La Sociedad de Recreo y Cultura “Club Juventud” y el primer cine de El Escobonal (1931-1933)

OLYMPUS DIGITAL CAMERA     En el primer tercio del siglo XX, el pueblo de El Escobonal (Güímar) contó con tres sociedades o casinos, que estuvieron instalados en La Hoya de los Almendreros, en dos casas situadas una frente a otra, sólo separadas por la carretera: una fue la sede de la Sociedad “El Progreso” (1919-1922) y la otra, situada frente a la anterior, estuvo ocupada primero la Sociedad Cultural “El Porvenir” (1929-1936) y luego por el “Club Juventud” (1931-1933).

    El 15 de enero de 1930, la “Sociedad Cultural El Porvenir” abandonó el salón que ocupaba en la Hoya de los Almendreros, propiedad de don Graciliano Díaz y Díaz, para pasar a un local más céntrico, situado en La Fonda y propiedad de don Arsenio Pérez Díaz. Pero el local de don Graciliano no permanecería cerrado, pues la inquietud de su dueño le llevó a continuar celebrando bailes en el mismo, para lo que contaba con un autopiano y una gramola. Posteriormente, deseando dotar al pueblo de otro incentivo cultural y recreativo (que a la par le fuera rentable), compró un aparato proyector de películas mudas, surgiendo así el primer cine de El Escobonal. Por entonces era la única casa del pueblo que tenía corriente eléctrica, gracias a un motor.

       Pero no acabó aquí el entusiasmo de don Graciliano y para potenciar el nuevo cine, al mismo tiempo que para enriquecer el ocio de los escobonaleros, en 1931 se fundó y estableció en el mismo local, bajo su iniciativa, un nuevo Casino denominado “Sociedad de Recreo y Cultura Club Juventud”. Para su creación se eligió una comisión organizadora, que quedó presidida por don Francisco Díaz Yanes, ex-concejal y ex-alcalde pedáneo de El Escobonal, y en la que actuó como secretario el mencionado don Graciliano Díaz. Y el 6 de julio de dicho año, la citada comisión terminó de redactar el Reglamento de la nueva Sociedad, compuesto por 38 artículos (agrupados en tres títulos) y tres disposiciones transitorias, que fue firmado por los dos principales organizadores mencionados, aunque había sido confeccionado con la colaboración del entonces oficial de Secretaría del Ayuntamiento de Güímar don Juan Álvarez Delgado (luego catedrático de Filología clásica de Enseñanza Media y de la Universidad de La Laguna)…

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«Por ir de prisa…» (cuento tinerfeño), por José Galán Hernández

      En 1928, el escritor tacorontero José Galán Hernández publicó en Gaceta de Tenerife el cuento “Por ir de prisa…”, que fue escrito por el autor mientras vivía en el municipio de Fasnia, donde ejercía como maestro y concejal, tras haber cesado en la Alcaldía. La trama, de tinte folclórico y jocoso, discurre en un recorrido en guagua desde Fasnia hasta Güímar, pasando por El Escobonal, donde se incorpora el personaje central del cuento, Cho Juan.

       A pesar de su corta extensión, la calidad literaria del autor logra introducir al lector en la historia, de tal modo que todos los que conocemos dicha carretera entendemos la queja del autor por las numerosas curvas que existen en dicho trayecto y los que hemos viajado en guagua alguna vez podemos imaginarnos que estamos viendo la escena en primera persona. Los diálogos están escritos reproduciendo la forma de expresarse de nuestros antepasados de entonces, lo que también le da a este trabajo un valor testimonial y lingüístico. En su transcripción hemos querido respetar la ortografía original.

   El autor del cuento, don José Galán Hernández (1893-1936), cuya biografía desarrollamos en este artículo, fue un destacado intelectual tinerfeño, tristemente asesinado al comienzo de la Guerra Civil, como consecuencia de su trayectoria progresista. Fue maestro nacional, sargento de Artillería, alcalde de Fasnia, fundador de la Agrupación Socialista de Güímar, secretario de la Federación de Trabajadores de la Enseñanza (FETE-UGT), destacado escritor, periodista y poeta…

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Güímar: Fray Andrés Gómez (1705-1792), predicador dominico, teniente de beneficiado de Güímar, capellán de Fasnia y El Escobonal, administrador de Anocheza y recordado “Profeta”

      Aunque no destacó por desempeñar grandes cargos, este humilde religioso dominico ocupa un lugar destacado en la Historia de Güímar, pues su lejana existencia es quizás una de las tradiciones orales que mejor se conservan en el municipio. Sabemos que profesó en el Convento de Santo Domingo en Soriano de este municipio y que, tras ordenarse de presbítero, ejerció en él como lector y predicador. Se le nombró administrador de la lejana Hacienda de Anocheza, propiedad del convento; y desde allí tenía que cumplir con otras obligaciones, como capellán de las ermitas de San Joaquín de Fasnia y San José de El Escobonal, así como teniente de beneficiado de la iglesia matriz de San Pedro Apóstol de Güímar. La vida, la “maldición” y las “profecías” de Fray Andrés se han transmitido de padres a hijos, pero nunca se ha llegado a saber donde acaba la realidad y donde comienza la leyenda.

      Nació en Güímar el día 30 de noviembre de 1705, siendo hijo de don Juan Luis Gómez y doña Lucía Francisca Gómez. Recibió las aguas bautismales el 6 de diciembre inmediato en la iglesia parroquial matriz del Apóstol San Pedro, de manos de don Francisco Hernández de la Rosa, teniente de beneficiado de la misma, y actuó como padrino don Salvador González Medina. Desconocemos el lugar exacto de su nacimiento dentro del municipio, pues no se especifica en la partida de bautismo y Fray Andrés tenía familiares cercanos residiendo tanto en el casco de Güímar como en El Escobonal…

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El cementerio «San José» de El Escobonal (Güímar)

      En el año 2009 se cumplió el 90 aniversario de la inauguración del cementerio de El Escobonal, una obra que vino a cubrir una de las necesidades más apremiantes de los vecinos de este pueblo, pues durante siglos tuvieron que trasladar hasta Güímar los cadáveres de los fallecidos, primero por el camino real y luego por la carretera, para recibir sepultura en las iglesias o en el cementerio de la capital del municipio. El principal argumento esgrimido para no permitir la existencia de un camposanto en esta comarca era que no contaba con parroquia y no residía ningún cura en Agache, ya que la Religión Católica prohibía dar sepultura a los cadáveres sin practicar antes un sacerdote los responsos litúrgicos, lo que en dichas circunstancias no podía llevarse a cabo.

      Para finalizar con el traslado de los cadáveres desde El Escobonal al cementerio de Güímar, en 1915 el Ayuntamiento de este municipio elaboró un proyecto de cementerio para este pago, que se le remitió al Cabildo de Tenerife para que lo informase. En 1916 el Ayuntamiento compró el solar a don Bernardo Yanes y en 1918 comenzó la construcción de este añorado camposanto, con prestaciones de los vecinos de dicho pago, bajo la dirección de albañiles pagados por el Ayuntamiento y con la supervisión del alcalde de barrio don Francisco Díaz Yanes y del teniente de alcalde don Rogelio Ojeda Bethencourt, que fueron los principales impulsores de la construcción. Una vez finalizadas las obras, en sesión celebrada por el Ayuntamiento Pleno el 26 de dicho mes de marzo de 1919 se aprobó su utilización con el nombre de “Cementerio de San José”. Y el domingo 27 del inmediato mes de abril se procedió a su bendición por el cura párroco don Domingo Pérez Cáceres, en un emotivo y solemne acto al que asistió una representación del Ayuntamiento de Güímar, la banda de música de dicha villa y casi todo el vecindario, batiendo el récord de asistencia a un acto registrado en dicho pueblo hasta entonces…

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Antiguas familias de Agache (Güímar): Los Peraza

La Medida-2B      Vamos a tratar en este trabajo de la historia de una familia de labradores que, como tantas otras, se asentó en la comarca de Agache (Güímar) a mediados del siglo XVIII, multiplicándose y conservando su línea directa hasta nuestros días, merced al considerable número de vecinos que todavía poseen su apellido distintivo: Peraza. No obstante, debe consignarse que su origen se remonta a una de las familias más ilustres de Canarias, entroncada con la nobleza isleña. Merece la pena destacar el hecho de que, a pesar de haber transcurrido más de dos siglos y medio del establecimiento de su primer miembro en esta comarca, prácticamente no se ha extendido más allá de los límites del núcleo de población elegido para el asentamiento, La Medida, salvo algunos miembros repartidos por otros barrios del municipio de Güímar.

        El origen de este apellido, según la información que actualmente se posee, se sitúa en Sevilla, de donde pasó a Lanzarote, La Gomera, La Victoria de Acentejo y Santa Úrsula, para recalar finalmente en Güímar, aunque también pasó brevemente por Santiago del Teide. Correspondió a una ilustre familia, que llegó a ostentar el Señorío de todas las Islas Canarias, luego reducido al de La Gomera y El Hierro, y posteriormente el título de Condes de La Gomera.

     Hacia 1727 nació en el pueblo de Santa Úrsula Silvestre Martín Peraza, hijo de Cayetano Martín y de Catalina Peraza, naturales y vecinos de dicho lugar. Aunque no conocemos la causa, lo cierto es que siendo todavía un niño se avecindó en el municipio de Güímar, en el que salvo una corta interrupción ya permanecería hasta su muerte. El 27 de diciembre de 1759, cuando contaba 32 años, contrajo matrimonio en la iglesia de San Pedro de Güímar con María Tejera de Castro, hija de Juan Tejera de Ledesma y de Feliciana (Pérez) de Castro, naturales y vecinos del pago de La Medida; celebró la ceremonia Fray Andrés Gómez, presbítero dominico del convento güimarero y teniente de beneficiado de dicha parroquia, y fueron testigos de la misma Gregorio Pestano, José Hernández Santiago y Bernardo Cataño. La nueva pareja se avecindó en el mencionado pago de La Medida, donde nacieron sus cuatro hijos mayores…

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La parroquia de “Nuestra Señora de Agache y San Carlos Borromeo” de El Tablado y todo el litoral de Agache (Güímar)

      A comienzos de los años cincuenta del pasado siglo comenzó el desarrollo del caserío costero de El Tablado, como lugar de veraneo de los vecinos de El Escobonal. Y hacia 1954, por iniciativa del cura párroco de El Escobonal don Octavio Hernández García, se celebró la primera Fiesta de El Tablado y de todo el extenso litoral de Agache. Con este motivo se trasladó a este caserío, a través de la antigua pista de tierra, una pequeña imagen de la Virgen que se guardaba en la sacristía de la iglesia de San José de El Escobonal. La primera misa se ofició en la terraza de la casa de doña Luisa Yanes y, una vez acabados los festejos, la citada imagen regresó en procesión a su templo parroquial. Desde esa época ya se pensaba adquirir una Virgen del Carmen para dejarla como patrona de dicho lugar.

        Por entonces, don Carlos Reyes González de Mesa y su esposa doña Elisa Fuentes Cullen, vecinos de Santa Cruz de Tenerife y propietarios de extensas tierras en Las Lajas, Cano y El Tablado, donaron unos terrenos en este último lugar para que se construyese una plaza y una ermita. Gracias a ello, poco después se acondicionó la actual plaza y se levantó una pequeña ermita, también por iniciativa del mencionado cura párroco de El Escobonal don Octavio Hernández…

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«El Barranco de Herques» (cuento guanche), por Romualdo García de Paredes y Mandillo

     En 1919, el escritor santacrucero Romualdo García de Paredes y Mandillo (1896-1930) publicó en el diario Gaceta de Tenerife un pequeño y curioso cuento guanche titulado “El Barranco de Herques”, dedicado al barranco que separa o une, según se quiera ver, a los pueblos de El Escobonal y Fasnia, debido a los vínculos familiares que lo unían con esta tierra.

   En su juventud, el autor estudió en la Escuela Superior de Comercio de la capital tinerfeña, fue vice-bibliotecario del Ateneo Tinerfeño de Santa Cruz de Tenerife y participó como remero en las regatas de canoas que celebró el Real Club Tinerfeño. Luego formó parte de la redacción del diario católico Gaceta de Tenerife y colaboró en El Progreso. Desde joven poseía también aficiones literarias, que le llevaron a escribir poemas, leyendas y cuentos, e incluso a participar en veladas artísticas. También fue un entusiasta del arte cinematográfico, por lo que creó, junto al cineasta cubano José González Rivero, la primera empresa productora de cine de las islas, “Rivero Film” y llegó a tener un protagonismo fundamental como director artístico y escénico, así como primer actor, en el primer largometraje realizado en Tenerife, “El ladrón de los guantes blancos”. Pero una penosa enfermedad se lo llevó en plena juventud, con tan solo 34 años de edad, truncando la que ya era una realidad de la cultura canaria.

     El cuento “El Barranco de Herques” fue dedicado por el autor a su madre, dados los fuertes vínculos familiares que la unían con el caserío de Aguerche (El Escobonal), inmediato a dicho barranco, de donde procedía su familia materna. La trama, de tintes dramáticos, discurre en dicho lugar en la época guanche y, a pesar de su corta extensión y de tener tan solo dos protagonistas, mezcla la fuerza guerrera, con el consiguiente abuso por parte del poderoso, con el amor más tierno e ingenuo…

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Apuntes para la historia de Lomo de Mena (Comarca de Agache, Güímar)

      En este trabajo sólo trato de resumir los principales aspectos históricos del pueblo de Lomo de Mena, en la comarca de Agache (Güímar), para así acercar al gran público la realidad de un lugar poco conocido de la geografía insular. También debe servir de estímulo a los vecinos de toda la comarca, para que conozcan mejor su tierra y puedan emprender en estrecha unión el mañana de esta tierra, pues todos los núcleos de población que la componen han compartido su historia hasta el presente, su realidad actual es común y su futuro necesariamente debe ser paralelo.

