Candelaria: Don Valentín Marrero Reyes (1895-1978), coadjutor del Realejo Alto e Icod de los Vinos, vicerrector del Seminario, cura regente de Santa Úrsula, cura propio de San Miguel de Abona y La Victoria de Acentejo, teniente arcipreste de Granadilla, párroco arcipreste e Hijo Adoptivo de Icod de Los Vinos, profesor de Religión, párroco consultor del Obispado y canónigo honorario de la Catedral de Tenerife

Entre los muchos sacerdotes nacidos en el Sur de Tenerife, la villa de Candelaria ocupa un lugar muy destacado, no sólo por el número de ellos sino por el prestigio que alcanzaron a lo largo de sus vidas. Tal es el caso de don Valentín Marrero Reyes, considerado por cuantos le conocieron como un hombre de gran ingenio e inteligencia, así como un ameno conversador. Siempre bajo la protección de la Patrona de Canarias, tras su ordenación ocupó cargos de relieve, como los de coadjutor del Realejo Alto y de Icod de los Vinos; vicerrector del Seminario; cura regente de Santa Úrsula; párroco de San Miguel de Abona y teniente arcipreste de Granadilla; cura encargado de Candelaria; cura propio de la Victoria de Acentejo durante casi 20 años y vocal de la Junta Municipal de Enseñanza Primaria. Pero si bien fue muy querido en todas las parroquias por las que pasó, donde dejaría un recuerdo imborrable sería en Icod de los Vinos, ciudad en la que regentó la parroquia y el Arciprestazgo durante 27 años; fue consiliario de Acción Católica, capellán del Hospital de Ntra. Sra. de los Dolores, profesor de Religión del Taller Escuela “San Marcos” y estuvo encargado de la parroquia de San Agustín. Como recompensa a esta dilatada labor de apostolado, al cumplir los 25 años en esta ciudad fue nombrado Hijo Adoptivo de Icod de los Vinos y al jubilarse se le designó Canónigo Honorario de la Catedral de La Laguna. También fue párroco consultor del Obispado.

Nuestro biografiado nació en la villa de Candelaria el 19 de agosto de 1895, a las nueve de la noche, siendo hijo de don Valentín Marrero Coello y doña Isabel Reyes Lanzarán. El 1 de septiembre inmediato recibió las aguas bautismales en la iglesia parroquial de Santa Ana, de manos del cura regente don Lorenzo Rodríguez y González; se le puso por nombre “Bernardino Valentín” y actuó como padrino su abuelo paterno, don Felipe Marrero y Fariña, siendo testigos don Luis Reyes y don Manuel Hernández, de la propia vecindad…

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