Antiguas familias de Agache (Güímar): los Castro-Macías de El Escobonal (“Los Gallegos”)

Los Gallegos-Escobonal     El presente artículo está dedicado a la genealogía de una conocida familia de El Escobonal (Güímar), que siempre se ha conocido como “Los Gallegos”, por el lugar de nacimiento de su fundador, don Antonio Mesías Arias de Santiago, natural de San Salvador de Serantes, hoy un barrio de El Ferrol (La Coruña). Inicialmente contrajo matrimonio en Santa Cruz de Tenerife con doña Juliana María Rodríguez Duranza, natural de la Villa de La Orotava, pero ésta murió muy joven y sin sucesión. Tras enviudar, celebró segundas nupcias en la misma capital tinerfeña con una escobonalera, doña Dominga María Gómez García, y luego se estableció con su familia en el pueblo natal de ésta, donde dejó una dilatada sucesión. El apellido del fundador sufrió variaciones a lo largo del tiempo en sus descendientes: Mesías, Mecías y Macías, pero éste se extinguió en sus nietos, al no haber quedado en Tenerife descendencia masculina, pues sus dos hijos varones se establecieron en América, como también harían otros miembros de la familia.

     En este artículo se hace una reseña biográfica del fundador y un repaso por las cinco generaciones que le sucedieron, a partir de sus siete hijos. De ellos, dos hijas, doña Ignacia y doña Bernarda, vivieron y se casaron en El Escobonal y, curiosamente, con el mismo hombre, don Félix Castro Díaz, pues la primera murió muy joven cuando solo había tenido una hija, mientras que la segunda procreó nueve hijos. Durante el siglo XIX y la mayor parte del XX, casi todos los componentes de esta familia se dedicaron a la agricultura, pero las generaciones actuales han podido diversificar sus salidas profesionales y mejorar su situación económica y social; incluso muchos de sus miembros han cursado estudios superiores. Hoy, los “gallegos” están repartidos por distintos municipios de Tenerife (Güímar, Arafo, Fasnia, Santa Cruz, La Laguna, Candelaria, etc.), El Hierro, la Península, Cuba, Venezuela, Reino Unido, etc…

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Güímar: Don Rafael Ángel Estévez Díaz (1921-2008), alférez de complemento de Ingenieros, aparejador municipal de Santa Cruz de Tenerife y de la unidad técnica de la Consejería de Educación, “Cooperador Insigne de la Iglesia Diocesana”

Ángel Estévez Díaz     Nuestro biografiado comenzó su vida pública como monaguillo de la parroquia de San Pedro Apóstol de su ciudad natal. Luego obtuvo los títulos de Bachiller y Aparejador, y mientras estudiaba esta carrera prestó su servicio militar en la Milicia Universitaria, alcanzando el empleo de alférez de complemento de Ingenieros. Como curiosidad, por entonces también fue secretario del Casino de Güímar. Desarrolló una enorme labor en el ejercicio profesional, que simultaneó entre la actividad privada y la pública; participó en diversas obras en el municipio de Güímar, obtuvo una plaza de aparejador municipal en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife y, finalmente, ejerció como técnico de la Consejería de Educación. Asimismo, fue asesor técnico en diversas construcciones religiosas, entre otras el Seminario Diocesano de La Laguna, la ermita de El Socorro y el Monasterio “Ntra. Sra. de El Socorro”, estas últimas en su Güímar natal, que dirigió de forma totalmente desinteresada. Por este compromiso altruista fue distinguido con el título de “Cooperador Insigne de la Iglesia Diocesana” y la Medalla de la Virgen del Socorro.

