Fasnia: Don Nicanor González López (1902-1955), sacristán de la parroquia, cabo de Ingenieros, concejal, recaudador municipal, oficial administrativo y secretario interino del Ayuntamiento y del Juzgado de Paz, cabo jefe del Somatén Armado y secretario del Comité local del Partido Republicano Tinerfeño

La vida de nuestro biografiado transcurrió en el municipio de Fasnia, donde había nacido. Se inició en la vida laboral como monaguillo y sacristán de la parroquia de San Joaquín; luego fue nombrado oficial interino de secretaría del Ayuntamiento y recaudador municipal; posteriormente obtuvo dicha plaza en propiedad y en ella permaneció hasta su prematura muerte, en los últimos años como oficial 1º dentro del escalafón de secretarios de tercera categoría; debido a su empleo, desempeñó en varias etapas, con carácter accidental e interino, la secretaría del Ayuntamiento y del Juzgado de Paz de dicho municipio. Además, fue cabo de Ingenieros y, en virtud de ello, actuó como tallador municipal de quintos. También desempeñó numerosos cargos públicos: tesorero de la comunidad de explotación de aguas “La Prosperidad”, concejal del Ayuntamiento; cabo jefe del Somatén Armado; secretario del Comité local del Partido Republicano Tinerfeño y representante del mismo en la asamblea insular de dicho partido; secretario de la sociedad de atarjeas “La Providencia”; presidente de la Comisión local de Excombatientes; y vicesecretario del Patronato para el Fomento de las Bellas Artes “Amigos del Arte de Fasnia”. Como curiosidad, fue herido en dos reyertas ocurridas en el Casino de dicho pueblo, en una de ellas de gravedad.

Nació en Fasnia el 10 de junio de 1902, siendo hijo de don Juan Antonio González Rosales y doña Carmen López Rosales, naturales de dicho pueblo pero oriundos de Gran Canaria. El 26 de septiembre de ese mismo año fue bautizado en la iglesia de San Joaquín por el cura encargado don Trino Antonio Expósito Hernández; se le puso por nombre “Juan Nicanor” y actuaron como padrinos don Jorge y doña Mercedes Esquivel Díaz, de dicha vecindad. Sería conocido entre sus paisanos por su segundo nombre…

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Descripciones del municipio de Fasnia en el segundo cuarto del siglo XX

En este trabajo vamos a hacer un repaso por diez descripciones que conocemos del municipio de Fasnia, correspondientes al segundo cuarto del pasado siglo XX. Unas son muy escuetas y otras más extensas; algunas reúnen datos de gran valor histórico, geográfico, demográfico y económico; otras son exclusivamente geográficas; y varias recogen, además, los nombres de las personas más relevantes del término municipal, tanto por sus cargos públicos como por sus profesiones o potencial económico. Las más extensas e interesantes de ellas que reproducimos son las correspondientes a los Anuarios de 1927 y 1948, sobre todo desde el punto de vista humano, pues se relacionan las personas que ocupaban los principales cargos y empleos públicos, así como los oficios más llamativos. No obstante, otras más pequeñas también aportan datos concretos de gran valor, como las de José Delgado Marrero y fray Albino González Menéndez-Reigada. Con anterioridad ya nos hemos ocupado en este mismo blog de numerosas descripciones de este municipio publicadas en el siglo XIX y algunas del XX.

En un Anuario del comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración del año 1927, se incluyeron algunos datos generales del municipio de Fasnia (población, distancia, fiestas, producción e industria), así como una interesante relación de las personas que ocupaban los principales cargos y empleos públicos del Ayuntamiento (alcalde y secretario) y Juzgado municipal (juez, fiscal y secretario), más el párroco, los maestros y el administrador de correos. Además, se añadía una completa lista de las personas que desempeñaban los principales oficios o actividades económicas del municipio (propietarios de abacerías, maestros albañiles, albardero, agentes de auto-camiones de transportes, empresarios de automóviles, barberos, propietarios de cafés, carpinteros, comadrona, confiteros, cuberos toneleros, farmacéuticos, propietarios de fondas, exportadores de frutas, propietarios de molinos de gofio, herreros, hojalatero, médico, modistas, panaderos, propietarios, exportadores de quesos, taberneros, comerciantes de tejidos, cosecheros de vinos y zapateros). También se relacionaban los núcleos de población que conformaban el término municipal, fuera del casco, con su categoría, población y, en el caso de La Zarza, la existencia de escuelas nacionales, con sus maestros…

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Fasnia: Don Cenobio Anselmo González Delgado (1917-2009), Bachiller Universitario, Maestro nacional, Licenciado en Ciencias Químicas, técnico de CEPSA en la refinería de Tenerife, cabo de Ingenieros y alférez de complemento de Artillería de la I.P.S.

Nuestro biografiado fue movilizado con motivo de la Guerra Civil y destinado al frente como combatiente, alcanzando el empleo de cabo de Ingenieros. A su regreso obtuvo los títulos de Bachiller Universitario y Maestro de Enseñanza Primaria, ejerciendo como maestro interino en Arafo y El Pinar. Por entonces comenzó a estudiar la carrera de Ciencias Químicas e ingresó en la Instrucción Premilitar Superior (Milicia Universitaria), alcanzando los empleos de Sargento y Alférez de Complemento de Artillería. Simultáneamente, se presentó a las oposiciones convocadas para cubrir escuelas vacantes y, tras superarlas, fue nombrado propietario provisional de la escuela de La Cuesta y definitivo de la de El Golfo (Frontera). Luego, tras obtener el título de Licenciado en Ciencias Químicas, alternó sus dos profesiones, pues pidió excedencia y estuvo durante ocho años empleado en la refinería de Santa Cruz de Tenerife; luego se reintegró al Magisterio como maestro de San Andrés (Valverde); con posterioridad solicitó una nueva excedencia, en la que ejerció como técnico de CEPSA en la misma refinería tinerfeña durante otros 21 años, hasta su jubilación; y, finalmente, volvió a reingresar en la docencia y ejerció como maestro en Santa Cruz de Tenerife, hasta su jubilación forzosa. Además, fue vocal de la junta fundadora de la Asociación de exalumnos del Instituto “Andrés Bello” de Santa Cruz.

Nació en Fasnia el 6 de junio de 1917, a las cinco de la madrugada, siendo hijo de doña Josefa González Delgado. El 13 de noviembre de ese mismo año fue bautizado en la iglesia de San Joaquín por el cura párroco don Luis Navarro Nóbrega; se le puso por nombre “Zenobio Anselmo” y actuó como madrina doña Dolores Díaz Palenzuela, casada, siendo testigo don Lorenzo García González. Fueron sus abuelos maternos: don Manuel González y Gonzalez y doña Magdalena Delgado Díaz…

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Fasnia: Don Domingo (González) Chico (1769-1849), propietario agrícola y ganadero, comprometido con la creación de la parroquia de San Joaquín y la construcción de la nueva iglesia, apoderado, diputado de abastos, síndico personero y alcalde real del Ayuntamiento

Nuestro biografiado, propietario agrícola y ganadero, fue uno de los vecinos que promovieron el expediente para elevar a parroquia la antigua ermita de San Joaquín, contribuyendo también a la construcción de la nueva iglesia parroquial. Además, gracias al prestigio de que llegó a gozar entre sus paisanos, éstos lo eligieron para que desempeñase diversos cargos públicos en el nuevo Ayuntamiento de Fasnia, a lo largo de un cuarto de siglo: apoderado para el Cabildo abierto, regidor, síndico personero, alcalde real y diputado.

Nació en el pago de Fasnia el 18 de noviembre de 1769, siendo hijo de don Bartolomé (González) Chico y doña Bárbara González. El 13 de diciembre inmediato fue bautizado en la iglesia de San Juan Bautista de Arico por el sacerdote franciscano fray José Antonio Truxillo, con licencia del cura párroco don José Nicolás Valladares; se le puso por nombre “Domingo” y actuó como padrino don Juan Rodríguez, de la misma naturaleza y vecindad. A lo largo de su vida fue conocido con el apellido compuesto “González Chico” o, más frecuentemente, con el simple “Chico”, que fue el que continuó su descendencia. …

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La Cofradía de las Ánimas Benditas de la parroquia de San Joaquín de Fasnia (1796-1836)

La parroquia de San Joaquín de Fasnia fue erigida por auto del obispo don Antonio Tavira y Almazán fechado el 29 de enero de 1796; comenzó a regir el 19 de marzo de dicho año y tuvo su primera sede en la Iglesia Vieja, que hoy se encuentra en ruinas. En el decreto de mandatos dado por dicho prelado el 13 de ese último mes, se dispuso que se creasen en estas parroquia dos Hermandades: la del Santísimo Sacramento y la de la Misericordia. Si bien sí se creó la primera, no ocurrió lo mismo con la segunda, que fue sustituida por una Cofradía de Ánimas. No obstante, sí se crearía por entonces una Hermandad del Santísimo Rosario.

Como ya nos hemos ocupado con anterioridad de las dos Hermandades mencionadas, en este artículo nos vamos a centrar en la Cofradía de las Ánimas Benditas, que se mantuvo en esta parroquia por lo menos desde 1796 hasta 1836. Tenía como cometido la compasión por aquellos que se habían quedado a mitad de camino entre el Cielo y el Infierno, en el Purgatorio, encargando misas y plegarias, tanto para sus miembros como para los que no tuviesen capacidad económica suficiente para dejar misas por su alma, con el fin de liberarlas y que pudiesen alcanzar la Gloria Eterna, dejando de vagar en pena. Los rezos y oficios comenzaban tras una llamada con un toque especial de campana, el toque de Ánimas, una hora después del Ángelus vespertino. La cofradía aseguraba un número determinado de misas a cada cofrade que muriese y los cirios o velas en su entierro. Asumía además un oficio de aniversario, que se fijaría a comienzos de noviembre, así como la celebración de misas de sufragios generales por los difuntos todos los lunes de cada semana, en el altar de Ánimas que existía en la parroquia, aunque luego, por falta de limosnas, esas misas se reducirían a una al mes; la Cofradía debía pagar tanto los gastos del párroco como de la cera utilizada en esos oficios y a todos ellos estaban obligados a asistir los cofrades. Sus componentes también salían a las calles y a las casas por cuadrillas a pedir limosnas, sobre todo los días anteriores al de los Difuntos y durante noviembre, con el fin de cubrir sus gastos, haciendo oraciones por quien se lo solicitase o cantando algunas canciones, a modo de “rancho de ánimas”. También obtenían ingresos por participar sus cofrades portando velas en los velatorios y entierros, o por amortajar a los difuntos, para con esto dar buen entierro a otros pobres cuyas familias no pudiesen costearlo. Se comprometía así esta Cofradía a pagar el amortajamiento al indigente, así como al campanero y al enterrador, y de celebrar una o dos misas por la intención de aquella alma…

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Fasnia: Don Manuel Chico Cruz (1901-1972), maestro nacional, afiliado a la Federación Tinerfeña de Trabajadores de la Enseñanza y al Sindicato Español del Magisterio de Falange, somatenista y presidente fundador del Comité local Acción Popular Agraria

Tras concluir la carrera de Magisterio, nuestro biografiado fue nombrado maestro interino de La Zarza, donde ejerció durante seis meses, y Sabina Alta (Fasnia), algo más de dos años y medio; por entonces también se afilió al Somatén Armado de Fasnia. Luego ejerció como maestro interino en Tijoco (Adeje), durante siete meses y medio, y de nuevo en La Zarza, poco más de un año; en este último destino se afilió a la Federación Tinerfeña de Trabajadores de la Enseñanza (por lo que sería depurado) y fue cofundador y primer presidente del Comité local Acción Popular Agraria de Fasnia. Luego pasó, también como interino, a la escuela del pago de Franceses (Garafía), donde permaneció durante más de siete años y también fue profesor de adultos; por entonces se afilió al Sindicato Español del Magisterio (S.E.M.) de Falange. Luego ejerció un par de cursos en la enseñanza privada, como profesor del Colegio “San Ildefonso” de la Orotava. Volvió al Magisterio público como maestro interino de Las Manchas, aunque solo durante unos meses. Posteriormente, tras superar la correspondiente oposición, fue nombrado, sucesivamente, maestro propietario provisional de Isora (Valverde), durante nueve meses; La Vera (La Orotava), dos años; San Andrés (Santa Cruz de Tenerife), ocho meses; y Erese (Valverde), dos cursos. Finalmente, desempeñó, como propietario definitivo, las escuelas de Arico el Viejo, durante diez años, y La Hidalga (Arafo), otros ocho años, hasta su merecida jubilación.

Nació en Fasnia en el 4 de agosto de 1901, siendo hijo de don Manuel Chico Díaz y doña Efigenia Cruz Díaz, naturales y vecinos del mismo pueblo. El 26 de ese mismo mes fue bautizado en la iglesia de San Joaquín por el cura ecónomo don Trino Antonio Expósito Hernández; se le puso por nombre “Manuel” y actuaron como padrinos don León Cruz y doña Servanda González, de la misma vecindad…

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Las antiguas fiestas patronales de Fasnia en honor de San Joaquín, celebradas hace más de un siglo

Las fiestas patronales del municipio de Fasnia son las dedicadas a San Joaquín, titular de su antigua ermita y luego de su parroquia, que se celebran tradicionalmente el tercer domingo de agosto. Son tan antiguas como la presencia de esta imagen en Fasnia, desde que se construyó la primera ermita en su honor a mediados del siglo XVII, antes de 1665. En esa primera etapa, era el mayordomo de la ermita de San Joaquín el encargado de su mantenimiento y de organizar la festividad anual del Patrono, en colaboración con el capellán encargado de celebrar en ella las misas en los días de fiesta. Dicho templo había sido dotado por la güimarera doña María Rodríguez de Guasa, quien murió soltera, dejando a la ermita dos fanegadas de tierra que poseía en el Lomo del Santo (en la Montaña de Fasnia y junto al camino real) y en la Fuente Nueva; dichas fincas tierras fueron dadas en tributo a lo largo del siglo XVIII, para con su renta cubrir los gastos de mantenimiento, las celebraciones de misas y su función anual.

Tras la segregación de la parroquia de San Joaquín en 1796, continuó sirviendo de parroquia la vieja iglesia, hasta que en 1800 se bendijo el nuevo templo parroquial en su ubicación actual. En esta nueva etapa, los gastos de las fiestas patronales, sobre todo la misa solemne y la procesión, tuvieron que ser asumidos por los feligreses de la misma. Así, entre las distintas contribuciones eclesiásticas con que estaban gravados los vecinos de Fasnia, en 1805 debían contribuir al cura párroco con “400 reales para la fiesta del patrón San Joaquín”, según recogía la Estadística de Escolar y Serrano.

Inicialmente las fiestas se limitaban a los actos religiosos: misa y procesión. Como curiosidad, en 1841 el párroco beneficiado de Güímar presidió por primera vez la función del patrono San Joaquín; en 1843 la festividad fue aplazada y se produjeron diversos incidentes, al negarse a reconocer el nuevo párroco de Fasnia las prerrogativas del beneficiado de Güímar; desde finales del siglo XIX tuvo que asistir a la fiesta la Guardia Provincial y luego la Guardia Civil, para mantener el orden público; en 1906 se produjo un nuevo aplazamiento de la fiesta de San Joaquín, lo que ocasionó nuevos incidentes; en 1910 las fiestas, organizadas por don Martín Esquivel Díaz, destacaron por sus adornos; en 1911 ya hay constancia de que se celebraron actos populares; en 1917 la iglesia llegó a tal estado de ruina que el alcalde prohibió la celebración de oficios religiosos e, incluso, se suprimió la fiesta anual en honor de San Joaquín; y en 1918 se desplomó la  iglesia con motivo de un fuerte temporal, por lo que, previo acondicionamiento, durante 15 años sirvió como iglesia provisional la reducida sacristía…

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Fasnia-Güímar-Arico: Don Juan Cabrera Alvarado (1878-1948), carpintero de ribera, agricultor, tonelero, relojero, vocal del Comité Republicano de Fasnia, presidente de comunidades de explotación de aguas y maestro de carpinteros

Este hijo de Fuerteventura se estableció en su juventud en Santa Cruz de Tenerife, donde aprendió el oficio de carpintero de ribera, que luego desarrolló en la costa de Fasnia y Arico, donde construyó por lo menos siete barcos: “San Blas”, “Virgen de Abona”, “San Pedro de Abona”, “Amelia”, “La Paloma”, “La Merced” y un yate. Asimismo, como maestro carpintero también ejerció en La Zarza y El Escobonal, donde se estableció con su familia. Simultáneamente, trabajó como agricultor, tonelero y relojero. Además, desempeñó algunos cargos, pues fue vocal del Comité Republicano de Fasnia y presidente de las comunidades de explotación de aguas «Barquito de la Quebrada» y “Los Cazadores” de dicho municipio. Casado en La Zarza, tuvo una amplia sucesión, transmitiendo a siete de sus hijos el oficio de carpintero.

Nació en el caserío de El Membrillo en Betancuria (Fuerteventura) el 4 de abril de 1878, siendo hijo de don Antonio Cabrera Pérez, jornalero natural de dicho lugar, y doña María San Diego Alvarado, que lo era de Pájara (Fuerteventura). Cuatro días después fue inscrito en el Registro Civil de dicho municipio y luego fue bautizado en la iglesia matriz de Santa María de Betancuria. Fueron sus abuelos paternos: don Juan Cabrera, natural de Betancuria, y doña Paola Pérez, ambos domiciliados en la Vega de Río Palmas; y los maternos: don José Alvarado y doña María del Pino Rodríguez, ambos naturales de Pájara…

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Las antiguas dependencias de la parroquia de San Joaquín de Fasnia, su descripción y la del término municipal a mediados del siglo XIX, por el Dr. Agustín Díaz Núñez

El sacerdote güimarero don Agustín Díaz Núñez, que fue beneficiado propio de Güímar y vicario-arcipreste del Sur de Tenerife, trabajó intensamente en los archivos parroquiales y dio a la luz cuatro publicaciones, en dos de las cuales se ocupó de la parroquia y del término municipal de Fasnia, en sendos capítulos. En este artículo nos vamos a centrar en esas reseñas históricas, con sus respectivas descripciones, ambas de mediados del siglo XIX, una de 1850 y otra de 1865.

En su libro “Noticia de la Iglesia parroquial matriz del Apóstol San Pedro, Beneficio curado y Vicaría foránea de Güímar”, publicado en 1850, don Agustín estudió las distintas parroquias de su Vicaría, destacando en la de Fasnia cómo se produjo la segregación parroquial y recalcando, sobre todo, su dependencia de Güímar, que era una de sus mayores obsesiones, apoyándose en el expediente elaborado para declararla como hijuela de esa parroquia; solo al final señala sus límites. En 1865, poco antes de su muerte, el mismo Dr. Díaz Núñez, en su interesante libro “Memoria cronológica del establecimiento, propagación y permanencia de la religión Católica Apostólica Romana en Islas Canarias”, reiteró nuevamente los argumentos en que se apoyó para lograr la confirmación de la matriz y mantener las prerrogativas del Beneficio de Güímar sobre la parroquia de Fasnia, aunque todavía más documentados; para ello, analizó nuevamente, de forma exhaustiva, la antigua dependencia de la jurisdicción y el pleito por ella entre las parroquias de Arico y Güímar, la elevación de su ermita a parroquia y el reconocimiento de la de Güímar como matriz; luego describió la parroquia de San Joaquín, así como los aspectos generales de toda su jurisdicción: el templo parroquial, los pagos, los servicios públicos, la producción del término y sus límites.

El autor, don Agustín Díaz Núñez (1796-1866), fue una de las personalidades más influyentes del clero tinerfeño de su época. Fue Bachiller, Licenciado y Doctor en Sagrada Teología, examinador sinodal, juez en las oposiciones a parroquias vacantes, orador sagrado y escritor. Desempeñó los cargos de capellán y confesor de monjas del Monasterio de Santa Catalina de Sena de La Laguna, mayordomo de fábrica y beneficiado curado propio de la parroquia de San Pedro Apóstol de su Güímar natal, comisionado en pleitos ante el Tribunal de Espolios y Vacantes del Obispado, primer vicario eclesiástico del Sur de Tenerife, luego transformado en el primer arcipreste juez eclesiástico de Güímar y su partido, miembro de la Junta Municipal de Sanidad y de la Junta Municipal de Beneficencia, vocal-secretario de la Comisión Local de Instrucción Primaria, cofundador de la primera banda de música de dicha localidad y mayordomo de la Virgen del Socorro. Publicó cuatro otras religiosas, dos de carácter histórico y de considerable extensión e interés, que ya hemos mencionado, y otras dos más modestas, aunque no por ello menos valiosas, una oración fúnebre y una novena. Después de su muerte, el Ayuntamiento de su villa natal dio su nombre a la calle en la que nació y vivió, en reconocimiento a sus excepcionales méritos personales…

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Las graves dificultades económica y políticas del municipio de Fasnia a comienzos del sexenio revolucionario (1868-1872)

En este artículo nos vamos a ocupar de las vicisitudes sufridas por el Ayuntamiento de Fasnia en los primeros cuatro años del Sexenio Revolucionario, entre 1868 y 1872: los relevos en el Ayuntamiento; su organización interna; las juntas municipales; la celebración de las sesiones; las juntas locales existentes; los empleados y las dependencias municipales; la actividad municipal cotidiana; la creación de una Junta Local de gobierno en 1868, que solo duró un mes, pero en los que se enfrentó con el párroco, el alcalde, el juez de paz y sus suplentes; y las graves dificultades económicas por las que atravesó el pueblo y el Ayuntamiento en esos años, que se prolongarían en los siguientes y acabaría provocando que Fasnia se quedase durante dos años sin corporación municipal y con el Ayuntamiento cerrado.

Según los datos del censo de 1860, recogidos en el Diccionario de Pedro de Olive, el municipio de Fasnia contaba con 1.817 habitantes, agrupados en 2 lugares (Fasnia y La Zarza), 2 aldeas (Sabina Alta y Sombrera), 3 caseríos (La Crucita, Lomo de los Pinos y La Vera), 3 chozas u hogares aisladas (Archifira, Chiñoa y Valencia), 1 casa de labranza (La Fuentecilla) y 1 almacén (Roque de Fasnia). El conjunto de edificios se elevaba a 343, de ellos 313 de un piso y 30 de dos, a los que habría que sumar 156 cuevas-vivienda u hogares. En dicho año, el 94,5 % de la población era analfabeta, pues sólo 67 habitantes sabían leer y escribir (el 3,68 %), a los que se añadían 33 que sabían leer pero no escribir, siendo más ilustrados los hombres que las mujeres. La población vivía de la agricultura y el pastoreo. Desde el punto de vista militar, el distrito correspondía por entonces a la Sección Ligera Provincial de Abona, en la que tenían que prestar servicio 3 soldados, elegidos por sorteo, para cubrir las bajas de las Milicias Canarias.

Al comienzo del periodo estudiado, el término municipal contaba con Ayuntamiento, Juzgado de Paz (transformado tres años más tarde en Juzgado Municipal) escuelas elementales (una de cada sexo), cartería, cementerio municipal y parroquia (la de San Joaquín). El abastecimiento de agua potable se limitaba a la obtenida en fuentes y manantiales. Los únicos caminos eran el Real, que comunicaba con los otros pueblos de las isla, y varios verticales que permitían el acceso a los distintos pagos, uno de los cuales también se dirigía a Los Roques y otro a La Orotava. Como curiosidad, era uno de los pocos municipios de Tenerife que carecía por entonces de montes públicos, que habían sido expoliados. La gestión municipal estuvo marcada por las dificultades, pues la crisis económica de la cochinilla envolvió a este pueblo, como a todo el Sur de la isla, hipotecando el normal desarrollo de las labores públicas. Los vecinos se vieron obligados a emigrar y los políticos trataron de librar sus responsabilidades ante la incapacidad de los recursos públicos…

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