Arafo: Don Domingo García Torres (1806-1887), teniente de Milicias, comandante militar, depositario del Ayuntamiento, síndico personero, alcalde y hermano mayor del Sacramento

Domingo García Torres-Hoja de servicios-1850-2     En este trabajo queremos recordar a un arafero que en el siglo XIX destacó como militar, siendo el tercero de dicha naturaleza con mayor graduación en toda esa centuria, pero que también ostentó los principales cargos en el Ayuntamiento de la localidad: depositario de los fondos municipales, concejal, síndico personero, primer teniente de alcalde y alcalde en tres etapas, viéndose inmerso en graves enfrentamientos políticos. Con motivo de la Desamortización se hizo con un considerable patrimonio y fue uno de los promotores de la redención del censo agustino que gravaba los bienes de los vecinos de Arafo. Además, fue hermano mayor de la Hermandad del Santísimo Sacramento de la Parroquia de San Juan Degollado, jurado judicial y elector contribuyente.

     Nació en Arafo el 12 de octubre de 1806, siendo hijo de don Damián García Hernández y doña Ana María de Torres Fariña. Cuatro días después fue bautizado en la iglesia de San Juan Degollado por el cura párroco propio don Antonio Rodríguez Torres; se le puso por nombre “Domingo del Pilar” y actuó como madrina doña María de la Concepción Batista, natural y vecina de dicho lugar…

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Artículo-DOMINGO GARCÍA TORRES

El centenario pasodoble “Al Socorro”, inequívoca seña de identidad del Valle de Güímar

Pasodoble Al Socorro     En el año 2009 se cumplió el primer centenario del pasodoble “Al Socorro”, una obra entrañable, cuya música fue compuesta en 1909 por el músico y compositor aragonés don Miguel Castillo Alfonso (1876-1929), por entonces director de la banda de música de Güímar, mientras que la letra fue añadida en 1970 por el recordado abogado, político y escritor güimarero don Pedro Guerra Cabrera (1937-1991); tristemente, ambos personajes murieron prematuramente, con tan solo 53 y 54 años de edad, respectivamente.

     Esta bella pieza musical invita al pueblo a acudir a la playa del Socorro a rememorar la aparición de la Virgen, por lo que a sus compases es fácil que a todos los güimareros y a otros muchos vecinos del Valle (sobre todo araferos) se les escapen lágrimas de emoción y alegría, las mismas que les produce su fiesta más entrañable. Hoy constituye el auténtico himno de las fiestas en honor de Nuestra Señora del Socorro, así como una de las principales señas de identidad del pueblo de Güímar y de toda la comarca.

     A comienzos de 1904 llegó a Güímar el prestigioso músico y compositor aragonés don Miguel Castillo Alfonso, para hacerse cargo de la dirección de la Banda de Música de esta localidad, que por entonces dependía de la “Sociedad Filarmónica Euterpe”, a cuyo frente continuó durante diez años. Mientras permaneció en Güímar, en 1908, cuando contaba 32 años de edad, contrajo matrimonio en la parroquia de San Pedro con doña Florinda Campos Díaz, natural y vecina de la entonces villa, de tan solo 13 años. Este enlace le ayudó a impregnarse del sentimiento canario y güimarero, que quedó plasmado en varias de sus composiciones más conocidas…

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La Agrupación femenina de pulso y púa “Las Marys” de Arafo (1960-1966)

     En un trabajo anterior nos ocupamos de la primera agrupación femenina de pulso y púa que se fundó en Arafo, “Aída”, y en el presente vamos a recordar la trayectoria de la agrupación “Las Marys” de la misma villa, que coexistió con la anterior. Ambas fueron fundadas con niñas de las escuelas locales por la maestra doña Carmen Tejera Rodríguez y su esposo el músico don Juan Ramos Rodríguez, aunque siguieron rumbos diferentes y mantuvieron una sana rivalidad en los años sesenta del siglo pasado, irrumpiendo con fuerza en el panorama musical de Tenerife, donde constituyeron una novedad llamativa al estar constituidas exclusivamente por chicas.

