Vilaflor de Chasna-Arico: Don José Antonio de Acosta (1754-1830), clérigo tonsurado, sacristán mayor, sochantre-organista, notario público eclesiástico, cogedor del diezmo, asociado y hombre bueno en juicios, primer regidor y juez de paz accidental de Arico

En torno a las parroquias siempre se han generado diversos empleos, desde monaguillos hasta notarios públicos eclesiásticos, pasando por sacristanes, sochantres, organistas, etc., que unas veces eran desempeñados por clérigos y otras por seglares. Hoy vamos a recordar a uno de estos hombres que acumuló en su persona casi todos estos cargos, don José Antonio de Acosta, quien inicialmente siguió la carrera eclesiástica, que abandonó cuando ya era clérigo tonsurado, pero luego desempeñó en la parroquia de San Juan Bautista de Arico los empleos de sochantre-organista, sacristán mayor y notario público eclesiástico. Además, fue cogedor del diezmo eclesiástico, asociado y hombre bueno en juicios de conciliación, regidor primero del Ayuntamiento y, como tal, juez de paz accidental de Arico.

Nuestro biografiado nació en Vilaflor de Chasna el 26 de enero de 1754, siendo hijo de don Pedro Agustín de León y Acosta Gómez, natural de Arico y oriundo de El Hierro por su padre, y doña Catalina Rodríguez Beltrán y Rodríguez Feo, que lo era de Vilaflor. Cuatro días después fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol por el beneficiado curado don Andrés Lorenzo de Amaral, examinador sinodal del Obispado; se le puso por nombre “Joseph Antonio” y actuó como padrino el teniente capitán don José Hernández, de dicha vecindad…

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Arico: Doña Francisca Hernández Morales (1843-1905), primera docente titulada nacida en Arico y maestra interina de la escuela de niñas de dicho municipio

     Doña Francisca o “Frasquita”, como se la conocía, obtuvo el título de Maestra Elemental de Instrucción Primaria en la Escuela Normal de La Laguna, siendo la primera mujer titulada nacida en Arico. Como tal docente, regentó interinamente la escuela de niñas de Arico en varios períodos en los que se hallaba vacante, al ser la única maestra titulada que residía en dicho municipio; pero nunca se presentó a oposiciones, para no tener que abandonar su pueblo natal. Aunque su marido gozaba de una posición económica desahogada, es muy probable que también regentase durante su vida una academia o escuela particular.

     Nació en Arico el 2 de abril de 1843, siendo hija de don Simón Hernández Gómez, natural de la Sabina Alta (Fasnia) y doña María de la Concepción Morales Gómez, que lo era de El Lomo. Cuatro días después fue bautizada en la iglesia de San Juan Bautista por el cura párroco don José Pérez, actuando como padrino don Juan González, vecino del pago de la Sabinita…

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Arico: Don Abel Martín González (1857-1897), alférez de Milicias y primer teniente de la Reserva Territorial, condecorado y fallecido durante la Guerra de Cuba

     Nuestro biografiado ingresó en las Milicias Canarias con el empleo de alférez, con el que prestó sus servicios en los Batallones Provinciales de Abona y La Laguna, así como en el Batallón Provisional de Canarias, de guarnición en Santa Cruz de Tenerife. Después de no superar el examen para el pase a la escala profesional de Infantería, fue declarado alférez de la Reserva de Canarias, prestando sus servicios en los Batallones Reserva de La Laguna y Lanzarote. Luego ascendió a teniente de la Reserva Territorial, empleo reconvertido luego en primer teniente. Vivió durante 16 años en la capital tinerfeña, donde contrajo matrimonio y fue socio fundador de la “Sociedad de Explotación y Canalización de Aguas de Tenerife”, así como vocal de la Sección de Beneficencia de la junta directiva de la “Sociedad de Socorros Mutuos La Benéfica”; además, adquirió el derecho electoral para diputados provinciales. Luego solicitó y obtuvo el pase al Ejército de operaciones en Cuba, donde organizó la Compañía de Voluntarios Movilizados de Guagajaney y prestó servicios en la campaña, sobre todo en la conducción de convoyes y emboscadas, enfrentándose en varias ocasiones con el enemigo, lo que le valió la Cruz de 1ª clase del Mérito Militar con distintivo Rojo. Pero falleció en el Hospital Militar de San José de las Lajas a consecuencia de fiebre amarilla, cuando aún no había cumplido los 40 años de edad, dejando descendencia en Santa Cruz de Tenerife. Su viuda solicitó y obtuvo la pensión a la que tenía derecho.

