Arafo: Don Antonio Rodríguez Coello (1894-1970), propietario agrícola, viticultor, bodeguero, trompeta y vocal de la Sociedad Filarmónica “Nivaria”, vocal del Casino “Unión y Progreso”, primer teniente de alcalde y alcalde accidental de Arafo

Conocido entre sus paisanos como “Gordillo”, desarrolló su actividad profesional como agricultor, propietario agrícola, viticultor y bodeguero. Además, fue trompeta 1ª y vocal de la Sociedad Filarmónica “Nivaria”; vocal de la junta directiva del Casino “Unión y Progreso”, en varias ocasiones; somatenista, falangista y afiliado a la Central Nacional Sindicalista (C.N.S.); primer teniente de alcalde del Ayuntamiento y alcalde accidental de Arafo en dos períodos.

Nació en Arafo el 13 de junio de 1894, siendo hijo de don Juan Rodríguez Rodríguez y doña Zoila Coello Rodríguez, domiciliados en la calle del Norte nº 1 (hoy Juan Luis Coello Rodríguez). Fue bautizado en la iglesia de San Juan Degollado por el cura ecónomo don Francisco Hernández González; se le puso por nombre “Antonio Juan”…

En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Arafo: Don Luis Curbelo Rodríguez (1930-1997), agricultor, fontanero, portero del Casino, guitarrista y pianista, director musical de la Rondalla del Frente de Juventudes y de la Agrupación femenina “Aída”, educando de la Música Militar, vocal de la Banda “La Candelaria”, tenor de la Coral “María Auxiliadora” y músico de orquestas

A lo largo de su vida, nuestro biografiado trabajó como agricultor, fontanero yportero del Casino “Unión y Progreso” de Arafo, pero, sobre todo, sintió una profunda vocación musical. Formó parte del Coro Parroquial; fue educando en la Banda de Música del Regimiento de Infantería Tenerife nº 49; guitarrista de las Rondallas “Lo Divino” y Educación y Descanso; componente fundador del Trío “La Lira”, que cosechó grandes éxitos en Radio Club Tenerife; director de la Rondalla del Frente de Juventudes y de la agrupación femenina de pulso y púa “Aída”; componente del Trío “Aída”; miembro de la Agrupación Artístico Musical “La Candelaria”, en la que fue responsable de los platillos y ejerció como vocal; componente de las orquestas “Iris”, “Nivaria” y “La Candelaria”, en las que tocó el piano, el acordeón y la guitarra; y tenor de la Coral “María Auxiliadora”.

Nació en Arafo el 24 de diciembre de 1930, a las tres de la madrugada, siendo hijo de don Francisco Curbelo Fariña y doña Nieves Rodríguez Marrero, naturales de la misma localidad, aunque ella oriunda por su padre de El Escobonal (Güímar). El 5 de abril de 1931 fue bautizado en la iglesia de San Juan Degollado por el cura párroco Hildebrando Reboso Ayala, actuando como padrino don Anselmo Núñez. Fue el menor de seis hermanos amantes de la música, vocación transmitida por su madre…

En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Arafo: Don Telesforo León Pérez Fariña (1915-1993), agricultor, albañil, músico, cabo de Sanidad, policía armado y empleado de una fábrica de vidrios

Nuestro biografiado se inició en la vida laboral trabajando, sucesivamente, como agricultor, peón de albañil y maestro albañil. Al mismo tiempo, en su adolescencia ingresó en la academia de la Sociedad Filarmónica “Nivaria”, en la que comenzó a tocar el bombardino. Luego prestó su servicio militar en la Compañía de Sanidad Militar de Canarias, donde le sorprendió la Guerra Civil y alcanzó el empleo de cabo. Posteriormente ingresó en la Policía Armada, siendo destinado a Barcelona; allí prestaría durante muchos años sus servicios como fliscorno en la Banda de Música de dicho cuerpo, cuando ésta fue creada en dicha ciudad. Simultáneamente, en sus ratos libres trabajó como albañil y, tras su retiro, lo hizo en una fábrica de vidrios y cristales de la capital catalana, donde residió hasta su muerte.

Nació en Arafo el 18 de agosto de 1915, a las dos de la madrugada, siendo hijo de don Telesforo Pérez Marrero y doña Leoncia Fariña Coello, vecinos de la calle Nueva. El 2 de octubre inmediato fue bautizado en la iglesia de San Juan Degollado por el cura párroco don Hildebrando Reboso Ayala; se le puso por nombre “Telesforo León” y actuó como padrino don Federico Marrero Alberto. Fue conocido por su segundo nombre…

En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

El trío-cuarteto “Tabanzo” (1955-1957) y la orquesta “La Estrella” de la villa de Arafo (1957-1972)

Este artículo está dedicado a una de las numerosas orquestas de baile creadas en Arafo, que con razón es conocido como “El pueblo de la Música”. Merced a la inagotable cantera musical de esta villa, estos conjuntos tuvieron aquí un gran auge y durante el último siglo llegaron a formarse una treintena, entre tríos, cuartetos y orquestas, coexistiendo en ocasiones ocho de éstas.