     La agrupación de cuerdas “Las Marys” fue fundada a comienzos de 1960 por don Juan y doña Carmen, una vez que las componentes del primer grupo que habían fundado, “Aída”, habían decidido seguir su propio rumbo. Para ello contaron con tres de las componentes de la anterior agrupación, Sara Ferrera y María Dolores García, que eran de las más jóvenes, así como la cantante Salomé Pérez, que prefirieron seguir ligadas a su maestra y al esposo de ésta; a ellas se unieron luego Mari Carmen Flores y Ana Cloti Hernández, iniciadas en el Solfeo y los instrumentos por don Luis Curbelo Rodríguez, quien también había enseñado a las anteriores, y poco a poco se fueron sumando el resto de componentes.

     Cuando surgió la primera actuación se plantearon qué nombre debían dar al grupo y como la mayoría de las componentes llevaban como primer nombre de pila el de “María” decidieron bautizar a la nueva agrupación con el nombre de “Las Marys”. Fue un grupo poco numeroso, por el que pasaron durante los casi seis años de existencia 13 chicas, todas naturales de Arafo…

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“De viaje. Arafo” (1906), artículo descriptivo por el periodista Emilio Suárez Calimano

Arafo-imagen_7     En el artículo “De viaje. Arafo”, firmado el 20 de abril de 1906, cuatro días antes de su publicación en La Opinión, el periodista lagunero don Emilio Suárez Calimano evocaba los dos días deliciosos que había pasado en Arafo, en casa de un amigo (probablemente el abogado y político don Andrés Orozco Batista), de ahí que el artículo sea claramente elogioso, en todos los aspectos que abordó de esta localidad. Comenzaba evocando la belleza de su paisaje urbano y natural, a la par que destacaba la paz que se respiraba en el pueblo, solo perturbada por el sonido del agua que discurría constantemente por la atarjea. Se centraba luego en describir la calle principal, la Avenida La Libertad, con las casas rurales que la bordeaban, unas más modernas y otras más antiguas (las que más le atraían), con sus bellos balcones, sus parras y sus flores, que desprendían un agradable aroma. El autor se quejaba de que Arafo, a pesar de su belleza, era un pueblo desconocido para los turistas, debido sobre todo a la dificultad del camino de acceso. Valoraba su producción agrícola, sobre todo la de vino, papas y tomates. A pesar de la calidad del primero, que comprobó en varias bodegas, lamentaba su mala comercialización. También visitó salones de empaquetado y valoraba el esfuerzo para exportar las apreciadas papas del Sur de la isla, superando las dificultades climáticas. Elogiaba los progresos que ya experimentaba el Casino que se acababa de fundar en el pueblo a comienzos de ese mismo año, sin olvidar el encanto de la mujer arafera. Finalmente, protestaba por la indecorosa diligencia o “coche de hora” que recorría la Carretera General del Sur, por lo que prefería regresar a su ciudad en un coche particular o incluso en un carro. Como curiosidad, Arafo fue el único pueblo sureño que describió este culto periodista.

     El autor, don Emilio Suárez Calimano (1884-1949), fue estudiante de Náutica y Derecho, pero luego se dedicó al periodismo en Tenerife, donde ya comenzó a estudiar la historia y la evolución de la literatura. En 1907 emigró a Buenos Aires (Argentina), donde vivió el resto de su vida. Allí trabajó como profesor de Lengua Española y cursó estudios la Facultad de Filosofía y Letras; pero, sobre todo, se volcó en el periodismo y la crítica literaria. Como escritor, además de los cuentos y narraciones que dio a la luz en la prensa, así como dos libros de poemas inéditos, publicó seis libros con estudios críticos sobre diferentes aspectos de la literatura americana en general y argentina en particular; también tradujo dos libros. Fue miembro de la Asociación Canaria, de la Sociedad Argentina de Escritores y del P.E.N. Club de Buenos Aires. Aunque permaneció en Argentina hasta su muerte, fue siempre un perfecto canario desde su lejanía…

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Arafo: Don Juan Luis Hernández Melque (1887-1911), seminarista, bachiller, fundador y directivo de varias sociedades, colaborador periodístico, poeta premiado y estudiante de Farmacia

Arafo-fiestas     En este artículo nos vamos a ocupar de un desconocido personaje que, si no le hubiese sorprendido la muerte prematuramente, es muy probable que figurase en la actualidad como uno de los hijos más ilustres de Arafo, como sí lo fue su hermano José. Don Juan Luis Hernández Melque fue seminarista en La Laguna, en cuyo Instituto obtuvo luego el título de Bachiller. En su corta existencia puso de manifiesto una gran inquietud política, social y literaria. Por ello, perteneció al Partido Republicano Autonomista y figuró entre los fundadores de dos periódicos manuscritos, así como de varias sociedades: el “Salón Bencomo” y el “Círculo Instructivo” de La Laguna, y el Casino “Unión y Progreso” de su Arafo natal. Pero, sobre todo, destacó como poeta, premiado por el Ateneo de La Laguna, del que fue socio y bibliotecario, publicando numerosas composiciones en la prensa tinerfeña. Mientras estudiaba la carrera de Farmacia, falleció prematuramente en Barcelona, a consecuencia de una cruel enfermedad, cuando aún no había cumplido los 24 años de edad.

     Nuestro biografiado nació en Arafo el 26 de agosto de 1887, a las nueve de la noche, siendo hijo de don Juan Hernández Curbelo, natural de dicho lugar, y de doña Leonor Melque y Álvarez, que lo era de La Laguna. Cinco días después fue bautizado en la iglesia parroquial de San Juan Degollado por el cura ecónomo don Domingo González y Morales; se le puso por nombre “Juan Luis José” y actuó como padrino su tío paterno don Claudio Hernández Curbelo, siendo testigos don Juan Batista Hernández y don Manuel García, de la misma vecindad…

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Artículo-JUAN LUIS HERNÁNDEZ MELQUE

El Grupo de Teatro “La Juventud” de la villa de Arafo (1952-1969)

Teatro-1969-La Tercera Palabra     Arafo es una villa de tradiciones arraigadas, que han marcado la historia de esta comunidad a lo largo de los dos últimos siglos. Sobre todo, destaca en el contexto insular por una continuada actividad cultural, que por su antigüedad y prestigio constituye su principal patrimonio; y en ella ocupa un lugar destacado el teatro, que nunca ha faltado en los escenarios de la localidad.

       La tradición teatral de Arafo viene de antiguo. Existe constancia documental de que ya se representaban obras de teatro en esta villa, con motivo de las Fiestas Patronales, en la última década del siglo XIX. Luego, en el seno del Casino “Unión y Progreso” y en las escuelas públicas de la localidad surgieron grupos de aficionados, que llevaron a los escenarios de Arafo numerosas obras. En los años veinte y en la II República destacó la labor teatral de don José Ferrera y su esposa doña Candelaria Fariña, así como del destacado grupo que dirigía don Luis Coello Díaz. Durante la Guerra Civil y en los años siguientes se hicieron varias funciones teatrales, con objetivos benéficos, la mayoría a cargo de Falange. En los años cuarenta actuaron en esta localidad miembros del Batallón de Trabajadores, el grupo de “Educación y Descanso”, el grupo “Renacimiento”, dirigido por don Antonio Torres Campos, y el nuevo grupo de don Luis Coello. Posteriormente, también dirigieron otros grupos en esta villa don Octavio Miguel Pérez Rivero, don Juan Luis Coello Rodríguez y don Leartes Albertos Batista.

     Pero en este trabajo vamos a centrarnos en uno de los grupos de aficionados que mantuvo una trayectoria más dilatada y exitosa, el Grupo de Teatro “La Juventud”, fundado hacia 1952, que se mantuvo en los escenarios durante casi dos décadas…

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El antiguo “Cementerio del Pino” en Arafo (1839-1924) y los serios conflictos que ocasionó entre la Parroquia y el Ayuntamiento

     Durante 298 años, todos los fallecidos en la jurisdicción de Arafo recibieron sepultura en los templos de Candelaria: primero en la Cueva de San Blas, desde 1497 hasta 1580, y luego en la iglesia de Santa Ana, desde ese último año hasta 1795. No obstante, algunos vecinos recibieron sepultura en la ermita de San Juan de Güímar y a partir de 1608 en la nueva iglesia de San Pedro Apóstol de esa misma localidad, sobre todo después de que en 1630 la parroquia comarcal pasase a este último templo.

   A pesar de que por una Real Orden de Carlos III, fechada en 1787, se prohibía el entierro de cadáveres en las iglesias por motivo de salubridad, esa disposición estuvo sin aplicarse en Arafo durante más de medio siglo, pues los araferos continuaron sepultándose en la iglesia de Santa Ana de Candelaria y luego, durante 43 años y medio, todos los fallecidos en Arafo (más de 600) fueron enterrados en la iglesia de San Juan Degollado, desde la elevación de ésta a parroquia en 1795 hasta la construcción del viejo cementerio en 1839. Ocasionalmente, también se dedicó a este uso la antigua sacristía, en la que el 28 de octubre de 1810 se enterró a don Pedro Quiroga, natural de Galicia.

    La edificación de un camposanto se mantuvo como una de las principales necesidades de Arafo a lo largo del primer tercio del siglo XIX. Por ello, en 1833 el alcalde don Vicente Tomás Marrero dirigió un memorial al corregidor de la isla, exponiendo la urgencia de destinar una asignación para la expresada fábrica. El Ayuntamiento volvió a tratar de este asunto el 20 de marzo de 1836, cuando dispuso que los vecinos debían aportar materiales para su construcción, conforme a las posibilidades de cada uno, castigándoseles con multas a aquellos que no cumplieran con ese deber. Se eligió para su ubicación un lugar situado en las afueras del pueblo, al lado del antiguo Pino del Calvario y los terrenos fueron cedidos por don José González. De este modo, casi medio siglo después de la creación de la parroquia, en 1838 comenzó la construcción del primer cementerio de este pueblo…

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Los estrechos vínculos humanos entre Arafo y Güímar

Valle de Güímar-3    La Villa de Arafo, situada al centro del Valle, ha mantenido estrechos vínculos históricos, económicos y sociales con los dos pueblos vecinos, Candelaria y Güímar, que la llevaron a organizar en varias ocasiones, a partir de 1930, la recordada “Fiesta del Valle”. En 1996 el Ayuntamiento de Arafo reeditó dicho hermanamiento en el transcurso de las Fiestas Patronales, con el deseo de que estos actos no se limitasen a un encuentro folclórico y festivo, sino que constituyesen el primer paso de una mancomunidad del Sureste, que no del Valle, pues existen barrios y pueblos fuera de él, que sirviese para potenciar los servicios existentes y lograr otros de los que se carece.

     Arafo constituye un ejemplo de la fuerte relación existente entre los pueblos de la comarca. Varios de sus párrocos han nacido en Güímar, Candelaria y Arico; alcaldes, tenientes de alcalde y jueces municipales de esta villa lo han hecho en Candelaria y Güímar; también han nacido en pueblos vecinos maestros, guardias municipales, carpinteros, panaderos, herreros, empresarios, etc. Asimismo, hijos de Arafo han regentado, aunque en cortos períodos, las parroquias de Candelaria, Güímar y Fasnia; varios han dirigido bandas de música en Güímar, Fasnia y Arico; algunos han ejercido como alcaldes, tenientes de alcalde y jueces municipales en Candelaria, Güímar y Arico; y otros han trabajado y continúan haciéndolo en los pueblos vecinos como maestros, médicos, farmacéuticos, comerciantes, etc.

     Aprovechando mi fuerte vinculación con Arafo, villa de la que soy Hijo Adoptivo, y la circunstancia de ser Cronista Oficial de Güímar, quiero dedicar este trabajo a resaltar las estrechas relaciones existentes entre ambos municipios desde tiempo inmemorial, en especial a su continuo trasiego humano…

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Arafo: Doña María de la Consolación Pestano y Batista (1872-1932), primera maestra titulada arafera, que regentó siete escuelas como sustituta, interina y propietaria

Consuelo Pestano-3     Vamos a dedicar el presente artículo a una mujer luchadora, con profunda vocación docente. Antes de obtener el título académico ya daba clases a niños de corta edad e incluso dirigió en Santa Cruz de Tenerife un “Colegio de señoritas”,  en el que se impartían diversas disciplinas. Después de casada y con dos hijos, tras emigrar su marido a América, decidió obtener el título de Maestra Elemental en la Escuela Normal de La Laguna, como alumna libre, siendo la primera mujer arafera que alcanzó dicha titulación. Gracias a ella ingresó en el Magisterio oficial, siendo su primer destino el de maestra interina de Candelaria, durante catorce meses, al que siguieron los de maestra sustituta de Arafo (seis años), interina de Las Lajas en Icod de los Vinos (cuatro meses) y Altos de León en Arico (nueve meses), y maestra propietaria de Chipude (seis años), Tierra del Trigo (cuatro años) y Malpaís de Candelaria (quince meses). Le sorprendió la muerte con tan solo 59 años de edad, casi 20 de ellos dedicados a la docencia pública.

     Esta recordada mujer nació en Arafo el 11 de noviembre de 1872, siendo hija de don Germán Sinforiano Pestano y doña Magdalena Batista Fariña. Cuatro días después fue bautizada en la iglesia de San Juan Degollado por el presbítero arafero don Victor Eusebio Marrero, por entonces encargado de la parroquia; se le puso por nombre “María de la Consolación” y actuó como madrina doña Rosalía Fariña…

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Artículo-CONSOLACIÓN PESTANO BATISTA

Arafo: Sor María de San Buenaventura Quintero y León (1779-1870), abadesa y priora del Monasterio de Santa Clara de La Laguna

Arafo antiguo-2    Al repasar la Historia de Arafo, llama la atención que esta Villa haya aportado a la Diócesis tinerfeña numerosos sacerdotes, pero que sin embargo casi no hayan existido religiosas nacidas en la misma. Una de ellas fue Sor María de San Buenaventura Quintero y León, que no se limitó a profesar en el antiguo Monasterio de clausura de Santa Clara de La Laguna, sino que llegó a constituir una verdadera institución para las clarisas, pues entre ellas permaneció durante 69 años, 12 de los cuales en el máximo cargo de abadesa, en cuatro trienios diferentes, y otros muchos en las siguientes responsabilidades de priora y subpriora. Falleció a los 91 años, siendo la religiosa de mayor edad de toda la comunidad.

      Nuestra biografiada nació en Arafo el 25 de marzo de 1779, siendo hija de don Nicolás Quintero Padrón, natural de la isla de El Hierro, y de doña Josefa Antonia de León Morales, que lo era del Puerto de Santa Cruz de Tenerife. Cinco días después recibió el bautismo en la iglesia de Santa Ana de Candelaria, a cuya jurisdicción pertenecía por entonces dicho lugar, de manos del cura teniente de beneficiado don Fernando de San José Fuentes; se le puso por nombre “María del Carmen” y actuó como padrino don Antonio Pérez, soltero, natural de dicho pueblo de Arafo…

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Artículo-SOR MARÍA DE SAN BUENAVENTURA QUINTERO