Adeje: Don Domingo Acevedo (1785-1827), párroco beneficiado de la villa de Adeje

En este artículo recordamos a un sacerdote villero, que fue nombrado beneficiado de la villa de Adeje, donde ejerció como párroco durante casi ocho años, hasta su prematura muerte, tiempo en el que se enfrentó al administrador de la Casa Fuerte y a algún representante del Ayuntamiento, tomando parte activa en la vida social de esa villa histórica, en la que también participó en la apertura de testamentos y formó parte de la junta repartidora de la contribución municipal.

Nació en la Villa de La Orotava el 30 de abril 1785, siendo hijo de don Salvador Luis de Acevedo y Suárez y doña Antonia Luis Cejudo y Hernández, naturales y vecinos de dicha villa. El 5 de mayo inmediato fue bautizado en la iglesia de Ntra. Sra. de la Concepción, en cuya feligresía vivía su familia, por el Lcdo. Don Juan Nepomuceno Montenegro y Ocampo, examinador sinodal del Obispado y beneficiado de dicha parroquia, que por entonces se servía “en la iglesia del Monasterio de Religiosas Dominicas de dicha villa por reedificación de dicha Matriz”; se le puso por nombre “Domingo Ceferino Salvador Antonio de Candelaria” y actuó como padrino don Ceferino José Ginory, vecino de dicha villa…

En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Arona-Vilaflor de Chasna: Don Nicolás García Domínguez (1625-1685), alférez de Milicias y propietario agrícola y ganadero, de linaje aborigen

Perteneciente a una destacada familia aronera de claro linaje aborigen (tanto de Tenerife como de Gran Canaria), vinculada sobre todo a las Milicias Canarias por muchos de sus ascendientes y descendientes, así como a la Iglesia, nuestro biografiado también siguió la carrera militar hasta alcanzar el empleo de Alférez de las Milicias en el Tercio de Adeje-Abona. Simultáneamente, durante toda su vida se dedicó al cuidado de las notables propiedades agrícolas y ganaderas que poseía en la amplia jurisdicción de la antigua Chasna. Permaneció soltero.

Nació en el pago de Arona en diciembre de 1625, siendo hijo del alférez don Juan Gaspar García y doña María Domínguez Villarreal. El 1 de enero de 1626 fue bautizado en la iglesia matriz de San Pedro de Vilaflor, de la por entonces dependía dicho pago, siendo apadrinado por el cura beneficiado de la misma, don Alonso Pérez, y doña Lucía de Frías…

En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Güímar: Don Porfirio González Marrero (1936-2022), emigrante, comerciante, mayorista importador de frutos. promotor inmobiliario, karateca, jugador de petanca, patrón de barco, campeón de pesca de altura, directivo de lucha canaria, ciclista, cofundador y presidente de la Agrupación folclórica “Atenguajos”

Dedicamos este artículo a un recordado vecino de la comarca de Agache (Güímar), nacido en San Juan de la Rambla, criado en El Escobonal, de donde era oriundo, emigrado a Venezuela y establecido en Santa Cruz de Tenerife, don Porfirio González Marrero. Con tan solo 14 años comenzó su vida laboral en El Escobonal, como labrante de bloques; a los 17 años emigró a Venezuela, donde trabajó en el Mercado mayor de Coche de Caracas y llegó a ser mayorista importador de frutos; en dicha capital también practicó el kárate, llegando a alcanzar el cinturón marrón. Tras  su regreso a Tenerife se estableció en Santa Cruz, donde ejerció como promotor inmobiliario. Estuvo fuertemente vinculado a El Tablado (Güímar), donde tenía su segunda residencia y destacó como jugador de petanca en los clubes “Las Afortunadas” y “Tablado”; además fue patrón de barco, campeón de pesca deportiva de altura, directivo del “C.L. Santa Cruz” y ciclista aficionado. También destacó su labor como cofundador, vocal y presidente de la Agrupación folclórica “Atenguajos” de El Tablado, formando parte de parranda, la cual le tributó un homenaje con motivo de su fallecimiento.

Nació en San Juan de la Rambla el 15 de julio de 1936, siendo hijo de don Anselmo González Llanos, natural de dicho pueblo, y doña Juana Marrero Castro, que lo era de El Escobonal (Güímar). El 18 de septiembre de ese mismo año fue bautizado en la iglesia de San Juan Bautista de dicha localidad norteña. Cuando contaba tan solo tres años de edad se estableció con sus padres en El Escobonal, concretamente en el barrio de La Corujera…

En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

La Cofradía de Nuestra Señora del Socorro de Güímar y la institucionalización de la fiesta anual de la Virgen en 1643, como patrona de las sementeras

Hacia 1550 el cuidado de la casa y ermita de El Socorro estaba a cargo de un ermitaño de origen castellano, don Alejos Pérez, quien vivió en ella, siendo el primer vecino conocido del actual caserío de El Socorro. Este ermitaño murió en Icod y dejó como heredera en su testamento a la ermita en la que había pasado la mayor parte de su vida. Tras el fallecimiento de Alejos, se hizo cargo del cuidado de ese primitivo templo don Francisco Hernández de Sepúlveda, que residía en el pueblo de Candelaria, quien ya se titulaba “mayordomo de la casa y ermita de Ntra. Sra. del Socorro”; este mayordomo, entre otras limosnas dejadas a la ermita por varios vecinos del Valle en sus testamentos, recogió el finiquito de la herencia dejada por el primer ermitaño y, con todo ese dinero, se realizaron a partir de 1577 diversas obras de aumento en el primitivo templo. Pero tras la muerte de su mayordomo, acaecida hacia 1583, la ermita entró en decadencia, hasta el punto de que en pocos años quedó arruinada, por falta de reparaciones. No obstante, en 1602 dicho templo ya había sido reedificado; y hacia 1630 se elaboró la venerada imagen de la Virgen del Socorro por un imaginero tinerfeño, de momento anónimo, pues con anterioridad solo presidía el templo un cuadro de la Virgen.

Aunque la ermita del Socorro fue muy venerada y frecuentada durante el siglo XVI, antes de su ruina, fue en las primeras décadas del siglo XVII, tras su reconstrucción y la adquisición de la imagen de la Virgen, cuando logró su pleno auge. Éste tuvo un punto de inflexión el 18 de diciembre de 1643, fecha en la que se fundó en ella la Cofradía de Nuestra Señora del Socorro, se nombró un mayordomo interino y se institucionalizó la fiesta anual de la Virgen, al ser proclamada esta venerada imagen como abogada de sus necesidades, en particular de sus sementeras o cultivos. Estas decisiones se ratificaron tres años más tarde, en 1646, en que se nombraron los primeros mayordomos oficiales de la cofradía, quienes debían cobrar y administrar las limosnas que se recaudasen en todo el beneficio parroquial, así como rendir cuentas de los ingresos y gastos realizados; y en el mismo acto se aprobaron los estatutos de la cofradía, en los que destacaba la obligación de reparar la ermita y hacerle a la Virgen su fiesta anual. Así comenzó a celebrarse la Bajada o romería que se ha mantenido hasta el presente, si bien con diversos cambios a lo largo de su dilatada historia…

En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo: