Arafo: Don Juan Rafael Pérez Mesa (1894-1975), clarinete de la Sociedad Filarmónica “Nivaria”, emigrante a Cuba, zapatero, barbero, agricultor, sochantre-organista de la parroquia, accionista de galerías, directivo del Casino “Unión y Progreso”, fiscal municipal, concejal del Ayuntamiento, 2º teniente de alcalde y alcalde accidental

Toda la vida de nuestro biografiado, salvo el tiempo que permaneció en Cuba, transcurrió en la villa de Arafo, donde ejerció como clarinete de la Sociedad Filarmónica “Nivaria”, zapatero, barbero, agricultor, sochantre-organista de la parroquia de San Juan Degollado durante 20 años, directivo (contador, vicesecretario, vocal 6º, tesorero y vicepresidente) del Casino “Unión y Progreso”, fiscal municipal a lo largo de más de una década, concejal del Ayuntamiento durante 17 años y medio, en los que actuó como síndico, primer vocal de la Junta Municipal del Censo electoral, 2º teniente de alcalde, alcalde accidental y delegado de limpieza de las vías públicas y de Cementerios. También fue accionista de varias comunidades de aguas.

Nació en la calle Nueva de Arafo el 31 de mayo de 1894, a las cuatro de la tarde, siendo hijo de don Alejandro Pérez García y doña Francisca de Mesa Pérez. El 2 de junio inmediato fue bautizado en la iglesia de San Juan Degollado por el párroco don Francisco Hernández y González; se le puso por nombre “Juan Rafael del Sagrado Corazón de Jesús” y actuó como madrina doña Julia Arado González, natural y vecina de Santa Cruz de Tenerife, y como testigos don Fabio Vizcaíno, doña Felicia y doña Camila Cuello. A pesar de sus dos nombres, siempre fue conocido entre sus paisanos por “Rafael”…

En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Vilaflor de Chasna-Arona: Don Juan González del Pino (1671-1748), propietario agrícola y ganadero, alférez y teniente capitán de Milicias

Nuestro biografiado, nacido en el pago de Jama (Vilaflor de Chasna), se estableció después de casado en el caserío de La Hondura (Arona) y una década después regresó a Jama, donde ya vivió el resto de su vida. Fue un notable propietario agrícola y ganadero, lo que le permitió ser nombrado Alférez del Regimiento de Milicias de Abona-Adeje, en el que luego ascendió a Teniente capitán, empleo que ejerció primero en la Compañía de Chasna y luego en la del Valle del Ahijadero (Valle de San Lorenzo) hasta el final de su vida. Dejó una amplia sucesión, repartida por la amplia comarca chasnera.

Nació en el pago de Jama (Vilaflor de Chasna) el 20 de abril de 1671, siendo hijo de don Blas González del Pino y doña María Ramos, casados en Vilaflor. El 26 de ese mismo mes fue bautizado en la iglesia parroquial matriz de San Pedro Apóstol de dicho pueblo de Vilaflor por el beneficiado don Matías Ruiz Alfonso, actuando como padrinos don Pedro de la Sierra y su hija, doña María González…

En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

La visita de la Virgen de Candelaria al municipio de Arico (1964), en su peregrinación extraordinaria por la isla con el fin de recaudar fondos para el nuevo Seminario Diocesano

El año 1964 marca una página inolvidable en la historia religiosa del municipio de Arico, al recibir por primera y única vez la visita de la Virgen de Candelaria, Patrona de Canarias, en su peregrinación por todas las parroquias de la isla con el fin de recaudar fondos para la construcción del nuevo Seminario Diocesano, acontecimiento inolvidable en la trayectoria religiosa de Tenerife que duró casi tres meses y medio, del 16 de octubre de dicho año al 28 de enero de 1965. Para esa peregrinación extraordinaria la Virgen contó con una artística carroza, construida en Güímar, en los talleres de mecánica y chapa de Tejera y en la carpintería de Pánfilo y Tino; fue diseñada por don Manuel García Campos y patrocinada por doña Edelmira Pérez Campos, viuda de Mansito, junto con Acción Católica y Cáritas de dicha ciudad; y se montó sobre una camioneta “Commer” de seis ruedas, cedida por la empresa Hernández Hermanos, S.L. Las otras patronas insulares de la provincia también recorrieron sus respectivas islas. En todos los pueblos visitados, el fervor de los fieles fue impresionante y el éxito económico se vio desbordado con creces, al recaudarse más de siete millones de pesetas. Durante el recorrido la Virgen estuvo acompañada por su capellán, cargo que asumió casi siempre el sacerdote dominico fray Juan Fernández Baca, conocido por el “Padre Juan de Candelaria”. La revista Radar Isleño, editada por los frailes dominicos de Candelaria, fue recogiendo la crónica detallada de esta peregrinación extraordinaria de la Virgen, en todo su recorrido.