     Nació en Arico el 9 de mayo de 1857, siendo hijo de don Manuel Martín Gómez y doña María de la Concepción González y González, naturales de Arico, pero ella oriunda de Santa Cruz de Tenerife. Ocho días después fue bautizado en la iglesia de San Juan Bautista por el presbítero don Felipe José Díaz y Gómez, por ausencia del párroco servidor don Antonio Martín Bautista; se le puso por nombre “Abel Ludovino de San Gregorio Nacianceno” y actuaron como padrinos don Alfonso y doña Juana Peraza y Peraza.

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El naufragio del vapor transatlántico español “Valbanera” en la costa de Cuba (1919) y su repercusión en el Sur de Tenerife

     El pasado año, concretamente el 10 de septiembre de 2019, se conmemoró el primer centenario de la mayor tragedia naval española en tiempo de paz, el naufragio del vapor transatlántico “Valbanera”, que partiendo de Barcelona recogió 569 pasajeros en Canarias, quienes emigraban a Cuba en busca de mejor fortuna; pero muchos de ellos encontraron la muerte en esa travesía, sin haber llegado a su destino. El hundimiento de dicho buque con motivo de un huracán acabó con la vida de 488 personas, de las cuales al menos 408 eran canarias, por lo que fue conocido como el “Titanic de los pobres”, el “Titanic canario” o el “Titanic de la emigración canaria”. En este artículo nos ocupamos de ese triste suceso, de repercusión internacional, recordando a los pasajeros del Sur de Tenerife que viajaban en él. Curiosamente, en su viaje anterior el mismo barco sufrió una grave epidemia de gripe en la travesía de Cuba a Canarias, en la que murieron unos 30 pasajeros, además de otros que fallecieron después de desembarcar en Las Palmas de Gran Canaria. Sin duda es una de las historias más dramáticas de la emigración canaria, una constante que ha marcado la historia de este archipiélago.

     El vapor “Valbanera” era un gran buque correo transatlántico español, propiedad de la compañía de navegación “Pinillos”. Fue construido en Glasgow, en Escocia, y entregado a dicha naviera en noviembre de 1906, siendo bautizado como “Valbanera” en honor a la Virgen de Valvanera, de La Rioja, aunque por algún error se modificó el nombre cambiando la segunda v por una b. Sus características generales eran: 121,9 m de eslora; 14,6 m de manga; 6,5 m de puntal; 7,6 m de calado; propulsión por alternativa de triple expansión, con dos hélices; velocidad de 12 nudos; y capacidad para 1.200 pasajeros, repartidos en 4 clases o categorías. Fue asignado por la Naviera Pinillos a la línea entre los puertos mediterráneos españoles y los atlánticos de Canarias, a Puerto Rico, Cuba y los puertos norteamericanos del Golfo de México. También navegó en la ruta entre España, Brasil y Argentina…

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Arico: Don Andrés Hernández González (1822-1872), propietario agrícola, teniente de Milicias, director de las academias de sargentos y cabos, comandante de armas de Fasnia y Arico, vocal de la Junta de Gobierno local, juez de paz suplente y alcalde constitucional de Arico

     Miembro de una familia numerosa y acomodada, don Andrés Hernández González entró a servir como subteniente en el Batallón Ligero Provincial de Abona, empleo con el que fue nombrado director de las academias de sargentos y cabos del mismo cuerpo, en el que luego ascendió a teniente de Milicias. Siendo teniente de la nueva Sección Ligera Provincial de Abona, estuvo movilizado al mando de una partida en persecución de criminales y fue nombrado comandante de armas de Fasnia y Arico. Tras obtener voluntariamente su retiro, con uso de uniforme y fuero criminal, desempeñó algunos cargos públicos en su pueblo adoptivo, como los de vocal de la Junta de Gobierno local, juez de paz suplente y alcalde constitucional de Arico. Además fue propietario agrícola y criador de cochinilla.

