluso hasta su muerte o hasta la extinción de dichas comunidades. Este fue el caso del gomero fray Antonio Abad Cruz, quien ingresó en la orden dominica en el convento de Hermigua, su pueblo natal, en el que profesó. Tras ordenarse de presbítero, pasó a Tenerife, donde transcurrió el resto de su vida. Inicialmente perteneció a la comunidad dominica de Candelaria durante 10 años, en los que desempeñó los cargos de depositario y director del Santísimo Rosario. Pasó luego al Convento de Güímar, donde residió otros 13 años, cuatro de ellos como prior; en esta localidad recibió el título de Predicador General y actuó como notario público. Posteriormente se trasladó, también como prior, al Convento de la Consolación de Santa Cruz de Tenerife, en el que además se le nombró misionero del Santísimo Rosario y lector “para los casos de conciencia”; en ese período recibió el título de Presentado de su Orden. Durante su secularización, con motivo de la primera Desamortización de los conventos, residió en la capital y en Güímar y, tras ella, se reintegró a la Orden de Predicadores y fue morador del Convento de esta última localidad, así como prior y lector del de Candelaria durante seis años. Después de la segunda Desamortización y de su secularización definitiva se estableció en Güímar, donde falleció.

Nació en el valle de Hermigua (La Gomera) hacia 1760, siendo hijo de don Gaspar de la Cruz Rodríguez y doña Antonia de la Cámara y Noda, naturales y vecinos de dicho lugar; recibió el bautismo en la iglesia parroquial de Ntra. Sra. de la Encarnación y se le puso por nombre “Antonio Abad” …

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Arona-Vilaflor de Chasna: Don José Perera de Sarabia (1677-1734), escribano público de Vilaflor de Chasna y tronco de una destacada familia

Natural de La Victoria de Acentejo, nuestro biografiado se estableció en Vilaflor de Chasna al ser nombrado escribano público de la extensa comarca de Abona-Adeje, que abarcaba por entonces a los actuales municipios de Vilaflor de Chasna, Adeje, Arona, San Miguel de Abona, Granadilla de Abona y Arico; y ejerció dicho empleo durante 24 años, hasta su muerte. Contrajo matrimonio en Vilaflor con doña María Matías Borges, miembro de una destacada familia local de militares, alcaldes y propietarios agrícolas; fijaron su residencia en el Valle de San Lorenzo, donde ambos fallecieron. Gozaron de una desahogada posición económica y dejaron una descendencia que daría lugar a una de las sagas más distinguidas del actual municipio de Arona.

Nació en La Victoria hacia 1677, siendo hijo de don Juan Simón Pérez Morcón y doña Victoria de los Santos Perera de Sarabia, casados en dicho pueblo el 10 de mayo de 1672. Recibió el bautismo en la iglesia de Ntra. Sra. de la Encarnación de dicho lugar. Fue el tercero de cinco hermanos, siendo los restantes: doña Juana Díaz de los Santos, casada en 1704 con don Agustín Ferrera Rodríguez, natural de La Orotava y oriundo de El Hierro por su padre, con sucesión; doña María; don Juan; y don Simón. Fueron sus abuelos paternos: don Simón Pérez Morcón y doña Juana Díaz, naturales de La Victoria, donde contrajeron matrimonio el 3 de octubre de 1644; y los maternos: don Juan Perera, natural de Madeira, y doña Juana Sarabia, nieta del asturiano don Juan de Sarabia, casados en La Victoria el 3 de noviembre de 1632…

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Candelaria: Don Adolfo Rodríguez Castro (1911-1951), electricista, soldado de Ingenieros, actor aficionado, vocal del Casino de Candelaria y cabo 1º de la Guardia Civil, fallecido en plena juventud

Tras cursar los estudios primarios, nuestro biografiado comenzó a trabajar como electricista en la planta eléctrica de su padre, que suministraba el alumbrado del pueblo de Candelaria. Luego prestó el servicio militar como soldado de Ingenieros en Santa Cruz de Tenerife. Después de licenciado continuó dedicado a su profesión, a la vez que se integró en la vida social de su localidad natal, pues actuó como actor aficionado en una velada celebrada en el Cine local y fue elegido vocal del Casino de Candelaria. Tras el inicio de la Guerra Civil, se incorporó como guardia 2º de Infantería al cuerpo de la Guardia Civil, aunque no estuvo en el frente, sino destinado en los puestos de Hermigua y Santa Cruz de Tenerife, en este último adscrito a la plana mayor del Tercio. Luego, tras los exámenes correspondientes, se le declaró apto para el ascenso a cabo y continuó destinado en el Puesto de Santa Cruz, pasando a prestar sus servicios a la Oficina de Información del Tercio. Una vez superado el correspondiente curso ascendió a cabo de la Guardia Civil y fue destinado a la Sección de Tenerife; por entonces contrajo matrimonio en la capital tinerfeña. Luego ascendió por antigüedad a cabo 1º y, como tal, quedó adscrito al Servicio de Información del Tercio en la Comandancia de Tenerife, destino en el que le sorprendió la muerte cuando aún no había cumplido los 40 años de edad, más de 15 de ellos en la Guardia Civil. Se truncaba así la que podía haber sido una destacada carrera militar.

Nació en Candelaria el 11 de noviembre de 1911, siendo hijo de don Víctor Rodríguez Cruz y doña María Candelaria Castro Fariña. El 31 de marzo de 1912 fue bautizado en la iglesia de Ntra. Sra. de Santa Ana por el cura párroco don José Trujillo y Trujillo; se le puso por nombre “Adolfo Martín” y actuó como padrino don Esteban Higuera, de la misma naturaleza y vecindad…

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Santiago del Teide y Masca en 1929, según el artículo “Por la isla / Lugares de Tenerife, abandonados” del periodista, maestro, sindicalista y político de izquierdas don Florencio Sosa Acevedo

El 3 de agosto de 1929, el periodista don Florencio Sosa Acevedo publicó en La Prensa un artículo sobre “Lugares de Tenerife, abandonados”, en el que, saliendo de Buenavista del Norte, se fue deteniendo en la descripción de El Palmar, Masca, Valle de Santiago, Teno Alto y Punta de Teno, en todos los cuales lamentaba su aislamiento y su estado de abandono, la falta de buenas comunicaciones, la tardía dotación de escuelas, la incompleta red telefónica, etc. En este artículo vamos a estudiar el análisis que hizo de la situación social en el pago de Masca y en el término municipal de Santiago del Teide, en los que también destacaba lo mal comunicados que estaban y la lucha vecinal por irlos dotando de los servicios básicos: carreteras de acceso, escuelas, locutorios telefónicos, etc.

El autor de este interesante artículo, don Florencio Sosa Acevedo, nacido en el Puerto de la Cruz y fallecido en Sevilla, era una de las personalidades más destacadas de Tenerife en su época. Fue seminarista, maestro, periodista y librero; secretario y presidente de la Sociedad de Instrucción y Recreo “Valle de Taoro” del barrio de La Dehesa; miembro del Partido Socialista y luego del Partido Comunista; alcalde del Puerto de la Cruz; sindicalista y líder del movimiento obrero; diputado a Cortes por el Frente Popular; miembro de la Comisión Gestora del Museo del Prado y del “Frente Antifascista de Canarias”; representante por Canarias y responsable de relaciones con las autoridades republicanas de la dirección clandestina del PCE; y miembro del Comité de Evacuación que negoció la salida de refugiados del puerto de Alicante. Por su actividad sindical, en 1934 estuvo desterrado durante unos meses en El Hierro y después de la Guerra Civil fue detenido, juzgado y condenado a muerte, pasando cuatro años en prisión. Luego se estableció en Alicante, alejado de la vida política y sindical, volcado en una empresa de comercialización de frutos de Canarias en la Península…

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Granadilla de Abona: Don Francisco Frías Rodríguez (1897‑1970), abogado, propietario, letrado honorario del Ayuntamiento, cabo de Artillería, secretario fundador de la Sociedad “Unión y Recreo”, consejero del Cabildo, presidente del Comité local de Unión Patriótica, concejal republicano de Granadilla y delegado provincial de Justicia y Derecho de Falange

Miembro de una destacada familia de Granadilla de Abona, nuestro biografiado obtuvo en La Laguna el título de Bachiller y, posteriormente, el de Licenciado en Derecho. Se colegió y ejerció como abogado, así como letrado honorario del Ayuntamiento, aunque se dedicó sobre todo al cuidado de sus propiedades agrícolas. También prestó el servicio militar, en el que ostentó el empleo de cabo de Artillería. Además, tuvo una intensa vida social y política, pues fue cofundador y primer secretario de la Sociedad “Unión y Recreo”, actor aficionado, aspirante a juez municipal, consejero del Cabildo de Tenerife, accionista de la “Sociedad de riego de la costa de Granadilla”, presidente del Comité local de “Unión Patriótica” en el partido judicial, somatenista, asambleísta y concejal republicano del Ayuntamiento de Granadilla en dos etapas, falangista y delegado provincial de Justicia y Derecho de Falange. Contrajo matrimonio en Arico el Nuevo con doña María Peraza Hernández, miembro de una destacada familia local, y falleció en Santa Cruz de Tenerife, sin sucesión.

Nació en Granadilla de Abona el 1 de abril de 1897, a las tres y media de la madrugada, siendo hijo de don Antonio Frías Pomar, de la misma naturaleza, y doña María Rodríguez y Pomar, nacida en Arico. Tres días después recibió el bautismo en la iglesia parroquial de San Antonio de Padua, de manos del cura párroco don Juan Evangelista Pérez; se le puso por nombre “Francisco José Teodoro” y actuó como madrina su tía abuela doña Cristina Pomar Rodríguez, de la misma naturaleza y vecindad…

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Arico: Don Leonardo Delgado Martín (1842-1902), cabo 2º de Milicias, sargento 2º de Infantería condecorado por méritos en la Guerra de Cuba, guardia 1º y cabo 2º de la Guardia Provincial y guardia municipal sereno de Santa Cruz de Tenerife

Nuestro biografiado abandonó Arico al quedar huérfano y se estableció en Santa Cruz de Tenerife, donde trabajó como jornalero agrícola. En su juventud ingresó en las Milicias Canarias como soldado enganchado en el Batallón Ligero Provisional de Canarias, de guarnición en Santa Cruz de Tenerife, obteniendo una Cruz del Mérito Militar; luego se reenganchó como sustituto en el Batallón Provincial de Las Palmas, aunque estuvo la mayor parte del tiempo en el anterior Batallón. Luego, siendo ya cabo 2º, pasó voluntariamente al Ejército de Cuba, con el empleo de cabo 1º, y en dicha isla, por méritos de guerra se le concedieron tres grados de sargento 2º y este empleo de Infantería, así como la Medalla de Cuba con dos pasadores y una Cruz Roja del Mérito Militar con pensión vitalicia. Después de licenciado se incorporó a la Guardia Provincial de Canarias, como guardia de 1ª y estuvo destinado en el Puesto de Santa Cruz de Tenerife; tras ascender a cabo 2º de dicho cuerpo ejerció como comandante del puesto de Güímar, aunque también estuvo destinado en el puesto de la capital y en el puesto de San Joaquín. Licenciado de nuevo, se reenganchó en la Guardia Provincial, estando destinado como guardia de 1ª en el Puesto fijo de La Laguna, obteniendo su retiro con sueldo, tras haber servido durante casi 27 años en el Ejército, más de 14 de ellos en la Guardia Provincial. Después de retirado ocupó una plaza de guardia municipal sereno de Santa Cruz de Tenerife, en el que permaneció hasta su prematura muerte.

Nació en el pago de Arico el Nuevo el 19 de noviembre de 1842, siendo hijo de don Juan Delgado Magdalena y doña Ana Martín Delgado. Cinco días después fue bautizado en la iglesia de San Juan Bautista por el cura párroco don José Pérez; se le puso por nombre “Leonardo Isabel del Sacramento” y actuó como madrina doña Isabel Cano Mena, de la misma naturaleza y vecindad. El párroco dejó de asentar la partida, por lo que el 2 de agosto de 1865 tuvo que hacerlo su sucesor don Antonio Martín Bautista, atendiendo lo ordenado por el gobernador eclesiástico del Obispado…

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Güímar: Don José Campos Benítez (1808-1872), sochantre organista y notario público eclesiástico de la parroquia de San Pedro, regidor y 2º teniente de alcalde del Ayuntamiento, juez de paz suplente, secretario del Juzgado de Paz, propietario agrícola y secretario escrutador de la mesa electoral

Uno de los personajes más significados del siglo XIX en la vida social de Güímar fue don José Antonio Campos Benítez, a pesar de su origen modesto, pues estuvo fuertemente vinculado a la parroquia, al ayuntamiento y al juzgado de dicha localidad. Fue desde su juventud, y durante muchos años, sochantre-organista y notario público eclesiástico de la parroquia de San Pedro, aunque también ejerció el segundo empleo en Arafo; regidor 1º, 2º teniente alcalde y regidor decano del Ayuntamiento, así como secretario interino de la Comisión Pericial; y hombre bueno en juicios, juez de paz suplente y secretario del Juzgado de Paz de la misma localidad. Además, como propietario agrícola, fue elector contribuyente, secretario escrutador de mesa electoral y uno de los mayores contribuyentes del término. Enlazó por matrimonio con una notable familia local y tuvo una sucesión amplia y destacada.

Nació en Güímar el 24 de septiembre de 1808, siendo hijo de doña Josefa Campos Benítez. Al día siguiente fue bautizado en la iglesia parroquial matriz del Apóstol San Pedro por el presbítero don José Bernardo Carrillo, teniente del beneficiado don Florentín Núñez y Torres; se le puso por nombre “José Antonio de las Mercedes” y actuó como madrina doña Josefa de Cejas…

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Adeje-Granadilla de Abona-Arona-Vilaflor de Chasna: Don Bartolomé Alfonso Montesdeoca (1679-1761), alférez de Milicias, emigrante a América, alcalde real de Vilaflor de Chasna y hermano de la Hermandad del Rosario de la parroquia de San Pedro

Miembro de una familia adejera, distinguida y acomodada, al igual que muchos de sus parientes nuestro biografiado siguió la carrera militar en el Regimiento de Abona-Adeje, en el que alcanzó el empleo de alférez de Milicias, en el que permaneció hasta su retiro. Emigró a América, de donde regresó, dejando allá a dos de sus hijo. Además, ejerció como alcalde real de la amplia jurisdicción de Vilaflor de Chasna que por entonces también incluía a los actuales municipios de Arona y San Miguel de Abona, así como el pago de Chiñama (hoy integrado en Charco del Pino -Granadilla de Abona-); y fue hermano de la Hermandad del Rosario de la parroquia de Vilaflor, al igual que su esposa. Ésta testó en solitario, pues él ya estaba privado de razón, declarando que su esposo había derrochado una gran parte de la dote que ella había aportado al matrimonio.

Nació en el pago de Tijoco (Adeje) el 4 de junio de 1679, siendo hijo del alférez don Melchor Alfonso de Montesdeoca, de la misma naturaleza, y doña Gregoria de Segovia del Castillo, nacida en Buenavista. El 15 de dicho mes fue bautizado en la iglesia de Santa Úrsula de la villa de Adeje por el beneficiado Br. don Bernardo Delgado de Llerena; se le puso por nombre “Bartolomé” y actuaron como padrinos sus tíos don Francisco Afonso de Montesdeoca y doña María de Montesdeoca, vecinos de dicha villa.

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