La parroquia de San Joaquín de Fasnia en 1919, según un minucioso informe del cura párroco don Luis Navarro Nóbrega

Fasnia-informe parroquia     En el año 1919 se envió desde el Obispado a todos los párrocos de la Diócesis un elenco de 146 preguntas relacionadas con la situación de las distintas parroquias, que debían ser respondidas por sus titulares con el fin de tener una visión real de ellas, ante la visita pastoral programada por don Gabriel Llompart y Jaume para los años 1919 y 1920. Afortunadamente se conservan las respuestas escritas a máquina por el cura párroco de Fasnia (que lo era desde 1912), don Luis Navarro Nóbrega, en un amplio y minucioso informe fechado y firmado en dicha localidad el 28 de julio de dicho año, lo que nos permite tener una idea completa del estado de la parroquia de San Joaquín y, de paso, del conjunto del municipio en esa época, dado que por entonces era la única existente en el mismo. Destaca el hecho de que el templo parroquial había quedado arruinado recientemente, el 9 de febrero de 1918, con motivo de un fuerte temporal, por lo que todas las actividades se llevaban a cabo en la reducida sacristía. La visita del obispo a Fasnia tuvo lugar del 28 de noviembre y al 1 de diciembre de ese mismo año.

     El informe detalla toda la información concerniente a la iglesia y la vida parroquial, en cada uno de sus aspectos: estado y partes del templo (tabernáculo, campanario, altares, púlpito, coro, órgano, confesonarios, sacristía, reliquias y archivo); administración parroquial; parte espiritual en general; sacramentos (bautismo, confirmación, penitencia, comunión, extremaunción y matrimonio); personas (párroco, vicarios in capite, coadjutores, sacerdotes, seminaristas, sacristán, organista, acólitos, feligreses, etc.); cofradías y asociaciones; centros sociales; centros religiosos; hospitales y asilos; cementerio; escuelas; legados y fundaciones…

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Artículo-INFORME PARROQUIA DE FASNIA-1919

Güímar: Don Rafael Ángel Estévez Díaz (1921-2008), alférez de complemento de Ingenieros, aparejador municipal de Santa Cruz de Tenerife y de la unidad técnica de la Consejería de Educación, “Cooperador Insigne de la Iglesia Diocesana”

Ángel Estévez Díaz     Nuestro biografiado comenzó su vida pública como monaguillo de la parroquia de San Pedro Apóstol de su ciudad natal. Luego obtuvo los títulos de Bachiller y Aparejador, y mientras estudiaba esta carrera prestó su servicio militar en la Milicia Universitaria, alcanzando el empleo de alférez de complemento de Ingenieros. Como curiosidad, por entonces también fue secretario del Casino de Güímar. Desarrolló una enorme labor en el ejercicio profesional, que simultaneó entre la actividad privada y la pública; participó en diversas obras en el municipio de Güímar, obtuvo una plaza de aparejador municipal en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife y, finalmente, ejerció como técnico de la Consejería de Educación. Asimismo, fue asesor técnico en diversas construcciones religiosas, entre otras el Seminario Diocesano de La Laguna, la ermita de El Socorro y el Monasterio “Ntra. Sra. de El Socorro”, estas últimas en su Güímar natal, que dirigió de forma totalmente desinteresada. Por este compromiso altruista fue distinguido con el título de “Cooperador Insigne de la Iglesia Diocesana” y la Medalla de la Virgen del Socorro.

     Nació en la calle La Amistad de Güímar el 25 de marzo de 1921, a las siete de la mañana, siendo hijo de don Rafael Estévez Ramos y doña Ana Díaz y Díaz. El 25 de abril inmediato fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol por el cura regente don Juan Jesús Amaro y Díaz, Dr. en Sagrada Teología; se le puso por nombre “Rafael Ángel” y actuaron como padrinos don Modesto Campos Díaz y doña Angelina Estévez Ramos, siendo testigos don Rafael Jordi y don Juan Alonso. Fue conocido, sobre todo, por su segundo nombre…

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Artículo-ÁNGEL ESTÉVEZ DÍAZ

Arona: Don Cecilio Marrero García (1845-1909), militar profesional, sargento 1º de Milicias y segundo teniente de Infantería en la reserva

Cecilio Marrero García     El presente artículo está dedicado a uno de los militares profesionales nacidos en el Sur de Tenerife en la primera mitad del siglo XIX. Don Cecilio estuvo movilizado desde su ingreso en las Milicias Canarias y así se mantuvo durante casi 24 años ininterrumpidos, siempre en la guarnición de Santa Cruz de Tenerife, en la que fue ascendiendo desde soldado de Milicias hasta sargento 1º de Infantería. Luego ascendió a alférez de Infantería para la escala de reserva, empleo reconvertido poco después en 2º teniente de la misma escala; como tal volvió a estar movilizado en la guarnición de Santa Cruz durante 10 meses. Obtuvo el retiro a los 51 años de edad, tras 31 años y medio de servicio en el Ejército.

     Nació en Arona el 22 de noviembre de 1845, siendo hijo de don Juan Antonio Marrero del Pino, natural de Fasnia, y de doña Benita García Jordán, que lo era de la primera localidad. El 1 de diciembre inmediato fue bautizado en la iglesia de San Antonio Abad por el cura párroco propio don Miguel Rodríguez Guillama; se le puso por nombre “Cecilio Antonio” y actuó como madrina doña Benigna Bethencourt Medina, de dicho vecindario…

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Artículo-CECILIO MARRERO GARCÍA

La difícil detención de dos milicianos desertores de Igueste de Candelaria en 1806

Foto 2B-Vista Igueste (Garabote 1939)     El presente artículo, dedicado a un caso concreto que ocurrió en Candelaria en 1806, solo pretende poner de manifiesto la férrea legislación que se aplicaba a los desertores de las Milicias Canarias, los cuales eran perseguidos, detenidos y encarcelados. También se desprende de este caso la dificultad que ofrecía su detención, pues los fugados eran protegidos por familiares y amigos, que en algunos casos también eran detenidos por auxiliarlos.

     En 1806 se vivió uno de los momentos más tensos de la historia de Igueste, al ordenarse la detención de dos milicianos de dicho pueblo, don Lorenzo Batista y don Manuel Núñez, ambos casados y con hijos, que no querían incorporarse a la Columna de Granaderos y Cazadores Provinciales de Tenerife a la que habían sido destinados, huyendo hacia el monte de la localidad. En cumplimiento de lo dispuesto, la partida militar fue a la búsqueda y captura de los desertores, pero como inicialmente no los pudieron capturar detuvieron a las dos hermanas de uno de ellos que los socorrían, las cuales enseguida fueron puestas en libertad. Como comisionado para dicha actuación se nombró a un vecino del mismo pueblo, don Francisco Ángel Pérez, a quien se prometía reconocimiento y premio por su actuación; éste sugirió a sus superiores que también se debía detener a otro hermano que les llevaba el sustento al monte, a la vez que advertía de que los prófugos habían amenazado de muerte tanto a él como a cualquiera que los fuese a apresar, por lo que si se le acercaban tiraría a matar…

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Güímar: Don Nicolás Rodríguez Torres (1766-1847), mayordomo de la fábrica parroquial y de la Virgen del Socorro, beneficiado servidor y examinador sinodal del Obispado

Nicolás Rodríguez Torres     El presente artículo está dedicado a uno de los sacerdotes más preparados que Güímar ha dado y, probablemente, el más fiel a su parroquia, pues a pesar de no ostentar la titularidad del Beneficio de San Pedro Apóstol nunca se alejó de su pueblo natal, negándose incluso a aceptar ofrecimientos de otros destinos parroquiales de mayor prestigio, que casi con total seguridad se le ofrecieron. Salvo el de beneficiado titular, ostentó en su parroquia todos los restantes cargos: mayordomo de fábrica (24 años), mayordomo y secretario de la Hermandad del Carmen, hermano mayor y secretario de la Confraternidad del Rosario, mayordomo de la Virgen, Cofradía y ermita de El Socorro (22 años); ejerció en la práctica como teniente del beneficiado e incluso en dos ocasiones estuvo al frente de la parroquia, una como beneficiado interino y otra como beneficiado servidor ecónomo. Además, como reconocimiento a su preparación sacerdotal, se le concedió el título de examinador sinodal del Obispado. Sólo dejó de concurrir diariamente a la iglesia con su muerte, ocurrida a una edad avanzada.

     Nuestro biografiado nació en el barrio de Chacaica (Güímar) el 6 de diciembre de 1766, siendo hijo de don Salvador Rodríguez Adrián y doña Josefa de Torres y Ledesma. El 12 de ese mismo mes fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol por el beneficiado fray Joseph Infante, de la Orden de San Francisco; se le puso por nombre “Nicolás Joseph Bernardo Francisco Phelipe de Santa María de la Concepción” y actuó como padrino el capitán don José Delgado Trinidad…

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Artículo-NICOLÁS RODRÍGUEZ TORRES

Granadilla de Abona: Don Antonio Rodríguez Osorio (1857-1892), abogado en ejercicio, concejal interino del Ayuntamiento, elector contribuyente, juez municipal y rico propietario

Granadilla-21.77 (CFIT)     A pesar de crecer en una familia de larga tradición militar, don Antonio no la quiso seguir y obtuvo los títulos de Bachiller y Lcdo. en Derecho Civil y Canónico. Abrió un despacho en su pueblo natal y ejerció como abogado. Además, fue designado concejal interino del Ayuntamiento, cargo que le supuso un proceso por prolongación de funciones, aunque salió absuelto. También fue elector contribuyente, juez municipal de Granadilla y rico propietario. Pero su vida se truncó con tan solo 35 años de edad y recién casado.

     Nació en Granadilla de Abona el 4 de noviembre de 1857, siendo hijo de don Antonio Rodríguez Bello, natural de Arico, y de doña Bibiana Osorio y Peraza, que lo era de la primera localidad. Tres días después fue bautizado en la iglesia parroquial de San Antonio de Padua por el cura servidor, Br. don Juan Pedro de Frías y Peraza, con licencia del párroco propio don Francisco Rodríguez Méndez; se le puso por nombre “Antonio Carlos María de los Dolores” y actuó como padrino su tío materno, don Antonio Osorio…

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Artículo-ANTONIO RODRÍGUEZ OSORIO

Los jueces de paz de Arafo en su primera etapa (1855-1870)

Arafo-Calle principal     En Arafo, al igual que en los restantes municipios de España, hasta mediados del siglo XIX los juicios verbales de faltas se celebraban ante el alcalde de la localidad o el teniente de alcalde en el que aquel delegase. Pero en 1855, la Legislación española separó la autoridad civil de la judicial, al crear la figura independiente del “Juez de paz”. Afortunadamente, conocemos todos los jueces que ha tenido la jurisdicción de Arafo desde 1856 hasta hoy, aunque esta figura ha sufrido algunos cambios en este municipio a lo largo del tiempo, pues primero fueron jueces de paz (1856-1870), luego jueces municipales (1871-1945) y de nuevo jueces de paz, desde 1945 hasta el presente. En este artículo solo nos vamos a ocupar de los primeros.

     En esta primera etapa (1855-1870) solo existieron tres jueces de paz titulares, pues uno se mantuvo en el cargo durante casi todo ese período. El récord de permanencia al frente del Juzgado lo ostentó don Esteban González Perdigón, con 13 años consecutivos, seguido por don Francisco Marrero Fariña (2 años como titular, más 8 y medio como suplente) y  don Esteban Pérez Delgado (2 años como titular y otros 2 como suplente). Con respecto al lugar de nacimiento, solo uno de esos jueces no nació en el municipio de Arafo, aunque era oriundo de él: don Francisco Marrero Fariña (natural de Candelaria). Además, el juez suplente don José Bonifacio Benítez tampoco creemos que fuese natural de Arafo…

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Adeje: Don Manuel Bello Ángel (1867-1952), guardia provincial, sargento 2º de Infantería, sochantre-organista de la parroquia y alcalde constitucional de la villa

Adeje-4     Nuestro biografiado comenzó su servicio militar como soldado y luego actuó durante un par de meses como guardia provincial; tras ascender a cabo y cabo 1º, alcanzó el empleo de sargento 2º de Infantería, empleo con el que pasó a la reserva; en función de su empleo, participó durante varios años en las operaciones de alistamiento del Ayuntamiento, como tallador de quintos. Trabajó durante la mayor parte de su vida como sochantre-organista de la parroquia y también atendió algunas propiedades agrícolas. Además, ejerció como primer teniente de alcalde del Ayuntamiento y, como tal, actuó en varias ocasiones como alcalde accidental; luego fue elegido alcalde constitucional de la villa de Adeje. También salió sorteado para participar en los juicios con jurado que habrían de celebrarse en el partido judicial de La Orotava.

