Al igual que su padre, el personaje al que dedicamos este artículo fue militar profesional, carrera que inició con tan solo 12 años de edad y que desarrolló durante casi cuatro décadas en Granadilla de Abona y Santa Cruz de Tenerife. En una primera etapa, sirvió voluntariamente durante cinco años como tambor. En la segunda, sorteado por su quinta, permaneció durante 13 años, en los que prestó sus servicios como tambor, corneta y soldado profesional de Milicias. Y la tercera, de más de 20 años, la inició como soldado sustituto, para ir ascendiendo a cabo 2º, cabo 1º y sargento 2º, obteniendo finalmente el grado de sargento 1º de Milicias y un premio de constancia en el servicio. Durante su servicio militar y después de retirado trabajó como zapatero, tanto en Granadilla como en la capital de la provincia. Como curiosidad, a lo largo de su vida su apellido paterno sufrió una alteración, pasando de “Arnais” a “Arnay”, tal como se mantiene en su descendencia.
Nació en Vilaflor el 4 de octubre de 1828, siendo hijo de don Isidro Arnais Batista, natural de Santa Cruz de Tenerife y oriundo por su madre de Arafo, y de doña María Fumero Montesino, que lo era del pueblo sureño. Al día siguiente fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol por fray Alipio Hernández Arocha, prior del “Convento del Señor San Juan Bautista de la Orden de Hermitaños de San Agustín” de dicho lugar; se le puso por nombre “Francisco José María” y actuó como madrina doña María Hernández Montesino, de dicha vecindad…
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