San Miguel de Abona: Don Bernardo Rodríguez Oliva (1848-1875), agricultor, sargento 2º de Milicias y comandante de armas de San Miguel de Abona, fallecido en plena juventud

Miembro de una familia de larga tradición militar, nuestro biografiado también ingresó por sorteo como soldado en la Sección Ligera Provincial de Abona, en la que ascendió sucesivamente a cabo 2º, cabo 1º y sargento 2º de Milicias. Con ese último empleo fue nombrado comandante de armas de su pueblo natal, San Miguel de Abona, al ser el militar de mayor graduación residente por entonces en dicho municipio, propuesto para dicho cargo por el comandante militar de la comarca de Abona y aprobado por el capitán general de Canarias. Pero solo permaneció durante un mes al frente de dicha comandancia, pues falleció repentinamente cuando solo contaba 27 años de edad. Permanecía soltero y trabajaba como agricultor.

Nació en San Miguel de Abona el 19 de julio de 1848, siendo hijo de don José María Rodríguez Marrero y Bello, natural de dicho pueblo, y doña María de la Encarnación Oliva Montesino, que lo era de Vilaflor. Seis días después fue bautizado en la iglesia del Arcángel San Miguel por el cura párroco don Francisco Guzmán y Cáceres; se le puso por nombre “Bernardo Lorenzo” y actuó como padrino don Bernardo Fernández Acosta, natural de La Orotava…

En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

La Orquesta juvenil “Red Star” o “Los Truenos” (1972-1975) y la Orquesta “Atlántida” (1975-1976) de la villa de Arafo

Este artículo está dedicado a dos de las numerosas orquestas de baile que ha dado la villa de Arafo a lo largo de su historia. La primera estuvo constituida por siete jóvenes adolescentes de dicha localidad, que al comenzar sus actuaciones no superaban los 17 años de edad, la mayoría de los cuales llegarían a ser músicos destacados de otros conjuntos y agrupaciones locales. Fue bautizada por sus miembros como “Red Star”, pero luego, para evitar connotaciones políticas, sustituyeron ese nombre por “Los Truenos”. Se comenzaron a organizar en 1972, debutaron en público al año siguiente y se disolvieron en 1975; llegó a contar con siete componentes, luego reducidos a seis, e incluso actuaron en el Hotel “Mencey” de Santa Cruz de Tenerife. En su seno se formó un grupo de pop que también actuó en algunos festivales.

Tras su disolución, cuatro de sus miembros decidieron formar una nueva orquesta, de nombre “Atlántida”, a la que se incorporaron otros tres paisanos; pero ésta solo permaneció en los escenarios durante poco más de un año. Ambos conjuntos amenizaron muchos bailes en Arafo, Güímar y El Escobonal…

En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Granadilla de Abona: Don Pablo Márquez Rodríguez (1839-1873), secretario sustituto del Ayuntamiento de Granadilla, sargento 1º de Milicias y escribiente del Gobierno Militar, distinguido con el grado de alférez y condecorado con una Cruz del Mérito Militar, pero fallecido en plena juventud

Nuestro biografiado estuvo destinado durante casi toda su vida militar en la Sección Ligera Provincial de Abona, salvo un corto período en que pasó al Batallón Provincial de La Laguna y a la Sección Ligera Provincial de La Gomera. Pero en ese tiempo estuvo movilizado durante un año en el Batallón Provisional de Canarias, de guarnición en Santa Cruz de Tenerife, y durante cinco años y dos meses como escribiente del Gobierno Militar de Tenerife, en la misma capital. A lo largo de su carrera militar ascendió desde soldado a cabo 2º, cabo 1º, sargento 2º y sargento 1º efectivo de Milicias. Luego, en reconocimiento a sus méritos, se le concedió el grado de alférez de Milicias y fue condecorado con la Cruz sencilla del Mérito Militar, de la designada para premiar servicios especiales. Pero falleció con tan solo 34 años, truncándose así la que pudo haber sido una brillante carrera militar.

