Güímar: Don Joaquín Rodríguez Castro (1902-1984), albañil constructor de la iglesia de El Escobonal, pescador, carpintero de ribera, artesano y destacado folclorista, director de la primera orquesta de baile y de las primeras rondallas de dicho pueblo

     En este artículo nos vamos a ocupar de un polifacético escobonalero que trabajó fundamentalmente como albañil, destacando entre sus obras la actual iglesia de San José de El Escobonal; no obstante, también fue pescador, carpintero de ribera y artesano. Pero, sobre todo, es recordado como un destacado músico y folclorista, ya que fue fundador y director de la primera orquesta de baile de El Escobonal, así como organizador y director musical de las dos primeras rondallas que se formaron en dicho pueblo.

     Nuestro biografiado nació en El Escobonal (Güímar) el 10 de mayo de 1902, a las ocho de la noche, siendo hijo del polifacético albañil don Guillermo Rodríguez Díaz y doña Leonor Castro Díaz. Seis días después fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol de Güímar por don Rafael Tiburcio Rodríguez, cura párroco ecónomo y arcipreste del partido, y actuó como padrino don Juan Castro Díaz, siendo testigos don Rafael Hernández Delgado y don Fernando Delgado, de dicha vecindad…

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La “Orquesta del Pencón” o “Los Abejones” de El Escobonal –Güímar– (1942-1946) y su director don Pelagio Díaz Pérez

     En anteriores artículos ya nos hemos ocupado de algunas de las populares orquestas de baile que se prodigaron en El Escobonal en el segundo tercio del siglo XX, dado su protagonismo en la vida de muchas generaciones de agacheros. Entre ellas destacaron: la denominada “El Escobonal”, fundada y dirigida por don Joaquín Rodríguez; la “Orquesta del Barranco” o “Sexteto Apolo”, bajo la dirección de don Tomás de la Rosa; la de “Los Peregrinos”, luego llamada “La Alegría”, en el Escobonal de Arriba, fundada y dirigida por don Octavio Rodríguez; la “Orquesta del Pencón” o “Los Abejones”, en el Escobonal de Abajo, a cuyo frente estaba don Pelagio Díaz; la dirigida por don Honorio en Lomo de Mena; y “Los Cinco del Sur” o “Ritmo del Sur”, que de momento es la última creada en Agache, que también fundó y dirigió don Octavio Rodríguez. Menos la última, todas las demás comenzaron siendo sólo de cuerda e interpretando sobre todo música folclórica, para luego admitir instrumentos de viento e incorporar otras piezas bailables, como pasodobles, boleros y otras melodías sudamericanas.

     En este artículo solo nos vamos a ocupar de la cuarta de ellas, la “Orquesta del Pencón”, que durante cuatro años amenizó los bailes de asalto del “Casino del Escobonal”, que se celebraban los domingos, alternándose con la orquesta de El Escobonal de Arriba; por lo general, dichos bailes eran sólo de tarde, aunque al tercer domingo se solían hacer de tarde y noche. Además, sus servicios fueron requeridos desde otros pueblos, por lo que sus actuaciones se sucedieron por: Lomo de Mena, en casa de doña Priscila; Fasnia, en los salones de baile de don Juan Díaz y don Pepe Corona, junto al Ayuntamiento, así como en La Zarza, Sabina Alta, y La Sombrera (en casa de doña Emilia); y en el amplio municipio de Arico, en El Bueno, La Sabinita, Arico el Nuevo y Punta de Abona, donde permanecían tres días invitados en distintas casas. Su organizador y director fue el recordado escobonalero don Pelagio Díaz Pérez (1925-1997), músico, comerciante y empresario…

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Güímar: Don Bernardo Rodríguez Díaz (1920-2001), “El Cojo Facundo”, albañil, agricultor, barbero, músico, cantante, prestigioso folclorista e incansable parrandero

     Este artículo está dedicado a un entrañable personaje, cuya vida transcurrió en la comarca de Agache (Güímar), pues nació en El Escobonal y luego vivió en La Medida y Pájara. A pesar de arrastrar con una cojera desde su nacimiento, trabajó intensamente como albañil, agricultor y barbero. Pero, sobre todo, es recordado como folclorista y miembro destacado de la orquesta “La Alegría”, de las Rondallas de El Escobonal y de “Los Cinco de Agache”. Además, acompañó con su guitarra y su voz a los “Amigos del Arte” de Güímar, así como a numerosas parrandas de este municipio, pues siempre fue un incansable parrandero.

     Nuestro biografiado nació en una cueva-vivienda de Amea, en El Escobonal (Güímar), el 16 de febrero de 1920, a las cuatro de la madrugada, siendo hijo de don Facundo Rodríguez Lugo y doña Juana Díaz García. El 4 de marzo inmediato fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol de Güímar por el coadjutor encargado don Domingo Pérez Cáceres; se le puso por nombre “Bernardo Antonio” y actuó como madrina doña Secundina Castro…

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Artículo-BERNARDO RODRÍGUEZ DÍAZ

Güímar: Don Hilario Pérez Elías (1778-1841), mayordomo de puertas de la Hermandad del Rosario en El Escobonal, sargento 2º de Milicias y estanquero real

Hilario Pérez Elías     Aunque trabajó durante toda su vida como modesto labrador propietario, nuestro biografiado gozó de cierto prestigio en la modesta sociedad escobonalera de la primera mitad del siglo XIX, gracias a las responsabilidades que tuvo en la vida religiosa, militar y civil de su pueblo. Fue en dos ocasiones mayordomo de puertas de la Hermandad del Rosario, constituida en el Convento Dominico de Güímar, pero que tenía muchos hermanos en Agache. Además, alcanzó el empleo de sargento 2º de Milicias, siendo en su época el militar de mayor graduación de su pueblo; y obtuvo la codiciada plaza de estanquero real de El Escobonal.

     Nació en el pago de San José (El Escobonal) el 14 de enero de 1778, siendo hijo de don Cristóbal Pérez Elías y Díaz Montijos y doña Beatriz Guanche (o Delgado Manuel) de Castro. Cinco días después fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol de Güímar por el presbítero don Agustín Antonio Núñez, con licencia del beneficiado don Luis Ambrosio Fernández del Castillo; se le puso por nombre “Hilario Rafael” y actuó como madrina doña María Beatriz Guanche, natural y vecina de Agache…

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Güímar: Don Ernesto de la Rosa Lugo (1880-1911), Bachiller, tipógrafo, vocal del “Gremio de Tipógrafos, Encuadernadores y Litógrafos” y sargento de Infantería, fallecido en plena juventud

Ernesto de la Rosa Lugo-2     De corta edad, nuestro biografiado se estableció en Santa Cruz de Tenerife, donde gracias a una pensión del Ayuntamiento obtuvo los títulos de Bachiller y Tipógrafo, que le permitió ejercer en las imprentas de dicha capital, donde llegó a ser vocal del “Gremio de Tipógrafos, Encuadernadores y Litógrafos”. Después de casado ingresó en el Ejército, donde desarrolló una corta carrera militar, en la que ascendió desde soldado hasta sargento de Infantería, empleo con el que le sorprendió la muerte en plena juventud, cuando contaba tan solo 31 años de edad, dejando esposa e hijos.

     Nació en el pago de El Escobonal (Güímar) el 23 de enero de 1880, a las tres de la madrugada, siendo hijo de doña María de la Rosa Lugo, natural del mismo pueblo. Tres días después fue bautizado en la iglesia de de San Pedro Apóstol de Güímar por don Fidel Farré Pujol, Lcdo. en Sagrada Teología, beneficiado curado propio de dicha iglesia y arcipreste del partido; se le puso por nombre “Ernesto” y actuó como madrina doña Florentina de la Rosa, siendo testigos don Rafael Hernández Delgado y don Nicolás Torres, de dicha vecindad…

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Artículo-ERNESTO DE LA ROSA LUGO

Güímar: Don José Delgado Trinidad y Díaz (1717-1789), capitán de Milicias, alcalde, fundador-patrono y primer mayordomo de la ermita de San José de El Escobonal, fundador de la ermita de Ntra. Sra. de Belén en Chacaica, cofundador de la Danza de las Cintas y miembro de las tres hermandades, con descendencia récord en este Valle, quien da nombre a una céntrica calle de El Escobonal

     La conocida familia güimarera que ostentó el apellido Delgado-Trinidad (ya extinguido) descendía por línea de varón del Mencey Don Diego de Adeje, a quien los Reyes Católicos concedieron el entonces apreciado título de “Don” y el derecho a usar escudo de armas, y de su primo don Juan Delgado Benza, llamado antes del bautismo “Ayateronte y Hayaterombron”, su antepasado directo; asimismo llevaba sangre del Mencey guanche de Güímar. Uno de sus miembros más destacados fue don José Delgado Trinidad y Díaz, quien alcanzó el empleo de capitán de Milicias y el cargo de alcalde real de Güímar, que ostentó en varias ocasiones, siendo asimismo fundador de las ermitas de San José de El Escobonal y Ntra. Sra. de Belén de Chacaica, así como patrono y mayordomo de la primera, por lo que se dio su nombre a una calle de dicho pueblo; también fue cofundador de la Danza de las Cintas y perteneció de las tres hermandades de Güímar; constituyó con su esposa, doña Antonia de la Rosa, la pareja más prolífica del Valle de Güímar en el siglo XVIII, pues tuvieron 17 hijos; y fue uno de los mayores propietarios del municipio, ya que poseía tierras y casas en diferentes lugares del mismo (Chacaica, Cano y Aguerche, estos dos últimos en El Escobonal).

     Este ilustre personaje nació en Güímar el 13 de agosto de 1717, siendo hijo del alférez don Juan Delgado Trinidad, natural de Fasnia, y doña Anastasia Díaz, que lo era de la primera localidad, donde se habían casado el año anterior. El 22 de ese mismo mes recibió el bautismo en la iglesia de San Pedro Apóstol, de manos del beneficiado don Domingo de Paes y Galdona; se le puso por nombre “Joseph” y actuó como padrino el alférez don Diego Alonso Bencomo, natural de Arafo y vecino de Güímar…

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Güímar: Don Esteban García Tejera (1848-1921), agricultor, cabo 1º de Milicias, guardia provincial de 1ª clase, interventor electoral y empleado de consumos en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife

Esteban García Tejera     Aunque su profesión inicial fue la de agricultor, nuestro biografiado se vio atraído luego por la carrera militar al ser destinado por sorteo a las Milicias Canarias, en las que prestó sus servicios durante ocho años, con los empleos de soldado, cabo 2º y cabo 1º. Después de licenciado se volvió a dedicar a la agricultura en El Escobonal, durante un año y medio, hasta que solicitó y obtuvo una plaza de guardia provincial de 2ª, ascendido luego a guardia provincial de 1ª clase, empleos con los que prestó sus servicios durante diez años en los puestos de Santa Cruz de Tenerife, San Sebastián de La Gomera, Güímar y Granadilla de Abona. Luego regresó a su pueblo natal, donde volvió a dedicarse a las labores agrícolas; además, por entonces tuvo cierto compromiso público y actuó como interventor electoral. Finalmente, obtuvo una plaza de empleado de consumos en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, donde se estableció con su familia y residió hasta su muerte.

     Nació en el pago de El Escobonal (Güímar) el 2 de enero de 1848, siendo hijo de don Juan García Monroy y doña Victoria Tejera García, vecinos del lugar de Abajo. Cuatro días después fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol de Güímar por el Dr. don Agustín Díaz Núñez, examinador sinodal, beneficiado curado propio y vicario juez eclesiástico de dicho pueblo y su partido; se le puso por nombre “Esteban” y actuó como padrino don Juan de Castro, de la misma vecindad…

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Artículo-ESTEBAN GARCÍA TEJERA

La solicitud de segregación de El Escobonal del municipio de Güímar para unirse al de Fasnia, en 1911. Miseria y emigración de “Las Hurdes canaria” en los albores del siglo XX

Escobonal-segregación-1911     La lucha de los vecinos de la comarca de Agache ante las autoridades municipales de Güímar, en demanda de la dotación de los servicios básicos, ha sido muy larga. La histórica falta de comprensión de la administración provocó en el pasado reiterados choques, que desembocaron en varios intentos de segregación, el primero de los cuales ocurrió en 1858, como recogimos en un artículo anterior. Tras éste, a pesar de que el Ayuntamiento tomó algunas medidas para contentar a estos vecinos, en el último cuarto del siglo XIX las dificultades económicas de la época agudizaron de nuevo la tensión, ante la falta de inversiones en la comarca y el agravio comparativo con el resto del municipio. Ello motivó las protestas de los vecinos de El Escobonal y pagos limítrofes a la hora de contribuir con sus impuestos, por lo que recurrieron el reparto individual del impuesto de consumos y lograron su anulación. Años más tarde, el Ayuntamiento logró el establecimiento de la fiscalización administrativa en Agache, con la creación de un fielato, ante lo cual los vecinos comenzaron a negarse a pagar los impuestos, lo que dio lugar incluso a algunas revueltas populares. Acudiendo a las autoridades los vecinos de esta comarca lograron la anulación de la fiscalización en dos ocasiones, pero los recursos presentados por el Ayuntamiento fueron más determinantes para la Administración que los intereses de los vecinos de El Escobonal, por lo que en 1910 volvieron a estabcerse los fielatos y la fiscalización en este pago, de forma definitiva, con el total rechazo del vecindario.

     A la presión impositiva que se ejercía sin contemplaciones sobre el vecindario de El Escobonal y su comarca se sumaba la falta de inversiones, así como la escasez o el mal estado de los servicios municipales e insulares, lo que caldeó aún más el ánimo de los agacheros. Para hacernos una idea, los vecinos de El Escobonal carecían de todos los servicios que ya existían por entonces en Güímar: parroquia, escuelas, lavaderos públicos, cementerio, central telefónica, cartería, alumbrado público, médico, practicante, farmacia, fuentes públicas, etc. etc.; es decir, los vecinos no tenían casi nada, por lo que tenían que recorrer 13 kilómetros, hasta Güímar, si querían utilizarlos; no obstante, pagaban sus impuestos de igual forma que los de la cabecera municipal, que disfrutaban de todos esos servicios a dos pasos de su casa.

     Ante la falta de solución a sus problemas, la tensión entre los vecinos de El Escobonal y el Ayuntamiento de Güímar desembocó en un nuevo intento de segregación de este pueblo, encabezado por el escobonalero don Manuel Díaz Díaz, quien junto con don Rogelio Ojeda Bethencourt también había liderado las reclamaciones de este pueblo por la fiscalización administrativa establecida por el Ayuntamiento. Ahora, la propuesta de los segregacionistas incluía la unión posterior a Fasnia, alegando la mayor proximidad a este municipio y la abusiva presión fiscal del término del que dependían, sobre todo en el extrarradio. El intento no tuvo éxito y en los años que siguieron la situación de este pueblo sería dramática, agudizada por un ciclón y una fuerte sequía, lo que provocó miseria y emigración, hasta el punto de ser considerado en la prensa de la época como las “Hurdes canaria”…

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Güímar: Don Florentín Castro Díaz (1870-1936), emigrante, propietario agrícola, impulsor de la atarjea de El Escobonal, guarda local de montes, concejal del Ayuntamiento, cartero rural y alcalde de barrio de La Medida y Pájara

Florentín Castro Díaz     Nuestro biografiado fue la persona más destacada de La Medida en su época. Tras emigrar a Cuba se estableció en su pueblo natal, donde sobresalió como propietario agrícola, se inició como destilador de aguardiente, lo que le dio más disgustos que alegrías, y fue uno de los principales impulsores de la atarjea de El Escobonal, así como accionista de galerías de agua. También desempeñó los empleos públicos de peatón municipal de Correos de Güímar a Arico, guarda local de los montes de Agache y primer cartero rural de Lomo de Mena, La Medida y Pájara. Además, ocupó diversos cargos, como los de interventor electoral, jurado judicial, concejal del Ayuntamiento de Güímar y alcalde de barrio de La Medida y Pájara.

     Nació en La Medida el 23 de octubre de 1870, a las once de la mañana, siendo hijo de don Juan de Castro Díaz y doña Anastasia Díaz Delgado. Tres días después fue bautizado en la iglesia parroquial de San Pedro por el cura ecónomo don Juan Elías Hernández; se le puso por nombre “Florentín”, y actuó como padrino don Antonio Pestano…

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Artículo-FLORENTÍN CASTRO DÍAZ

Güímar: Don Eladio Pérez García (1913-1938), jornalero y medianero agrícola, obrero estibador y sargento provisional de Ingenieros Zapadores, fallecido en la Guerra Civil

Eladio Pérez García     Miembro de una modesta familia de agricultores, nuestro biografiado se dedicó desde su adolescencia a las labores agrícolas, primero como jornalero y luego como medianero en Güímar. Prestó su servicio militar en Santa Cruz de Tenerife, en el Grupo de Ingenieros, en el que alcanzó el empleo de cabo 1º, con el que fue licenciado; por entonces, tuvo un gesto altruista, que fue muy elogiado por sus superiores y la prensa. Posteriormente trabajó como obrero estibador en el puerto de la capital, dedicado a la carga y descarga de buques, empleo del que fue despedido por secundar el paro convocado contra el golpe de Estado del 18 de julio de 1936. Pero en ese mismo mes fue movilizado con motivo de la Guerra Civil, como cabo del Grupo Autónomo Mixto de Zapadores y Telégrafos, siendo destinado inicialmente a prestar sus servicios en el puerto de Santa Cruz y, poco después, embarcó para el frente con la 1ª compañía de Zapadores Expedicionaria del citado Grupo, en la que ascendió a sargento provisional, empleo con el que perdió la vida, a consecuencia de un balazo en la cabeza en Robledo de Chavela, cuando solo le faltaba un día para pasar a retaguardia.

     Nació en el núcleo agachero de Pájara (Güímar) el 18 de febrero de 1913, a las dos de la madrugada, siendo hijo de don Gregorio Pérez García y doña Hortensia Andrea García Torres, labradores, naturales y vecinos de dicha localidad en el Lomo de Pájara. Dos días después fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol de Güímar por don Hildebrando Reboso y Ayala, “Cura Párroco propio de la Degollación de S. Juan Bautista de Arafo con anuencia del Cura Párroco propio de ésta”; se le puso por nombre “Eladio Juan” y actuó como madrina doña Flora García Díaz…

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Artículo-ELADIO PÉREZ GARCÍA