Güímar: Don Cándido Rodríguez García (1807-1888), capitán graduado de Milicias, alcalde constitucional, juez de paz y 2º mayor contribuyente del municipio

Cándido Rodríguez García     La gran mayoría de los oficiales de las Milicias Canarias no se limitaron a la actividad militar, sino que compatibilizaron ésta con el cuidado de sus propiedades agrícolas y con el desempeño de cargos públicos locales. Don Cándido Rodríguez García fue uno de estos oficiales, que alcanzó el empleo de teniente de Milicias y se retiró con el grado de capitán, “uso de uniforme y fuero entero de guerra”. Además, fue un rico propietario, hasta el punto de figurar como el 2º máximo contribuyente del municipio; actuó como elector de diputados a Cortes y desempeñó en varias legislaturas los cargos municipales de regidor, teniente de alcalde y alcalde 1º constitucional de Güímar; como tal, tuvo graves enfrentamientos con el párroco de la localidad. Ejerció asimismo como juez de paz, suplente y titular, perito judicial y “hombre bueno” en juicios, secretario escrutador de la mesa electoral, perito repartidor de contribuciones, miembro de las juntas municipales de Beneficencia, Escuelas, Sanidad y Amillaramiento, etc. Constituyó con su esposa una de las familias más numerosas del Valle de Güímar, pues tuvo 13 hijos.

     Nuestro biografiado nació en Güímar el 10 de marzo de 1807, siendo hijo de don Bernardo Rodríguez Torres y doña María García del Castillo. Al día siguiente fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol por su tío don Nicolás Rodríguez Torres, con licencia del beneficiado propio don Florentín Núñez y Torres; se le puso por nombre “Cándido Jesús del Sacramento” y actuó como padrino su tío materno, don Ignacio García del Castillo…

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Artículo-CÁNDIDO RODRÍGUEZ GARCÍA

Los jueces de paz de Adeje en su primera etapa (1855-1870)

Adeje-jueces     En la Villa de Adeje, al igual que en los restantes municipios de España, hasta mediados del siglo XIX los juicios verbales de faltas se celebraban ante el alcalde de la localidad o el teniente de alcalde en el que aquel delegase, así como ante el alcalde de mar. Pero en 1855, la Legislación española separó la autoridad civil de la judicial, al crear la figura independiente del “Juez de paz”. Afortunadamente, conocemos casi todos los jueces que ha tenido la jurisdicción de Adeje desde 1856 hasta hoy, aunque dicha figura ha sufrido algunos cambios en este municipio a lo largo del tiempo, pues primero fueron jueces de paz (1856-1870), luego jueces municipales (1871-1945) y de nuevo jueces de paz, desde 1945 hasta el presente. En este artículo solo nos vamos a ocupar de los primeros.

     Para cubrir las vacantes de jueces o suplentes se elegirían personas de reconocido prestigio en los diferentes municipios, por lo que la mayoría de ellos asumirían también otras responsabilidades en dichas localidades, tanto en el Ayuntamiento como en las Milicias o en la Parroquia. En esta primera etapa (1855-1870) solo conocemos cuatro jueces de paz titulares, gracias a que la mayoría de los nombramientos se recogían en el Boletín Oficial de la Provincia de Canarias. El récord de permanencia al frente del Juzgado lo ostentó don José González Mariposa, con más de 7 años y medio como juez titular (tras dos reelecciones), seguido por don José Trujillo Martín (4 años consecutivos como titular y otros 2 como suplente), don Fernando Jorge Brito (3 años) y don José María Ruiz (casi 2 años). Con respecto al lugar de nacimiento, por lo menos uno de los jueces titulares no nació en el municipio de Adeje: don José María Ruiz; pero tampoco nacieron en esta villa cuatro de los suplentes: don José González Feo (natural de Vilaflor), don Ramón Hernández Barroso (de Los Realejos), don Miguel García Alfonso (de San Miguel de Abona) y don José Sicilia Zeruto (de La Oliva).

     Desgraciadamente, solo conocemos un secretario titular del Juzgado de Paz de Adeje, don Manuel Rodríguez, quien continuaría luego como secretario del Juzgado Municipal; y un secretario interino, don Pedro Melo Casañas.

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Artículo-JUECES DE PAZ DE ADEJE-PRIMERA ETAPA

Arafo: Don Claudio Marrero y Delgado (1831-1895), sacerdote brillante y muy polémico, Lcdo. en Sagrada Teología, párroco de Arafo, Santa Cruz de Tenerife y La Laguna, arcipreste de Güímar y Santa Cruz, misionero apostólico, examinador sinodal y destacado orador sagrado, condenado por homicidio

Claudio Marrero Delgado     Nuestro biografiado llegó a ser uno de los hijos más preclaros de Arafo. Sacerdote culto y destacado, obtuvo en propiedad, tras brillante oposición, la parroquia de su pueblo natal y luego los títulos de Bachiller y Licenciado en Sagrada Teología; además, fue arcipreste y subcolector de capellanías vacantes del partido de Güímar. Luego ejerció como cura ecónomo y arcipreste juez eclesiástico de Santa Cruz de Tenerife; beneficiado propio de la parroquia matriz de Ntra. Sra. de la Concepción de La Laguna; misionero apostólico y examinador sinodal de las Diócesis de Tenerife, Canaria y Barcelona; socio de Sociedad de Amigos de Santa Cruz de Tenerife y vice-censor de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, miembro del Congreso Católico Nacional de Sevilla y de la Hermandad de Sufragios Mutuos de la Diócesis; brillante orador sagrado y propietario agrícola. Su intransigencia religiosa y su no disimulada actividad política desde el bando monárquico absolutista, unidos a su fuerte carácter, le llevaron a graves enfrentamientos con amplios sectores de sus feligreses y los ayuntamientos de Arafo y Santa Cruz, sufriendo constantes ataques por parte de la prensa republicana. A ello se sumó su condena por homicidio involuntario, lo que bloqueó su carrera sacerdotal y su ascenso a arcediano de la Catedral.

     Nació en Arafo el 13 de octubre de 1831, siendo hijo de don Vicente Tomás Marrero y doña María Concepción Delgado Baute. Tres días después recibió el bautismo en la iglesia de San Juan Degollado de manos del presbítero don Ignacio Pérez, con licencia del párroco don Antonio Rodríguez Torres; se le puso por nombre “Claudio Eduardo” y actuó como madrina doña María Antonia García, natural y vecina de dicho lugar…

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Artículo-CLAUDIO MARRERO DELGADO