Los cementerios de Vilaflor de Chasna

Vilaflor-cementerios     La iglesia parroquial de San Pedro Apóstol de Vilaflor sería el primer recinto utilizado para dar sepultura a los vecinos de la amplia comarca de Chasna; ya existía como ermita en 1533 y en ella se estableció en 1560 el beneficio de Abona, por lo que en él fueron enterrados inicialmente todos los vecinos de la amplia jurisdicción, que incluía a los actuales términos de Vilaflor, Arona, San Miguel de Abona, Granadilla de Abona y Arico, reduciéndose al primero de ellos, tras la sucesiva segregación de los restantes. A dicho templo se unió luego el convento agustino de Vilaflor, fundado en 1613, cuya capilla mayor se construyó en 1624, momento en el que fue dedicado a San Juan Bautista; en él recibirían sepultura muchos vecinos de la comarca de Chasna, en su mayoría de las principales familias que así lo disponían en sus testamentos. Esporádicamente, algunos vecinos también fueron enterrados en las ermitas que se fueron construyendo en tan extensa jurisdicción, sobre todo con motivo de epidemias o cuando el estado de los cadáveres no permitía su traslado hasta la cabecera del término. En dichos recintos continuaron siendo enterrados los chasneros hasta el segundo tercio del siglo XIX.

     A pesar de la Real Orden dictada en 1787 por el Rey Carlos III, que prohibía el enterramiento en las iglesias por motivos de salubridad, en la mayoría de los pueblos del Sur las inhumaciones continuaron llevándose a cabo en los templos parroquiales. Luego, tras constituirse definitivamente los ayuntamientos constitucionales en 1835, fue creciendo la preocupación de las autoridades para que los enterramientos se efectuasen por motivos de salud pública en recintos situados en las afueras de las poblaciones, con el fin de evitar la propagación de epidemias.

     Pero por falta de fondos para construir un cementerio en las afueras del pueblo, el Ayuntamiento de Vilaflor solicitó al Estado la cesión de la capilla mayor o iglesia del extinguido convento agustino para su uso como cementerio provisional del municipio; atendiendo a dicha petición, el 20 de mayo de 1837 el antiguo templo comenzó a ser utilizado como recinto funerario y continuó en funcionamiento durante 64 años, a pesar de su mal estado y ubicación en el centro de la población. Finalmente, en 1898 se abrió el expediente definitivo para la construcción del actual cementerio municipal, obra tan necesaria para la salubridad pública, a iniciativa de don Arturo Ballester, con el apoyo decidido del alcalde y la mayoría del vecindario; fue bendecido el 7 de noviembre de 1901, el mismo día en que se clausuró el anterior, por el cura ecónomo don Juan Elías Hernández…

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Artículo-CEMENTERIO DE VILAFLOR

La Federación Obrera Comarcal de Fasnia durante la II República Española en Canarias (1931-1936)

Fasnia-La Zarza-2     La proclamación de la II República supuso un revulsivo político, tanto en Fasnia como en todo el territorio nacional. Por ello, en 1931 se constituyó una Federación Obrera comarcal de ambos sexos, en La Zarza, así como el nuevo Comité local del Partido Republicano Tinerfeño y la Agrupación Socialista Obrera; en 1933 la Agrupación local del Partido Republicano Radical Socialista de Fasnia; y en 1934 el Comité local de Acción Popular Agraria. Además, se constituirían cinco casinos o sociedades recreativas progresistas, en los distintos núcleos de población del municipio: la Sociedad Cultural “1º de Febrero” de Fasnia (1928-1936), que fue la más antigua y de mayor duración; la Sociedad Unión Cultural “1º de Mayo” de La Zarza (1932-1936); la Sociedad “Unión Agrícola” (1932-1936) y la Sociedad “El Porvenir” (1934-1936) de Sabina Alta; y la Sociedad “Unión Club” de La Sombrera (1935-1936), la de trayectoria más corta. Pero la Guerra Civil acabó con la existencia de todas ellas, siguiendo, como en tantas otras cosas, un vacío cultural de varias décadas.

     El presente artículo está dedicado a la Federación Obrera comarcal de este municipio, que fue fundada en agosto de 1931, clausurada temporalmente a finales de 1934, reorganizada en marzo de 1936 y disuelta en julio de ese mismo año. Tuvo su sede en La Zarza, estuvo controlada por la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) y llegó a contar con 40 afiliados…

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La biblioteca parroquial de la Villa de Arafo (1966-1978)

     La parroquia de San Juan Degollado de Arafo, con don Vicente Jorge Dorta a su frente, cubrió durante una docena de años la falta de una biblioteca pública en Arafo, al construir y mantener una biblioteca parroquial. Para su construcción, encima del salón parroquial, se contó con varias subvenciones del Gobierno Civil y otras más pequeñas del Ayuntamiento de Arafo, así como los beneficios del espectáculo “Ecos de Primavera”, de la agrupación femenina arafera de pulso y púa “Aída”, la rifa de un televisor y diversos donativos, colectas y postulaciones. Gracias a todo ello, en 1966 se pudo abrir al público, aunque su inauguración oficial se retrasó hasta el 9 de febrero de 1968.

    Por su parte, la compra de libros se sufragó con varias rifas, la proyección de películas y las recolectas de donativos, tanto en Arafo como en Santa Cruz de Tenerife. También se donaron o cedieron algunos fondos bibliográficos por el Ayuntamiento y algunos particulares, llegando a contar con valiosas enciclopedias. Pero el mantenimiento de la instalación se logró gracias a las cuotas de los socios protectores, entre los que había algunos de Güímar, quienes pagaban 5 pesetas mensuales. Para regular su funcionamiento se creó una junta directiva, cuyo primer director fue su principal promotor y organizador, el maestro don José Mederos Sosa. Además, contaba con bibliotecarios, encargados de la compra, fichado y préstamo de libros, de los que el que más tiempo permaneció fue don Walter Gil Hernández, así como un grupo de chicas que prestaban en ella el Servicio Social, sustitutorio del militar, estando encargadas de la apertura, vigilancia y limpieza del local. Esta biblioteca parroquial cerró sus puertas hacia 1978, al entrar en funcionamiento la biblioteca pública de la Caja General de Ahorros…

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Artículo-BIBLIOTECA PÚBLICA PARROQUIAL-ARAFO

El Juzgado Municipal y el Registro Civil de Candelaria (1871-1945): jueces, fiscales y secretarios

Juzgado municipal-Candelaria     Hasta mediados del siglo XIX, los alcaldes ejercían como jueces de paz, celebrándose ante ellos los juicios de conciliación; pero en caso de ausencia o enfermedad, lo hacían en su lugar los tenientes de alcalde o los regidores, por orden de antigüedad. En 1856 se creó la figura del juez de paz, independiente de la Alcaldía. En diciembre de 1870 los jueces de paz se transformaron en jueces municipales; y en noviembre de 1945 volvieron a su antigua denominación de jueces de paz.

     En un artículo anterior ya nos ocupamos del primer Juzgado de Paz de Candelaria (1855-1870) y en éste vamos a recordar el Juzgado Municipal que sucedió al anterior. Éste se mantuvo durante 75 años, de 1871 a 1945, asumiendo la competencia del Registro Civil de la localidad, creado también en 1870, al igual que la nueva figura del fiscal municipal. Tuvo su primera sede en Barranco Hondo, de donde pasó a la cabecera municipal. En ese período existieron 10 jueces municipales titulares y 13 fiscales municipales, además de sus correspondientes suplentes, así como 37 secretarios (titulares, interinos, suplentes o accidentales), sin contar a numerosos “acompañados”. Es normal que muchos de los jueces y fiscales que alcanzaron la titularidad fuesen con anterioridad suplentes, pero llama la atención que varios de ellos ostentasen dos de dichos cargos, pues fueron jueces y fiscales, jueces y secretarios o fiscales y secretarios del Juzgado. También resulta llamativo que ninguna mujer desempeñase esos cargos…

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La efervescencia política y sindical de Arona durante la II República (1931-1936)

Arona-II República     Al comienzo de la II República, el municipio de Arona rondaba los 3.200 habitantes, de los cuales, un alto porcentaje figuraban como jornaleros, dependientes de los grandes propietarios: los Domínguez Alfonso, los Bello, los Bethencourt Herrera, los Tavío, los O’Donnell o los Villarreal. Tras una etapa de cierto ostracismo, la gestación y proclamación de la República supuso un revulsivo político y sindical tanto en Arona como en toda la geografía española, pues las clases populares comenzaron a darse cuenta de su poder y a reivindicar sus derechos.

     Con anterioridad, en Arona ya existía un Comité Republicano (fundado en 1913), al que se unió en 1931 una Cooperativa de los Obreros de la Comarca y en 1932 una Federación Obrera Comarcal. Luego lo hicieron cinco agrupaciones o comités locales: en 1932, el Comité Conservador Republicano; en 1933, la Agrupación Local del Partido Republicano Radical Socialista; en 1935, el Comité Local de Acción Popular Agraria; y en 1936, la Agrupación Municipal de Izquierda Republicana, la Agrupación Local del Partido Unión Republicana y la Agrupación Socialista. No obstante, el Ayuntamiento de Arona continuó dominado en toda esa etapa por los tradicionales grupos oligárquicos, que pusieron en la alcaldía, sucesivamente, a don Juan Bethencourt Frías, don Miguel Bello Rodríguez y don Eugenio Domínguez Alfonso; en la primera etapa se vieron forzados a un consenso, ante el surgimiento del movimiento obrero, mientras que en la segunda reforzaron sus posiciones, al retraerse las acciones promovidas por los trabajadores. Sólo con el Frente Popular llegó la izquierda al poder municipal, aunque solo lo ejerció durante menos de cinco meses.

     Todos los partidos y federaciones fueron disueltos al comienzo de la Guerra Civil y, medio siglo después, al comienzo de la actual etapa democrática, solo uno de ellos se reinstauró: la Agrupación Socialista…

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Artículo-AGRUPACIONES POLÍTICAS-ARONA-II REPÚBLICA

El trágico naufragio del velero chasnero de cabotaje “Tinerfe” en la costa sureste de Tenerife (1862)

Pailebot-Tinerfe     Construido en Tenerife, la primera referencia que se tiene del velero de cabotaje “Tinerfe” se remonta a 1857 y su corta trayectoria solo duraría cinco años, hasta su naufragio en 1862. Entre 1857 y 1860 figuraba como bergantín goleta (buque de dos palos y vela cuadrada o redonda, que usaba aparejo de goleta en el palo mayor); excepcionalmente, el 19 de diciembre de 1858 se le mencionaba como candray (embarcación pequeña de dos proas, por lo general con un mástil, que se usaba en el tráfico de cabotaje) y en un par de ocasiones de 1861 como goleta (embarcación fina, de bordas poco elevadas, con dos palos o a veces tres, y un cangrejo en cada uno) o polacra (buque de cruz, con dos o tres palos enterizos y sin cofas); pero de 1861 a 1862 se especificaba que era un pailebot de cabotaje (goleta pequeña o velero de bordas poco elevadas y con dos -o a veces tres- palos) y que tenía 55 toneladas.

     Este barco operaba entre el Sur de Tenerife (sobre todo en Granadilla) y Santa Cruz de Tenerife, aunque con frecuencia también lo hacía entre el puerto de la capital tinerfeña y Gran Canaria (Agaete y Las Palmas); más raramente, se desplazaba a San Sebastián de La Gomera, Santa Cruz de La Palma o Fuerteventura. En julio de 1857 era su patrón don Antonio Rodríguez: de agosto a diciembre de ese mismo año lo fue don Antonio Bermúdez; desde abril de 1858 hasta abril de 1859 lo patroneó don Luis Medina; de enero a mayo de 1860, el Sr. Suárez; de enero a abril de 1861, don José Hernández; de febrero a septiembre de dicho año, don Cristóbal Álamo; en diciembre del mismo, don José Medina; y en marzo de 1862, don Tomás García.

     En Granadilla de Abona embarcaba sobre todo losas chasneras (o losetas) y, en menor medida papas, frutos, fruta seca, cochinilla, madera de tea, trigo, etc. En Santa Cruz de Tenerife cargaba diferentes mercancías, “géneros”, “varios efectos”, “varios artículos”, sal, pipas vacías (o toneles), etc. En Santa Cruz de La Palma cargaba “frutos de América”; en Fuerteventura, “piedra de cal”; y en Gran Canaria, ganado vacuno o becerros. También hizo muchos viajes en lastre. En cuanto a pasajeros, los llevaba en casi todos sus viajes, con un número que osciló entre 2 y 110, aunque con más frecuencia variaba entre 5 y 15.

     El 25 de marzo de 1862, el pailebot “Tinerfe” salió de la costa de Granadilla de Abona hacia Santa Cruz de Tenerife, cargado de losas chasneras y frutos, pero desapareció en la travesía. El rumor sobre su naufragio se fue extendiendo por la isla y se disparó cuando cinco días después de su partida apareció el cadáver de un hombre en la costa de Arona. Poco después se confirmó su hundimiento, entre el puerto de salida y la costa de Güímar, a causa de un fuerte temporal del Noroeste, resultando ahogados los 12 tripulantes, incluido su patrón don Tomás García, y los 23 pasajeros, en total 35 personas; por ello, pasó a ser uno de los mayores accidentes marítimos de la historia canaria. La causa del naufragio se atribuyó a que el barco iba sobrecargado, lo que le impidió superar el mal estado del mar…

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El Beneficio del Valle de Güímar, primera Parroquia comarcal con sede en Candelaria (1539-1630)

Primer Beneficio Güímar     En el presente trabajo vamos a recordar los orígenes parroquiales del Valle de Güímar, con la creación en 1533 del “Medio Beneficio Curado Perpetuo de Güímar”, la primera Parroquia de la comarca, hace casi cinco siglos. A pesar de llevar dicho nombre, esa primera Parroquia comarcal tuvo su primera sede en Candelaria, que por entonces era el pueblo más importante del Valle. A partir de ella, surgieron todas las parroquias que hoy existen en el Sureste de Tenerife, desde Candelaria hasta Fasnia.

    Esa primitiva Parroquia o Beneficio comenzó a regir en 1539, estableciéndose inicialmente en el Santuario de la Virgen, lo que dio lugar a enfrentamientos entre el clero secular y el regular, pues desde hacía nueve años los dominicos estaban a cargo del cuidado de la Virgen. Tras lograrse un convenio con éstos, la parroquia pasó en 1543 a la Cueva de San Blas, donde permaneció hasta 1580, en que se abrió al culto la iglesia de Santa Ana, construida ex profeso para albergar el Beneficio comarcal; y en este templo continuó hasta 1630, en que se trasladó a la iglesia de San Pedro Apóstol de Güímar, tras haber permanecido durante casi un siglo en Candelaria…

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El Comité Republicano de San Miguel de Abona (1909-1923), primera agrupación política local

San Miguel-41.0 (CFIT)-2     En San Miguel de Abona, la fuerte influencia de unas pocas familias acomodadas, en las que surgieron algunos políticos de prestigio regional y nacional, motivó que en las elecciones celebradas en este municipio hasta el primer tercio del XX siempre ganasen los partidos liberales y conservadores. Como reacción contra ese arraigado caciquismo, en la I República ya había surgido en esta localidad un germen republicano, que derrochaba entusiasmo pero tenía poca fuerza electoral, por lo que duró poco tiempo y durante décadas volvió a quedar sumido en el ostracismo.

     Con nuevos bríos, en 1909 se fundó el primer Comité Republicano de San Miguel, la primera agrupación política organizada de dicho municipio, que se mantendría en activo en una primera etapa hasta la llegada de la Dictadura de Primo de Rivera, en 1923, y al que vamos a dedicar el presente artículo. Tuvo un claro protagonismo a nivel insular, al ser el primero de la isla que promovió la unión de los republicanos de Tenerife, por entonces bastante desunidos. A su frente estuvieron algunas de las personas más destacadas de la localidad, que antes, durante y después de esa larga etapa ostentaron cargos de relieve, tanto en el Ayuntamiento como en el Juzgado y en las distintas sociedades de recreo locales, e incluso algunos a nivel insular; entre ellas destacaron don José Bello Feo, don Fidencio Delgado Díaz y don Martín Reyes García…

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Artículo-COMITÉ REPUBLICANO SAN MIGUEL

La Sociedad Filarmónica y de Recreo de Güímar (1884-1909) y la Banda de Música que albergó en su seno

Sociedad Filarmónica-Güímar     Desde comienzos del siglo XIX se celebraban animados bailes en diversas casas particulares del municipio, sobre todo con motivo de las Fiestas de San Pedro en Güímar y las de San José en El Escobonal. Pero pronto surgieron los casinos, las primeras sociedades culturales y recreativas del municipio. La pionera fue la Sociedad “El Porvenir Democrático” (1869-1874), a la que siguieron la Sociedad “Filarmónica y de Recreo” de Güímar (1884-1909), el Casino de Güímar (1900-), único que sobrevive hasta el presente, la Sociedad “Euterpe” (1910-1914) y el Casino “La Unión” (1915-1924). En este artículo solo nos vamos a dedicar a la segunda de ellas.

     La “Sociedad Filarmónica y de Recreo” de Güímar fue fundada el 19 abril de 1884 en la calle San Pedro Abajo. Aunque su objetivo era recreativo, además de realizar las actividades propias de un casino, su principal cometido era mantener y fomentar la única Banda de Música de la localidad, que se integró en ella. Dicha agrupación musical era la más antigua de este tipo del Sur de Tenerife, pues existía desde 1853, se había desdoblado en dos en 1868 y se había reunificado antes de 1883. En las últimas décadas del siglo XIX y en la primera del XX sufriría altibajos, pero se mantendría en funcionamiento…

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El Juzgado de Paz de Candelaria en su primera etapa (1855-1870)

Candelaria-panorámica antigua (CFIT)     En Candelaria, al igual que en los restantes municipios de España, hasta mediados del siglo XIX los juicios verbales de faltas se celebraban ante el alcalde de la localidad o el teniente de alcalde en el que aquel delegase, así como ante el alcalde de mar. Pero en 1855, la Legislación española separó la autoridad civil de la judicial, al crear la figura independiente del “Juez de paz”. Afortunadamente, conocemos todos los jueces que ha tenido la jurisdicción de Candelaria desde 1856 hasta hoy, aunque esta figura ha sufrido algunos cambios en este municipio a lo largo del tiempo, pues primero fueron jueces de paz (1856-1870), luego jueces municipales (1871-1945) y de nuevo jueces de paz, desde 1945 hasta el presente. En este artículo solo nos vamos a ocupar del Juzgado de Paz en su primera época, centrándonos en la creación de la figura del juez de paz, en la relación de las personas que desempeñaron dicho cargo en Candelaria, tanto titulares como suplentes, y en los escasos secretarios que conocemos de esa etapa.

    En esta primera etapa (1855-1870) solo existieron ocho jueces de paz titulares, pues aunque en una etapa llegaron a coincidir tres de ellos, otros dos ocuparon el cargo en dos períodos distintos. Los conocemos gracias a que la mayoría de los nombramientos se recogían en el Boletín Oficial de la Provincia de Canarias. El récord de permanencia al frente del Juzgado lo ostentó don Manuel Cruz Marrero, con más de 5 años y medio como juez titular (en dos etapas), seguido por don Juan Agustín del Castillo (4 años consecutivos como titular), don Francisco Martín (3 años como titular y 6 como suplente, en distintas etapas), don Juan Amaro del Castillo (3 años como titular y 1,5 como suplente) y don Juan Rafael Rodríguez (2 años como titular y otros 2 como suplente). Con respecto al lugar de nacimiento, por lo menos uno de los jueces suplentes no nació en el municipio de Candelaria: don Antonio Ramos del Castillo (natural de La Victoria de Acentejo); pero creemos que otro suplente, don Manuel Gil, tampoco era natural de Candelaria. En cuanto a secretarios del Juzgado, de momento solo conocemos dos: don José María de Agreda y don José Pérez Fresneda

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