La orquesta “La Estrella” fue la continuación de un trío, formado a mediados de los años cincuenta por los hermanos don Sergio Encinoso Pérez (saxo alto) y don Antonio Encinoso Pérez (trompeta), apodados “Los Tabanzos”, y don Raúl Fariña Rivero “Gallina” (batería), que fue conocido como “Trío Tabanzo”. Se fundó inicialmente para amenizar un baile en el Casino “Unión y Progreso” de la villa de Arafo. Pero, tras el éxito obtenido en dicha actuación, se entusiasmaron y decidieron continuar en los escenarios.

Pocos años después, don Sergio Encinoso le propuso a don Vicente Esteban Fariña Fariña que tocara con ellos y así lo hizo con su saxo alto, por lo que a comienzos de 1957 el grupo se convirtió en un cuarteto, que actuó por primera vez como tal en Cabo Blanco (Arona).

Unos seis o siete meses más tarde, a mediados de ese mismo año 1957 decidieron ampliar el grupo, integrando a dos nuevos músicos: don Quírico Coello Albertos y don Antonio Fariña Ferrera “Parranda”, mientras que don Esteban Fariña pasó a tocar el saxo tenor. De ese modo surgió la orquesta “La Estrella”, nombre que había sido propuesto por don Quírico, por lo que se pintó una estrella en los atriles. Quedó constituida inicialmente por seis componentes: don Sergio Encinoso (coordinador y saxo alto), don Antonio Encinoso (trompeta), don Raúl Fariña (batería), don Esteban Fariña (saxo tenor), don Antonio Fariña (acordeón) y don Quírico Coello (contrabajo). En sus inicios no tenía vocalista, porque en la mayoría de los lugares a los que iban a actuar no tenían corriente eléctrica y, por lo tanto, no contaban con equipo de sonido, alumbrándose con petromax…

En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Güímar-Arafo: Don Antonio Rodríguez Torres (1769-1855), el “Cura viejo”, párroco fundador de Arafo durante 53 años, mayordomo de la fábrica parroquial, beneficiado servidor de Güímar y propietario agrícola

     Miembro de una destacada familia, tras obtener una capellanía y un patrimonio vitalicio, este sacerdote güimarero siguió la carrera eclesiástica hasta ordenarse de presbítero. Poco después de su ordenación fue nombrado cura propio de la nueva parroquia de San Juan Degollado de Arafo, siendo uno de los tres sacerdotes que ostentan el récord de permanencia al frente de la misma, pues en ella ejerció su labor de apostolado durante 53 años, en dos períodos diferentes; entre ellos estuvo durante siete años como beneficiado servidor de su Güímar natal. Además, ejerció como mayordomo de la fábrica parroquial de Arafo y destacó como propietario agrícola. Fue conocido en su pueblo adoptivo como el “Cura viejo” y su nombre permanecerá siempre unido a la historia de esa villa, de la que fue su párroco fundador. En la actualidad la casa en la que vivió y murió está destinada al turismo rural.

     Nació en el barrio de Chacaica, en Güímar, el 4 de febrero de 1769, siendo hijo de don Salvador Rodríguez Adrián y doña Josefa de Torres y Ledesma. Seis días después fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol por don José Fernández Camillón, beneficiado de dicha parroquial y de Santa Ana de Candelaria; se le puso por nombre “Antonio Joseph Pedro” y actuó como padrino su tío, el teniente capitán (luego teniente coronel) don Bernardo de Torres Marrero…

     En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Arafo: Don José Rodríguez Arvelo (1882-1963), cabo de Artillería, comerciante, secretario de Juzgados, corresponsal de periódicos, auxiliar ejecutivo, vicesecretario local del Partido Republicano Tinerfeño, presidente del “Club Central” y de la Agrupación Artístico-Musical “La Candelaria”

     Nuestro polifacético biografiado se inició en su adolescencia como labrador y zapatero; prestó su servicio militar como artillero 2º y cabo de Artillería y, después de licenciado, actuó como tallador de quintos en el Ayuntamiento de Arafo. En plena juventud abrió en su pueblo natal un comercio de comestibles bastante innovador para su época, vendió ganado, se dedicó a la compraventa de acciones de galerías, en una de las cuales también ocupó la secretaría de su junta directiva, y fue corresponsal de los periódicos Diario de Tenerife y El Progreso. Pero, sobre todo, ejerció como secretario del Juzgado Municipal de Arafo durante 27 años y medio, secretario habilitado del Juzgado Comarcal de Güímar y secretario titular del Juzgado del Realejo Bajo; simultáneamente actuó como auxiliar de la Agencia Ejecutiva de Hacienda en la zona de Santa Cruz de Tenerife. Además, fue colaborador adjunto de la Junta local del Censo de Población, vocal suplente de la Junta Municipal del Censo electoral de Arafo, vicesecretario de la Junta local del Partido Republicano Tinerfeño, presidente del “Club Central” y de la Agrupación Artístico-Musical “La Candelaria”, de la que luego fue presidente honorario.