El municipio de Arico fue el cuarto de la isla en recibir a la Virgen de Candelaria, tras el paso de ésta por Arafo, Güímar y Fasnia. En el límite municipal, el alcalde y el párroco de Fasnia, don Miguel Suárez González y don Gregorio Dorta Pérez, respectivamente, entregaron la venerada imagen al alcalde y al párroco de Arico, don Antonio Yanes Morales y don Sebastián Hernández Cabrera. En el acta del Pleno extraordinario celebrado el 19 de octubre por el consistorio municipal con este motivo, se tomaron los tres acuerdos siguientes: 1.- Prestar el debido apoyo a los actos para lograr que resulten lo más brillantes y esplendorosos posible a tenor de la grandiosidad de la visita; 2.- Contribuir con un donativo municipal de 5.500 pesetas; y 3.- Como recuerdo colocar una placa conmemorativa en cada una de las tres parroquias en que se divide el municipio. No figura en acta, por lo tanto, el reconocimiento como Alcaldesa Honoraria de Arico que se menciona en la crónica. En este término municipal, del que fue nombrada Alcaldesa Honoraria, la Virgen de Candelaria descansó una noche en cada una de las tres parroquias que se cruzó en su recorrido: Ntra. Sra. de la Luz de Arico el Nuevo, San Juan Bautista de la Villa de Arico y San Bartolomé de Río de Arico; llegó a la primera el 21 de octubre y abandonó la última el 24 del mismo mes. En las dos primeras se celebró un triduo preparatorio y en esas tres iglesias parroquiales se colocaron placas, con el fin de recordar el paso por ellas de la Patrona de Canarias. En ellas, la oración (Hora Santa y Santo Rosario), la confesión y la comunión fueron multitudinarias, así como el beso de su manto; y en todas se sucedieron las misas para los distintos sectores de la población, el cumplimiento de promesas, las plegarias y numerosas anécdotas emotivas. La venerada imagen siempre estuvo acompañada por su capellán, el mencionado dominico fray Juan Fernández Baca, quien dirigió su palabra a los feligreses en los tres lugares, tanto en el recibimiento como en la despedida. El alcalde y las demás autoridades municipales también la acompañaron durante toda su estancia en el municipio; asimismo, se contó con la presencia del obispo de la Diócesis, don Luis Franco Cascón, en las dos primeras localidades, en las que también se dirigió al público congregado. Los vecinos se acercaron a la carretera para ver pasar la carroza, pero no se les permitió acompañarla por ella caminando para no retrasar su marcha, y luego se concentraron en las plazas de los tres pueblos en los que descansó, todos ellos fuertemente engalanados, con banderas y pancartas, siendo recibida entre fuegos artificiales, repiques de campanas, música, cánticos y vítores; y a su paso, se le tiraron pétalos de flores desde los balcones y las azoteas de las casas. También estuvo acompañada durante toda la noche en los distintos templos parroquiales…

En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Güímar: Don Ignacio Padrón Marrero (1905-1957), seminarista brillante, Bachiller, Maestro, Lcdo. en Teología y en Filosofía y Letras, capellán auxiliar del Ejército, párroco, coadjutor, capellán, fundador y director de bandas de música y coros, profesor de idiomas, Religión, Griego y Latín en Bachillerato

Dedicamos este artículo a un destacado sacerdote, oriundo de Güímar, amante de la música y destacado profesor, que llegó a ser un destacado intelectual. Como seminarista cursó una brillante carrera eclesiástica en el Seminario Diocesano de Tenerife, obteniendo el título de Licenciado en Teología en la Universidad Gregoriana de Roma. Tras su ordenación celebró su primera misa en la parroquia de San Pedro de Güímar y ejerció sucesivamente como capellán auxiliar del Ejército, con destino en el Hospital Militar de Santa Cruz de Tenerife, cura ecónomo y párroco propio de San Miguel de Abona, coadjutor de la parroquia de Ntra. Sra. de la Concepción de Santa Cruz de Tenerife, cura ecónomo y párroco propio del barrio de San Andrés, capellán del Reformatorio y párroco en propiedad de Taco; también destacó como orador sagrado. Simultáneamente, obtuvo los títulos de Bachiller, Maestro y Licenciado en Filosofía y Letras; gracias a ellos, desarrolló una dilatada labor docente, que combinó con sus destinos parroquiales, como profesor particular de Bachillerato e idiomas, maestro interino de San Andrés, profesor de Religión del Colegio Alemán y del Instituto de Santa Cruz de Tenerife y catedrático de Griego y Latín de ese mismo Instituto de la capital tinerfeña. Además, dada su arraigada vocación musical, fue director-fundador de la primera Banda de Música de San Miguel, director de un coro en Santa Cruz y cofundador de una banda de cornetas y tambores en San Andrés. A lo largo de su vida mantuvo unos fuertes vínculos con Güímar, donde fue director fundador del Colegio “San Pedro Apóstol” de primera y segunda enseñanza, así como promotor de una biblioteca pública.

Nació en la ciudad de Guía de Gran Canaria el 3 de junio de 1905, siendo hijo de don Juan Evangelista Padrón Sosa, natural de dicha localidad, y doña María Concepción Marrero Pérez, que lo era de la entonces villa de Güímar. Recibió el bautismo en la iglesia matriz de Santa María de Guía. Fueron sus abuelos paternos: don Manuel Padrón Roque y doña Ramona Sosa Guerra, naturales de Guía; y los maternos: don Antonio Marrero Hernández y doña Narcisa Pérez Castillo, que lo eran de Güímar…

En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Vilaflor de Chasna-Granadilla de Abona: Don Miguel Álvarez García (1898-1967), sargento del Ejército, maestro nacional en Vilaflor de Chasna y Granadilla de Abona, jefe de Flechas y secretario del Frente de Juventudes

Recordamos hoy a un maestro nacional que desarrolló casi toda su labor docente en dos municipios del Sur de Tenerife. Tras superar un cursillo oposición en la Península, ejerció como maestro propietario durante 13 años en Vilaflor de Chasna, 11 años en Charco del Pino (Granadilla de Abona) y otros 6 en la cabecera municipal de Granadilla, donde falleció. Con anterioridad había servido durante tres años como maestro interino en varias escuelas de la Península y otros tres como sargento en el Ejército.

Nació en Castilblanco de los Arroyos (Sevilla) el 4 de diciembre de 1898, siendo hijo de don Francisco Álvarez y doña Fernanda García. Probablemente fue bautizado en la iglesia parroquial del Divino Salvador de dicha localidad. Después de cursar los estudios primarios, don Miguel Álvarez obtuvo los títulos de Bachiller y Maestro de Primera Enseñanza; este último le fue expedido en Madrid el 27 de diciembre de 1927…

En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

San Miguel de Abona: Don Segundo García Rodríguez (1918-1963), músico, sargento de Automovilismo e Ingenieros, combatiente en la Guerra Civil y en la II Guerra Mundial, primer teniente de alcalde, tesorero del Casino, cofundador y directivo de la Cooperativa Agrícola, fiscal de paz, vocal de la Hermandad Sindical y propietario

Miembro de una destacada familia sureña de propietarios agrícolas, militares y políticos locales, nuestro biografiado también vivió con el fruto de sus propiedades. En su adolescencia perteneció como requinto a la primera Banda de Música de San Miguel de Abona. Fue movilizado con motivo de la Guerra Civil, en la que prestó sus servicios como falangista, soldado de Infantería e Intendencia, cabo y sargento provisional de Automovilismo. Luego, también combatió en la II Guerra Mundial, como sargento provisional de Ingenieros de la División Azul, en el frente ruso. Tras obtener su licencia voluntaria fue movilizado de nuevo como sargento de Ingenieros, con destino en la compañía de Transmisiones de Tenerife, hasta que se le concedió el retiro voluntario y el pase a la reserva. Además, con posterioridad desempeñó diversos cargos públicos: primer teniente de alcalde de San Miguel de Abona, tesorero del Casino “San Miguel”, cofundador y miembro del Consejo de Vigilancia de la Cooperativa Agrícola y Caja Rural “San Miguel”, fiscal de paz, vocal de la Hermandad Sindical, lugarteniente local de la Guardia de Franco y miembro del Consejo Local de Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N.S.

Nació en San Miguel de Abona el 26 de febrero de 1918, siendo hijo de don Juan García Hernández y doña Elvira Rodríguez Gómez. El 28 de mayo de ese mismo año fue bautizado en la iglesia del Arcángel San Miguel por el cura ecónomo don José Siverio Díaz; se le puso por nombre “Secundino” y actuaron como padrinos don Jorge Rodríguez Gómez y su abuela paterna doña Indalecia Hernández. Siempre fue conocido por “Segundo”. En 1920 fue confirmado en el mismo templo parroquial por el obispo don Gabriel Llompart y Jaume…

En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

La escuela mixta de Malpaís de Candelaria (1930-2004)

Según el padrón vecinal de 1779 que se conserva en la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, el “Pago de Malpaís” solo contaba con cinco familias, que sumaban 17 habitantes, ninguno de los cuales sabía leer ni escribir. A partir de entonces, este núcleo de población ha ido creciendo sin parar, pero los habitantes que querían estudiar tenían que desplazarse a las escuelas públicas de Candelaria, creadas en el siglo XIX, o a las particulares que comenzaron a surgir en los distintos pueblos.

A partir del siglo XX, la actividad educativa reglada ya ha estado representada en Malpaís de Candelaria a través de una escuela unitaria mixta, creada en 1930 y cerrada 74 años más tarde, en 2004. En este artículo nos vamos a centrar en este centro docente: los trámites para su creación, su dilatada trayectoria, sus mejoras, el grupo de teatro creado en su seno, sus locales, la incorporación del nivel infantil y la creación de la Asociación de Padres y Madres de Alumnos, así como las maestras y el maestro que han estado a su frente…

En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Adeje: Don Matías del Castillo Iriarte (1782-1848), subteniente de las Milicias Honradas, “clérigo”, comerciante, regidor perpetuo, alcalde y benefactor de Santa Cruz de Tenerife, juez interino de primera instancia y destacado masón

Miembro por su madre de una importante familia tinerfeña, don Matías del Castillo Iriarte, fue el último varón de una numerosa progenie, que destacó por su ilustración y la intensa actividad política desplegada en Santa Cruz de Tenerife. En su juventud fue subteniente de la 1ª Compañía de las Milicias Honradas de Santa Cruz de Tenerife. También inició la carrera eclesiástica, llegando a ser considerado “clérigo”, aunque no tenemos constancia de que recibiese órdenes sagradas, e incluso su tío don Bernardo de Iriarte le consiguió un beneficio parroquial, aunque su falta de vocación le hizo abandonarla. Pero, sobre todo, fue un notable comerciante en dicha capital durante toda su vida. Sin embargo, la labor que más prestigio le dio estuvo vinculada al Ayuntamiento de Santa Cruz, en el que ostentó numerosos cargos, tras ser nombrado regidor perpetuo: diputado; alcalde y presidente de la corporación en cuatro etapas cortas, coincidentes con otras tantas épocas de crisis; miembro de varias comisiones municipales; regidor 1º; comisionado y benefactor del Ayuntamiento, etc. Además, fue voluntario de la Milicia Nacional; un destacado masón, con grado 33º, el máximo alcanzado por un tinerfeño en su época; juez interino de primera instancia de dicha villa y su partido; componente de la Junta General de Fomento de la Riqueza; elector de diputados a Cortes; y vicepresidente de la Junta para la concesión de una condecoración cívica. Otra de sus características, fue su versatilidad y capacidad de adaptación a la cambiante realidad política española de la primera mitad del siglo XIX. Sufrió la pérdida de su casa de la calle de la Marina en un incendio y, como reconocimiento a su labor, se dio su nombre a una calle de Santa Cruz.

Bajo su mandato se consiguió la primera nomenclatura de las calles y la numeración de las casas; el título de villa y el escudo municipal; el alquiler de la primera casa consistorial; la aprobación de los primeros arbitrios para el aumento y aprovechamiento de las aguas, así como para cuidar y repoblar los montes; la capitalidad de Canarias para Santa Cruz de Tenerife; y la aprobación de un nuevo reglamento de aguas de regadío y abasto público. Asimismo, de su propio peculio sufragó parte de los gastos de la epidemia de fiebre amarilla; donó al Ayuntamiento el primer escudo municipal, su primer sello y un retrato del Rey Fernando VII; y patrocinó una fiesta. Como diría don Diego Matías Guigou y Costa en su libro “El Puerto de la Cruz y los Iriarte”: “fue un buen santacrucero, amante de su pueblo”. Su actividad pública ha sido recogida, en gran parte, en la magna obra de don Alejandro Cioranescu “Historia de Santa Cruz de Tenerife”.