     Nació en la calle La Amistad de Güímar el 25 de marzo de 1921, a las siete de la mañana, siendo hijo de don Rafael Estévez Ramos y doña Ana Díaz y Díaz. El 25 de abril inmediato fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol por el cura regente don Juan Jesús Amaro y Díaz, Dr. en Sagrada Teología; se le puso por nombre “Rafael Ángel” y actuaron como padrinos don Modesto Campos Díaz y doña Angelina Estévez Ramos, siendo testigos don Rafael Jordi y don Juan Alonso. Fue conocido, sobre todo, por su segundo nombre…

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Artículo-ÁNGEL ESTÉVEZ DÍAZ

Güímar: Don Nicolás Rodríguez Torres (1766-1847), sacerdote, mayordomo de la Virgen del Socorro, mayordomo de la fábrica parroquial, beneficiado servidor de Güímar, examinador sinodal del Obispado, secretario y mayordomo de la Hermandad del Carmen, hermano mayor y secretario de la Hermandad del Rosario

     El presente artículo está dedicado a uno de los sacerdotes más preparados que Güímar ha dado y, probablemente, el más fiel a su parroquia, pues a pesar de no ostentar la titularidad del Beneficio de San Pedro Apóstol nunca se alejó de su pueblo natal, negándose incluso a aceptar ofrecimientos de otros destinos parroquiales de mayor prestigio, que casi con total seguridad se le ofrecieron. Salvo el de beneficiado titular, ostentó en su parroquia todos los restantes cargos: mayordomo de fábrica (24 años); mayordomo y secretario de la Hermandad del Carmen; hermano mayor y secretario de la Confraternidad del Rosario; mayordomo de la Virgen, Cofradía y ermita de El Socorro (22 años); ejerció en la práctica como teniente del beneficiado e incluso en dos ocasiones estuvo al frente de la parroquia, una como beneficiado interino y otra como beneficiado servidor ecónomo. Además, como reconocimiento a su preparación sacerdotal, se le concedió el título de examinador sinodal del Obispado. Sólo dejó de concurrir diariamente a la iglesia con su muerte, ocurrida a una edad avanzada.

     Nuestro biografiado nació en el barrio de Chacaica (Güímar) el 6 de diciembre de 1766, siendo hijo de don Salvador Rodríguez Adrián y doña Josefa de Torres y Ledesma. El 12 de ese mismo mes fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol por el beneficiado fray Joseph Infante, de la Orden de San Francisco; se le puso por nombre “Nicolás Joseph Bernardo Francisco Phelipe de Santa María de la Concepción” y actuó como padrino el capitán don José Delgado Trinidad…

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Güímar: Don Ildefonso Díaz Delgado (1805-1890), primer teniente de alcalde y regidor del Ayuntamiento, mayor contribuyente de la comarca de Agache e interventor electoral

Casas de Ildefonso    Miembro de una familia destacada, nuestro biografiado adquirió numerosas propiedades agrícolas, que le permitieron figurar entre los mayores propietarios del municipio de Güímar. Gracias a ello pudo ser elegido perito repartidor de contribuciones, regidor y primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Güímar, alcanzando un poder político que nunca había ostentado un hijo de la comarca de Agache. Además, alcanzó el derecho a elegir diputados provinciales, diputados a Cortes y compromisarios para la elección de senadores. También actuó como interventor electoral y dio nombre a las “Casas de Ildefonso”, caserío en el que había nacido y vivió hasta su muerte.

     Nació en el pago de La Medida el 22 de enero de 1805, siendo hijo de don Felipe Mateo Díaz Ximénez de Aday y doña Antonia Delgado de Castro. Tres días después fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol de Güímar por el beneficiado propio don Florentín Núñez y Torres; se le puso por nombre “Ildefonso Vicente” y actuó como madrina doña María Rodríguez de Ledesma. Pasó su infancia y juventud en la localidad natal, pero hacia 1833 residía con sus padres y su hermano Tomás en Lomo de Mena…

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Artículo-ILDEFONSO DÍAZ DELGADO

Güímar: Don Bernardo de Torres Marrero y Ledesma (1726-1807), teniente coronel de Milicias, mayordomo de la fábrica parroquial, autor de los planos de la actual iglesia de San Pedro Apóstol y “primer hombre de Güimar”

Bernardo de Torres Marrero     En pleno Siglo de la Ilustración, no era de extrañar que también en los pueblos surgieran personajes que destacasen por su gran cultura e inquietudes, para admiración de sus paisanos. Don Bernardo de Torres Marrero y Ledesma fue uno de esos ilustrados autodidactas, que no sólo llegó en su carrera militar al punto máximo jamás alcanzado por ningún güimarero hasta entonces, sino que se interesó por la vida pública y religiosa de la localidad, alcanzando en ambas las máximas responsabilidades. Además de teniente coronel de Milicias, fue gobernador de armas, alcalde real y síndico personero del Ayuntamiento. En el aspecto religioso, fue fundador de la Capilla de San Pedro Abajo, mayordomo de la fábrica parroquial y autor de los planos de la actual iglesia de San Pedro Apóstol, además de “alma mater” de su reconstrucción, depositario de la reedificación del Convento dominico, depositario, mayordomo y hermano mayor de la Hermandad del Rosario, depositario de la Hermandad del Santísimo Sacramento y hermano mayor de la Hermandad del Carmen. Por todo ello, se le consideró el “primer hombre de Güímar” y el verdadero “Padre de la Patria”. Fue, sin ninguna duda, la persona de mayor relieve comarcal en su época, por lo que merece que su vida y su obra sean recordadas.

     Nació en Güímar el 18 de julio de 1726, siendo hijo de don Bernardo de Torres Marrero y Bencomo, natural de Arafo, y de doña Juana (López) de Ledesma, que lo era de Güímar, donde ambos estaban avecindados en la calle de San Pedro de Abajo. Tres días después fue bautizado en la iglesia parroquial matriz del Apóstol San Pedro por el beneficiado don Domingo de Paes y Galdona, y actuó como padrino don Pedro Hernández Núñez…

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Artículo-BERNARDO DE TORRES MARRERO

Arico-Güímar: Don Antonio Luis Hernández (1794-1872), hermano mayor del Rosario, colector de Bulas, celador del barrio de El Rincón, alhondiguero y alcalde de Güímar

Casino de Güímar     Nuestro biografiado se estableció en Güímar en plena juventud, integrándose plenamente en la sociedad local, en la que llegó a tener cierta relevancia. En el aspecto religioso ostentó diversos cargos en la Hermandad del Rosario, de la que fue bedel, avisador, mayordomo de puertas y hermano mayor. Llegó a poseer numerosas propiedades en dicho municipio, lo que le permitió figurar entre los mayores contribuyentes del mismo, así como desempeñar diversos cargos públicos, como los de elector de diputados a Cortes, colector de Bulas, celador del barrio de El Rincón, alhondiguero, regidor y alcalde de Güímar.

     Nació en el lugar de Arico el 23 de mayo de 1794, siendo hijo de don Pedro Luis Santos y doña Gracia Hernández Miguel. El 1 de junio inmediato fue bautizado en la iglesia de San Juan Bautista por el cura párroco don José Hernández de Ara; se le puso por nombre “Antonio Francisco” y actuó como madrina doña Juana María del Castillo, vecina de dicho lugar…

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Artículo-ANTONIO LUIS HERNÁNDEZ

El Juzgado de Paz de Güímar (1856-1870). Jueces y secretarios

Jueces de paz-Güímar     En Güímar, al igual que en los restantes municipios de España, hasta mediados del siglo XIX los juicios verbales de faltas se celebraban ante el alcalde de la localidad o el teniente de alcalde en el que aquel delegase, así como ante el alcalde de mar. Pero en 1855, la Legislación española separó la autoridad civil de la judicial, al crear la figura independiente del “Juez de paz”, que comenzó a regir al año siguiente. Afortunadamente, conocemos todos los jueces que ha tenido la jurisdicción de Güímar desde 1856 hasta hoy, aunque esta figura ha sufrido notables cambios en este municipio a lo largo del tiempo, pues primero fueron jueces de paz (1856-1870), luego jueces municipales (1871-1945), posteriormente jueces comarcales (1945-1990) y, finalmente, jueces de primera instancia e instrucción, desde 1990 hasta el presente. En este artículo solo nos vamos a ocupar de la primera etapa del Juzgado de Paz, centrándonos en la creación de la figura del juez de paz, en la relación de las personas que desempeñaron dicho cargo en Güímar y en los secretarios que conocemos de esa etapa.

     En esta primera etapa (1855-1870) solo existieron 9 jueces de paz titulares, pues uno estuvo en el cargo en tres etapas. Como curiosidad, el récord de permanencia al frente del Juzgado lo ostenta don José González Fernández, con algo más de 6 años en tres etapas, más otros 4 como suplente en otros dos períodos, seguido por: don Francisco Cruz y Cruz (3 años), don Juan Francisco Bello (2 años como titular y otros 2 como suplente), don Cándido Rodríguez García (2 años como titular y otro como suplente), don Manuel de Castro y Ramos (durante casi 2 años), don Vicente Jorge Rodríguez (más de un año y medio como titular y 3 como suplente). Con respecto al lugar de nacimiento, solo conocemos a dos jueces de paz titulares y uno suplente que no hubiesen nacido en el municipio de Güímar.

     Por su parte, de los tres secretarios del Juzgado que conocemos, el que más tiempo permaneció en el empleo fue don Domingo Oliva Bérriz, quien ejerció durante más de 11 años; le siguió don Francisco Cruz de la Cruz, quien lo hizo durante más de dos años y medio, continuando luego en el nuevo Juzgado Municipal; el tercero, don José Campos Benítez, solo lo hizo en tres cortos períodos y probablemente con carácter accidental, que sumaron algo menos de dos años. De ellos, solo uno nació en Güímar…

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Güímar-Arafo: Fray Ignacio Pérez (1755-1837), sacerdote y predicador general dominico, notario y misionero en el Convento de Güímar, teniente de párroco y cura servidor de Arafo y sochantre de Santa Cruz

Fray Ignacio Pérez     Este artículo está dedicado a un sacerdote dominico, morador durante muchos años en el convento de Santo Domingo Soriano de Güímar, en el que desempeñó los cargos de notario, misionero del Santísimo Rosario y del Santísimo nombre de Jesús. Tras su ordenación sacerdotal colaboró con la parroquia de San Pedro y actuó como capellán en las ermitas de Arafo y Arafo, en los años previos a su elevación a parroquias. Fue predicador general de su Orden y, como tal, recorrió varios conventos de Tenerife y Lanzarote; ocupó asimismo la plaza de cantor y organista del convento de San Benito de La Orotava. Tras la primera desamortización se secularizó y se avecindó en Arafo, donde actuó primero como teniente de párroco y luego como cura servidor de la parroquia de San Juan Degollado, durante cuatro años. Posteriormente fue sochantre de la parroquia matriz de Ntra. Sra. de la Concepción de Santa Cruz de Tenerife, durante un año, y estuvo durante unos días encargado de la parroquia de Santa Ana de Candelaria. Pasó los últimos años de su vida en Arafo, colaborando con la parroquia hasta su muerte.

     Nació en la Villa de La Orotava hacia 1755, siendo hijo de don Matías Pérez y doña María de Lugo. Desgraciadamente no hemos podido descubrir su partida de bautismo en ninguna de las parroquias del Valle, a pesar de haberla buscado reiteradamente…

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Artículo-FRAY IGNACIO PÉREZ

El primer equipo de lucha canaria de El Escobonal (Güímar), formado durante la II República [1931-1936]

Escobonal-primer equipo lucha     La consolidada tradición luchística del pueblo de El Escobonal, como la de todo el municipio de Güímar, se remonta por lo menos a los comienzos del siglo XIX, en el que los jóvenes aficionados se agrupaban a veces en bandos improvisados que enfrentaban unos pueblos con otros o a dos barrios del mismo municipio, sobre todo con motivo de las fiestas patronales. De esa centuria sólo se recuerdan los nombres de algunos luchadores destacados, autores de célebres agarradas o de increíbles anécdotas: Isidro “El Moro”, de El Salto; Dionisio Rodríguez, de Los Candales; Pedro Pérez González “El de los Cangos” e Isidoro Frías Delgado, ambos de La Corujera. Estos dos últimos ganaron varios encuentros al frente de la selección del Sur de Tenerife en las fiestas de El Socorro de Güímar, así como en las de Candelaria y La Laguna. También por entonces, algunas escobonaleras dieron más de una sorpresa en este deporte, como cha Inocencia Frías y María Perdomo “La Grande”. Luego, a comienzos del siglo XX, podemos recordar a algunos vecinos de El Escobonal que destacaron en la lucha, entre ellos: Isidoro Frías Tejera, quien continuaba la tradición de su padre del mismo nombre, Antonio Frías Tejera, José Díaz y Carlos Campos, entre otros.

     En los años veinte del siglo pasado se revitalizó la afición por este deporte autóctono, surgiendo numerosos luchadores juveniles, que terminaron consolidando un bando que se llegó a enfrentar a los de pueblos vecinos y del que fueron saliendo sólidos valores, como Gonzalo García, Juan Esteban Pérez, Benildo Frías, Isidoro Frías, etc. Luego, a propuesta de Manuel “Sánchez”, en 1931, el puntal palmero Juan “Primera” formó el primer equipo o “partido” de El Escobonal, que durante cinco años, hasta el comienzo de la Guerra Civil, se enfrentó con frecuencia a los de otros pueblos de la comarca e incluso del Norte de la isla. En él destacaron, entre otros: Juanillo Díaz “Pollo del Escobonal”, Eufemio García, Vicente Pérez “La Mediana”, Agustín Delgado “El Trabuco” y Cristóbal Duque, a los que se irían incorporando los nuevos valores de la cantera local. Pero debido a la escasa difusión de los encuentros que había en ese entonces, por la falta de medios de comunicación, sus nombres sólo fueron conocidos en los pueblos próximos; .por ello, poco o nada nos dicen a los que no tuvimos la oportunidad de vivir aquellas gloriosas épocas de la Lucha Canaria, si bien por sus méritos de vivir en la actualidad estos luchadores hubiesen tenido, sin duda, muchísima más fama de la que en su época adquirieron…

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Proceso de segregación definitiva de los feligreses de Fasnia y pagos inmediatos de la parroquia de Güímar y anexión a la de Arico (1720-1723)

Fasnia-plano-1723     Tras la creación de la parroquia de San Juan Bautista de Arico en 1639, segregada de la de San Pedro Apóstol de Vilaflor, se pretendió que los vecinos de Fasnia y pagos limítrofes pasasen a depender de la nueva jurisdicción parroquial, pues su jurisdicción “pareze ser desde el barranco que llaman del Rio asta el barranco llamado de Herque”. Pero el intento no prosperó en su integridad, debido por un lado a la oposición del beneficiado de Güímar, a cuya jurisdicción habían pertenecido hasta entonces, y por otro a la de los propios vecinos, que consideraban gravoso el tener que cumplir con sus obligaciones a una mayor distancia, en una parroquia de menor categoría y peor atendida. No obstante, esta circunstancia motivó un largo litigio entre el beneficiado de San Pedro y el párroco de San Juan Bautista, que duró casi un siglo (exactamente 84 años). En ese tiempo, la mayoría de los feligreses de la actual jurisdicción de Fasnia continuaron cumpliendo con sus obligaciones cristianas en Güímar, aunque un pequeño porcentaje lo comenzó a hacer en la parroquia de Arico.

     No obstante, desde mediados del siglo XVII los vecinos ya contaban con una ermita dedicada a San Joaquín, levantada en la jurisdicción del barrio de La Zarza, que ya estaba abierta al culto en 1665. Dependía de la parroquia de San Juan Bautista de Arico, pero era atendida por diversos capellanes adscritos a la parroquia de San Pedro de Güímar.

     El citado contencioso entre las parroquias de Güímar y Arico, por la jurisdicción de los feligreses de Fasnia y pagos limítrofes, se reactivó en 1720 y se vino a resolver tres años más tarde a favor de la segunda, en un intenso pleito al que dedicamos el presente trabajo. Con motivo de éste se confeccionó el primer plano del actual término de Fasnia, que es uno de los documentos cartográficos más antiguos del Sur de Tenerife. De este modo, tras haber formado parte durante dos siglos y cuarto del término de Güímar, los pagos de Fasnia, La Zarza, Sabina Alta, Sombrera y Valencia se segregaron definitivamente de éste para unirse al de Arico, en la antigua comarca de Chasna. A partir de ese momento comenzó la conocida rivalidad entre escobonaleros y fasnieros (ambos hasta entonces agacheros), que comenzaron a recalcar los topónimos que los diferenciaban: “chasneros” frente a “chimajeros”…

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Artículo-SEGREGACIÓN DE FASNIA DE GÜÍMAR Y ANEXIÓN A ARICO