     Nació en Arafo el 2 de agosto de 1882, siendo hijo de los agricultores don Antonio Rodríguez de Mesa y Mesa, natural de dicho pueblo, y doña María de los Dolores Arvelo Díaz, que lo era de la Villa de La Orotava. Cuatro días después fue bautizado en la iglesia de San Juan Degollado por el cura servidor don Antonio González Fernández; se le puso por nombre “Ángel José” y actuó como madrina doña Francisca Gil Fariña…

     En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

El naufragio del vapor transatlántico español “Valbanera” en la costa de Cuba (1919) y su repercusión en el Sur de Tenerife

     El pasado año, concretamente el 10 de septiembre de 2019, se conmemoró el primer centenario de la mayor tragedia naval española en tiempo de paz, el naufragio del vapor transatlántico “Valbanera”, que partiendo de Barcelona recogió 569 pasajeros en Canarias, quienes emigraban a Cuba en busca de mejor fortuna; pero muchos de ellos encontraron la muerte en esa travesía, sin haber llegado a su destino. El hundimiento de dicho buque con motivo de un huracán acabó con la vida de 488 personas, de las cuales al menos 408 eran canarias, por lo que fue conocido como el “Titanic de los pobres”, el “Titanic canario” o el “Titanic de la emigración canaria”. En este artículo nos ocupamos de ese triste suceso, de repercusión internacional, recordando a los pasajeros del Sur de Tenerife que viajaban en él. Curiosamente, en su viaje anterior el mismo barco sufrió una grave epidemia de gripe en la travesía de Cuba a Canarias, en la que murieron unos 30 pasajeros, además de otros que fallecieron después de desembarcar en Las Palmas de Gran Canaria. Sin duda es una de las historias más dramáticas de la emigración canaria, una constante que ha marcado la historia de este archipiélago.

     El vapor “Valbanera” era un gran buque correo transatlántico español, propiedad de la compañía de navegación “Pinillos”. Fue construido en Glasgow, en Escocia, y entregado a dicha naviera en noviembre de 1906, siendo bautizado como “Valbanera” en honor a la Virgen de Valvanera, de La Rioja, aunque por algún error se modificó el nombre cambiando la segunda v por una b. Sus características generales eran: 121,9 m de eslora; 14,6 m de manga; 6,5 m de puntal; 7,6 m de calado; propulsión por alternativa de triple expansión, con dos hélices; velocidad de 12 nudos; y capacidad para 1.200 pasajeros, repartidos en 4 clases o categorías. Fue asignado por la Naviera Pinillos a la línea entre los puertos mediterráneos españoles y los atlánticos de Canarias, a Puerto Rico, Cuba y los puertos norteamericanos del Golfo de México. También navegó en la ruta entre España, Brasil y Argentina…

     En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Descripción del término de Arafo en 1798

     Este artículo se centra en la primera descripción conocida del término de Arafo tras su segregación de Candelaria, que se produjo el 3 de enero de 1798. Corresponde a un informe redactado a finales de ese mismo año probablemente por el fiel de fechos del primer Ayuntamiento o alcaldía real, don Domingo González García, aunque en su elaboración sin duda participó el alcalde real, don Felipe Marrero de Castro, en respuesta a las 47 preguntas incluidas en una instrucción remitida por el Gobierno de España a todos los pueblos del Reino, para que éstos se lo remitiesen al intendente provincial.

     En ella se describe sucintamente el lugar y se especifican los grupos de edad de la población, por sexos; el número de casas; los oficios o actividades profesionales; los cargos y empleos públicos; y el personal adscrito a la vida militar y religiosa de la localidad. También se señala la dependencia de las tierras del Convento agustino de La Laguna. En síntesis, una interesante visión de esta jurisdicción a finales del siglo XVIII…

     En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Los graves efectos del aluvión de 1826 en el municipio de Güímar y en los pueblos vecinos de Arafo y Fasnia

     Mucho se ha escrito sobre el célebre aluvión, huracán, tormenta o temporal de 1826, la catástrofe natural de ese tipo más grave de las registradas en la historia de Tenerife, pero aún quedan muchos datos por conocer del mismo. Los días 7 y 8 de noviembre de dicho año, hace casi dos siglos (exactamente 193 años), acometió a las islas, y con especial crudeza a Tenerife, uno de esos temporales de viento y lluvias torrenciales que en periodos más o menos largos suelen visitarla y que, por desgracia, siempre dejan una honda huella de su marcha destructora. Pero si de todos los ocurridos habían quedado recuerdos imperecederos, del que nos ocupa ha perdurado su memoria aterradora, viva y fresca, hasta la actualidad, pues tal fue la magnitud de sus estragos, humanos y materiales, que se considera el mayor de los ocurridos después de la Conquista. De lo ocurrido en Candelaria ya nos ocupamos en otro artículo de este mismo blog, por lo que en esta ocasión nos vamos a centrar en lo ocurrido con motivo de esa catástrofe en Güímar, Arafo y Fasnia.