        Además, pretendo dar a conocer los personajes más destacados que han nacido en esta localidad, algunos incluso de talla nacional, como el director-concertador de orquesta Agustín Ángel García Díaz, prematuramente desaparecido en un accidente de aviación.

        El actual pueblo de Lomo de Mena es una suma de diversas entidades de población, que a lo largo del tiempo se han segregado y se han vuelto a fundir en un solo núcleo…

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Los alcaldes de barrio de El Escobonal (Güímar), nombrados entre 1894 y 1936

      A lo largo del siglo XIX fueron nombrados por el Ayuntamiento de Güímar numerosos alcaldes pedáneos para El Escobonal, en la mayoría de los casos con un radio de actuación que abarcaba toda la comarca de Agache. Pero en el presente trabajo nos vamos a centrar en los alcaldes de barrio nombrados entre 1894 y 1936, que ya ejercían por separado en los distintos núcleos de población de Agache (El Escobonal, Lomo de Mena, La Medida y Pájara), aunque a veces simultaneaban dos de ellos, pero limitándonos exclusivamente a los nombrados para la mayor de dichas entidades, El Escobonal. Estos cargos, que eran desempeñados por personas que no formaban parte de la corporación municipal, fueron suprimidos en 1936, con el golpe de estado que inició la Guerra Civil y la posterior Dictadura del general Franco. Años más tarde, a partir de 1949, asumieron competencias semejantes algunos concejales de la comarca, nombrados delegados de barrio.

      Los alcaldes de barrio de Agache que conocemos, de los que ejercieron en el período comprendido entre 1894 y 1936, fueron 25 hombres, 9 de El Escobonal y 16 de los otros pagos de la comarca, de los que sólo tres repitieron en el cargo (uno de ellos en tres ocasiones). Si nos centramos en las autoridades locales que ejercieron en el pago de El Escobonal, de los nueve alcaldes de barrio que tuvo este pueblo en los 42 años que estudiamos, sólo dos repitieron en el cargo (D. José Tejera García y D. Francisco Díaz Yanes). Salvo uno (D. Isaac Martínez), todos nacieron o eran oriundos de Agache y trabajaron como labradores, aunque uno de éstos compatibilizó dicha profesión con la de guarda celador de montes (D. Felipe García Torres) y otro con la de empresario-comerciante (D. José Campos Yanes). El récord en la alcaldía lo ostentó D. Francisco Díaz Yanes, con 16 años en dos etapas, mientras que en el lado opuesto D. Isaac Martínez sólo permaneció dos meses en el cargo…

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Antiguas familias de Agache (Güímar): Los Dorta

       Hacia 1826 nació en San Miguel de Abona D. Pedro Dorta Mena, hijo de D. José Dorta Delgado, natural de Aripe (Guía de Isora), y Dª. María Catalina de (Fuentes) Mena, que lo era de San Miguel; recibió el bautismo en la parroquia del Arcángel San Miguel de dicha localidad y se le puso por nombre “Pedro Celestino”. Permaneció en su pueblo natal durante toda su infancia y juventud, y también en él contrajo matrimonio en 1848 con Dª. María Feliciana Delgado González, hija de D. Miguel Delgado Garabote y Dª. Jacinta González Navajas, naciendo allí su hijo primogénito.

       Buscando la posibilidad de mejorar su fortuna y el bienestar de los suyos, hacia 1851 se trasladó toda la familia a la comarca de Agache del municipio de Güímar, eligiendo como lugar de asentamiento el pago de Anocheza, por entonces considerablemente poblado; en este lugar nacerían los dos hijos siguientes. Sin embargo, cuatro años más tarde, en 1855, los “Dorta-Delgado” se trasladaron de nuevo, esta vez en búsqueda de un lugar definitivo donde establecerse, y lo encontraron en el pago de Lomo de Mena, donde nacieron los restantes miembros de la familia, y a partir de aquí se extendió rápidamente por toda la comarca e incluso fuera de ella; no obstante, el grueso de sus descendientes se mantiene todavía en los barrios de Lomo de Mena, La Medida y Pájara…

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