El fugaz “Club Deportivo Mencey” de Barranco Hondo (1947), primer club federado de Lucha Canaria del municipio de Candelaria

Barranco Hondo-1962-2      En el año 1947, el pueblo de Barranco Hondo ya contaba con un equipo de lucha canaria perfectamente organizado, aunque no federado, pues el 5 de julio de dicho año el periódico El Día adelantaba el programa de la “Festividad del Santísimo Cristo de la Buena Muerte” que se iba a celebrar en dicha localidad, en el transcurso del cual, el día 13: “A las 6 de la tarde, luchas canarias entre los equipos de Araya y este pueblo”.

     En ese mismo año dicho equipo fue legalizado, surgiendo así el primer club federado de Lucha Canaria de Barranco Hondo y de todo el municipio de Candelaria, el “Club Deportivo Mencey”, al que dedicamos este artículo. Su reglamento fue elaborado el 21 de agosto de 1947 en Barranco Hondo y firmado por el presidente de la comisión organizadora, don Álvaro Peña Ramos. El 8 de septiembre inmediato fue registrado en el Gobierno Civil de Santa Cruz de Tenerife, tan solo un mes antes que el “C.L. Arguama”, de Igueste de Candelaria, y dos meses antes que el “C.L. Tinerfe”, también de Barranco Hondo. Curiosamente, el “Mencey” tuvo una trayectoria tan efímera que se limitó a poco más de dos meses, en los que redactó su reglamento, llevó a cabo todo el proceso administrativo para su registro y disputó un encuentro, pues enseguida fue reemplazado por el “Tinerfe”, al que pasaron sus luchadores y que sí tuvo una dilatada trayectoria…

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Los curiosos orígenes del Baloncesto en Arafo (1959)

     Desde hace muchos años, Arafo cuenta con el “Club de Baloncesto Icocia”, equipo que durante más de tres décadas ha desarrollado una dilatada labor en este deporte, paseando el nombre de esta villa por las canchas de la isla. Pero en este artículo no nos vamos a ocupar de este club, del que todos han oído hablar, sino del curioso origen del deporte del Baloncesto en Arafo, mucho más desconocido incluso para los propios habitantes de esta localidad, que surgió de las manos de una familia que ocupa un lugar de honor en el basket tinerfeño, los Monje.

     A finales de los años cincuenta y comienzos de los sesenta, un grupo de araferos, casi todos ellos de la familia Monje Marrero, comenzaron a practicar el Baloncesto en esta villa. Entre esos pioneros figuraron los hermanos Jerónimo y Francisco Monje Pérez, hijos del recordado alcalde de Arafo don Jerónimo Monje Marrero y de la maestra palmera doña María Delia Pérez Algarrada; junto a sus primos José, Jerónimo y Gonzalo Foronda Monje, hijos del médico santacrucero don José Foronda Hernández y de la arafera doña Lucía Monje Marrero (Lucita); así como otros dos primos, José Damián y Miguel Gutiérrez Monje, hijos del matancero don Miguel Gutiérrez Monje y de la arafera doña Ricarda Monje Marrero (Rosarito); a ellos se unió el único que no era de dicha familia, pero sí vecino inmediato y amigo de siempre de los anteriores, Clemente Mesa Curbelo. Además, todos ellos practicaban desde su infancia otros deportes, como la lucha canaria y el fútbol, y tales actividades las llevaban a cabo, salvo raras excepciones, en el que conocían como “cantero de las coles”…

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Los desaparecidos quioscos de música de las dos plazas principales de Güímar

Güímar-convento-ayuntamiento     Poca gente recuerda que a comienzos del siglo XX existieron en la entonces Villa de Güímar dos quioscos, templetes o pabellones de madera para que tocasen las bandas de música, levantados en las dos plazas principales, la de San Pedro y la del Ayuntamiento, que incluso llegaron a coexistir durante por lo menos un año. En el presente artículo nos vamos a ocupar de ellos, aunque, desgraciadamente, no son muchos los datos que se conservan de su existencia.

     Con motivo de la Guerra Ruso-Japonesa, el 5 de marzo de 1904 salió para Güímar el segundo Batallón del Regimiento de Extremadura, que se alojó en  el edificio del antiguo convento, cedido a tal fin por el Ayuntamiento. En junio de ese mismo año dicho batallón fue relevado por el 1º del propio Regimiento, el cual se incorporó a su destino a mediados de dicho mes, lo mismo que su banda, que colaboró en las Fiestas Patronales de San Pedro, celebradas pocos días después. En los cinco meses que permanecieron en esta población los citados batallones, se construyó un quiosco en el centro de la plaza contigua a su cuartel, para las tocatas de la Banda de Música del propio cuerpo militar, el cual se mantuvo en pie hasta los años veinte.

     Simultáneo con el anterior, a comienzos del siglo XX también se levantó otro quiosco o templete en la plaza de San Pedro, para que en él tocase la música durante las fiestas y paseos dominicales, el cual se costeó con el dinero recaudado en una suscripción popular, aunque precisamente no llegó a destacar como una verdadera obra de arte. Pero en la primera mitad de 1906, cuando aún se debía parte de la obra, el alcalde don Francisco Plaza y Suvirat ordenó su desmonte, vendiéndose su madera para cubrir diversos gastos, incluida su propia construcción…

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La Sociedad “Unión y Cultura” de la Villa de Adeje (1911-1916)

Adeje-1890-(CFIT)     En el presente artículo queremos hacer una contribución a la historia del que hasta el momento consideramos el primer casino de Adeje, la Sociedad “Unión y Cultura”. Fundada por el médico de la localidad, don Manuel Fernández Piñeiro, que era la persona más culta y de mayor prestigio que allí vivía por entonces, logró animar la vida social, cultural y recreativa de esta Villa por lo menos entre 1911 y 1916. Se legalizó en 1914, tras redactar su primer reglamento y ser inscrita en el libro de Registro de Asociaciones del Gobierno Civil. Contó con una importante biblioteca, fruto de las donaciones de sus socios y de las autoridades locales, y su principal actividad de recreo fueron los bailes, que gozaron de notable popularidad. Además, también organizaron otros actos, como la primera “fiesta del árbol” de Adeje, en la que continuaron colaborando en años sucesivos.

    Las primeras referencias de la Sociedad “Unión y Cultura” de la Villa de Adeje se remontan a 1911, año en el que probablemente fue fundado este casino por el médico titular de la localidad, don Manuel Fernández Piñeiro, quien sería su primer presidente. Éste nació en Mugardos (La Coruña) en 1881. Fue inicialmente médico titular de Guía de Isora, pero en 1911 ya era médico titular de Adeje. Debido a su espíritu emprendedor, en esta villa promovió la cooperación agrícola entre los vecinos e hizo campañas a favor del arbolado; también comenzó a colaborar por entonces en La Prensa, publicando interesantes crónicas sobre Adeje. En ese mismo año 1911 fue fundador de la Sociedad de recreo “Unión y Cultura” de esta villa, de la que fue su primer presidente, y de la Mutualidad Escolar “Cooperativa Integral de Adeje”, la primera de Canarias, de la que también resultó elegido primer presidente. Enseguida llegó a ser la persona de mayor prestigio de dicha villa, hasta el punto de que en diciembre de 1911 se dio el nombre de “Calle Dr. Fernández Piñeiro” a la vía principal del casco; y en enero de 1912 se le nombró Hijo Adoptivo de la localidad. En ese mismo año contrajo matrimonio en Galicia con doña Clotilde Sánchez Fernández, natural de San Martín de Porto (La Coruña); se establecieron en Adeje, donde nacieron todos sus hijos. También fue presidente fundador de dos sociedades cooperativas de explotación de aguas: “Ajabo”, en ese mismo año 1912, y “Vera de la Lajita”, en 1913. En 1916 entronizó en su casa la imagen del Sagrado Corazón de Jesús. Y de 1926 a 1930 fue cabo jefe del Somatén Armado del distrito de Adeje. Pero cansado de sufrir constantes envidias y ataques personales desde un sector de la población, hacia 1930 abandonó la Villa de Adeje y se estableció en Santa Cruz de Tenerife, donde continuaba en 1950…

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Artículo-SOCIEDAD UNIÓN Y CULTURA

El depósito de prisioneros franceses en Candelaria durante la Guerra de la Independencia (1809-1814)

Candelaria desde San Blas   Hace cuatro años se cumplió el segundo centenario de un hecho histórico prácticamente ignorado, que relaciona al pueblo de Candelaria con la Guerra de la Independencia. El 2 de mayo de 1809, casi un millar y medio de prisioneros franceses capturados en la Península durante la invasión napoleónica fueron deportados desde Cádiz a las Islas Canarias, en un convoy formado por tres bergantines, un navío y dos buques de línea armados, escoltados por dos navíos de la flota británica. Y el 11 de ese mismo mes llegaron al puerto de Santa Cruz de Tenerife 1.484 prisioneros, sin advertencia ni aviso previo del Gobierno.

     No pudiendo rechazar el convoy de prisioneros, el comandante general interino, don Carlos O’Donnell, solicitó instrucciones para el desembarco y alojamiento de los prisioneros a la Junta Suprema de La Laguna, que en la sesión extraordinaria celebrada ese mismo día 11 de mayo acordó concentrarlos, a pesar de sus escasos recursos económicos, en el pueblo de Candelaria: “Considerando que no conviene que los dichos prisioneros estén diseminados en el país, ni tampoco el tenerlos encerrados a causa de que su reunión puede inficcionar el aire; que, sin embargo, el reducirlos a un solo punto disminuiría proporcionalmente la guarnición necesaria para su custodia, juzgando que lo mejor era, pues, confinarlos a un lugar, que no puede ser otro que el de Candelaria”…

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La parroquia y el municipio de Fasnia a mediados del siglo XIX (1852-1854)

Fasnia-finales XIX     Gracias al recordado párroco don Basilio José Acosta Valladares conocemos en detalle las características de la parroquia de San Joaquín de Fasnia a mediados del siglo XIX. En un primer informe, de 1852, explica los aspectos relacionados con su erección, el reconocimiento de la de San Pedro de Güímar como su matriz y sus límites, así como las características de la iglesia parroquial y su feligresía. En el segundo, de 1854, se incluía el padrón general de la localidad, con una pequeña descripción de los distintos núcleos de población que constituían el término municipal, especificando sus habitantes y comunicaciones, para en anexos posteriores responder a un cuestionario sobre las características de la parroquia y el presupuesto necesario para su mantenimiento.

     Don Basilio José Acosta Valladares (1812-1881), nacido en el Valle de La Orotava y fallecido en Fasnia, fue el decano de todos los sacerdotes que han estado al frente de la Parroquia de San Joaquín,  pues la regentó como párroco propio durante casi 38 años, de 1844 a 1881.

     Según el padrón general de 1854, la población del término se elevaba a un total de 383 vecinos (o familias), lo que suponía 1.693 personas: 599 en el casco, 616 en La Zarza, 178 en La Sabina Alta y 300 en La Sombrera. Asimismo, en ese padrón se incluía una breve referencia a cada uno de los pagos, señalando la distancia a la parroquia y las características del camino hasta ella…

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Artículo-FASNIA-1852-1854

La sociedad de recreo “Casino La Unión” de la Villa de Güímar (1915-1924)

Los Majuelos      Recordamos en este artículo la existencia de una sociedad de recreo e instrucción, el “Casino La Unión”, constituida oficialmente en 1915 en la entonces Villa de Güímar, como probable sucesora de la recién desaparecida Sociedad “Euterpe”. Tuvo su domicilio en la calle de San Pedro Abajo y se disolvió hacia 1924. En esos diez años convivió con el Casino de Güímar, con el que mantuvo una sana rivalidad, sobre todo en la celebración de bailes, que se organizaban a lo largo del año, algunos coincidiendo con las principales festividades locales. Parte de su intensa actividad cultural y recreativa fue recogida en la prensa, con polémicas incluidas, en la que también se le denominaba “Círculo de la Unión”.

     El “Reglamento de la sociedad de recreo que se establecerá en Güímar bajo la denominación de La Unión” fue redactado en la Villa de Güímar el 1 de junio de 1915 y firmado por Cipriano Arnay, en nombre de la comisión organizadora. Ese mismo año fue impreso en la Imprenta y Litografía de A. J. Benítez, sita en la calle San Francisco de Santa Cruz de Tenerife, para distribuirlo entre sus socios. Siguiendo con la tramitación, el 15 de ese mismo mes, dicho reglamento fue presentado en el Gobierno Civil. El 4 de julio inmediato se eligió a la junta directiva que habría estar al frente de la sociedad hasta el 31 de diciembre, la cual quedó presidida por don Gumersindo García Rodríguez. El 7 de julio se remitió al gobernador civil una certificación del acta extendida con motivo de la constitución de dicha sociedad, incluyendo la junta directiva elegida. Cumplido dicho trámite, la nueva sociedad fue inscrita al día siguiente (8 de julio) en el Libro de Registro de Asociaciones del Gobierno Civil, con el número 231…

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El “Champio”, primer equipo de fútbol de Igueste de Candelaria (1933-1935)

Igueste Candelaria-lejos     Todos los habitantes de Candelaria tienen constancia de que este municipio ha tenido una larga tradición luchística, con excelentes individualidades y equipos en la mayoría de los núcleos de población del término, pero no todos saben que también cuenta con una tradición futbolística que ya es casi centenaria. La afición por el fútbol nació en la cabecera municipal en los años veinte del siglo pasado, pero luego se extendió también a Barranco Hondo e Igueste de Candelaria, núcleos en los que se ha mantenido hasta el presente.

     Si nos centramos en la actividad futbolística del pueblo de Igueste, en él han existido seis equipos en los últimos ochenta años: el “Champio” (1933-1935), el “Club Deportivo Igueste Candelaria” (1942-1948), el “Igueste Club de Fútbol” (1962-1964), el “Infantil Igueste” (1974-1977), el “Club Infantil Caletillas” (1981-1984), el equipo aficionado del Plantel de Extensión Agraria y el “C.D. Igueste”, fundado en 1986, que tras celebrar sus bodas de plata aún continúa en activo. Además, en el fútbol sala este núcleo de población ha contado con un equipo senior, el Igueste”, y otro dentro de las escuelas municipales deportivas, en el colegio de la localidad. Este artículo lo vamos a dedicar al primer equipo de fútbol de Igueste de Candelaria, el “Champio”, que por su antigüedad es el más desconocido.

    El pionero fue el “Champio”, o sea el “Campeón”, que se fundó a comienzos de noviembre de 1933, durante la II República Española, tal como informó en La Prensa el corresponsal don Esteban Coello Pestano, en una reseña publicada el 7 de dicho mes bajo el titular “Primer equipo de fútbol”: “En estos días se formó en este pueblo el primer equipo de fútbol, denominado «Champion», el cual invitará para las próximas fiestas de la Concepción al equipo de Barranco-Hondo, estrenando en su primer debut el hermoso campo de Afirama”. Según veremos más adelante, su nombre real sería “Champio”, con el que figuraría en casi todas las reseñas periodísticas…

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La fundación del Casino “Unión y Progreso” de Arafo (1906), una sociedad más que centenaria

     La Villa de Arafo cuenta con una de las sociedades más antiguas de la isla, el Casino “Unión y Progreso”, que mucho más de un siglo después de su fundación aún sigue en pleno e ininterrumpido funcionamiento, lo que justifica el haber sido distinguido con las Medallas de Oro de Arafo y de Tenerife. El 20 de diciembre de 1905 se reunieron casi cuatro decenas de araferos, con la finalidad de crear un casino, con fines culturales y recreativos; ese día se eligió al presidente y al secretario de la comisión organizadora y se redactó su reglamento. El 1 de enero de 1906 se celebró el primer acto público. El 17 de febrero inmediato su Reglamento fue presentado y registrado en el Gobierno Civil de la provincia. Una semana después, el 25 de febrero de 1906, se celebró la junta general constituyente, en la que fue elegida su primera junta directiva, que quedó presidida por don Tomás de Mesa Pérez, su principal impulsor. El 9 de marzo inmediato, se remitió al gobernador civil de la provincia el acta de constitución definitiva de dicha sociedad y dos días después quedó inscrita en el Registro de Asociaciones. Así nacía de forma oficial este centenario Casino.

     Como se ha indicado, el 20 de diciembre de 1905 se reunieron 38 araferos en la fonda de doña Amalia, situada muy cerca de la Cruz del Llano y en la actual calle Eduar­do Curbelo, con la finali­dad de crear una sociedad que diera salida a sus inquietudes culturales, a la par que sirviera como punto de encuentro para pasar los ratos de ocio. Los asistentes a esa primera junta general fueron: D. Tomás de Mesa Pérez, D. Andrés Batista Batista, D. Andrés Orozco Batista, D. Anselmo Batista Marrero, D. Belisario García Siliuto, D. Claudio Amaro Marrero, D. Claudio Amaro Vizcaíno, D. Claudio Marrero Pérez, D. Claudio Pérez Marrero, D. Cristóbal Torres Pérez, D. Cristóbal Segundo Torres, D. Eliseo Rodríguez García, D. Eufemiano Ferrera Coello, D. Eusebio Delgado Hernández, D. Eusebio García Delgado, D. Federico Batista Marrero, D. Gonzalo Cruz Rodríguez, D. Joaquín García Amaro, D. Joaquín García Pérez, D. Joaquín Rivero Hernández, D. José Batista Pérez, D. José Curbelo Fariña, D. José Daniel Batista, D. José Delgado Hernández, D. José Joaquín García Siliuto, D. José Rodríguez Coello, D. Juan Batista Batista, D. Juan Delgado Araujo, D. Juan Hernández y Hernández, D. Juan Luis Hernández Melque, D. Juan Pérez Marrero, D. Manuel Herrera Hernández, D. Manuel Pestano Hernández, D. Manuel Romero Quintero, D. Pedro Fariña Mesa, D. Rogelio Hernández Sosa, D. Santiago Batista Pérez y D. Ulpiano José de Mesa Pérez…

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La primitiva ermita de San José en Barranco Hondo de Candelaria (1860-1943)

Barranco Hondo-iglesia-cuadro     Desde siempre, los vecinos de Barranco Hondo tenían que trasladarse hasta Candelaria para recibir los Sacramentos o gozar de la Misa, lo que suponía una hora de camino. Pero cuando no acudían a la cabecera municipal, los días de precepto tenían que recorrer la considerable distancia que los separaba de las ermitas de El Rosario y de la Santísima Trinidad de Igueste, que también frecuentaban. Ello les suponía graves inconvenientes, pues debían atravesar caminos y barrancos impracticables, sobre todo en invierno y verano, lo que les dificultaba o impedía la práctica religiosa, en especial a los enfermos, ancianos y niños.

   Por ello, a mediados del siglo XIX se despertó en los vecinos de Barranco Hondo el deseo de tener una ermita propia, con lo que se ahorrarían la mayoría de dichos traslados, que solo se limitarían a la celebración de Sacramentos. Así, el 6 de agosto de 1849, cuando el pueblo contaba con 78 familias (unos 340 habitantes), elevaron un escrito a don Domingo Morales y Guédez, vicario capitular y gobernador eclesiástico de la Diócesis en sede vacante, para exponerle las graves dificultades que tenían para poder atender sus necesidades espirituales debido a la carencia de un templo, manifestándoles su deseo de construir una ermita bajo la advocación de San José, así como su intención de responsabilizarse de los gastos que aquella edificación generara, ya que eran conscientes de la gran escasez de medios económicos que tanto la iglesia diocesana como su clero atravesaba en aquellas fechas, tras la reciente desamortización, hasta el punto de que no podía afrontarse la construcción de nuevos edificios ni tan siquiera mantener los existentes, necesitados de reparación.

     Los orígenes de esta ermita no fueron sencillos, pues la falta de fondos retrasó el inicio de las obras, luego el depositario que adelantó el dinero retrasó la bendición y su apertura al culto, que se tuvo que resolver por la justicia; y en la II República sufrió un incendio y el desplome del coro, causando varios heridos…

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Artículo-ERMITA DE BARRANCO HONDO