     En el término de Güímar el número de víctimas mortales se elevó a siete, cinco de ellas sorprendidas en las Dehesas de Agache (de las que tres fueron llevadas por las aguas torrenciales que discurrieron por el barranco de Herques) y las dos restantes arrastradas con sus casas en el barrio de La Hoya de Güímar. En cuanto al resto de los daños, debemos destacar los 103 animales que sucumbieron con motivo del aluvión en todo el municipio: 3 bueyes, 1 yegua, 2 mulos, 5 burros, 72 cabras, 18 ovejas y 2 gallinas. Se dañaron decenas de casas, 7 de las cuales fueron “llevadas desde sus cimientos”. Numerosas fueron las pérdidas de frutos (tanto los que ya se habían recogido como los de próxima cosecha), los estragos de tierras superficiales y las cercas destruidas en los terrenos que se salvaron. Hubo graves daños en las higueras, pues fueron muchas las arrancadas por el huracán sin pérdida de tierras, por un importe de 17.558,3 pesos. También se perdieron otros árboles en La Ladera, la Costa, Las Rozas, Boruga, el pueblo, las Lomas y Agache, por un valor total de 151.249,3 pesos; las tierras que se llevó el agua, en extensión y profundidad, se elevaron a 7.536 almudes y la mayor parte correspondían a viñedos. De los 695 contribuyentes que existían en el término según el último repartimiento de la Contribución Territorial, 498 presentaron cuentas de pérdidas, restando “197 propietarios que puedan asegurar haber sufrido más o menos”. El total de las pérdidas económicas sufridas en el término se evaluó en 196.476,33 pesos.

     En Arafo, además de la pérdida de un elevado número de animales domésticos, árboles silvestres y frutales, así como daños en las cosechas y en las casas de sus habitantes, sólo hubo una víctima mortal del aluvión, que fue arrastrada hasta la costa por las aguas torrenciales que bajaron por el barranco de Añavingo. Por fortuna, el aluvión sólo provocó la muerte de un hijo del municipio de Fasnia, ahogado en un naufragio, pero también afectó a la iglesia de San Joaquín, que por entonces ya adolecía de graves defectos estructurales, pues se desplomaron unas paredes, con el consiguiente deterioro del pavimento, aparte de los consiguientes daños en ganado, viviendas particulares y cultivos…

     En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

La orquesta “Club” de Arafo (1951-1956)

     De las numerosas orquestas de baile que han existido en Arafo, municipio que como es sabido cuenta con una larga tradición musical, en esta ocasión nos centramos en la orquesta “Club”, que recorrió la geografía insular en los años cincuenta, aunque su trayectoria fue corta, pues solo permaneció en los escenarios durante cinco años. Siempre tuvo siete miembros, todos ellos naturales y vecinos de Arafo, siendo su director-coordinador el prestigioso músico don Luciano Pérez Rivero; ensayaban en la casa de don Nelson Rodríguez Fariña y en su etapa final incorporaron una vocalista. Pero, desgraciadamente, no hemos podido localizar ninguna fotografía suya.

     Esta orquesta se formó en 1951 con músicos procedentes del “Trío Argeo” y la Sociedad Filarmónica “Nivaria”. En sus inicios estuvo constituida por los siguientes componentes: don Nelson Rodríguez Fariña (piano y acordeón), don Luciano Pérez Rivero (batería), don Argeo Pestano Fariña (trompeta), don Antonio García Marrero (saxo alto), don Fidel Fariña Hernández (saxo tenor), don Vidal Otazo Rodríguez (contrabajo) y don Bolívar Pestano Coello (trombón de vara). Don Luciano Pérez (“Chano”) actuó como director-organizador del grupo, con la colaboración de don Vidal Otazo. Ensayaban en casa de don Nelson Rodríguez, en la calle José Antonio. Hacia 1954, cuando don Argeo Pestano se trasladó a Santa Cruz de Tenerife, don Luciano pasó a tocar la trompeta; luego, cuando se fue don Antonio García, don Vidal pasó a saxo alto; ambas bajas se cubrieron con don Febes Pestano Ferrera (batería) y don Quírico Coello Albertos (bajo).…

     En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo: