Güímar: Don Marcial García Pérez (1848-1935), sargento 1º de Infantería, auxiliar de 1ª clase del Cuerpo de Administración Militar, maestro particular de El Escobonal, portavoz y asesor de sus paisanos y propietario agrícola

    Atraído por la carrera militar, don Marcial ingresó como soldado voluntario en las Milicias Canarias, en las que ascendió a cabo 2º y cabo 1º. Tras obtener su licencia absoluta, se dedicó a la agricultura en su pueblo natal, pero atraído por su vocación, solicitó su reincorporación al Ejército como soldado sustituto, ascendiendo rápidamente a cabo 1º, sargento 2º y sargento 1º de Milicias; con este último empleo desempeñó el cometido de brigada del Batallón de La Gomera y el de tallador de quintos en el Ayuntamiento de Güímar; luego fue declarado sargento 1º de Infantería. Posteriormente solicitó su pase al Cuerpo Auxiliar de Administración Militar, donde fue ascendiendo desde auxiliar de 4ª clase hasta auxiliar de 1ª clase; por entonces solicitó sin éxito el empleo de alférez y fue nombrado apoderado del Ayuntamiento de Güímar en la capital de la provincia. Tras su retiro se estableció en su pueblo natal de El Escobonal, donde ejerció como propietario agrícola y maestro particular. Además, fue portavoz y asesor de sus paisanos, vocal de la Junta Municipal del Censo Electoral, jurado judicial, presidente suplente de mesa electoral, socio del Casino de Güímar e impulsor de la Sociedad-Casino “El Progreso” de El Escobonal.

     Este destacado agachero nació en El Escobonal (Güímar) el 8 de julio de 1848, siendo hijo de don Francisco García Marrero y doña Inés Pérez Castro, naturales y vecinos de dicho pago. Tres días después fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol de Güímar, por el beneficiado propio Dr. don Agustín Díaz Núñez, actuando como madrina doña Bárbara Rodríguez, natural y vecina del mismo pago…

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Relación de lomos, calles y plazas de Agache (Güímar) que han cambiado de nombre o han desaparecido del callejero en diferentes épocas

Plaza Escobonal-VGP     Aunque pueda parecer que la comarca de Agache, constituida por pueblos tradicionales y relativamente antiguos, tiene un callejero estabilizado con escasos cambios en las denominaciones de vías públicas, en los dos últimos siglos las plazas y numerosas calles (o lomos) han cambiado de nombre en varias ocasiones, tanto en los pueblos de medianías (El Escobonal, Lomo de Mena y Pájara) como en los nuevos núcleos que fueron surgiendo en el litoral a lo largo del siglo XX.

     Aunque en la pasada centuria se efectuaron algunos cambios en el nombre de las calles, la primera remodelación profunda del callejero de Agache se llevó a cabo en 1979. En ese año, con el fin de subsanar las deficiencias observadas, el que suscribe, por entonces concejal delegado de El Escobonal y teniente de alcalde del distrito de Agache, confeccionó una propuesta de nuevo callejero para todo el distrito III del municipio, con el que se pretendía acomodarlo a la realidad existente, recuperando nombres originales, introduciendo algunos cambios y nuevas denominaciones, en todos los casos lejos de cualquier motivación política y en base a consideraciones históricas, técnicas y prácticas; la propuesta afectaba a todas las entidades de población de la comarca y fue aprobada por unanimidad del Ayuntamiento Pleno el 28 de diciembre de dicho año. Con posterioridad, se aprobaron nuevas reestructuraciones del callejero el 26 de abril de 1984, el 15 de marzo de 1986, el 30 de diciembre de 1989 y el 27 de octubre de 1995, entre otras de menor profundidad y localizadas solo en algunos barrios.

   Para seguir la evolución del callejero de esta comarca, hemos rastreado los censos de población o padrones municipales de los años: 1833, 1857, 1866, 1871 y 1900-1970, así como los libros de actas del Pleno, de 1931 a 2013…

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Güímar: Don Isidoro Frías Díaz (1920-2002), agricultor, luchador, flautista y tamborilero de las danzas de El Escobonal, Güímar y Fasnia, distinguido con la Medalla de Plata de Güímar y la nominación de una calle de El Tablado

     Como se ha comprobado en otras muchas ocasiones, el origen humilde no es obstáculo para que una persona llegue a destacar en el contexto donde se mueve. Este es el caso de don Isidoro Frías Díaz, “Isidori­llo” o “Siorillo”, como se le conoció entre sus paisanos, quien, a pesar de que no pudo concluir la Enseñanza Primaria, llegó a ser una de las personas más apreciadas del municipio y uno de los folcloristas más conocidos de Tenerife. Estuvo movilizado durante siete años en el Ejército, participó en la Guerra Civil y alcanzó el empleo de cabo de Infantería, con el que fue nombrado furriel de su unidad; destacó en la Lucha Canaria, en la que se mantuvo durante 11 años y en la que fue conocido como “El Estilista”; y trabajó toda su vida en la Agricultura. Pero, sobre todo, como tamborilero de las Danzas de cintas de Güímar, El Escobonal y Fasnia, durante más de medio siglo hizo vibrar la tierra canaria con el ritmo del tajaraste, al amparo del palo de la danza y bajo la sombra multicolor de las cintas, manteniendo viva esta tradición musical en el Sureste de Tenerife, al son del pito y el tamboril heredado de su abuelo, “Cho Cirilo el Tamborilero”. Su labor fue reconocida en vida con un Guanche de Oro, la Medalla de Plata de Güímar y el nombre de una calle en el núcleo de El Tablado.

     Nuestro biografiado nació en El Escobonal (Güímar) el 1 de mayo de 1920, a las dos de la tarde, siendo hijo de don Isidoro Frías Tejera y doña Constan­za Díaz Lugo, domiciliados en el Lomo del Fuego. El 29 de ese mismo mes fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol de Güímar por don Domingo Pérez Cáceres, por entonces coadjutor encargado de dicha parroquia y actuaron como padrinos don Gonzalo Hernández Díaz y doña Mercedes Hernández Leandro…

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El “Casino Escobonal” (1941-1945), la última sociedad de este tipo del pueblo de El Escobonal (Güímar)

     Antes de la Guerra Civil Española, el pueblo de El Escobonal (Güímar) llegó a contar con tres casinos: la Sociedad-Casino “El Progreso” de El Escobonal (1919-1922), la Sociedad Cultural “El Porvenir” (1929-1936) y la Sociedad de Recreo y Cultura “Club Juventud” (1931-1933). Los dos últimos coincidieron con la época más gloriosa que ha vivido dicha localidad desde el punto de vista cultural, social y político, la II República, pues además de ambas sociedades se creó la Federación Obrera de El Escobonal (1931-1936) y se fundaron dos agrupaciones políticas: la Agrupación de Acción Popular Agraria (1932-1936) y la Agrupación Socialista Obrera del Escobonal (1936).

     En una época ciertamente difícil, tras el parón cultural y recreativo que supuso la mencionada contienda bélica, un grupo de vecinos de El Escobonal pensó en organizar de nuevo un casino en este pueblo, por lo que se nombró una comisión organizadora, que estaba constituida por don Darío Díaz García, don César Marrero, don Raimundo Pérez Mujica, don José Campos Yanes, don Gregorio Torres Palenzuela, don Florencio Castro Rodríguez, don Aníbal Hernández Díaz, don José Pérez Díaz, don Juan Díaz Perdomo, don Manuel Lugo Campos, don Adelio Pérez Marrero y don Rafael Gómez.

      La celebración de bailes fue la causa principal de la apertura de este Casino, dada la gran afición que existía en el pueblo por esa diversión y la casi nula posibilidad de disfrutar de ellos que se había sufrido durante los años de la guerra; no  obstante, también contaba con diferentes juegos, se organizaron algunos actos culturales y, además, con carácter ocasional actuaron en el local social algunos circos ambulantes. El “Casino Escobonal” se mantuvo en funcionamiento durante unos cuatro años. Entre sus fundadores y directivos figuraron destacadas personalidades locales…

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Güímar: Don Juan Castro González (1850-1923), comandante del Puesto de la Guardia Provincial de Fuerteventura, subdelegado de Marina de dicha isla y alcalde accidental de Puerto de Cabras

Escobonal-1930     La comarca de Agache se ha caracterizado siempre por la emigración de sus habitantes, tanto dentro de la isla como fuera de ella, a distintos países de América, Europa y África o a otras islas del archipiélago. Este fue el caso del personaje al que dedicamos el presente artículo, quien tras ingresar en las Milicias Canarias prestó sus servicios como artillero miliciano en la Batería de Santiago de Candelaria, pasando luego como sustituto al Batallón Provisional de Canarias, destacado en Santa Cruz de Tenerife, en el que ascendió a cabo 2º y cabo 1º. Al crearse la Compañía de Guardia Provincial, se enroló en ella como voluntario y fue destinado a Fuerteventura como cabo 1º comandante del Puesto de la Guardia Provincial en dicha isla. En ésta contrajo matrimonio y, tras su retiro, vivió durante muchos años en Puerto de Cabras, desempeñando cargos de relieve, como los de vocal de la Junta Municipal de Asociados, secretario escrutador de mesa electoral, socio fundador de la Cruz Roja, jurado judicial y concejal del Ayuntamiento durante 18 años, en tres etapas, en los que fue elegido concejal síndico, teniente de alcalde y alcalde accidental: Además, por lo menos durante 17 años desempeñó gratuitamente el importante cargo de subdelegado de Marina de Fuerteventura, en el que fue condecorado con la Cruz de primera clase de la Orden del Mérito Naval. Al final de su vida se trasladó como comerciante a Las Palmas de Gran Canaria, donde falleció y dejó descendencia.

     Nuestro biografiado nació en el pago de El Escobonal (Güímar) el 5 de octubre de 1850, siendo hijo de don Juan de Castro Díaz y doña Juana González Pérez. Tres días después fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol por don Agustín Díaz Núñez, Doctor en Sagrada Teología, examinador sinodal, beneficiado curado propio y vicario juez eclesiástico de dicho pueblo y su partido, y actuó como padrino don Juan Modesto Díaz, de la misma vecindad…

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Artículo-JUAN CASTRO GONZÁLEZ

La Orquesta “Los Peregrinos” o “La Alegría” de El Escobonal –Güímar– (1939-1955)

Escobonal-orquesta-LaAlegría    A finales de la II República, un grupo de jóvenes de El Escobonal de Arriba se entusiasmaron con la música y comenzaron a comprar instrumentos a antiguos aficionados de la localidad. Se iniciaron en los conocimientos musicales libremente, asistiendo a los ensayos de las dos orquestas de cuerda que existían por entonces en el pueblo, la Orquesta “El Escobonal”, dirigida por don Joaquín Rodríguez, y la de El Barranco (Sexteto “Apolo”), que dirigía don Tomás de la Rosa. Su principal impulsor fue don Octavio Rodríguez Díaz, quien con tan sólo 14 años ya había construido tres violines. Una vez adquiridos los conocimientos básicos, hacia 1939 dichos jóvenes se agruparon en una orquesta de cuerda, que quedó compuesta por los siguientes miembros: don Otero Gómez (laúd y bandurria), don Faustino García “Tinerfe” (guitarra), don Rafael Leandro “Felo” (guitarra), don Mario Gómez (laúd), don Miguel “El de Solís” (laúd) y don Octavio Rodríguez (violín), quienes comenzaron a actuar en público después de la Guerra Civil. Luego se unirían a ellos don Severino de la Rosa “El Negro” (mandolina, laúd y bandurria) y don Fortunato Gómez “Nato” (laúd y violín).

     Hacia 1944 se fueron la mayoría de los fundadores a cumplir el servicio militar, por lo que la orquesta siguió actuando en ese período bajo la dirección de “Nato” y a ella se incorporaron dos hermanos de éste, don David Gómez (guitarra y laúd), don Dionisio Gómez «Niso» (bandurria y violín), don Julio Díaz “Yuyo” (laúd), don Bernardo Rodríguez “El Cojo Facundo” (guitarra) y don Silvio Gómez (guitarra). Al ser entonces cuatro de sus miembros hijos de doña Peregrina Cubas del Lomo de Montijo (Otero, Nato, David y Niso), la orquesta comenzó a ser conocida como “Los Peregrinos”, aunque luego sería conocida oficialmente como “La Alegría”…

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El “Entierro de la Sardina” en El Escobonal (Güímar), una celebración festiva violentamente reprimida en 1950

Escobonal-1930 (Foto G. Díaz)     Todo ocurrió en el año 1950. Como era tradición en El Escobonal (Güímar) desde hacía muchos años, el miércoles de Ceniza era, después de la del patrono San José, la fiesta más importante de este pueblo. Ese día se daban cita jóvenes y mayores para olvidar por unas horas sus problemas cotidianos y la dura vida del campo, en estas tierras sedientas y ásperas del Sur. Sin embargo, en los últimos años el entorno social y político había cambiado, el “Nuevo Poder” dictatorial prohibía los Carnavales y el “Entierro de la Sardina”, la manifestación más genuina y pura de los mismos, iba desapareciendo paulatinamente de la geografía canaria.

     En ese año 1950, El Escobonal fue uno de los escasos pueblos de Tenerife que se atrevió a celebrar el “Entierro de la Sardina”, si no el único, debido al gran arraigo que tenía entre la población. Tampoco se limitó a una sola comitiva que recorriera las calles más céntricas, pues debido a la constitución geográfica de la localidad, su dispersión, su gran superficie,… cada zona o lomo principal preparó su propia “sardina”. De este modo, fueron cuatro los “entierros” que se dieron cita ese año en dicho pueblo; uno salió del Lomo de Mena con una sardina, propiamente dicha; otro salió de El Pino, con una figura humana yacente; otro del Lomo de Montijo, con un muñeco disfrazado de militar de pasadas épocas; y el último desde La Corujera, que fue el origen de los disturbios que ese Miércoles de Ceniza sacudieron a El Escobonal y que tuvieron eco en toda la isla …

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Güímar: Don Eulogio Yanes García (1911-1997), vocal de la Sociedad Cultural “El Porvenir” y de la Agrupación Socialista de El Escobonal, soldado condecorado, policía armado y barbero

Eulogio Yanes García    El recordado escobonalero al que dedicamos este artículo inició su vida pública a finales de la II República, al ser elegido vocal de la Sociedad Cultural “El Porvenir” de su pueblo natal y de la Agrupación Socialista Obrera de la misma localidad, de la que fue uno de sus fundadores. Con motivo de la Guerra Civil estuvo movilizado como soldado de Infantería, obteniendo tres condecoraciones por los méritos contraídos en el servicio. Acabada la contienda bélica ingresó en el cuerpo de Seguridad y Asalto, luego transformado en el de Policía Armada y de Tráfico, estando destinado en Madrid y Barcelona, donde prestó parte de sus servicios en la barbería del cuerpo. Una vez retirado se estableció en El Escobonal, donde ejerció como barbero durante muchos años.

     Nació en El Escobonal (Güímar) el 13 de marzo de 1911, siendo hijo de don Eulogio Yanes Díaz y doña María García y García. El 6 de abril inmediato fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol de Güímar por el cura ecónomo don Basilio Santiago y González; se le puso por nombre “Eulogio Leandro” y actuaron como padrinos don Aurelio Mujica Díaz y doña Agustina Marrero Díaz, siendo testigos don Francisco Díaz Rodríguez y don Juan Antonio Viera…

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Artículo-EULOGIO YANES GARCÍA

La afición al baile en El Escobonal (Güímar) y los primeros músicos de este pueblo

Escobonal-Baile plaza-1    El pueblo de El Escobonal se ha caracterizado desde siempre por su alegría, pues sus habitantes poseen un espíritu inquieto y festivo, que aprovecha cualquier oportunidad para evadirse de la rutina de sus ocupaciones y estrechar la comunicación social y los lazos de amistad vecinal. De esta manera, siempre se han aprovechado las fiestas del Patrono San José, que se vienen celebrando desde 1755, para realizar, al margen de los tradicionales actos religiosos (misa y procesión), otros populares y recreativos, que hasta hace un par de décadas consistían casi exclusivamente en competiciones deportivas (sobre todo lucha canaria y corrida de sortijas), algunas representaciones teatrales a cargo de jóvenes del pueblo y, sobre todo, bailes, tanto el sábado como el domingo y a distintas horas del día (mañana, tarde y noche), a veces especificándose que eran bailes regionales y que eran amenizados por pianolas, orquestas o músicos de la propia banda invitada a los festejos, los cuales se celebraban tanto en salones particulares como en los casinos del pueblo, además de verbenas en la propia plaza, sobre todo a partir de los años cuarenta.

     Además, desde principios de siglo se venían celebrando bailes en algunas casas particulares durante los fines de semana. Tal es así, que el pueblo llegó a ser famoso “por lo que en él se bailaba”, como afirmaba el obispo Fray Albino González. En el siglo XIX y en las primeras décadas del XX dichos bailes eran amenizados por parrandas o grupos de cuerda y, la mayoría de las veces, por uno, dos o tres músicos que, tan solo por divertirse o por un vaso de vino, tocaban sus guitarras, bandurrias, timples o laúdes, instrumentos de los que se desprendía un amplio repertorio de música folclórica canaria…

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Güímar: Don Fortunato Gómez Cubas (1926-2002), minero, cantero, agricultor, emigrante, músico de orquestas, folclorista, director musical y compositor

     El presente artículo está dedicado a un entrañable escobonalero, don Fortunato Gómez Cubas, un hombre sencillo, a quien tuve la fortuna de conocer y tratar personalmente. En su juventud trabajó en una galería de agua, en una cantera y en la agricultura, aunque fue esta última la que marcó casi toda su vida. Además, como otros muchos canarios de su época, buscó mejorar su fortuna en el extranjero, habiendo emigrado en una ocasión a Brasil, en dos a Venezuela y en otra a Holanda. Pero, sobre todo, destacó como músico autodidacta, llegando a dominar la guitarra, el laúd, el violín y el acordeón, aunque también cantaba. Perteneció a las orquestas “La Alegría” y “Ritmo del Sur” de El Escobonal, así como a varias agrupaciones folclóricas: la Rondalla “El Escobonal”, “Los Cinco de Agache”, la Rondalla del Club de la Tercera Edad de Güímar, la Rondalla de África Alonso y la Agrupación Musical “Antón Guanche” de Candelaria, de la que fue director. Asimismo, destacó como compositor de numerosas canciones canarias populares.

     Nuestro biografiado nació en El Escobonal el 14 de diciembre de 1926, siendo hijo de don Carlos Gómez Rodríguez y doña Peregrina Cubas Castro. Fue bautizado en la parroquia de San Joaquín de Fasnia por el cura párroco don Celso González Tejera, encargado por entonces de la iglesia de San José. Siempre fue conocido en su pueblo natal como “Nato”…

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