     Conocido también por don Manuel Bello y Bello (o Bello Castellano), nació en la villa de Adeje el 2 de marzo de 1867, siendo hijo de don Manuel Bello Castellano y doña Jerónima (Bello) Ángel Socas (o García). En ese mismo mes fue bautizado en la iglesia de Santa Úrsula, pero desconocemos la fecha exacta por haber desaparecido la hoja de su partida, aunque sí figura relacionado en el índice del correspondiente tomo de bautismos. Afortunadamente, la fecha de su nacimiento figura en sus filiaciones militares…

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Artículo-MANUEL BELLO ÁNGEL

Güímar: Don Ildefonso Díaz Delgado (1805-1890), primer teniente de alcalde y regidor del Ayuntamiento, mayor contribuyente de la comarca de Agache e interventor electoral

Casas de Ildefonso    Miembro de una familia destacada, nuestro biografiado adquirió numerosas propiedades agrícolas, que le permitieron figurar entre los mayores propietarios del municipio de Güímar. Gracias a ello pudo ser elegido perito repartidor de contribuciones, regidor y primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Güímar, alcanzando un poder político que nunca había ostentado un hijo de la comarca de Agache. Además, alcanzó el derecho a elegir diputados provinciales, diputados a Cortes y compromisarios para la elección de senadores. También actuó como interventor electoral y dio nombre a las “Casas de Ildefonso”, caserío en el que había nacido y vivió hasta su muerte.

     Nació en el pago de La Medida el 22 de enero de 1805, siendo hijo de don Felipe Mateo Díaz Ximénez de Aday y doña Antonia Delgado de Castro. Tres días después fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol de Güímar por el beneficiado propio don Florentín Núñez y Torres; se le puso por nombre “Ildefonso Vicente” y actuó como madrina doña María Rodríguez de Ledesma. Pasó su infancia y juventud en la localidad natal, pero hacia 1833 residía con sus padres y su hermano Tomás en Lomo de Mena…

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Artículo-ILDEFONSO DÍAZ DELGADO

El artículo “Desde mi retiro” (1929), dedicado a Vilaflor por don Diego Crosa y Costa (“Crosita”)

Vilaflor-11     En este trabajo, escrito en Vilaflor de 1929, Crosita comienza explicando que llegó a dicho pueblo como un turista anónimo, hasta que el escritor cubano y corresponsal de La Prensa en tierras chasneras, don Manuel Rodríguez Escalona, se hizo eco de su presencia en una entrevista. Luego se centra en el doctor noruego Holomboe, en cuya casa de salud se hospedaba, destacando el amor de este médico por Vilaflor y la gran labor sanitaria que allí desarrollaba, por la que se había ganado el afecto de todos los habitantes de la localidad. A continuación describe una de las antiguas casas canarias que caracterizan la arquitectura local y el encuentro con una artesana que le explica como se inició la tradición de los originales “encajes de Vilaflor”. Gran parte del artículo está dedicado al cautivador paisaje del pueblo más alto de Tenerife: su atmósfera diáfana, la mejora de las comunicaciones, su clima curativo, su altitud, sus huertas abancaladas y su entorno natural, que compara con el de otros lugares de Tenerife, pero inclinándose a su favor, al poseer unos valores que lo hacen único: sus pinares, sus casas, su iglesia con los cipreses que la custodian, sus almendros, El Sombrerito, el manantial de sus aguas medicinales, etc. Concluye recordando como pudo ser el lugar en época guanche, con un pinar mucho más extenso, cuya tala lamenta; para recordar luego la célebre frase del conquistador que dio nombre a la localidad, al admirar a una bella moza aborigen; y concluye destacando como el pueblo se había convertido en una célebre estación sanitaria, en la que todos los enfermos encuentran la salud.

    El autor, don Diego Crosa y Costa (1869-1942), más conocido por el seudónimo “Crosita, fue un hombre polifacético: poeta, periodista, músico, autor de teatro, actor, dramaturgo, dibujante, caricaturista y pintor. Nacido y fallecido en Santa Cruz de Tenerife, poseía una especial sensibilidad y un profundo cariño hacia todo lo relacionado con su tierra. Notables fueron sus caricaturas de destacados personajes de la vida social, política y cultural de Canarias. En su obra gráfica, la arquitectura tradicional es casi siempre la principal protagonista. Su obra teatral se desenvuelve dentro del costumbrismo isleño. Escribió algunos de los mejores romances y coplas de la literatura canaria y muchas de sus folías son ya piezas imprescindibles de nuestro acervo folclórico tradicional. En su poesía transmitía su sentido del humor, que era original, ingenioso, y cargado de crítica social y política. Fue un personaje singular, de alegre y festiva personalidad, hombre ocurrente y con gran sentido del humor, un auténtico bohemio…

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Descripción-VILAFLOR-CROSITA