     Nació en Santa Cruz de Tenerife el 30 de noviembre de 1822, siendo hijo de don José Patricio Hernández Rodríguez y doña Antonia González Gómez, naturales y vecinos del pago de El Río, en el municipio de Arico. Recibió el bautismo en la Vicaría castrense de dicha capital. Fueron sus abuelos paternos: don Juan Gaspar Hernández y doña Juana Rodríguez Cano; y los maternos: don Agustín González y doña María Josefa López y Gómez. De corta edad se estableció con su familia en ese pueblo sureño, donde transcurrió el resto de su vida…

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Vilaflor de Chasna-Arona-Arico: Lcdo. don Francisco González “Natural” (1623-1697), sacerdote de origen guanche, capellán de Vilaflor y Arico, y beneficiado servidor de Adeje

     Miembro de una destacada familia chasnera de ascendencia guanche por sus cuatro abuelos, don Francisco siguió la carrera sacerdotal hasta ordenarse de presbítero; simultáneamente obtuvo el título de Licenciado en Sagrada Teología. Como sacerdote, fue durante muchos años capellán de la parroquia de San Pedro Apóstol de Vilaflor, así como beneficiado servidor de la parroquia de Santa Úrsula de la villa de Adeje durante más de un año y medio. Al final de su vida se estableció en Arico, pueblo del que era oriundo por su madre y en el que falleció, tras haber actuado como capellán de la parroquia de San Juan Bautista.

     Nació en la amplia jurisdicción de Vilaflor, probablemente en el pago del Valle del Ahijadero (actual Valle de San Lorenzo en Arona), en agosto de 1623, siendo hijo de don Alonso González “Natural” (también llamado Alonso González Guanche), nacido en el citado Valle, y de doña Águeda de Morales, natural de Arico; ambos casados en Vilaflor en 1622 y de origen guanche. El 16 de ese mismo mes fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol de Vilaflor…

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Arico: Don Diego de Torres Vera (1654-1712), propietario agrícola y alférez de Milicias, con destacada sucesión

     Miembro de una destacada saga de militares y religiosos ariqueros, nuestro biografiado se sintió atraído por la primera de dichas opciones y fue alférez de las Milicias Canarias en el Regimiento de Abona-Adeje, empleo en el que permaneció hasta su muerte. Además, como todos sus ascendientes y descendientes fue un destacado propietario agrícola, lo que le permitió disfrutar de una situación económica desahogada. Vivió en el pago de Tamadaya y tuvo una ilustre sucesión.

     Nació en Arico en mayo de 1654, siendo hijo del capitán don Juan García de Vera y doña María de Morales. El 14 de ese mismo mes fue bautizado en la iglesia de San Juan Bautista por el cura párroco don Bartolomé Hernández Vilar; se le puso el nombre “Diego” y actuaron como padrinos don Salvador González y doña María Antonia…

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Arico: Don Esteban de Morales (1677-1750), capitán de Milicias y propietario agrícola

     Miembro de una destacada familia de Arico, como la mayoría de sus familiares don Esteban de Morales siguió la carrera militar, en la que ingresó como alférez de Milicias, para ascender luego a teniente y capitán de las Milicias de Abona; como tal estuvo al frente de una de las dos compañías de Arico, por lo que fue uno de los dos militares de mayor graduación residente por entonces en dicho término. Además, fue un notable propietario agrícola, lo que le permitió ostentar y disfrutar con dignidad sus empleos militares.

     Nació en el barrio de Icor (por entonces llamado Icore) el 2 de enero de 1677, siendo hijo del entonces alférez don Carlos de Morales y doña Felipa de Morales. Cuatro días después fue bautizado en la iglesia de San Juan Bautista del Lomo de Arico por el cura párroco don Pedro Lorenzo Gómez; se le puso por nombre “Esteban” y actuó como padrino el capitán don Pedro García del Castillo, “mozo y vecino de este lugar en el barrio de Arico”, primo hermano de su padre…

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Arico-Fasnia: Don Francisco González Mexías (1674-1751), clérigo minorista, capitán de Artillería y propietario agrícola

     Miembro en una ilustre familia ariquera de militares, clérigos y propietarios agrícolas, nuestro biografiado inició la carrera eclesiástica, en la que tras obtener una capellanía obtuvo la Tonsura y las Órdenes Menores; pero no pasó de clérigo minorista, pues abandonó dicha carrera para contraer matrimonio. Después de casado se estableció en el entonces pago de Fasnia, en el bello caserío del Camino Real, donde vivió el resto de su vida. Dedicado luego a la Milicia, alcanzó el empleo de capitán de Artillería y fue, además, un destacado propietario agrícola.

     Nació en Arico el 20 de septiembre de 1674, siendo hijo de don Salvador González Mexía y doña María García del Castillo. Tres días después fue bautizado “con óleo y chrisma” en la iglesia de San Juan Bautista, por el cura párroco propio don Bartolomé Hernández Vilar; se le puso por nombre “Francisco” y actuaron como padrinos el capitán don Pedro García del Castillo y doña Felipa de Morales, sus tíos maternos. A lo largo de su vida usó indistintamente el apellido “Mexías” o “Mexía”, al igual que los demás miembros de su familia…

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El largo proceso de creación de la parroquia de San Bartolomé del Río de Arico y la relación de sus párrocos

     Después de consolidado el núcleo del Río de Arico, los vecinos principales decidieron levantar una ermita y, tras obtener la correspondiente autorización, en junta celebrada en 1674 acordaron dedicarla a San Bartolomé Apóstol y dotar al templo. El cargo de primer mayordomo recayó en don Antonio Gaspar, quien rindió sus primeras cuentas en 1678, de las cuales se deduce que ese primer templo era una modesta capilla, en forma de salón, sin presbiterio diferenciado, y presidida por un cuadro de San Bartolomé. En 1691 ya se había incorporado al templo la actual imagen del Santo titular, de talla completa y policromada, cuyo autor fue el imaginero don Domingo de Campos. Desde su fundación contó con mayordomos y capellanes para su cuidado y servicio. En 1739 comenzó la construcción de una capilla mayor, separada de la nave principal por un arco de cantería de medio punto, que ya había sido construido en 1745; luego siguió la construcción de la sacristía y todas las obras de esta ampliación concluyeron en 1754; el presbiterio resultante tenía planta cuadrada y estaba situado a la misma altura de pavimento de la nave; no se le pudo hacer retablo, pero se abrieron tres nichos en la pared del fondo. Mientras se reconstruía la ermita, en 1774 fue dotada la festividad de San Bartolomé, el 24 de agosto, por una vecina de El Río, doña María Candelaria Pérez. En el inventario de 1780 ya figuraba en el nicho central la Virgen de la O y a los lados un Cristo y San Bartolomé; también existían en el presbiterio una imagen de la Concepción, quince cuadritos y la pila del agua bendita con tasa de cantería, que también se conserva. En 1778 fue dotada la festividad de la Virgen de la O, que se celebraba el 18 de diciembre, en el testamento de doña Ángela María Martín. En 1836 se reformó todo el frente de la ermita y se recomendó la construcción de un campanario, un sardinel en la capilla mayor y un retablo para la misma, con repisa de cantería. En ese mismo año el obispo aceptó cederle la campana de la incendiada ermita de la Punta de Abona, por lo que ya contaba con una espadaña sobre la puerta principal. A mediados de esa centuria se construyó el retablo, que ya existía en 1882. En 1932 se sustituyó el campanario por su nueva torre y se adquirió la campana grande. En 1967 se restauró el interior del templo y se levantaron los nuevos cuerpos de la torre.

     En el presente artículo nos vamos a centrar en el largo proceso seguido para elevar la ermita de San Bartolomé Apóstol a la categoría de parroquia, el cual comenzó el 27 de mayo de 1854 y concluyó el 1 de enero de 1944, en que comenzó a regir, aunque desde 1929 ya era parroquia filial de la de San Juan Bautista de la villa de Arico. También se incluye la relación de párrocos que la han regentado desde su creación, con breves reseñas biográficas. En estos 75 años, desde el 1 de enero de 1944, han estado al frente de esta parroquia un total de 24 sacerdotes, ninguno de los cuales ha nacido en Arico y solo siete han sido nombrados exclusivamente para esta parroquia. El récord de permanencia en la parroquia lo ostenta don José Bernardo Juan, con 12 años y medio; le siguen: don José Antonio Baute Chico (más de 12 años), don Miguel Dévora Hernández (5 años), don Jorge Hernández Rodríguez, don Norberto Álvarez González, don Jerónimo Hernández Rodríguez y don Juan P. Velázquez Velázquez (más de 4 años cada uno), don José Luis B. Escobar Blanco (casi 4 años), don Pablo González y González (casi 3 años y medio) y don Benito José María Lagos (más de 3 años).

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