Los Comités locales de Acción Popular Agraria de Barranco Hondo, Candelaria e Igueste (1934-1936), durante la II República Española

Durante la II República, los simpatizantes de la derecha se agruparon en torno a dos partidos políticos, el Partido Republicano Tinerfeño, que aglutinaba a los más afines con este sistema político, y Acción Popular Agraria, que reunía a los antirrepublicanos más en sintonía con la Monarquía, cuyo objetivo era defender la religión católica, la propiedad y la familia; este segundo partido sería el núcleo aglutinante de la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA). En este artículo nos vamos a centrar en los tres comités locales de Acción Popular Agraria constituidos en el municipio de Candelaria en 1934, a mediados de la República.

El primer Comité fue el de Barranco Hondo, que se fundó a comienzos de 1934 y su reglamento fue redactado el 10 de abril de dicho año. Según el artículo 1 del mismo: “Con el nombre de “Acción Popular Agraria” se constituye una organización político-social que tiene por objeto la defensa de los principios de Religión, Familia, Orden, Trabajo, Propiedad y Agricultura. Está sometida a la Junta Central del Partido de Acción Popular de Madrid y a la Provincial de Santa Cruz de Tenerife y adherida, por tanto, a la Confederación Española de Derechas Autónomas”. Estableció su domicilio en el pueblo de Barranco Hondo, concretamente en la casa situada en la “Subida de Barranco Hondo nº 97”. Dicho reglamento fue presentado en el Gobierno Civil el 19 dicho mes de abril y aprobado por la máxima autoridad de la provincia el 29 del mismo mes. La comisión organizadora estaba integrada por los siguientes vecinos: don Juan Ramos, don Fermín Higuera, don A. Hernández, don Pedro Torres, don José Pérez Alonso y don Miguel Trujillo Hernández…

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La Cofradía de Nuestra Señora del Socorro de Güímar y la institucionalización de la fiesta anual de la Virgen en 1643, como patrona de las sementeras

Hacia 1550 el cuidado de la casa y ermita de El Socorro estaba a cargo de un ermitaño de origen castellano, don Alejos Pérez, quien vivió en ella, siendo el primer vecino conocido del actual caserío de El Socorro. Este ermitaño murió en Icod y dejó como heredera en su testamento a la ermita en la que había pasado la mayor parte de su vida. Tras el fallecimiento de Alejos, se hizo cargo del cuidado de ese primitivo templo don Francisco Hernández de Sepúlveda, que residía en el pueblo de Candelaria, quien ya se titulaba “mayordomo de la casa y ermita de Ntra. Sra. del Socorro”; este mayordomo, entre otras limosnas dejadas a la ermita por varios vecinos del Valle en sus testamentos, recogió el finiquito de la herencia dejada por el primer ermitaño y, con todo ese dinero, se realizaron a partir de 1577 diversas obras de aumento en el primitivo templo. Pero tras la muerte de su mayordomo, acaecida hacia 1583, la ermita entró en decadencia, hasta el punto de que en pocos años quedó arruinada, por falta de reparaciones. No obstante, en 1602 dicho templo ya había sido reedificado; y hacia 1630 se elaboró la venerada imagen de la Virgen del Socorro por un imaginero tinerfeño, de momento anónimo, pues con anterioridad solo presidía el templo un cuadro de la Virgen.

Aunque la ermita del Socorro fue muy venerada y frecuentada durante el siglo XVI, antes de su ruina, fue en las primeras décadas del siglo XVII, tras su reconstrucción y la adquisición de la imagen de la Virgen, cuando logró su pleno auge. Éste tuvo un punto de inflexión el 18 de diciembre de 1643, fecha en la que se fundó en ella la Cofradía de Nuestra Señora del Socorro, se nombró un mayordomo interino y se institucionalizó la fiesta anual de la Virgen, al ser proclamada esta venerada imagen como abogada de sus necesidades, en particular de sus sementeras o cultivos. Estas decisiones se ratificaron tres años más tarde, en 1646, en que se nombraron los primeros mayordomos oficiales de la cofradía, quienes debían cobrar y administrar las limosnas que se recaudasen en todo el beneficio parroquial, así como rendir cuentas de los ingresos y gastos realizados; y en el mismo acto se aprobaron los estatutos de la cofradía, en los que destacaba la obligación de reparar la ermita y hacerle a la Virgen su fiesta anual. Así comenzó a celebrarse la Bajada o romería que se ha mantenido hasta el presente, si bien con diversos cambios a lo largo de su dilatada historia…

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La celebración de las Bodas de Oro de la llegada a Arafo de la venerada imagen de la Virgen María Auxiliadora (1957): la Santa Misión, su primera Coronación, la Archicofradía de María Auxiliadora y la Legión de María

La imagen de la Virgen María Auxiliadora llegó a la Villa de Arafo en 1907, siendo recibida con entusiasmo por el pueblo y bendecida solemnemente el 27 de agosto por el cura párroco don Hildebrando Reboso, en el transcurso de las Fiestas Patronales de dicho año, actuando como padrinos el citado alcalde don Tomás de Mesa y su esposa doña Eloísa Ferrera. Desde entonces, en Arafo se venera con fe a María Auxiliadora, pues no en vano ésta fue la primera localidad canaria que acogió tal advocación de la Virgen. Los araferos acogieron con cariño a esta imagen, que desde entonces está entronizada en el templo parroquial.

Desde entonces, sin ninguna duda, el acontecimiento más grandioso relacionado con la Virgen María Auxiliadora, de los que se ha vivido en Arafo, coincidió con su primera Coronación al conmemorarse las Bodas de Oro de su llegada. Si bien han sido muy destacados los actos celebrados con motivo de sus Bodas de Diamante y su primer Centenario, sin duda no se ha alcanzado la solemnidad y la participación popular que se vivió en 1957. En ese año se organizó un ambicioso programa de actos, que comenzó con un Rosario de la Aurora y una Santa Misión, concluyendo con la creación de la Archicofradía de María Auxiliadora y la Legión de María.

Los actos de ese año, en el que se conmemoraban los 50 desde la llegada a Arafo de esta venerada imagen, comenzaron con la celebración durante todos los domingos del mismo de un Rosario de la Aurora en la parroquia de San Juan Degollado; se celebraba a las 5:30 de la madrugada y a las 6:00 se oficiaba la misa. El 21 de marzo se creó la escuela parroquial de San Juan Degollado; del 7 al 14 de abril se celebró una Santa Misión, cuyos principales frutos fueron la creación de la Archicofradía de María Auxiliadora y de la Legión de María; y los actos principales se celebraron en el mes de mayo, cuyo punto culminante fue la Coronación de la Virgen por el vicario general don Francisco Herráiz Malo, que si bien fue considerada “Coronación Canónica” no fue tal, pues no se obtuvo la licencia del Papa, que por entonces era imprescindible; no obstante, ha sido probablemente el acto estrictamente religioso con mayor asistencia de público celebrado en Arafo…

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Construcción, bendición y advocación de la ermita de San Isidro Labrador en Sabina Alta (Fasnia)

En 1909 se construyó la ermita de la Virgen del Carmen en La Zarza, a la que a partir de entonces acudirían los vecinos de la zona alta del municipio de Fasnia, entre ellos los residentes en Sabina Alta, para asistir al culto, que se celebraba los días festivos. Años más tarde, en 1956, se iniciaron las obras de la nueva iglesia de La Zarza, cuya sacristía quedó terminada en 1960. En virtud de ello, por decreto del Obispo don Luis Franco Cascón, de fecha 24 de febrero de 1966, se creó la parroquia de Ntra. Sra. del Carmen de dicho barrio, con jurisdicción también sobre los de Sabina Alta, La Sombrera, Fuente Nueva y Lomo Oliva, empezando a regir a partir del 1 de enero de 1967. Sin embargo, la nueva iglesia parroquial no fue inaugurada hasta el 7 de septiembre de 1980.

Percatado de la dificultad asistencial de los aproximadamente 250 habitantes de Sabina Alta, así como de los otros tantos de La Sombrera, para asistir a los cultos que se celebraban en la iglesia de La Zarza, el 11 de septiembre de 1966 el cura encargado de la joven parroquia de Ntra. Sra. del Carmen, don Senén Salvador, comenzó a celebrar la Santa Misa en el primero de dichos barrios los domingos y días festivos; para ello se utilizó la casa del maestro-director don Tomás Gandía, cedida gratuitamente y deshabitada por vivir él en Fasnia, y se logró una asistencia aceptable. Enseguida surgió la necesidad urgente de disponer en la Sabina Alta de una capilla o ermita propia. Así, el 18 de octubre de dicho año 1966 se constituyó la comisión organizadora “Pro-construcción capilla y vía de acceso” de dicho barrio…

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La Avenida Condes de Abona, la Plaza de Teror y la Plaza de los Príncipes, en la villa de Candelaria

Este artículo está dedicado a una vía emblemática de Candelaria, la de acceso a esta villa y al Santuario de la Virgen, que a lo largo de su historia ha recibido distintos nombres, hasta el actual de “Avenida Condes de Santa María de Abona”, así como a dos plazas que se sitúan en sus extremos, las actuales de Teror y Los Príncipes, con algunos de los edificios emblemáticos que se sitúan en ese sector de la villa. Todos estos espacios públicos han sufrido distintas reformas a lo largo del tiempo y han tenido numerosos usos públicos.

Esta calle fue, hasta hace pocas décadas, la única entrada por la que los vehículos accedían a esta villa. Por ese motivo, a lo largo de sus márgenes se colocaban muchos puestos provisionales de venta, para atender a los miles de romeros que acudían durante las fiestas de la Virgen de Candelaria. A lo largo de la calle se plantaron en numerosos árboles en 1927, por los niños y niñas de las escuelas públicas de la localidad, con motivo de la primera Fiesta del Árbol celebrada en esta localidad. Lo que hoy es la avenida “Condes de Santa María de Abona” de Candelaria integró a las anteriores calles La Cruz Pérez, La Higuerita y Amance; y tenía plantados en sus márgenes algunos eucaliptos, que alcanzaron un considerable tamaño. El 10 de mayo de 1959, el Ayuntamiento acordó delimitar su trazado y le puso su nombre actual, asistiendo al solemne acto de rotulación el alcalde don Andrés Tejera Reyes, el prior del Convento dominico fray Ramón Sánchez Ramírez, el juez de paz don Juan Castellano Sabina y el cabo 1º de la Guardia Civil don Manuel Falcón Luis. Con el tiempo, en sus extremos se habilitarían las actuales plazas de Teror y Los Príncipes…

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La bendición de la capilla nueva de San Pedro Abajo (1961) y su trayectoria como ermita en la historia de Güímar

En 1767 fue bendecida una pequeña capilla en la parte baja de la hoy ciudad de Güímar, dedicada a San Pedro Apóstol, que aún subsiste y es Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento. Fue construida por un grupo de vecinos de Güímar de Abajo con el fin de colocar en ella la imagen del Apóstol San Pedro en las vísperas de su festividad y consagrarle cultos cada dos años, en los impares, alternando con la otra mitad del pueblo. Así se haría durante 193 años, hasta 1959.

Pero el estado semirruinoso de la antigua construcción, así como su escasa capacidad, motivó al vecindario de dicho barrio a la construcción frente a la vieja capilla de una nueva capilla-ermita de mayor tamaño y capacidad, que sería bendecida en 1961, de la que nos ocuparemos en este artículo…

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Honores y distinciones concedidas por el Ayuntamiento de Fasnia durante las dos primeras décadas de la actual etapa democrática (1979-2000)

En dos artículos anteriores ya nos ocupamos de las distinciones concedidas por el Ayuntamiento de Fasnia hasta 1979. En esta ocasión nos vamos a centrar en las concedidas por la corporación municipal en las dos primeras décadas de la actual etapa democrática, de 1979 a 2000. En este período se acordó la concesión de una veintena de honores y distinciones, muchas consistieron en la entrega de placas conmemorativas, aunque también se incluyó la nominación de calles, plazas, un grupo de viviendas y el terrero de lucha, así como diversos votos de gracia, homenajes y hermanamientos.

En el Pleno municipal celebrado el 9 de junio de 1979 se aprobó una moción del concejal don Juan Francisco Rodríguez Ruiz, en la que se proponía el cambio de nombre de las calles y plazas que recordaban a generales o líderes del bando franquista en la Guerra Civil, que habían sido acordados el 22 de noviembre de 1936, poco después del golpe de estado que había iniciado dicha contienda bélica…

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Los orígenes de la lucha canaria en Arafo, el primer bando de este municipio y sus primeros encuentros de rivalidad con el bando de Güímar (1827-1927)

En el siglo XIX, la práctica de la lucha canaria estaba extendida por el Sur de Tenerife y toda la isla de Tenerife, como lo demuestra el encuentro celebrado por las fiestas de San Pedro entre los bandos de Güímar y Arafo, así como en las célebres luchadas que se celebraban entre los bandos del Sur y del Norte, siendo la primera documentada la famosa “Luchada de la Media Montaña”, en 1834, que por cierto ganó el Sur gracias al güimarero “Cartaya”, que quedó en el terrero. A ésta se sumaban las célebres luchadas que tenían lugar en agosto por las fiestas de la Virgen de Candelaria y en septiembre por las de la Virgen de El Socorro, en la playa de Chimisay (Güímar).

Simultáneamente, en las dos últimas centurias era habitual que, con motivo de las principales festividades, se celebrasen luchadas entre bandos de aficionados, pues no existían competiciones oficiales ni equipos reglados, los cuales se enfrentaban en terreros improvisados, por lo general huertas o canteros de tosca. Las normas se fijaban al comienzo de cada encuentro, que eran aplicadas por dos jueces de terrero, nombrados entre los luchadores veteranos de cada bando; el número de bregadores podía ser ilimitado, aunque lo más frecuente era 15 por cada equipo; y el sistema era de lucha corrida. Entre pueblos vecinos, la rivalidad alcanzaba sus más altas cotas en estos encuentros de lucha canaria celebrados, sobre todo, por las fiestas patronales, tal como ocurría entre Güímar y Arafo, como se recoge en este artículo…

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La Sociedad Recreativa “Unión Vilaflorense” (1946-1964) y el equipo de fútbol “Unión Vilaflorense” (1947-1952), de Vilaflor de Chasna

A lo largo del siglo XX, el pueblo de Vilaflor de Chasna contó por lo menos con cinco casinos o sociedades de recreo y cultura: el “Casino Vilaflorense” (1925-1928), el Casino “La Unión” (1934), el Casino “Nivaria” (1935), la Sociedad Recreativa “Unión Vilaflorense” (1946-1964) y el Centro de Cultura y Recreo “XXV de Abril” (desde 1980 hasta el presente). En una ocasión anterior ya nos hemos ocupado de los tres primeros y en este artículo vamos a centrarnos en el cuarto de ellos, la Sociedad “Unión Vilaflorense”, en cuyo seno se formó un equipo de fútbol que llevó ese mismo nombre.

El pueblo de Vilaflor fue uno de los pioneros del Sur en el arraigo del deporte más seguido y practicado en la actualidad, el “balompié”, “foot-ball” o “fútbol”. A lo largo del siglo XX conocemos la existencia de, por lo menos, cuatro equipos: el “Vilaflor F. C.” (1923), el “Teide Sporting Club” (1933-1934), el “C.D. Vilaflor” (1934), el “Unión Vilaflorense” (1947-1952) y el “C.D. Vilaflor” en una segunda etapa, a partir de 1952. Llama mucho la atención que tanto en 1934 como en 1952 un municipio tan pequeño contase con dos equipos de fútbol, lo que enseguida hizo que se fusionasen y quedase solo uno. En este artículo nos vamos a ocupar del “Unión Vilaflorense”, que como se ha indicado, con seguridad surgió en el casino del mismo nombre, con el que coincidió temporalmente…

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El “Mirador de Don Martín” en el municipio de Güímar

Uno de los miradores más espectaculares del Sur de Tenerife se sitúa al borde de La Ladera de Güímar, en el punto en el que la Comarca de Agache se asoma al Valle de Güímar para contemplarlo en toda su extensión y belleza, que hoy todos los tinerfeños lo conocen como “Mirador de Don Martín”. Ideado por el rico propietario y político sureño don Martín Rodríguez y Díaz-Llanos, fue construido por el Cabildo de Tenerife en 1954. Tuvo un gran auge en los años cincuenta y sesenta, cuando todo el tráfico del Sur pasaba por la Carretera General, hasta el punto de que junto a él se abrió el Hotel-Parador “Valle de Güímar”, que terminó integrando al Mirador, al ser vendido por el Cabildo al propietario de aquel. Luego, cuando a comienzos de los años setenta se abrió la Autopista del Sur, cayó bruscamente el número de vehículos y visitantes que pasaban por la vía que discurría por las medianías de esta parte de la isla, por lo que decayó el número de clientes de dicho hotel y los visitantes del mirador, hasta motivar el cierre de dicha instalación. No obstante, ha seguido siendo un lugar emblemático de esta parte de la isla, por lo que en varias ocasiones se ha intentado su reapertura total o parcial, pero el mirador aún continúa cerrado al público, no sin cierta polémica.

El origen del nombre del “Mirador de Don Martín” nos lo aclaraba el güimarero Servando Hernández, amigo de la historia local, en un artículo publicado en El Día el domingo 7 de febrero de 1971 que llevaba ese mismo título…

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