Nació en la Casa Fuerte de la villa de Adeje el 24 de julio de 1782, a las diez de la noche, siendo hijo de don Francisco del Castillo Santelices, natural de la villa de Escalante en las montañas de Santander, y doña Catalina Iriarte y Nieves-Ravelo, que lo era del Puerto de la Cruz. Cuatro días después fue bautizado en la iglesia parroquial de Santa Úrsula, por don Agustín de Salazar, beneficiado propio de la misma; se le puso por nombre “Matías Antonio Francisco Santiago Cristóbal Ramón” y actuó como madrina doña Catalina del Castillo Iriarte, su hermana mayor, quien por entonces sólo tenía seis años…

En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Fasnia: Doña Gunilda Marrero Sopiérrez (1908-2004), maestra nacional en Granadilla de Abona, La Gomera y La Orotava

Nuestra biografiada cursó la carrera de Magisterio en la Escuela Normal de Maestros de La Laguna. Su primer destino como maestra interina fue la escuela de Chimiche (Granadilla de Abona), que regentó durante casi tres años y que tuvo que abandonar al ser depurada durante la Guerra Civil por haber estado afiliada al Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza, siendo condenada por ello a la pérdida de tres meses de empleo y sueldo y al traslado a otra localidad dentro de la provincia. Por ello pasó, aún como interina, a la escuela de Aceviño (Hermigua) y luego a la de El Molinito (San Sebastián de La Gomera). Posteriormente, tras superar el concurso-oposición convocado para cubrir escuelas vacantes, fue nombrada propietaria provisional de otra escuela de niñas de la capital gomera y luego de la de Playa de Santiago (Alajeró). De ésta pasó, como propietaria definitiva a su anterior escuela de El Molinito y a continuación a una unidad de la Sección Graduada de San Sebastián, en la misma isla. Luego, después de haber desarrollado su labor docente en La Gomera durante casi 25 años y tras contraer matrimonio con el oficial de Telégrafos y profesor realejero don Fernando Espinosa García, pasó a ejercer como consorte en el municipio de La Orotava, en las escuelas de La Perdoma, San Antonio y Benijos, así como en la Sección Graduada “Ntra. Sra. de la Concepción”, centros en los que sumó otros 16 años, hasta su jubilación a los 70 años, 43 de ellos de intensa actividad docente. Falleció en Las Palmas de Gran Canaria, a los 95 años de edad.

Nació en Fasnia el 27 de noviembre de 1908, a las cuatro de la madrugada, siendo hija de don Juan Marrero Díaz y doña Quirina Sopiérrez del Álamo. El 28 de marzo de 1909 fue bautizada en la iglesia de San Joaquín por el cura regente don José Batista y Cabrera; se le puso por nombre “María Gumilda Jacobina” y actuó como madrina su tía doña Peregrina Sopiérrez del Álamo, casada, siendo testigo don Diego López González. Fue conocida como “Gumilda” …

En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Guía de Isora: Don Manuel Rodríguez Torres (1913-1988), teniente efectivo y capitán honorífico de Ingenieros condecorado

Nuestro biografiado prestó su servicio militar obligatorio como soldado de Ingenieros. Luego, con motivo de la Guerra Civil fue movilizado y enviado al frente, donde efectuó trabajos de fortificación y reparación de carreteras, mereciendo por sus servicios los ascensos a cabo y sargento de Ingenieros para la reserva, así como varias condecoraciones. Tras finalizar la contienda bélica hizo el curso de transformación, pasando a sargento de Ingenieros efectivo; como tal, actuó en dos ocasiones como instructor de reclutas, participó en dos competiciones deportivas militares y obtuvo nuevas condecoraciones. Tras ascender a brigada de Ingenieros, ejerció como secretario auxiliar de su compañía y recibió nuevas condecoraciones. Posteriormente ascendió a teniente de Ingenieros de la escala auxiliar y, como tal, ocupó la jefatura de su compañía y del Depósito de Armamento de su Regimiento. Con ese último empleo obtuvo su retiro por edad cuando contaba 53 años, más de 30 de ellos de servicio en el Ejército. Finalmente, después de retirado solicitó y obtuvo su ascenso a capitán honorífico de Ingenieros.

Nació en El Lomo de Guía de Isora el 4 de enero de 1913, a las seis de la tarde, siendo hijo de don José Rodríguez González y doña María Altagracia Torres Correa, oriunda de Adeje. El 26 de ese mismo mes fue bautizado en la iglesia de Ntra. Sra. de la Luz por el coadjutor don José Serret y Sitjá; se le puso por nombre “Manuel” y actuó como padrino don Manuel Mora Vargas…

En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo: