Güímar: Don José González Delgado (1825-1890), sirviente, sargento 1º de Milicias perpetuado, alférez graduado, cartero y sargento de ordenanza de la Capitanía General de Canarias, cabo de sala y empleado del Hospital Militar de Santa Cruz de Tenerife

Nuestro biografiado ingresó con tan solo 14 años como tambor en el Regimiento de Milicias Provinciales de Güímar, donde prestó sus servicios durante cinco años. Pero por disolución de dicho cuerpo, pasó con el mismo empleo al Batallón Ligero Provincial de La Laguna, donde recibió un premio de constancia y una condecoración. Simultaneó su servicio militar con su trabajo de sirviente para alguna familia acomodada de dicha ciudad. Tras obtener la licencia absoluta se reenganchó en el mismo Batallón, donde fue ascendiendo desde soldado hasta sargento 1º de Milicias, perpetuado en el Ejército y con diversos premios de constancia, aunque durante la mayor parte del tiempo estuvo movilizado en el Batallón Ligero Provisional de Canarias, de guarnición en Santa Cruz de Tenerife; además, desempeñó los destinos de cartero y sargento de ordenanza de la Capitanía General de Canarias, así como cabo de sala del Hospital Militar de Santa Cruz de Tenerife. Tras obtener el retiro, después de 39 años de servicio en las Milicias Canarias, se le concedió el grado de Alférez y continuó empleado en el mencionado Hospital Militar. Vivió en la capital tinerfeña hasta su muerte, casado y con sucesión.

Nació en Güímar el 3 de enero de 1825, siendo hijo de don Agustín González de Ara y Cairós, natural de la villa de La Orotava, y doña María del Carmen Delgado Flores y Fariña, también conocida como “Ana María” o “María de los Remedios”, que lo era del pueblo sureño. Tres días después fue bautizado en la iglesia matriz de San Pedro Apóstol por el presbítero don Nicolás Rodríguez Torres, con licencia del beneficiado servidor don Antonio Rodríguez Torres; se le puso por nombre “José Juan” y actuó como padrino don José Joaquín Trinidad, de dicha vecindad…

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Interesantes descripciones de San Miguel de Abona en 1865, según Pedro de Olive y el Dr. Agustín Díaz Núñez

En ocasiones anteriores ya hemos recogido algunas descripciones del término municipal de San Miguel de Abona, que abarcan los periodos comprendidos entre 1800 y 1850, así como de 1875 a 1950 y 1965. Hoy nos vamos a centrar en dos de ellas correspondientes a sendos libros publicados en 1865; una muy extensa y detallada, incluida en el valioso Diccionario del funcionario de Estadística Pedro de Olive, y otra más breve, elaborada por el Dr. Agustín Díaz Núñez, primer arcipreste del Sur de Tenerife, pero también de interés y centrada fundamentalmente en la parroquia local.

Gracias a la extensa descripción de este término municipal realizada por Olive, podemos saber, en resumen, que por entonces estaba compuesto por un lugar, tres aldeas, 11 caseríos y 10 casas aisladas, que en total sumaban 367 edificios y 16 cuevas u hogares, de los cuales 299 estaban habitados constantemente y 63 temporalmente; su población ascendía a 1.916 personas, 884 varones y 1.032 hembras, de los cuales 1.615 no sabían leer, 50 sabían “leer y no escribir” y tan solo 251 dominaban la lectura y la escritura; sólo existía una escuela de niños, a la que acudían 136 alumnos, y una de niñas, con tan solo 14 alumnas. El pueblo contaba con un pósito, aportaba un total de 32.711,62 rs vn de contribuciones, y su Ayuntamiento tenía 6.657 rs vn de gastos y sólo 5.430 rs vn de ingresos. La cabaña ganadera ascendía a 679 cabezas, incluyendo 4 camellos; y contaba por entonces con cinco caminos: “de Travesía”, “del Mar”, “de Viña vieja”, “de la Mesa” y “de Jama”. El municipio solo tenía 18 electores para las elecciones de diputados; la corporación municipal contaba con 12 concejales; y le correspondían 3 mozos de cupo para la Sección de Abona…

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Arico-Granadilla de Abona: Don Martín Rodríguez Delgado (1813-1874), estudiante de Náutica, políglota, rico propietario, agente comercial, regidor del Ayuntamiento de Santa Cruz, diputado provincial y alcalde de Arico

En su juventud, nuestro biografiado cursó estudios de Náutica en Estados Unidos y vivió una temporada en Francia, por lo que dominaba el inglés y el francés. Adquirió amplias propiedades en Las Vegas (Granadilla de Abona) y, tras su matrimonio en Arico, obtuvo otras muchas en este término, llegando a ser uno de los más ricos propietarios de tierras y aguas de ambos municipios; fue nombrado corresponsal en Arico de la Junta de Agricultura de Canarias y también ejerció como agente comercial en la capital tinerfeña. Además, tuvo una intensa vida pública, pues fue regidor del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, diputado provincial y alcalde de Arico; en esta actividad política sobresaldrían luego muchos de sus descendientes.

Nació en Santa Cruz de Tenerife el 9 de octubre de 1813, siendo hijo de don Martín Rodríguez Castellano y doña Antonia Delgado Meneses, naturales y vecinos de dicha capital. Al día siguiente fue bautizado en la iglesia parroquial de Ntra. Sra. de la Concepción, por el sacerdote don Juan José Pérez González; se le puso por nombre “Martín Antonio Pedro Dionicio” y actuó como padrino don Pedro Pablo de Sala, natural de Barcelona…

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Granadilla de Abona-Arona-Vilaflor de Chasna: Don Agustín González Bethencourt (1729‑1819), teniente de Caballería, capitán de Milicias graduado de Infantería, comandante de armas, alcalde de Vilaflor, promotor de la segregación religiosa y civil de Arona, alcalde de este pueblo y mayor propietario de la jurisdicción

Nuestro biografiado, nacido en Granadilla de Abona y casado en Adeje, vivió con su familia en el pago de Ifonche y luego en el de Arona, donde su esposa heredó una casona y extensas propiedades de un hermano sacerdote; también fue arrendatario de tierras de la Casa Fuerte de Adeje. Llegó a ser el mayor propietario agrícola y ganadero de la amplia jurisdicción de Vilaflor de Chasna, con esclavos y criados a su servicio. Asimismo, siguió una destacada carrera militar, que comenzó como cabo de la escuadra de Milicias de Arona, donde residía; luego obtuvo una plaza de teniente de Caballería, con la que posteriormente pasó al Regimiento de Milicias de Abona; y, finalmente, ascendió a capitán de Milicias en el mismo cuerpo; como tal, fue comandante de armas de Arona y antes de su retiro recibió el grado de Capitán de Infantería. Además, fue alcalde real de Vilaflor de Chasna en tres etapas y hermano de las Hermandades del Santísimo Sacramento, Misericordia y Ntra. Sra. del Rosario de la parroquia matriz de San Pedro Apóstol. Fue uno de los vecinos más destacados de Arona, donde, junto a su yerno el también capitán don José Antonio Hernández Montesino, promovió la segregación religiosa y política de este pueblo de la amplia jurisdicción chasnera a finales del siglo XVIII; en esta localidad ejerció como prioste de la Hermandad de la Misericordia, alcalde real en dos ocasiones y alcalde constitucional en otra.

Nació en Granadilla de Abona hacia 1729, siendo hijo de don Juan González Muros, natural y vecino del pago de El Salto, y doña María Bethencourt García, que lo era de Ifonche, quienes eran primos en tercer grado de consanguinidad y se habían casado en 1723. Desconocemos la fecha exacta de su nacimiento y de su bautismo, por haber desaparecido el libro 3º de bautismos de la parroquia de San Antonio de Padua en el incendio ocurrido en 1805 en casa del presbítero don Francisco Miguel Rodríguez Bello, notario público de dicho pueblo.

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Güímar: Fray Luis Núñez (1693-?), sacerdote dominico, lector, regente de estudios, rector y prior del Convento-colegio de Santo Domingo de La Laguna, predicador general, presentado, prior provincial de la Orden de Predicadores y maestro en Sagrada Teología

Dedicamos este artículo a uno de los más prestigiosos de los numerosos nacidos en el municipio de Güímar, en cuyo convento profesó. Después de su ordenación sacerdotal ostentó los cargos de lector, regente de estudios, rector y prior del convento-colegio de Santo Domingo de La Laguna y, por último, prior provincial de la Orden de Predicadores. Simultáneamente, fue recibiendo en su carrera teológica dentro de la Orden de Predicadores los importantes títulos de predicador general, presentado y maestro en Sagrada Teología.

Nació en Güímar el 6 de marzo de 1693, siendo hijo de don Luis Díaz Núñez y doña María de la O Perera. Dos días después fue bautizado en la iglesia parroquial de San Pedro por fray Cristóbal de Betancurt, de la Orden de Predicadores; se le puso por nombre “Luis” y actuó como padrino el venerable beneficiado de dicha parroquia, el Bachiller don Bartolomé Pérez Sutil…

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El municipio de Santiago del Teide en 1906, descrito por el militar y matemático don Juan López Soler

En abril de 1898 el militar y matemático gallego don Juan López Soler (1871-1954), por entonces capitán del Depósito de la Guerra y Comisiones Topográficas, fue destinado a la Capitanía General de Canarias. Durante el año y medio que permaneció en Tenerife fue comisionado para realizar la topografía insular. Este trabajo le permitió redactar en 1906 su libro geográfico la “La isla de Tenerife”; un estudio concienzudo y minucioso sobre la red de caminos y carreteras, las producciones e infraestructuras de la totalidad de los pueblos y comarcas de la isla, sin olvidar otros muchos datos de interés.

En dicho libro, López Soler hizo una de las descripciones más detalladas del municipio de Santiago (aún no se denominaba Santiago del Teide) de las publicadas hasta entonces, incluyendo todo lujo de detalles orográficos y geológicos (picos, roques, montañas, conos volcánicos, coladas de lava), con una llamativa riqueza toponímica; el paisaje vegetal; los caminos; los núcleos de población, con el número de edificios, albergues y habitantes, así como la actividad profesional de éstos y la producción económica del término…

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Adeje: Don Antonio Casañas García (1805-1877), sargento 2º de Milicias, emigrante a América, tallador de quintos en el Ayuntamiento de Adeje, agricultor y modesto propietario

Nuestro biografiado creció en el seno de una modesta familia de agricultores, que prosperó al entrar al servicio de los Marqueses de Adeje y Condes de La Gomera, quienes mostraron su confianza hacia ellos al nombrar a varios de sus miembros alcaldes mayores de Adeje o empleados en su residencia de La Orotava o en La Gomera. Don Antonio alcanzó el empleo de sargento 2º de Milicias, emigró a América y a su regreso actuó como tallador de quintos en el Ayuntamiento de Adeje. Además, durante toda su vida trabajó como agricultor, llegando a ser un modesto propietario agrícola y ganadero.

Nació en Adeje (probablemente en el pago de Tijoco) el 13 de octubre de 1805, siendo hijo de don Pedro Casañas de Torres y doña Paula García Jorge. Dos días después fue bautizado en la iglesia parroquial de Santa Úrsula por el beneficiado don Agustín Salazar; se le puso por nombre “Antonio José” y actuó como padrino don Francisco Capote Alayón, natural y vecino de la misma villa…

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Candelaria: Don Juan Castellano Fariña “El Cape” (1919-2010), pescador experto, patrón de barco y primer patrón mayor de la Cofradía de Pescadores “Nuestra Señora de Candelaria”, que da nombre a una calle

Este artículo está dedicado a un viejo pescador de Candelaria, que comenzó en dicha actividad con tan solo nueve años. Estuvo movilizado con motivo de la Guerra Civil como soldado de Infantería, combatiendo en varios frentes. Durante toda su vida estuvo ligado a la pesca, como experto pescador y patrón de barco, llegando a ser considerado por sus paisanos como un sabio del mar. Por dicho motivo, fue elegido primer patrón mayor de la Cofradía de Pescadores “Nuestra Señora de Candelaria”, que abarcaba desde Boca Cangrejo (El Rosario) hasta el Porís de Abona (Arico), cargo que ostentó durante más de 15 años. En vida fue reconocido con la nominación de la calle de la villa de Candelaria en la había vivido.

Nació en el barrio de Amance de Candelaria el 22 de septiembre de 1919, a las ocho de la tarde, siendo hijo del pescador don Juan Castellano Mesa y doña María Fariña Sabina. El 19 de octubre inmediato fue bautizado en la iglesia de Santa Ana por el cura párroco don Ruperto Marcos Molina y Molina, actuando como padrino don Nicolás Guanche Mallorquín…

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Güímar: Don Juan García Dorta (1926-1994), agricultor, soldado de Automovilismo, sargento 1º de la Policía Armada, capitán condecorado de la Policía Nacional e inspector jefe del Cuerpo Nacional de Policía

Nuestro biografiado inició su vida profesional como agricultor en su pueblo natal. Luego prestó su servicio militar como Soldado voluntario en el Grupo de Automovilismo de Canarias, destinado como conductor en la Capitanía General de estas islas. Una vez licenciado solicitó y obtuvo su ingreso en el Cuerpo de la Policía Armada y de Tráfico, en el que ascendió desde policía hasta sargento 1º. Luego, ya en el Cuerpo de la Policía Nacional, ascendió desde brigada hasta capitán, empleo éste reconvertido luego en inspector jefe del Cuerpo Nacional de Policía, con el que se jubiló. Durante su larga vida laboral en Tenerife le tocó vivir algunas situaciones desagradables, entre ellas dos accidentes aéreos y unos graves disturbios en el campo de fútbol de la capital tinerfeña, en todos los cuales demostró su templanza y profesionalidad. Durante su carrera recibió diversas condecoraciones, entre ellas una Cruz del Mérito Militar con Distintivo Blanco y la Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo. Al ser destinado a Tenerife recuperó sus orígenes agrícolas en sus fincas de Lomo de Mena y su afición por la pesca en El Tablado, que mantuvo después de jubilado.

Nació en Lomo de Mena (Güímar) el 23 de agosto de 1926, siendo hijo de don Juan Manuel García Delgado y doña Guillerma Juana Dorta García. El 5 de septiembre inmediato fue bautizado en la iglesia de San Joaquín de Fasnia por el cura párroco don Celso González Tejera, también encargado de la iglesia de San José de El Escobonal; se le puso por nombre “Juan Felipe” y actuó como padrino don Ulpiano Pestano Jorge y doña María de la Consolación Coello Campos…

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Las continuas amenazas de ruina y el desplome de la iglesia parroquial de San Joaquín de Fasnia en 1918

En 1796 se erigió la parroquia de San Joaquín de Fasnia en la pequeña “Iglesia Vieja” de dicho término, construida en la segunda mitad del siglo XVII, y en ella se mantuvo hasta el 1 de noviembre de 1800, en que fue bendecida la nueva iglesia parroquial que había levantado el vecindario. Pero la trayectoria del segundo templo parroquial de Fasnia es una historia de infortunios, pues a lo largo de su historia fue víctima de todos los temporales que han azotado la isla. Además, las dificultades económicas y la urgencia ordenada por el obispo para construir la iglesia motivaron el que se usasen materiales de mala calidad y no se rematasen las obras como era debido, por lo que tan solo una docena de años después de su construcción el nuevo edificio que albergaba la parroquia ya amenazaba ruina y así continuó con altibajos hasta comienzos del XX. También sufrió graves daños con motivo del catastrófico aluvión de 1826, por lo que tuvo que sufrir una restauración que duró varios años. Entre 1834 y 1838 se construyó la sacristía, que más adelante serviría temporalmente de parroquia. Pero los arreglos practicados por los distintos párrocos no fueron suficientes para detener la ruina de la iglesia de San Joaquín, muy grave en la segunda mitad del siglo XIX, por lo que en 1883 el cura ecónomo de Fasnia elevó una instancia al obispo de la Diócesis, para manifestarle el estado ruinoso que presentaba y el peligro que suponía el continuar celebrando el culto en ella, por lo que solicitaba permiso para habilitar y bendecir un templo provisional, mientras se efectuasen las obras de reparación de la iglesia, obteniendo la correspondiente autorización.

El siglo XX comenzó casi igual a como había acabado el anterior, con la iglesia parroquial amenazando una constante ruina, debido a su pobre construcción y a las malas reparaciones, que continuaron llevándose a cabo entre 1907 y 1913. De este modo, en 1917 el templo llegó a tal estado de ruina que el alcalde prohibió la celebración de los oficios religiosos e, incluso, se suprimió la fiesta anual en honor de San Joaquín. Por ese motivo, se encargó un interesante proyecto de iglesia parroquial al arquitecto don Restituto Ginés, quien lo redactó en ese mismo año. Pero, poco después, pasó lo que tenía que pasar y en la noche del 9 de febrero de 1918 se desplomó la iglesia parroquial de San Joaquín con motivo de un fuerte temporal, quedando totalmente arruinada, pero sin que se produjesen desgracias humanas. El culto se efectuó a partir de entonces en la sacristía, previo su acondicionamiento, la cual sirvió durante 15 años como iglesia provisional. De esas amenazas de ruina y del desplome del templo parroquial nos vamos a ocupar en el presente artículo…

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