Nació en Granadilla de Abona el 15 de enero de 1839, siendo hijo de don Antonio Manuel Márquez Alonso y doña Antonia Amador Rodríguez (o Rodríguez Amador). Cinco días después fue bautizado en la iglesia de San Antonio de Padua por el cura párroco propietario don Francisco Rodríguez Méndez; se le puso por nombre “Pablo Hilario del Carmen” y actuó como padrino don Francisco Domínguez, por entonces ayudante mayor del Regimiento de Abona…

En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Güímar: Fray Diego Pérez Álvarez (1723-1810), sacerdote, definidor y predicador general agustino, morador en el Convento de San Agustín de Tacoronte y posible impulsor de la fuerte devoción de los güimareros por el Santísimo Cristo de los Dolores

Miembro de una familia fuertemente vinculada a la historia religiosa de Güímar, nuestro biografiado también sintió la llamada vocacional e ingresó en la Orden de Ermitaños de San Agustín, en alguno de los siete conventos agustinos existentes por entonces en Tenerife. Siendo ya fraile cursó estudios en el Convento que dicha Orden tenía en la villa de La Orotava, gracias a lo cual pudo recibir las órdenes sagradas hasta el presbiterado; luego también obtuvo el título de predicador general, que le fue concedido en el capítulo provincial de su Orden. Como tal sacerdote residió durante muchos años en el Convento de San Agustín de Tacoronte, donde es casi seguro que desempeñase algunos cargos de responsabilidad y en cuya capilla se veneraba el Santísimo Cristo de los Dolores. Por ello, es muy probable que a él y a su tío fray Sebastián Álvarez, que casi con total seguridad también moraba en el mismo, se deba el origen de la fuerte devoción de los güimareros hacia el Cristo de Tacoronte y de la peregrinación que anualmente se dirige desde el Valle de Güímar al Santuario de la venerada imagen.

Nació en Güímar el 9 de diciembre de 1723, siendo hijo de don Juan Pérez Gabriel y doña Inés Díaz Álvarez de Acevedo (o de Oliva). Cinco días después fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol por el beneficiado don Domingo de Paes y Galdona; se le puso por nombre “Diego” y actuó como padrino el alférez don Pedro Marrero de Torres, natural de Arafo y vecino de Güímar…

En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Vilaflor de Chasna: Don Ambrosio Soler de Arguijo y Torres (1770-1816), capitán de Milicias del Regimiento Provincial de Abona, movilizado en Cataluña, Castilla, Cádiz y Santa Cruz de Tenerife

Descendiente de los fundadores de Vilaflor de Chasna, nuestro biografiado nació en Icod de los Vinos, aunque vivió durante gran parte de su carrera militar en la bella localidad chasnera, por entonces capital del Regimiento Provincial de Abona, al que siempre estuvo adscrito. Ingresó en el mismo como cadete y, tras ascender a subteniente, pasó voluntariamente al Ejército de Cataluña con la Columna de Granaderos de Canarias, que fue hecha prisionera y confinada en el castillo de Figueras (Gerona), durante la Guerra del Rosellón entre España y Francia. Luego estuvo agregado al Batallón de Infantería de Canarias y después a la División de Granaderos de Castilla La Nueva. También sirvió en la guarnición de Cádiz, de donde regresó a Santa Cruz de Tenerife, donde estuvo agregado al Batallón de Infantería de Canarias. Después de ascender a teniente del Regimiento de Abona, continuó prestando el servicio de guarnición en Santa Cruz de Tenerife, primero en la Columna Provincial y luego en el Batallón de Fusileros. Finalmente ascendió a capitán de la 8ª compañía del mismo Regimiento, en el que obtuvo su retiro, tras el cual abandonó Vilaflor y regresó a su villa natal, en la que murió soltero y en plena juventud.

Nació en la villa de Icod el 3 de mayo de 1770, siendo hijo del capitán don Manuel Soler de Arguijo y Linzaga y doña Teresa de Torres y Alayón. Tres días después fue bautizado en la iglesia parroquial de San Marcos por el presbítero don Antonio Vicente de Vergara, con licencia del beneficiado rector Lcdo. don Antonio de Casares; se le puso por nombre “Ambrosio” y actuó como padrino su abuelo materno el capitán don Domingo de Torres…

En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

La Sociedad de recreo “Círculo Agrícola” de Arico el Nuevo (1909-1936)

Este artículo está dedicado a una de las numerosas sociedades de recreo o casinos que han existido en los pueblos del Sur de Tenerife, sobre todo durante la II República Española, hasta que tropezaron con la intransigencia surgida al producirse el golpe de estado que inició la Guerra Civil, pues ello supuso el cierre de la mayor parte de dichos centros, por considerarlos afines al Frente Popular. Concretamente, en el municipio de Arico existieron casinos en: Arico el Nuevo, el “Círculo Agrícola” (1909-1936 y 1940-?); El Lomo o Villa de Arico, “El Progreso” (1911) y la “Atlántida” (1924-1936); Arico el Viejo, el “Centro Republicano” (1931-1936); La Sabinita, “Unión y Libertad” (1932-1936); El Bueno, “La Unión del Bueno” (1934-1936) y “Círculo de Amistad 25 de Julio” (1934-1935); y otros dos en El Río de Arico, cuyos nombres no conocemos por el momento.

En este artículo nos vamos a centrar en la Sociedad de recreo “Círculo Agrícola” de Arico el Nuevo, que vivió una primera etapa entre 1909 y 1927, en que, junto a los bailes y otras actividades recreativas, tuvo un intenso compromiso social y político, sobre todo desde una línea conservadora, dado que sus socios siempre fueron los vecinos más acomodados de dicho pueblo y de todo el municipio. En 1927 se refundó, se redactaron sus nuevos estatutos y se legalizó, revitalizando su actividad recreativa hasta el final de la II República; y de esta segunda etapa conocemos algunas de sus juntas directivas. Fue el único casino del municipio de Arico que reabrió sus puertas tras la Guerra Civil, por la línea conservadora de sus socios, aunque se mantuvo durante pocos años, de los que de momento no tenemos información…

En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Adeje: Don Fermín Fraga y Fraga (1870-1916), emigrante, maestro de Primera Enseñanza en Cabañas (Cuba) y en la villa de Adeje, apoderado de la “Cooperativa Integral de Adeje”, adjunto de la mesa electoral y del tribunal municipal, investigador histórico y colaborador periodístico

De sangre guanche, nuestro biografiado emigró a Cuba en plena adolescencia y, como alumno libre, obtuvo en La Habana el título de Maestro Elemental de Primera Enseñanza, siendo el primer hijo de Taucho que cursó la Enseñanza Superior; ejerció como maestro en Cabañas (Cuba) y luego regresó a Adeje, donde contrajo matrimonio. Posteriormente prestó su servicio militar, siendo movilizado para la campaña de Puerto Rico, donde sirvió en los Voluntarios de dicha isla, y al finalizar la guerra fue repatriado. De nuevo en su tierra natal, comenzó a ejercer como maestro interino en la escuela elemental de niños de Adeje, que poco después obtuvo en propiedad por oposición, y a cuyo frente estuvo durante 13 años, hasta su prematuro fallecimiento. Además, fue socio de la Sociedad de recreo “Unión y Cultura”, para cuya biblioteca donó unos libros; cofundador y apoderado de la Mutualidad escolar “Cooperativa Integral de Adeje”, pionera de las islas; adjunto de la mesa electoral y del tribunal municipal de Adeje. También destacó como investigador histórico de Adeje, publicando varios trabajos de interés en el periódico Gaceta de Tenerife, el último dos meses antes de su muerte.

Nació en la casa nº 19 del caserío de Taucho el 22 de agosto de 1870, a las ocho de la mañana, siendo hijo de doña María de la Concepción Fraga Díaz. Cuatro días después fue bautizado en la iglesia parroquial de Santa Úrsula de la villa de Adeje, por el beneficiado propio don Rafael Alemán y Montesdeoca; se le puso por nombre “Fermín Sinforiano” y actuó como padrino don Francisco Fraga Hernández, primo de su madre, siendo testigos don Pedro Euriel y don Antonio Socas Trujillo, vecinos de dicha villa…

En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Güímar: Doña María del Carmen Batista Cruz (1927-2017), estudiante de Ciencias Químicas, Lcda. en Farmacia, primera farmacéutica güimarera, analista, Diplomada en Óptica, Insignia de Oro del Colegio Oficial de Farmacéuticos y Premio “Argenta de Franquis” del Ayuntamiento de Güímar

Tras obtener el título de Bachiller en el colegio “Santo Domingo” de Güímar, regentado por las religiosas de Nazaret, nuestra biografiada cursó los dos primeros años de Ciencias Químicas en la Universidad de La Laguna. Luego pasó a la Universidad Complutense de Madrid, en el que cursó la carrera de Farmacia, que concluyó en la Universidad de Granada, siendo la primera farmacéutica güimarera. Comenzó a ejercer en la farmacia que desde hacía dos años regentaba en Güímar su hermano, don Antonio Rafael Batista Cruz, con quien aprendió a hacer análisis, tanto de sangre como de orina. Tras la prematura muerte de éste, se hizo cargo de dicha farmacia, que regentó en solitario durante 52 años, hasta su jubilación. En ese tiempo también ejerció como inspectora farmacéutica municipal y como titular suplente de la farmacia de Fasnia; además, fue socia cofundadora de COFARTE y diplomada en Óptica y Optometría. Como reconocimiento a su labor profesional, recibió la Insignia de Oro del Colegio Oficial de Farmacéuticos y el Premio “Argenta de Franquis” 2013 del Ayuntamiento de Güímar. También tuvo una notable afición literaria, siendo autora de varios trabajos, algunos de los cuales permanecen inéditos y otros tres fueron publicados en El Día; por uno de estos recibió una mención honorífica en un concurso sobre la Cruz Roja Española.

Nació en la calle San Pedro Abajo de Güímar el 5 de diciembre de 1927, a las cinco de la madrugada, siendo hija de don Andrés Batista Batista y doña María Cruz García, naturales de Arafo, pero ella oriunda de Güímar por su padre. El 28 de ese mismo mes fue bautizada en la iglesia matriz de San Pedro Apóstol por el cura ecónomo don Domingo Pérez Cáceres; se le puso por nombre “María del Carmen Guadalupe” y actuó como padrino su tío, don Gonzalo Cruz García…

En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Arona-Vilaflor de Chasna: Don José Antonio Sarabia González (1752-1832), propietario agrícola y ganadero, sargento de Milicias, alcalde de Vilaflor de Chasna, promotor de la segregación de Arona y su alcalde real, causante de un escándalo y graves disturbios al fugarse con su novia para contraer matrimonio

Nuestro biografiado, que era miembro de una de las familias más destacadas de Arona, saltó a la fama con motivo del escándalo y los graves disturbios que se vivieron en toda la comarca al fugarse con su novia, pues el padre de ésta, el poderoso capitán don Agustín González Bethencourt, se oponía a la boda por considerar que Sarabia perseguía la rica herencia que su hija había recibido de un tío sacerdote; pero tras la boda, autorizada por el obispo, se produjo la reconciliación familiar y los novios se establecieron en la casa del citado capitán, en Altavista (Arona). A partir de entonces don José Antonio comenzó a destacar como propietario agrícola y ganadero, como tal, arrendó tierras a la Casa Fuerte de Adeje y aguas al Heredamiento de Vilaflor, con el que luego sostuvo un pleito. Además, fue sargento 2º de Milicias y alcalde real de la amplia jurisdicción de Chasna. Desde ese último cargo fue uno de los principales promotores de la segregación religiosa y civil de Arona, siendo uno de los vecinos que se comprometieron al mantenimiento económico de la nueva parroquia y resultó elegido comisario elector del primer Ayuntamiento de dicho pueblo, del que luego fue elegido alcalde real en dos ocasiones.

Nació en el pago de Arona el 20 de octubre de 1752, siendo hijo del entonces alférez don Bartolomé Agustín de Sarabia y doña Beatriz González (o Alonso Domínguez). Cinco días después fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol de Vilaflor, a cuya jurisdicción pertenecía por entonces dicho lugar, por el presbítero don Antonio García del Castillo, con licencia del párroco don Salvador Xavier López; se le puso por nombre “José Antonio Javier” y actuó como padrino el capitán don Mateo García Fonte del Castillo, por entonces alcalde de la amplia jurisdicción chasnera…

En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

La Sociedad “Juventud Católica” de Candelaria (1930-1939) y su intensa actividad cultural y religiosa

En este artículo nos vamos a ocupar de una de las sociedades constituidas en Candelaria antes de la Guerra Civil Española, la “Juventud Católica”, que poco tenía que ver con los casinos existentes por entonces en los distintos núcleos de población del municipio. Solo coincidía con ellos en la celebración de veladas teatrales, musicales y literarias, pues su fin principal era encauzar la vida intelectual y moral de los jóvenes hacia las exigencias cristianas que marcaba la Religión Católica. Desarrolló una intensa actividad cultural, pues llegó a contar con una biblioteca, un cuadro dramático, un coro y una orquesta, esta última dirigida por su presidente fundador, don Álvaro González Tejera, además de impartirse en su seno conferencias y cursillos con la proyección de imágenes fijas, la mayoría de contenido religioso; también se impartieron en ella clases nocturnas y de primeras letras para analfabetos. Pero esta vertiente socio-cultural decayó drásticamente tras su integración en la Acción Católica y el inicio de la Guerra, al ser movilizados muchos de sus socios y centrarse casi exclusivamente en su vertiente religiosa. Su impulsor y consiliario fue el sacerdote dominico fray Ramón Fernández.

A mediados de 1930 ya estaban en funcionamiento las Juventudes Católicas de Santa Cruz de La Palma (con unos 200 socios) y Las Palmas de Gran Canaria; asimismo, se estaban organizando las de La Laguna, Santa Cruz de Tenerife, El Paso y Valverde. En ese ambiente, se promovió la constitución de la “Juventud Católica” de Candelaria, que sería la primera de este tipo legalizada en Tenerife, cuya comisión organizadora redactó en agosto de dicho año su Reglamento, que comenzaba explicando lo que era la Juventud Católica y señalando su situación en España y en Canarias, en términos muy entusiásticos…

En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo: